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Autor: Patricio Osiadacz

Homilía para la Eucaristía del domingo 15 de septiembre de 2024

DOMINGO XXIV AÑO. CICLO B.


Isaías 5,5-9: Un Poema del Servidor sufriente de Dios; este Servidor es fiel oyente de la Palabra que luego tiene que proclamar.
Santiago 2,14-18: El cristiano ha de ser un personaje de fe viva por las obras de misericordia. Fe y Obras son un don de Dios.
Marcos 8,27-35: Se nos presentan tres aspectos: Jesús es el Mesías. Él es el que viene a cumplir la Voluntad de Dios. Se propone la condición básica para ser discípulo: el despojo total de sí mismo.

1.- Todo creyente es un Servidor del Señor y también un Discípulo del Señor. Servidor, porque ha de hacer lo que su Señor manda. Un discípulo, porque ha de vivir lo que escucha y aprende de su Señor.
En este caso, el Pueblo de Israel, Pueblo de Dios, fue un Servidor del Señor. Y es lo que retrata el Poema de Isaías. Un Servidor, un Pueblo que al cumplir la Voluntad de Dios tuvo que sufrir mucho.
Este Israel-Servidor es la suma de muchos individuos que tuvieron que sufrir por su fidelidad al Señor. Y el principal Servidor es Jesús, quien vino a proclamar el Reino de Dios.
Nosotros, como Pedro, vemos en Jesús al Mesías, que fue rechazado, marginado, pero aceptado por su Padre Dios. Él es quien viene a traernos el mensaje de salvación. Y los que lo aceptan pasan a formar parte del grupo de los servidores de Dios, sus discípulos.
2.- Pero se supone que un discípulo es, a la vez, uno que se deja enseñar por el Señor y vive, pone en práctica, lo que aprende de Él.
Sólo quien pone en práctica lo que aprende de Él, lo que aprende del Señor, es un verdadero discípulo, un verdadero cristiano.
El lugar que corresponde a un seguidor es ir detrás de…no delante de,,, Esa es la imagen que utiliza la Sagrada Escritura para indicar cómo seguir al Señor.
Ser discípulo es estar dispuesto a correr la suerte de su Maestro, quien fue rechazado, condenado y ejecutado. Y esto cuesta entenderlo, como le costó a Pedro y a sus compañeros entenderlo.
3.- Pero yo me pregunto, ¿entendemos nosotros a Jesús? ¿Acaso nosotros no somos también un estorbo = satán, para que el Señor sea aceptado y seguido por otros?
Ya sabemos que el mundo no está ni ahí con el mensaje de Jesús; y esto es comprensible, ya que, como le dijo Jesús a Pedro, y también al mundo: “tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres”. En verdad el mundo está en otra y no sabe lo que busca. Pero si nos dejamos contagiar por la mundanidad igual tendremos un pensamiento puramente humano y no como el de Dios.
4.- En cambio nosotros sabemos a quién seguimos: a Jesús, el Mesías. Sabemos que su camino, su mentalidad, es distinta a la nuestra.
Por eso el Señor nos pide que debemos despojarnos, más que de las cosas, de nosotros mismos, de nuestro modo de pensar y ponernos en sintonía con Dios.
Hemos de conformarnos con ir en pos de Él y no delante de Él. Eso quiere el mundo. Por eso el Señor nos dice también a nosotros: “Vade retro” = ponte detrás de Mí.
Ese es nuestro verdadero sacrificio: renovarnos en nuestra mente y ser una ofrenda agradable al Padre, en unión con Cristo.(cfr. Romanos 12,1-2).
Esto se nos pide para que seamos verdaderos discípulos del Señor.
Hno. Pastor Salvo.

EDD. viernes 13 de septiembre de 2024

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (9,16-19.22b-27):

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. Ya sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita. Por eso corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio, no sea que, después de predicar a los otros, me descalifiquen a mí.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 83,3.4.5-6.12

R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R/.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R/.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación. R/.

Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,39-42):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Hermano, déjame que te saque la mota del ojo,» sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Predicar, anunciar el Evangelio, hablar de tu experiencia de fe, de lo que has vivido…es la tarea que todo cristiano debe realizar y que san Pablo, en su desahogo de hoy, cuenta a su querida comunidad de Corinto: “El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!”

Precisamente, celebramos hoy a un santo, san Juan Crisóstomo, cuyo nombre “Crisóstomo” significa algo así como “boca de oro”, pues fue un gran predicador y por eso es el patrón de los predicadores, aparte de haber sido un pastor solidario, protector de los pobres, mujeres y familias de la Constantinopla del siglo IV.

A lo largo de la historia de la Iglesia, no han faltado hombres y mujeres llenos de celo y de fe por anunciar el Evangelio. Quizá a los creyentes de ahora nos falte un poco de este empuje, o ánimo para hablar de Jesús y de nuestra fe.

Me da la sensación de que estamos un poco dormidos y necesitamos apartar los prejuicios que nos impiden que lo religioso y espiritual sea un tema que se pueda hablar en nuestros diálogos con otros.

“Un ciego no puede guiar a otro ciego”, nos dice Jesús hoy. Qué bien trabajan los perros guía que conducen a los invidentes por nuestras ciudades ayudándoles a subir al autobús, a cruzar un semáforo…; algunos de estos invidentes que conozco me dicen que no podrían hacer casi nada de lo que hacen sin estos fieles e incondicionales acompañantes.

Necesitamos guías en la fe, ser guiados. Necesitamos guiar a otros en la fe. No estamos solos. Todos tenemos que aprender y todos tenemos algo que enseñar. Interactuemos unos con otros.

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-viernes-de-la-xxiii-semana-del-tiempo-ordinario-2/?occurrence=2024-09-13&nskip=38360

EDD. jueves 12 de septiembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (8,1b-7.11-13):

El conocimiento engríe, lo constructivo es el amor. Quien se figura haber terminado de conocer algo, aún no ha empezado a conocer como es debido. En cambio, al que ama a Dios, Dios lo reconoce. Vengamos a eso de comer de lo sacrificado. Sabemos que en el mundo real un ídolo no es nada, y que Dios no hay más que uno; pues, aunque hay los llamados dioses en el cielo y en la tierra –y son numerosos los dioses y numerosos los señores–, para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, de quien procede el universo y a quien estamos destinados nosotros, y un solo Señor, Jesucristo, por quien existe el universo y por quien existimos nosotros. Sin embargo, no todos tienen ese conocimiento: algunos, acostumbrados a la idolatría hasta hace poco, comen pensando que la carne está consagrada al ídolo y, como su conciencia está insegura, se mancha.

Así, tu conocimiento llevará al desastre al inseguro, a un hermano por quien Cristo murió. Al pecar de esa manera contra los hermanos, turbando su conciencia insegura, pecáis contra Cristo. Por eso, si por cuestión de alimento peligra un hermano mío, nunca volveré a comer carne, para no ponerlo en peligro.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 138,1-3.13-14ab.23-24

R/. Guíame, Señor, por el camino eterno

Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras. R/.

Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,27-38):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

A san Pablo, los Corintios le consultan muchas cosas, como venimos observando a lo largo de la lectio continua. Hoy le preguntan sobre los ídolos, pues antes de su conversión muchos asistían a banquetes en honor de dioses paganos donde se comía carne inmolada a estos dioses. Ahora son cristianos y no saben si puede asistir a estos  banquetes. San Pablo les va a recordar más adelante que existe un banquete por excelencia que es la Eucaristía, en la que el propio Cristo se ofrece a nosotros con su carne para que tengamos vida en Él.

Sin embargo, aunque también nosotros hoy caemos en la adoración de algunos ídolos, comulgando a veces con sus ideologías y mentalidades, el Evangelio, después de las Bienaventuranzas de ayer, nos recuerda lo esencial de nuestra fe para que no se nos olvide: “amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian, al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra, al que te quite la capa, déjale también la túnica…” 

Total nada, vaya programita de vida para comenzar el curso.

Entre todas las frases de Jesús que hoy meditamos, hay una que me llega muy dentro: “Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?” Qué razón tiene, pero qué difícil es. Por eso se me ocurre rezar con la última estrofa del salmo 138 de hoy para que el Señor nos ayude a llevarlo a la práctica: “Señor, sondéame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos, mira si mi camino se desvía, guíame por el camino eterno”.

Vuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. miércoles 11 de septiembre de 2024

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (7,25-31):

Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mí parecer como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor. Estimo que es un bien, por la necesidad actual: quiero decir que es un bien vivir así. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿Estás libre? No busques mujer; aunque, si te casas, no haces mal; y, si una soltera se casa, tampoco hace mal. Pero estos tales sufrirán la tribulación de la carne. Yo respeto vuestras razones. Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 44,11-12.14-15.16-17

R/. Escucha, hija, mira: inclina el oído

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu Señor. R/.

Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras. R/.

Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.» R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

El fragmento de la carta a los Corintios que vamos siguiendo esta semana, comienza con un conflicto sexual entre ellos. Le consultan a Pablo sobre el mejor estado de vida y, seguramente, habría entre ellos muy diversas posturas respecto al matrimonio. Por un lado, los que serían propensos a seguir las costumbres paganas de unión, por otro los que abogarían por el matrimonio, otros que lo despreciarían y preferirían la condición de solteros o celibato por el Reino, etc. No es uno mejor por estar casado, o soltero o célibe; cada uno tiene una función y una dedicación según su estado de vida, pero todos deben trabajar por el Reino de Dios.

San Pablo prefiere relativizar el tema, no optar preferencialmente por un estado de vida en las relaciones y aconsejar que cada uno, en el estado de vida que elija, se dedique a hacer el bien. El bien que Jesús vuelve a anunciar en las bienaventuranzas, la esencia del mensaje. Lo hace, no lo olvidemos, nada más elegir a los Doce, en lo que los exégetas llaman el “Sermón de la llanura”, en el capítulo seis de san Lucas.

Estas bienaventuranzas de Lucas, a diferencia de las de Mateo, son distintas. En Mateo eran ocho, mientras que aquí son cuatro bienaventuranzas y otras cuatro que podemos llamar malaventuranzas o lamentaciones. En las primeras Jesús llama «felices y dichosos» a cuatro clases de personas: los pobres, los que pasan hambre, los que lloran y los que son perseguidos por causa de su fe. En las segundas, las malaventuranzas, se lamenta y dedica su «ay» a otras cuatro clases de personas: los ricos, los que están saciados, los que ríen y los que son adulados por el mundo. Jesús indica así que los primeros son prioritarios para Dios, precisamente por ser los más necesitados y que nadie atiende. Y lo malaventurados son los que están a la cola en las preferidos de Dios por olvidarse de los anteriores.

Por tanto, seas, soltero, casado, célibe, etc, no te olvides de tus semejantes más necesitados, pues esto es más importante que la condición sexual que vivas. Creo que está muy claro.

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. martes 10 de septiembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6,1-11):

Cuando uno de vosotros está en pleito con otro, ¿cómo tiene el descaro de llevarlo a un tribunal pagano y no ante los santos? ¿Habéis olvidado que los santos juzgarán el universo? Pues si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no estaréis a la altura de juzgar minucias? Recordad que juzgaremos a ángeles: cuánto más asuntos de la vida ordinaria. De manera que para juzgar los asuntos ordinarios dais jurisdicción a ésos que en la Iglesia no pintan nada.
¿No os da vergüenza? ¿Es que no hay entre vosotros ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos? No señor, un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes. Desde cualquier punto de vista ya es un fallo que haya pleitos entre vosotros. ¿No estaría mejor sufrir la injusticia? ¿No estaría mejor dejarse robar?

En cambio, sois vosotros los injustos y los ladrones, y eso con hermanos vuestros. Sabéis muy bien que la gente injusta no heredará el reino de Dios. No os llaméis a engaño: los inmorales, idólatras, adúlteros, afeminados, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios. Así erais algunos antes. Pero os lavaron, os consagraron, os perdonaron en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por Espíritu de nuestro Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b

R/. El Señor ama a su pueblo

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R/.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R/.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,12-19):

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salta de él una fuerza que los curaba a todos.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Es humanísimo que entre nosotros existan conflictos y problemas; también existían en las primitivas comunidades cristianas, como leemos hoy en la primera lectura. Lo que no debería ser normal es que no fuéramos capaces de resolverlos entre nosotros. Esto es lo que le enfada a san Pablo en su carta, que los Corintios acudan a los tribunales antes de intentar practicar la corrección fraterna: “¿No os da vergüenza? ¿Es que no hay entre vosotros ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos?”

Los creyentes, al igual que los que no lo son, no nos diferenciamos por la ausencia de problemas o conflictos entre nosotros, sino por el modo de resolverlos. O deberíamos, puesto que la fe nos da herramientas muy eficaces que no debemos desechar: la corrección fraterna, el discernimiento, el perdón, la oración, la fuerza de la fe… San Pablo se enfada con su comunidad porque actúan como gentiles, por no decir como brutos, ante los conflictos que surgen entre ellos.

No seamos brutos. Problemas de relación, entendimiento, convivencia, comunicación, siempre los vamos a tener, incluso con los seres más queridos y cercanos. Seamos inteligentes espirituales y utilicemos las valiosas herramientas de la fe que hemos recordado.

Precisamente en el Evangelio de hoy, Jesús llama a doce apóstoles muy diferentes entre sí, con psicologías muy dispares. No llamó a doce personas del mismo rango social, mismo oficio, misma edad… eran muy distintos. Por eso tuvieron problemas y discusiones entre ellos, lo vamos observando en los Evangelios. Pero a la vez, vamos observando como el Señor les iba enseñando a resolver esos problemas no a modo como lo hace el mundo, sino como Dios quiere que se solucionen las cosas en ese nuevo modo de vida que Jesús llama Reino de Dios y que hay que construir entre todos aquí y ahora. Para eso llamó Jesús a los Doce y para eso no ha llamado también a nosotros, no lo olvidemos.

Vuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. lunes 09 de septiembre de 2024

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,1-8):

Se sabe de buena tinta que hay un caso de unión ilegítima en vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran: me refiero a ése que vive con la mujer de su padre. ¿Y todavía tenéis humos? Estaría mejor ponerse de luto y pidiendo que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo. Lo que es yo, ausente en el cuerpo pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, entregar al que ha hecho eso en manos del diablo; humanamente quedará destrozado, pero así la persona se salvará en el día del Señor. Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebramos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 5

R/. Señor, guíame con tu justicia

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huesped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R/.

Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,6-11):

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Un poco de levadura fermenta toda la masa, como leemos en la primera carta de san Pablo a los Corintios: “¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?” Es decir, un pequeño gesto, lleno de potencia, amor y convicción, puede cambiar muchas cosas. Aun siendo objetivamente relevante, puede esconder la fuerza de la gracia de Dios que transforma todo lo que toca.

Nos viene bien recordarlo, puesto que a veces nos desanimamos a la hora de realizar gestos concretos que puedan cambiar la realidad de nuestra vida, laboral, familiar o personal. Esto no merece la pena, pensamos; olvidando que los grandes cambios en la historia y en la vida de fe han comenzado con pequeños gestos, eso sí, llenos de vida, como la levadura.

En el Evangelio de hoy, Jesús realiza un pequeño gesto, pero lleno de vida: cura el brazo de un hombre paralítico. Lo que no son capaces de ver la mayoría de los testigos que están en la sinagoga es que, aparte de curar el brazo, Jesús ha curado a la persona entera pues ha perdonado sus pecados junto a su curación física, y esto le permite ser concebido como un no pecador. Tenemos que recordar que en la mentalidad judía si una persona padecía una enfermedad era consecuencia de un pecado cometido por la propia persona o por sus padres, por lo que la enfermedad era el castigo de Dios por dicho pecado. Por tanto, esa persona curada íntegramente deja de ser vista como un ser proscrito, es reintegrado a la sociedad como una persona digna de crédito.

Pequeños gestos, hacen mucho, sólo hace falta creer en la fuerza de la gracia de Dios que nos acompaña en todas las acciones que hagamos con buena voluntad. No nos rindamos antes de tiempo, tenemos en nuestras manos mucha levadura que repartir.

Vuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

Homilía para la Eucaristía del domingo 08 de septiembre de 2024

DOMINGO XXIII. NATIVIDAD DE MARÍA SANTÍSIMA.
Isaías 35,4-7: Dios interviene para salvar; de ahí las imágenes y metáforas que expresan de qué manera Dios actúa en favor de su gente.
Santiago 2,1-7: El cristiano, por ser un rescatado por Dios, no puede descartar a nadie, sino amar a todos.
Marcos 7,31-37: El Evangelio nos muestra a Jesús realizando signos y gestos propios de Dios que interviene para salvar también a los no judíos, a los paganos, incapaces de escuchar y proclamar la Palabra.

1.- El domingo pasado veíamos cómo el hombre busca a Dios a través de la religión. Pero hoy aparece lo contrario, Dios que sale al encuentro del hombre a través de la Revelación. Dios llega al hombre en la Persona de Jesús. Dios llega al hombre e interviene en favor nuestro; intervención que es presentada en Isaías por medio de imágenes que significan liberación; así, en la tierra árida brota el agua, en el hombre el poder escuchar, caminar, etc. Todos son signos de la intervención salvífica de Dios que llega a renovarlo todo. Dios siempre interviene para salvar, liberar, lo que se expresa y plastifica en el Éxodo-Pascua. Es decir, pasar de un estado de aflicción a uno de liberación y satisfacción. Porque Dios es quien salva, no el hombre.
2.- Todos estábamos sumidos en el mal, en la calamidad. Todos corríamos la suerte de los rechazados. Pero Dios vino a nosotros y nos rescató y salvó gratuitamente. Por eso un cristiano no puede menospreciar a nadie, no puede juzgar a nadie por su apariencia o condición social. En otras palabras, hemos de ser con los demás así como Dios lo fue con nosotros. Él nos ama gratuitamente sin miramiento alguno.
3.- En el mundo, la sociedad, es natural que se haga distingos de toda clase. Por tener una mentalidad materialista se valora a la persona por lo que tiene y no por lo que es. Ya lo dice la Santa Escritura: “Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón”(1Samuel 16,7). Y este mal viene con nuestra naturaleza contaminada. Hay sociedades que admiten y cultivan las castas; en otras se vive de las clases sociales, de los apellidos, de los títulos nobiliarios o del tener y el poder. Y todo esto no va con el querer de Dios.
La Iglesia, la comunidad cristiana, no puede contaminarse con este mal, y si ha sido contaminada, necesita ser liberada por el Señor. Porque todavía hay muchos sordos-mudos-paralíticos en nuestro entorno.
4.- Pero a nosotros llega la voz del Profeta que nos dice: “Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios”. ¿Dónde? En la Persona de Jesús, el Dios-con-nosotros. Es Él quien se ha metido entre nosotros, porque “el Señor mantiene su fidelidad para siempre”.
En Cristo Dios llega a nosotros, se nos da a conocer actuando, salvando. Es Él quien “hace oír a los sordos y hablar a los mudos”, porque así como Él curó al sordomudo de una región pagana, dando a entender que de la misma manera está el hombre sin Dio, incapaz de escucharlo y proclamarlo, también ahora Él quiere intervenir para liberarnos de nuestras sorderas, nuestras mudeces y parálisis para que seamos activos constructores y proclamadores del Reino de Dios en nuestro ambiente. Me temo que a veces nosotros los católicos estamos sordos y mudos ya que no queremos escuchar al Señor. En este Mes de la Biblia, hagamos el propósito de tomar en serio la Palabra, interiorizarla y vivirla. Es lo mejor que podemos hacer. No basta con realizar cursos y jornadas bíblicas si no nos empapamos de la Palabra de Dios.
Hoy entra el Señor y quiere actuar en nosotros. Que abra nuestros oídos y suelte nuestra lengua.
Hno. Pastor.

EDD. sábado 07 de septiembre en 2024

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,6b-15):

Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado? Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos. Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros, unos locos por Cristo, vosotros, ¡qué cristianos tan sensatos! Nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora hemos pasado hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan, y les deseamos bendiciones; nos persiguen, y aguantamos; nos calumnian, y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el deshecho de la humanidad, y así hasta el día de hoy.

No os escribo esto para avergonzaros, sino para haceros recapacitar, porque os quiero como a hijos; ahora que sois cristianos tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 144,17-18.19-20.21

R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados. R/.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,1-5):

Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Competir por ver quién es el más fuerte, tanto militar como incluso mental o religiosamente, siempre ha sido una marca humana. Quienes creen ser los mejores critican, o persiguen abiertamente, a quienes no hacen las cosas como ellos o no piensan lo mismo. Hoy la primera lectura hace casi un catálogo de maneras de persecución y de superioridad. Y en el evangelio vemos a los discípulos criticados por saltarse una regla sabática.

Ante la persecución y la crítica es muy posible, y muy humano “arrugarse”. La persecución cruenta o física es el extremo, pero el “qué dirán” es lo más insidioso y a veces lo más dañino. Atenta contra la dignidad de la persona al obligarla a sentirse inferior al ser distinta ante la opinión generalizada o el pensamiento único. Siempre ha habido persecuciones, pero quizá pensábamos que en una civilización occidental, supuestamente de inspiración cristiana, sería imposible. Pero lo estamos viendo constantemente a nuestro alrededor; si no una persecución cruenta, sí la del insulto, difamación, crítica, ridiculización… Sin ir más lejos, la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de París, las expulsiones de religiosos de Nicaragua o el derribo de cruces por toda Europa.

Hoy se nos hace una invitación a una libertad difícil y un poco peligrosa. El afirmar que sólo Jesús es el Señor nos puede poner en situaciones complicadas incluso con los más cercanos. Podemos acabar siendo como los que describe san Pablo: insultados, ridiculizados humillados, perseguidos… O, cuando poco, criticados. Y sin embargo, la serena afirmación de soberanía de Cristo nos da esa fuerza que le daba a Pablo; ridiculizamos, bendecimos, perseguidos, aguantamos… Como solo Cristo es el Señor, toda esa fuerza es la que se nos ha dado, no por nuestros méritos ni por nuestra fortaleza personal, sino por la soberanía divina. Y no nos hace falta competir ni compararnos. Solo Dios es Dios. No lo es la moda, ni la norma establecida por los poderes, ni el pensamiento único, ni las corrientes prevalentes. Jesús es Señor, para gloria de Dios Padre. Y por eso, podemos ser libres.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. viernes 06 de septiembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,1-5):

Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 36,3-4.5-6.27-28.39-40

R/. El Señor es quien salva a los justos

Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía. R/.

Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles. R/.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados
y los salva porque se acogen a él. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,33-39):

En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.»
Jesús les contestó: «¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.»
Y añadió esta parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: «Está bueno el añejo.»»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

¿Qué tiene que ver la práctica del ayuno con los odres, nuevos o viejos? El discurso de Jesús aquí parece un salto de lógica muy extraño. Tiene, sin embargo, un sentido muy profundo. La práctica del ayuno, o cualquier otra práctica religiosa, se puede convertir en acto mecánico y rutinario, sin pensamiento ni discernimiento. Se hace así porque siempre se ha hecho así y así se seguirá haciendo siempre.

Un odre nuevo (o una bota de vino de cuero) que recibe vino nuevo por un tiempo se va haciendo más elástica y se expande con los gases del alcohol y a medida que el vino va madurando. Pero llega un momento en que el vino ya ha madurado y entonces el cuero se endurece y queda rígido. Y eso mismo ocurre con la persona que comienza una práctica nueva o que adopta una regla religiosa. Al principio se expande, en su espíritu y entendimiento, pero llega un momento en que quizá no recuerde por qué comenzó a hacer eso y cuál es el sentido. Y entonces se hace rígida y dura y continúa practicando mecánicamente y sin sentido.

Hoy Jesús afirma que las circunstancias en que se encontraban los discípulos no aconsejaban la práctica del ayuno, porque estaban de fiesta, de boda, en compañía del novio y de la fuente de la alegría. No es que Jesús esté echando por tierra la tradición, sino la falta de “expansión” que da el discernimiento sobre las circunstancias y las motivaciones. Jesús había dicho que él hacía nuevas todas las cosas. Y para que esas cosas sean nuevas hay que vigilar que nuestros cueros, nuestras odres no se hayan endurecido. Se trata de recibir la palabra de Cristo, siempre antigua y siempre nueva, como singular para cada circunstancia, como algo que nos va a expandir en lugar de endurecernos. El vino nuevo que es el mensaje de Cristo para nuestra vida debe entrar cada mañana en nuestros odres cada día dispuestos, razonados, motivados y abiertos y expansivos en lugar de mecanizados y rutinarios. Quizá sea lo de siempre, pero será nuevo cada vez.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-viernes-de-la-xxii-semana-del-tiempo-ordinario/

EDD. jueves 05 de septiembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (3,18-23):

Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia.» Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos.» Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11):

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.

Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

¿Qué sabrá un carpintero sobre la pesca? ¿Cómo es que Jesús se atreve a dar un consejo sobre la pesca a pescadores avezados que llevan toda la vida en estas labores? Cuando Jesús aconseja echar las redes al otro lado, Pedro argumenta, pero solo un poquito: llevamos toda la noche faenando y no hemos conseguido nada… Pero inmediatamente dice, “en tu nombre, Señor”. Un detalle que quizá parezca insignificante, pero que resulta ser vital. A menudo pensamos que sabemos muy bien lo que estamos haciendo porque llevamos haciéndolo toda la vida. Podemos ver que llega un momento en que nuestros esfuerzos son ineficaces, que no llegamos a ninguna parte.

Si alguien, que no es de nuestro campo, nos aconseja hacer las cosas de otra manera quizá lo miremos con desdén, preguntándonos qué sabrá esa persona. Pero Pedro dice, “en tu nombre” y el resultado es asombroso. Si alguna vez hemos experimentado el éxito, es posible que luego olvidemos lo de “en tu nombre” y pensemos que todo se debió al propio esfuerzo. La reacción de Pedro es ejemplar: reconoce que él no ha tenido nada que ver con el resultado, que es un hombre pecador y que el fruto de cualquier esfuerzo se debe únicamente a Dios.

A veces me pregunto qué habría ocurrido si el esfuerzo “en tu nombre” no hubiera producido una pesca tan espectacular. ¿Qué nos ocurre cuando, a pesar de encomendar a Dios nuestros actos y trabajos parecen no tener resultado? Es posible que dijéramos que, lógicamente, Jesús (o la persona que, en su nombre nos haya podido aconsejar) no tiene idea de lo que es nuestra profesión… Es posible que perdamos la confianza. Quizá porque entonces sigamos pensando que el “en tu nombre” era únicamente una fórmula sin más alcance o efectividad.

El desafío que se nos presenta hoy es la fe inconmovible en que el “en tu nombre”, el ir más adentro, siempre produce resultados asombrosos… aunque no veamos los peces inmediatamente. Dios los ve, porque son suyos, no nuestros, y eso es lo importante. Lo nuestro es bogar más adentro y echar las redes, “en su nombre”.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-jueves-de-la-xxii-semana-del-tiempo-ordinario-2/?occurrence=2024-09-05&nskip=38356