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Autor: Patricio Osiadacz

EDD. martes 10 de septiembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6,1-11):

Cuando uno de vosotros está en pleito con otro, ¿cómo tiene el descaro de llevarlo a un tribunal pagano y no ante los santos? ¿Habéis olvidado que los santos juzgarán el universo? Pues si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no estaréis a la altura de juzgar minucias? Recordad que juzgaremos a ángeles: cuánto más asuntos de la vida ordinaria. De manera que para juzgar los asuntos ordinarios dais jurisdicción a ésos que en la Iglesia no pintan nada.
¿No os da vergüenza? ¿Es que no hay entre vosotros ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos? No señor, un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes. Desde cualquier punto de vista ya es un fallo que haya pleitos entre vosotros. ¿No estaría mejor sufrir la injusticia? ¿No estaría mejor dejarse robar?

En cambio, sois vosotros los injustos y los ladrones, y eso con hermanos vuestros. Sabéis muy bien que la gente injusta no heredará el reino de Dios. No os llaméis a engaño: los inmorales, idólatras, adúlteros, afeminados, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios. Así erais algunos antes. Pero os lavaron, os consagraron, os perdonaron en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por Espíritu de nuestro Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b

R/. El Señor ama a su pueblo

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R/.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R/.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,12-19):

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salta de él una fuerza que los curaba a todos.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Es humanísimo que entre nosotros existan conflictos y problemas; también existían en las primitivas comunidades cristianas, como leemos hoy en la primera lectura. Lo que no debería ser normal es que no fuéramos capaces de resolverlos entre nosotros. Esto es lo que le enfada a san Pablo en su carta, que los Corintios acudan a los tribunales antes de intentar practicar la corrección fraterna: “¿No os da vergüenza? ¿Es que no hay entre vosotros ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos?”

Los creyentes, al igual que los que no lo son, no nos diferenciamos por la ausencia de problemas o conflictos entre nosotros, sino por el modo de resolverlos. O deberíamos, puesto que la fe nos da herramientas muy eficaces que no debemos desechar: la corrección fraterna, el discernimiento, el perdón, la oración, la fuerza de la fe… San Pablo se enfada con su comunidad porque actúan como gentiles, por no decir como brutos, ante los conflictos que surgen entre ellos.

No seamos brutos. Problemas de relación, entendimiento, convivencia, comunicación, siempre los vamos a tener, incluso con los seres más queridos y cercanos. Seamos inteligentes espirituales y utilicemos las valiosas herramientas de la fe que hemos recordado.

Precisamente en el Evangelio de hoy, Jesús llama a doce apóstoles muy diferentes entre sí, con psicologías muy dispares. No llamó a doce personas del mismo rango social, mismo oficio, misma edad… eran muy distintos. Por eso tuvieron problemas y discusiones entre ellos, lo vamos observando en los Evangelios. Pero a la vez, vamos observando como el Señor les iba enseñando a resolver esos problemas no a modo como lo hace el mundo, sino como Dios quiere que se solucionen las cosas en ese nuevo modo de vida que Jesús llama Reino de Dios y que hay que construir entre todos aquí y ahora. Para eso llamó Jesús a los Doce y para eso no ha llamado también a nosotros, no lo olvidemos.

Vuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. lunes 09 de septiembre de 2024

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,1-8):

Se sabe de buena tinta que hay un caso de unión ilegítima en vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran: me refiero a ése que vive con la mujer de su padre. ¿Y todavía tenéis humos? Estaría mejor ponerse de luto y pidiendo que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo. Lo que es yo, ausente en el cuerpo pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, entregar al que ha hecho eso en manos del diablo; humanamente quedará destrozado, pero así la persona se salvará en el día del Señor. Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebramos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 5

R/. Señor, guíame con tu justicia

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huesped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R/.

Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,6-11):

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Un poco de levadura fermenta toda la masa, como leemos en la primera carta de san Pablo a los Corintios: “¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?” Es decir, un pequeño gesto, lleno de potencia, amor y convicción, puede cambiar muchas cosas. Aun siendo objetivamente relevante, puede esconder la fuerza de la gracia de Dios que transforma todo lo que toca.

Nos viene bien recordarlo, puesto que a veces nos desanimamos a la hora de realizar gestos concretos que puedan cambiar la realidad de nuestra vida, laboral, familiar o personal. Esto no merece la pena, pensamos; olvidando que los grandes cambios en la historia y en la vida de fe han comenzado con pequeños gestos, eso sí, llenos de vida, como la levadura.

En el Evangelio de hoy, Jesús realiza un pequeño gesto, pero lleno de vida: cura el brazo de un hombre paralítico. Lo que no son capaces de ver la mayoría de los testigos que están en la sinagoga es que, aparte de curar el brazo, Jesús ha curado a la persona entera pues ha perdonado sus pecados junto a su curación física, y esto le permite ser concebido como un no pecador. Tenemos que recordar que en la mentalidad judía si una persona padecía una enfermedad era consecuencia de un pecado cometido por la propia persona o por sus padres, por lo que la enfermedad era el castigo de Dios por dicho pecado. Por tanto, esa persona curada íntegramente deja de ser vista como un ser proscrito, es reintegrado a la sociedad como una persona digna de crédito.

Pequeños gestos, hacen mucho, sólo hace falta creer en la fuerza de la gracia de Dios que nos acompaña en todas las acciones que hagamos con buena voluntad. No nos rindamos antes de tiempo, tenemos en nuestras manos mucha levadura que repartir.

Vuestro hermano en la fe:

Juan Lozano, cmf.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

Homilía para la Eucaristía del domingo 08 de septiembre de 2024

DOMINGO XXIII. NATIVIDAD DE MARÍA SANTÍSIMA.
Isaías 35,4-7: Dios interviene para salvar; de ahí las imágenes y metáforas que expresan de qué manera Dios actúa en favor de su gente.
Santiago 2,1-7: El cristiano, por ser un rescatado por Dios, no puede descartar a nadie, sino amar a todos.
Marcos 7,31-37: El Evangelio nos muestra a Jesús realizando signos y gestos propios de Dios que interviene para salvar también a los no judíos, a los paganos, incapaces de escuchar y proclamar la Palabra.

1.- El domingo pasado veíamos cómo el hombre busca a Dios a través de la religión. Pero hoy aparece lo contrario, Dios que sale al encuentro del hombre a través de la Revelación. Dios llega al hombre en la Persona de Jesús. Dios llega al hombre e interviene en favor nuestro; intervención que es presentada en Isaías por medio de imágenes que significan liberación; así, en la tierra árida brota el agua, en el hombre el poder escuchar, caminar, etc. Todos son signos de la intervención salvífica de Dios que llega a renovarlo todo. Dios siempre interviene para salvar, liberar, lo que se expresa y plastifica en el Éxodo-Pascua. Es decir, pasar de un estado de aflicción a uno de liberación y satisfacción. Porque Dios es quien salva, no el hombre.
2.- Todos estábamos sumidos en el mal, en la calamidad. Todos corríamos la suerte de los rechazados. Pero Dios vino a nosotros y nos rescató y salvó gratuitamente. Por eso un cristiano no puede menospreciar a nadie, no puede juzgar a nadie por su apariencia o condición social. En otras palabras, hemos de ser con los demás así como Dios lo fue con nosotros. Él nos ama gratuitamente sin miramiento alguno.
3.- En el mundo, la sociedad, es natural que se haga distingos de toda clase. Por tener una mentalidad materialista se valora a la persona por lo que tiene y no por lo que es. Ya lo dice la Santa Escritura: “Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón”(1Samuel 16,7). Y este mal viene con nuestra naturaleza contaminada. Hay sociedades que admiten y cultivan las castas; en otras se vive de las clases sociales, de los apellidos, de los títulos nobiliarios o del tener y el poder. Y todo esto no va con el querer de Dios.
La Iglesia, la comunidad cristiana, no puede contaminarse con este mal, y si ha sido contaminada, necesita ser liberada por el Señor. Porque todavía hay muchos sordos-mudos-paralíticos en nuestro entorno.
4.- Pero a nosotros llega la voz del Profeta que nos dice: “Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios”. ¿Dónde? En la Persona de Jesús, el Dios-con-nosotros. Es Él quien se ha metido entre nosotros, porque “el Señor mantiene su fidelidad para siempre”.
En Cristo Dios llega a nosotros, se nos da a conocer actuando, salvando. Es Él quien “hace oír a los sordos y hablar a los mudos”, porque así como Él curó al sordomudo de una región pagana, dando a entender que de la misma manera está el hombre sin Dio, incapaz de escucharlo y proclamarlo, también ahora Él quiere intervenir para liberarnos de nuestras sorderas, nuestras mudeces y parálisis para que seamos activos constructores y proclamadores del Reino de Dios en nuestro ambiente. Me temo que a veces nosotros los católicos estamos sordos y mudos ya que no queremos escuchar al Señor. En este Mes de la Biblia, hagamos el propósito de tomar en serio la Palabra, interiorizarla y vivirla. Es lo mejor que podemos hacer. No basta con realizar cursos y jornadas bíblicas si no nos empapamos de la Palabra de Dios.
Hoy entra el Señor y quiere actuar en nosotros. Que abra nuestros oídos y suelte nuestra lengua.
Hno. Pastor.

EDD. sábado 07 de septiembre en 2024

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,6b-15):

Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado? Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos. Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros, unos locos por Cristo, vosotros, ¡qué cristianos tan sensatos! Nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora hemos pasado hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan, y les deseamos bendiciones; nos persiguen, y aguantamos; nos calumnian, y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el deshecho de la humanidad, y así hasta el día de hoy.

No os escribo esto para avergonzaros, sino para haceros recapacitar, porque os quiero como a hijos; ahora que sois cristianos tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 144,17-18.19-20.21

R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados. R/.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,1-5):

Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Competir por ver quién es el más fuerte, tanto militar como incluso mental o religiosamente, siempre ha sido una marca humana. Quienes creen ser los mejores critican, o persiguen abiertamente, a quienes no hacen las cosas como ellos o no piensan lo mismo. Hoy la primera lectura hace casi un catálogo de maneras de persecución y de superioridad. Y en el evangelio vemos a los discípulos criticados por saltarse una regla sabática.

Ante la persecución y la crítica es muy posible, y muy humano “arrugarse”. La persecución cruenta o física es el extremo, pero el “qué dirán” es lo más insidioso y a veces lo más dañino. Atenta contra la dignidad de la persona al obligarla a sentirse inferior al ser distinta ante la opinión generalizada o el pensamiento único. Siempre ha habido persecuciones, pero quizá pensábamos que en una civilización occidental, supuestamente de inspiración cristiana, sería imposible. Pero lo estamos viendo constantemente a nuestro alrededor; si no una persecución cruenta, sí la del insulto, difamación, crítica, ridiculización… Sin ir más lejos, la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de París, las expulsiones de religiosos de Nicaragua o el derribo de cruces por toda Europa.

Hoy se nos hace una invitación a una libertad difícil y un poco peligrosa. El afirmar que sólo Jesús es el Señor nos puede poner en situaciones complicadas incluso con los más cercanos. Podemos acabar siendo como los que describe san Pablo: insultados, ridiculizados humillados, perseguidos… O, cuando poco, criticados. Y sin embargo, la serena afirmación de soberanía de Cristo nos da esa fuerza que le daba a Pablo; ridiculizamos, bendecimos, perseguidos, aguantamos… Como solo Cristo es el Señor, toda esa fuerza es la que se nos ha dado, no por nuestros méritos ni por nuestra fortaleza personal, sino por la soberanía divina. Y no nos hace falta competir ni compararnos. Solo Dios es Dios. No lo es la moda, ni la norma establecida por los poderes, ni el pensamiento único, ni las corrientes prevalentes. Jesús es Señor, para gloria de Dios Padre. Y por eso, podemos ser libres.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. viernes 06 de septiembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,1-5):

Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 36,3-4.5-6.27-28.39-40

R/. El Señor es quien salva a los justos

Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía. R/.

Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles. R/.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados
y los salva porque se acogen a él. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,33-39):

En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.»
Jesús les contestó: «¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.»
Y añadió esta parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: «Está bueno el añejo.»»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

¿Qué tiene que ver la práctica del ayuno con los odres, nuevos o viejos? El discurso de Jesús aquí parece un salto de lógica muy extraño. Tiene, sin embargo, un sentido muy profundo. La práctica del ayuno, o cualquier otra práctica religiosa, se puede convertir en acto mecánico y rutinario, sin pensamiento ni discernimiento. Se hace así porque siempre se ha hecho así y así se seguirá haciendo siempre.

Un odre nuevo (o una bota de vino de cuero) que recibe vino nuevo por un tiempo se va haciendo más elástica y se expande con los gases del alcohol y a medida que el vino va madurando. Pero llega un momento en que el vino ya ha madurado y entonces el cuero se endurece y queda rígido. Y eso mismo ocurre con la persona que comienza una práctica nueva o que adopta una regla religiosa. Al principio se expande, en su espíritu y entendimiento, pero llega un momento en que quizá no recuerde por qué comenzó a hacer eso y cuál es el sentido. Y entonces se hace rígida y dura y continúa practicando mecánicamente y sin sentido.

Hoy Jesús afirma que las circunstancias en que se encontraban los discípulos no aconsejaban la práctica del ayuno, porque estaban de fiesta, de boda, en compañía del novio y de la fuente de la alegría. No es que Jesús esté echando por tierra la tradición, sino la falta de “expansión” que da el discernimiento sobre las circunstancias y las motivaciones. Jesús había dicho que él hacía nuevas todas las cosas. Y para que esas cosas sean nuevas hay que vigilar que nuestros cueros, nuestras odres no se hayan endurecido. Se trata de recibir la palabra de Cristo, siempre antigua y siempre nueva, como singular para cada circunstancia, como algo que nos va a expandir en lugar de endurecernos. El vino nuevo que es el mensaje de Cristo para nuestra vida debe entrar cada mañana en nuestros odres cada día dispuestos, razonados, motivados y abiertos y expansivos en lugar de mecanizados y rutinarios. Quizá sea lo de siempre, pero será nuevo cada vez.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-viernes-de-la-xxii-semana-del-tiempo-ordinario/

EDD. jueves 05 de septiembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (3,18-23):

Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia.» Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos.» Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11):

En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.

Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.»
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

¿Qué sabrá un carpintero sobre la pesca? ¿Cómo es que Jesús se atreve a dar un consejo sobre la pesca a pescadores avezados que llevan toda la vida en estas labores? Cuando Jesús aconseja echar las redes al otro lado, Pedro argumenta, pero solo un poquito: llevamos toda la noche faenando y no hemos conseguido nada… Pero inmediatamente dice, “en tu nombre, Señor”. Un detalle que quizá parezca insignificante, pero que resulta ser vital. A menudo pensamos que sabemos muy bien lo que estamos haciendo porque llevamos haciéndolo toda la vida. Podemos ver que llega un momento en que nuestros esfuerzos son ineficaces, que no llegamos a ninguna parte.

Si alguien, que no es de nuestro campo, nos aconseja hacer las cosas de otra manera quizá lo miremos con desdén, preguntándonos qué sabrá esa persona. Pero Pedro dice, “en tu nombre” y el resultado es asombroso. Si alguna vez hemos experimentado el éxito, es posible que luego olvidemos lo de “en tu nombre” y pensemos que todo se debió al propio esfuerzo. La reacción de Pedro es ejemplar: reconoce que él no ha tenido nada que ver con el resultado, que es un hombre pecador y que el fruto de cualquier esfuerzo se debe únicamente a Dios.

A veces me pregunto qué habría ocurrido si el esfuerzo “en tu nombre” no hubiera producido una pesca tan espectacular. ¿Qué nos ocurre cuando, a pesar de encomendar a Dios nuestros actos y trabajos parecen no tener resultado? Es posible que dijéramos que, lógicamente, Jesús (o la persona que, en su nombre nos haya podido aconsejar) no tiene idea de lo que es nuestra profesión… Es posible que perdamos la confianza. Quizá porque entonces sigamos pensando que el “en tu nombre” era únicamente una fórmula sin más alcance o efectividad.

El desafío que se nos presenta hoy es la fe inconmovible en que el “en tu nombre”, el ir más adentro, siempre produce resultados asombrosos… aunque no veamos los peces inmediatamente. Dios los ve, porque son suyos, no nuestros, y eso es lo importante. Lo nuestro es bogar más adentro y echar las redes, “en su nombre”.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-jueves-de-la-xxii-semana-del-tiempo-ordinario-2/?occurrence=2024-09-05&nskip=38356

EDD. miércoles 04 de septiembre de 2024

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (3,1-9):

Hermanos, no pude hablaros como a hombres de espíritu, sino como a gente carnal, como a niños en Cristo. Por eso os alimenté con leche, no con comida, porque no estabais para más. Por supuesto, tampoco ahora, que seguís los instintos carnales. Mientras haya entre vosotros envidias y contiendas, es que os guían los instintos carnales y que procedéis según lo humano. Cuando uno dice «yo soy de Pablo» y otro, «yo de Apolo», ¿no estáis procediendo según lo humano? En fin de cuentas, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Ministros que os llevaron a la fe, cada uno como le encargó el Señor. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; por tanto, el que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios. El que planta y el que riega son una misma cosa; si bien cada uno recibirá el salario según lo que haya trabajado. Nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros campo de Dios, edificio de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 32,12-13.14-15.20-21

R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R/.

Desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,38-44):

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.» Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
Pero él les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.»
Y predicaba en las sinagogas de Judea.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Se recibe para dar

Sólo una vez aparece en el Evangelio esta mujer, la suegra de Pedro. Pedro, sin duda, tenía el deber de respetar y proteger a su suegra (que se supone era viuda, porque si no viviría con su esposo…) Pero esta suegrita debía ser bastante extraordinaria. Porque lo extraordinario es que se levante de una enfermedad (debía ser grave porque, al requerir la acción de Jesús, no sería un resfriado pasajero), y empieza a servir. El don recibido enseguida entra en acción de servicio. Es mujer extraordinaria porque lo más común hubiera sido tener unos días de convalecencia. Pero el agradecimiento es motor de acción. Es señal de desinterés y falta de egoísmo. Es reconocimiento humilde de lo recibido.

Lo mismo hacen quienes son liberados de sus demonios. Lo primero es proclamar el poder de Cristo. También se podían haber tomado unas vacaciones después de tanto sufrimiento al estar poseídos. Pero saben que no se han salvado por sí mismos, sino por el Hijo de Dios. El don se recibe con un fin. No es para desperdiciarlo.

Hemos recibido muchos dones de Dios. La cuestión es, primero, reconocerlos y luego saber qué hacemos con ellos. Cuando se nos hace un regalo, normalmente lo guardamos o lo exhibimos para celebrar el buen gusto o la bondad de quien nos lo dio. No se lo regalamos a otro, porque eso sería un insulto al donante. Pero, en el caso de la gracia, su esencia es seguir dando gracia. El donante, Dios mismo, da gratuitamente para que se dé gratuitamente. La gracia es una fuente que no se debe cortar. Recibir una gracia, una curación, una liberación de algo, es energía para el servicio. Negarse a entregarlo supone perderlo. Si se ha recibido, por ejemplo, el don de la generosidad o el espíritu de servicio, al no practicarlo, se agostaría. La suegra de Pedro no recibe la curación para seguir prostrada, como si siguiera enferma, porque entonces acabaría ciertamente gravemente enferma o muerta; recibe el don para que su salud beneficie a todos los de su alrededor. Lo mismo ocurre con todos los dones.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-miercoles-de-la-xxii-semana-del-tiempo-ordinario-2/?occurrence=2024-09-04&nskip=38350

Hno. Roberto Genuin, reelecto como Ministro General.

REELECCIÓN DEL MINISTRO GENERAL | ROMA

Hoy en el programa del Capítulo General figura la elección del Ministro general de la Orden. A las 9:30 de la mañana todos los frailes capitulares se reunieron en la iglesia del Colegio Internacional para una liturgia específica y oración por la elección del Ministro general.

La palabra que resonó es la del Evangelio de Mateo (20,20-28), que califica como servicio las tareas dentro de la comunidad , partiendo de los roles más altos. El mismo Cristo describe su tarea como servicio, hasta el final, hasta el punto de arriesgar su propia vida. La continuación se leyó el apartado de la Memoria del deseo del alma, de Tommaso a Celano, en el que nuestro santo padre Francisco indica las cualidades que debe tener el Ministro (184-186).

Siguiendo la programación del Capítulo, fue elegido EL HERMANO ROBERTO GENUIN, entrando así en su segundo mandato como Ministro general de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos. El hermano Roberto aceptó la nueva elección. Un gran y prolongado aplauso acogió la proclamación oficial del resultado.

Luego, todos los capitulares, uno a la vez, honraron al hermano Roberto con un apretón de manos y un abrazo, agradeciéndole y deseándole nuevos servicios a la Orden.

Pidamos al Señor que ilumine nuestro hermano en su gobierno, para que la luz del Espíritu Santo pueda estar siempre presente en sus decisiones.

¡Paz y Bien!

EDD. martes 03 de septiembre de 2024

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2,10b-16):

El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos. Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales en términos espirituales. A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo?» Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 144, 8-9. 10-11. 12-13ab. 13cd-14

R/. El Señor es justo en todos sus caminos

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,31-37):

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.»
Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Vasijas de barro, tesoro increíble

Dice Pablo en la primera lectura de hoy que “llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se muestre que el poder extraordinario viene de Dios y no de nosotros”. A veces querríamos ser el tesoro extraordinario, en lugar de llevarlo. Y otras veces, aseguramos ser la vasija y negar el tesoro que va dentro, por una humildad que es más bien pura soberbia. Lo necesario es reconocer ambas cosas: tenemos un tesoro extraordinario (que viene de Dios), pero somos vasijas de barro. Y ahí está la gracia. A veces invertimos las cosas: nos hacemos querer pasar por “vasos de oro” pero en el fondo sabemos que lo que llevamos dentro es algo mediocre. Y esto no es justo, porque niega la verdad de Dios, que nos ha dado tanta gracia, tal tesoro. Es un insulto al Espíritu.

Por eso también el Evangelio insiste en esto: “El mayor entre vosotros que actúe como si fuera el menor”. ¿Por qué? Porque el mismo Jesús está entre nosotros como servidor… para darnos el tesoro mayor que es el Reino, la salvación.

Gregorio Magno, cuya memoria celebramos hoy, entendió esto bien. Nacido de clase alta, fue político, recibió honores civiles y eclesiásticos y fue nombrado Papa, cuando él sólo quería ser monje. Entregó todos sus bienes, cuidó de los pobres, luchó por los derechos de la Iglesia, defendió Roma de los invasores y herejes, y regaló a la Iglesia uno de sus mayores tesoros litúrgicos que es el canto Gregoriano. Con razón es llamado Magno, grande. Y sin embargo, quizá su mejor legado sea el resumen de las lecturas de hoy: se proclamó “siervo de los siervos de Dios”, que es el lema que han adoptado todos los papas sucesivos. Con toda su riqueza, su saber, su poder, sabía que “el tesoro va en vasijas de barro”. Esa es el verdadero signo de identidad de todo cristiano.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-martes-de-la-22-semana-del-tiempo-ordinario/?occurrence=2024-09-03&nskip=38348

EDD. lunes 02 de septiembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2,1-5):

Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,97.98.99.100.101.102

R/. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

¡Cuánto amo tu voluntad!:
todo el día estoy meditando. R/.

Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos,
siempre me acompaña. R/.

Soy más docto que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos. R/.

Soy más sagaz que los ancianos,
porque cumplo tus leyes. R/.

Aparto mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R/.

No me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R/

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30):

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»

Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

La escucha es puerta para la gracia

Jesús afirma que el pasaje de Isaías en el que se manifiesta la presencia del Espíritu en el siervo se acaba de cumplir en él mismo. Eso le daría toda la acreditación para anunciar el Evangelio de salvación, porque tiene el sello del Espíritu. “El Espíritu me ha enviado a sanar, a liberar, a curar, a proclamar la salvación”. Solo hay una condición para que pueda actuar: que haya una escucha. La escucha supone aceptación. Y la aceptación da paso a la efectividad. Dice Jesús: “se cumple lo que acabáis de escuchar”. Si no se escucha, no puede actuar, porque no hay la fe necesaria para que se pueda recibir la gracia. No se puede recibir todo ese bien, porque los oídos están sordos.

Y si es algo tan fantástico como un anuncio de buena noticia, ¿por qué no se acepta? ¿Por qué no se quiere escuchar? La cerrazón al mensaje en este caso se debe a que el mensaje se abre a todos; es el anuncio de una salvación universal y no sólo para los “elegidos”. La gracia se ofrece a todos, porque el siervo está “acreditado” para ello por la mayor fuerza: la del Espíritu. 

Negarse a pensar en una apertura a todos, y no solamente al grupo reducido de élite. Nadie es profeta en su tierra es otra manera de definir la envidia: nadie que sea de mi misma condición puede ser más que yo. No puede tener un cargo más alto que el mío; no puede tener algún privilegio, y mucho menos, gozar del sello del Espíritu. Esto es una situación triste porque impide el paso del bien y de la salvación a todos, incluidos quienes se consideran los elegidos. Pero se le puede dar una vuelta a esta dinámica envidiosa y pensar que, en realidad, no somos más que el Maestro; pero el maestro tiene el Espíritu del envío a curar, a proclamar la salvación. Y, con él, tenemos esa misma misión.

La escucha, por tanto, abre una fuente de alegría y de bien imparable. Porque, al escuchar, podemos entrar en esa misma dinámica de recepción de la misión y envío. Podemos participar de ese mismo sello del Espíritu. De hecho, ya participamos por nuestra propia Confirmación; pero hace falta más escucha, más aceptación, más reconocimiento. Abrir el oído nos permite recibir el Espíritu, la enorme gracia universal de Dios.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-al-evangelio-del-dia-2-de-septiembre-de-2024/