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Autor: Patricio Osiadacz

EDD. miércoles 08 de mayo de 2024

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (17,15.22–18,1):

EN aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con el encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuánto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:
«Atenienses, veo que sois en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y contemplando vuestros monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: “Al Dios desconocido”.
Pues eso que veneráis sin conocerlo os lo anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por manos humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo.
De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando fijamente los tiempos y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo han dicho incluso algunos de vuestros poetas: “Somos estirpe suya”.

Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Así pues, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, Dios anuncia ahora en todas partes a todos los humanos que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre a quien él ha designado; y ha dado a todos la garantía de esto, resucitándolo de entre los muertos».
Al oír «resurrección de entre los muertos», unos lo tomaban a broma, otros dijeron:
«De esto te oiremos hablar en otra ocasión».
Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más con ellos.
Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 148,1-2.11-12.13.14

R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria

Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos. R/.

Reyes del orbe y todos los pueblos,
príncipes y jueces del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos junto con los niños. R/.

Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. R/.

Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,12-15):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos:

En Atenas el apóstol Pablo se enfrenta con las religiones paganas que desconocen las tradiciones de los judíos. La ciudad vivía su decadencia económica y política, pero disfrutaba de un gran ambiente cultural, que habían creado los grandes sabios.

El discurso que allí pronunció Pablo es de suma importancia para Lucas, hombre abierto a la cultura griega, dialogante y conciliador. El discurso está colocado justo al comienzo de la gran misión de Pablo que le llevará a predicar el Evangelio en el mundo greco-romano, donde, desde el punto de vista religioso, la diversidad de religiones era la nota dominante.

Para nosotros hoy día lo fascinante de este relato es que justamente uno de los representantes más cualificados de la Iglesia de entonces escuche con respeto a los filósofos. Y haga suyas las convicciones del mundo cultural griego de tolerancia hacia las religiones y dialogue y anuncie el mensaje de Jesús.

Hoy llamaríamos a la actuación misionera de Pablo en Atenas diálogo interreligioso, la última y desafiante frontera de la misión universal de la Iglesia que estamos viviendo con tanta pasión en nuestros días.

Queridos hermanos:

En Atenas el apóstol Pablo se enfrenta con las religiones paganas que desconocen las tradiciones de los judíos. La ciudad vivía su decadencia económica y política, pero disfrutaba de un gran ambiente cultural, que habían creado los grandes sabios.

El discurso que allí pronunció Pablo es de suma importancia para Lucas, hombre abierto a la cultura griega, dialogante y conciliador. El discurso está colocado justo al comienzo de la gran misión de Pablo que le llevará a predicar el Evangelio en el mundo greco-romano, donde, desde el punto de vista religioso, la diversidad de religiones era la nota dominante.

Para nosotros hoy día lo fascinante de este relato es que justamente uno de los representantes más cualificados de la Iglesia de entonces escuche con respeto a los filósofos. Y haga suyas las convicciones del mundo cultural griego de tolerancia hacia las religiones y dialogue y anuncie el mensaje de Jesús.

Hoy llamaríamos a la actuación misionera de Pablo en Atenas diálogo interreligioso, la última y desafiante frontera de la misión universal de la Iglesia que estamos viviendo con tanta pasión en nuestros días.

Esta escena de Pablo dialogando con las religiones no cristianas, representadas por los filósofos de Atenas, se repetirá en otros momentos de la vida de la iglesia. En la actualidad y gracias al Concilio Vaticano II, que abrió las puertas al diálogo atento y respetuoso con los creyentes de otras religiones, sin descalificaciones, prejuicios ni condenas. Ese diálogo continúa impulsado por el Papa Francisco. Todos somos hijos de Dios y a  todos nos llama a sentirnos miembros de una familia de hijos. Esta fraternidad universal tiene actualmente más posibilidades que en otras épocas de la historia de la humanidad.

En nuestra relación siempre hemos de buscar primero lo que nos une, más que lo que nos separa. O como  alguien escribió: “Hay quienes aman a Dios de todo corazón porque le conocen y quienes le buscan de todo corazón porque no le conocen”. “¡Qué feliz es la gente que cree! ¿Si fuera verdad? ¡Es verdad! ¡Dios existe, está ahí! ¡Es alguien, es un ser tan personal como yo! ¡Me ama! ¡Me llama!”

En la última Cena Jesús tiene una larga conversación con sus discípulos y durante esta conversación les habla en cinco oportunidades del Espíritu Santo. Los discípulos sienten una gran tristeza porque Jesús se va a retirar de su lado. Ante la magnitud de esta desolación, Jesús conforta a los discípulos con la promesa del Espíritu Santo que fortalecerá la fe de los discípulos incluso en los momentos de crisis y persecución.

Hoy también la promesa de Jesús es actualísima a favor de todos nosotros sus discípulos, que también queremos seguirle, pero encontramos tantas dificultades en el camino. No se trata de “comprender” quién es el Espíritu Santo, se trata de invocarlo y acogerlo como el “dulce huésped” del alma. Y decirle de corazón: “Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles e infunde en ellos el fuego de tu amor”.

Alguno me dirá: “Padre, pero si no entiendo quién es, cómo le voy a llamar e invocar”.  El misterio de esta Persona Divina es como el fuego, que si no te acercas a él, no te calienta. Déjale entrar en tu corazón y serás de verdad otro. Es decir serás un cristiano de fuego, lleno de espíritu. Jesús nos lo prometió: “Cuando venga él el Espíritu de la Verdad os guiará hasta la verdad completa”.

No busquemos actos de publicidad, que nos reivindiquen como los mejores, porque ese no fue el estilo de Jesús. Dios, nuestro Dios es más inteligente que nosotros. Su Espíritu, el gran protagonista de la Misión hoy y siempre, encontrará siempre los caminos mejores. La fortaleza de la comunidad católica no depende de los méritos de sus miembros sino de Jesús, que en su despedida dijo a sus apóstoles: “yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de este mundo”.

Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lectura-del-miercoles-de-la-vi-semana-de-pascua-feria-o-san-bernardino-de-siena-presbitero-memoria-libre/?occurrence=2020-05-20&nskip=48113

EDD. martes 07 de mayo de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,22-34):

EN aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados ordenaron que les arrancaran y que los azotaran con varas; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, él los cogió, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.
A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los presos los escuchaban. De repente, vino un terremoto tan violento que temblaron los cimientos de la cárcel. Al momento se abrieron todas las puertas, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pero Pablo lo llamó a gritos, diciendo:
«No te hagas daño alguno, que estamos todos aquí».
El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó fuera y les preguntó:
«Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?»
Le contestaron:

«Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia».
Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa.
A aquellas horas de la noche, el carcelero los tomó consigo, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos; los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 137,1-2a.2bc.3.7c-8

R/. Señor, tu derecha me salva

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre
por tu misericordia y tu lealtad.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,5-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos:

El trabajo de los evangelizadores está lleno de adversidades y sufrimientos. Así va creciendo el reinado de Dios en esta tierra, en medio de muchas contradicciones tal como el mismo Jesús había anunciado a sus discípulos.

En esta narración llama la atención la serenidad de Pablo y Silas. Ellos transforman la cárcel en casa de oración. ¡Cuánta entereza hace falta para enfrentar así las injusticias y los golpes con las varas con que los han castigado las autoridades de aquel lugar!

Pero ellos no se sienten abandonados de Dios en el dolor y la humillación.   El terremoto que sacude el edificio es la manifestación de que Dios está al tanto de ellos e interviene. Se abren las puertas y salen libres. Pero el efecto más maravilloso es la conversión del carcelero, que inmediatamente  se bautiza con toda su familia.

El autor del libro de los Hechos ha explicado en breves palabras el proceso de incorporación a la comunidad cristiana de los nuevos convertidos: la fe en la Palabra que les transmite el apóstol, la explicación del significado de esa Palabra y le recepción del bautismo, cuyo fruto más inmediato es la incorporación a la comunidad cristiana.

Al día siguiente, las autoridades quieren dar el asunto por terminado y les dicen que se vayan de Filipos. Pablo, sin embargo, pide justicia y les acusa del tratamiento injusto e ilegal que han  infligido a unos ciudadanos romanos. Y exige reparación. Este detalle no conviene pasarlo por alto, pues nos indica que las leyes y los derechos de las personas son sagrados y se deben respetar. Es lo que siempre ha proclamado nuestra fe católica también hoy día.

Yo recuerdo en los años de la dictadura en Paraguay cómo se procedía por parte de las autoridades a impedir el trabajo de las pequeñas  comunidades cristianas sobre todo en el campo. Catequistas que eran encarcelados por reunirse a cantar o preparar la catequesis en el rancho de algún compañero. Cuántas de estas situaciones podría narrar nuestro compañero Pa’i Alberto Ramón, que en paz descanse. Se nos fue muy pronto este gran Misionero que dedicó su vida sobre todo a la gente del campo.

Hoy escuchamos las palabras de Jesús que dice a sus discípulos: “os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré”.

Una profunda tristeza embarga el corazón de los discípulos porque se dan cuenta de que Jesús se marcha. Ante la magnitud de esta desolación, Jesús conforta a los discípulos con la promesa del Espíritu Santo. ¿Y quién es el Espíritu que confirma y fortalece la fe de los discípulos a pesar de las circunstancias de crisis y persecución? Es la fuerza de lo alto que desciende sobre los discípulos reunidos con María la Madre de Jesús el día de Pentecostés y los acompaña hasta los últimos rincones del mundo.

Al Espíritu Santo no lo podemos ver, pero sí que lo podemos sentir dentro de nuestro corazón. Y se le conoce por los frutos que produce como son amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad. Así lo escribe S. Pablo en su carta los Gálatas.

 Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-al-evangelio-del-martes-19-de-mayo-de-2020/

EDD. lunes 06 de mayo de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,11-15):

NOS hicimos a la mar en Tróade y pusimos rumbo hacia Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis y de allí para Filipos, primera ciudad del distrito de Macedonia y colonia romana. Allí nos detuvimos unos días.
El sábado salimos de la ciudad y fuimos a un sitio junto al río, donde pensábamos que había un lugar de oración; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo.
Se bautizó con toda su familia y nos invitó:
«Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa».
Y nos obligó a aceptar.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b

R/. El Señor ama a su pueblo

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R/.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R/.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca.
Es un honor para todos sus fieles. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,26–16,4a):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos:

Las lecturas que escuchamos en este tiempo después de Pascua nos demuestran la fuerza de la Resurrección que empuja a los Apóstoles y a otros evangelizadores a difundir la gran noticia de que Jesús está vivo. Es la más grande noticia de todos los siglos. Por eso  ellos corren  hasta los confines del mundo entonces conocido.

La lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles que acabamos de escuchar nos lleva a la ciudad de Filipos, que ya pertenecía al continente europeo. Hoy nos resulta difícil imaginar la valentía que suponía abandonar un continente y adentrarse en otro, salir de Oriente Medio y entrar en Europa.

  1. Lucas ha subrayado el encuentro del apóstol Pablo con una mujer piadosa que lo acogió en su casa y se entregó a Jesús con toda su familia. Allí comenzó a organizarse una pequeña comunidad abierta a todas las personas que buscaban a Dios. La mujer se llamaba Lidia y tenía un pequeño negocio de telas. Adoraba al verdadero Dios y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo.

 Se bautizó con toda su familia e invitó a Pablo y a sus compañeros: “«Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa”.

Estos hechos los conocemos gracias a San Lucas que tanto promocionó a la mujer en su evangelio. Y en esta ocasión ha subrayado con fuerza que gracias a Lidia la evangelización de Europa dio un paso adelante.

En las palabras del Evangelio escuchamos las palabras de Jesús: “Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo”.

Pero este testimonio de fe no irá acompañado de aplausos precisamente. Jesús les advierte con toda claridad sobre las dificultades que van a encontrar: “Os expulsarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios”. Pero los discípulos no están solos ni abandonados, el Espíritu Santo los sostiene en su decisión y no se esconden ni se echan atrás.

A los jóvenes seminaristas Mártires de Barbastro los milicianos que los iban a fusilar les decían: “No odiamos vuestras personas sino ese hábito que lleváis y lo que representáis”. ¿Y que representaban? La fe en Jesucristo. El joven seminarista  Esteban Casadevall dejó escrito: “Muero contento. Me tengo por feliz, como los Apóstoles, porque el Señor ha permitido que pueda sufrir algo por su amor antes de morir. Espero confiadamente que Jesús y el Corazón de María me llevarán pronto al cielo. Perdono de todo corazón a los que nos injurian, persiguen y quieren matarnos, y puedo decir con Jesucristo, moribundo en la cruz, al Eterno Padre: Padre, perdónalos, porque realmente no saben lo que hacen. Los ciegan sus dirigentes y el odio que nos tienen. Si supiesen lo que hacen, ciertamente no lo harían. Ya hemos rogado todos por su conversión. Yo les tengo verdadera compasión y desde el cielo espero conseguir que Dios Nuestro Señor les abra los ojos para que vean la verdad de las cosas y se conviertan. Francamente no tengo ninguna dificultad en perdonarles”.  La serenidad y la fortaleza de este joven de 23 años de edad nos sorprende. ¿Dónde las pudo aprender? Ciertamente en el amor a Jesucristo y en el apoyo de sus compañeros jóvenes mártires como él.

Si desean conocer más sobre los Mártires Claretianos de Barbastro pueden abrir la web: www.martiresdebarbastro.org  Yo vivo actualmente en el Museo de estos Beatos Mártires.

Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-al-evangelio-del-lunes-18-de-mayo-de-2020/

Homilia para la Eucaristía del domingo 05 de mayo de 2024.

DOMINGO SEXTO DE PASCUA.

Hechos 10,25-48: Lo narrado señala el fin del exclusivismo judío. También los no judíos son admitidos a la comunidad de salvación.

1Juan 4,7-10: Hay una afirmación central: Dios es Amor; de ahí nace el amor cristiano.

Juan 15,9-17: Se insiste en lo esencial:permanecer en el amor.

1.- Una vez más la Palabra va a lo esencial: DIOS ES AMOR.  Es la mejor definición que se puede dar de Dios. Dios no tiene amor, sino es Amor, que se ha manifestado de muchas maneras. Se manifestó el amor en la creación; todo lo que existe es obra del amor de Dios. Se manifiesta en su Hijo, que nos fue dado para que creyendo en Él tengamos vida. Se manifiesta su Amor en el don del Espíritu Santo que Dios regala gratuitamente a todos, como lo acabamos de ver en la primera lectura. A todos regala Dios su Espíritu, porque el Espíritu (Viento) sopla donde quiere (Juan 3,8). Dios es como el sol; a todos irradia su luz y calor, a todos beneficia, no a algunos.

El Dios Amor reside en nosotros, en cada uno de nosotros, en el sabio y en el que no sabe tanto, en el rico y en el pobre, en el varón y en la mujer, en el adulto y también en el joven, como lo dijo Pedro en Pentecostés (cfr. Hechos 2,17).

2.- De allí que para nosotros, especialmente los discípulos, la vivencia del amor es esencial, ya que viene de Dios. Es la atmósfera que necesitamos, es nuestro hábitat natural. Fuera de él no podemos tener vida. Este amor, del que estoy hablando, es más que humano, es divino. Pero el amor divino no anula al amor humano, al contrario, lo enriquece. Es el Amorque brota de Dios mismo. Y Juan dice: Dios amó primero.

3. ¡Qué hermoso suena todo esto! Sin embargo hemos contaminado nuestro hábitat. Así como se ha contaminado a la naturaleza también se ha contaminado el Amor que viene de Dios. Existe un cambio climático espiritual. Lo contaminamos con nuestro egoísmo, con los sentimentalismos. Nos cuesta perdonar y olvidar. Al contrario de Dios, que no tiene acepción de personas, en la sociedad se vive haciendo  todo tipo de distingos, incluso en la comunidad cristiana.

Y con un ambiente contaminado el amor se torna irrealizable. Vale la pena preguntarse: en mi ambiente familiar o social ¿cuán contaminado está el Amor que viene de Dios? ¿Hasta dón yo estoy contribuyendo para contaminarlo?

4.-Por eso el Señor en el evangelio insiste en lo esencial: “Permanezcan en mi amor”. Y el parámetro de la vivencia de este amor es el Amor de Cristo. “Como Yo les amo”, dice el Señor. Porque el amor humano, por grande, noble y hermoso que sea, es limitado. A veces nos cansamos de amar o nos da por temporada con alguien. En cambio, el Amor de Cristo es diferente, es divino, y por ser divino es infinito. Dios no se cansa nunca de amar, de perdonar. Es un amor sin fronteras.

El texto nos presenta las cualidades del amor de Cristo. El amor de Cristo, y del discípulo,  se mide en términos de sacrificio (dar la vida por el otro), en obediencia (el discípulo hace lo que Él dice), da testimonio del amor de Dios al modo como el mismo Jesús lo hizo.

Todo esto es factible si vivimos en el Amor de Cristo, si nos dejamos conducir por el Espíritu Santo, que es el Amor divino derramado en nosotros. Entonces sí que seremos admirables para el mundo de hoy.

Hoy queremos dar gracias al Dios amor, porque, como dice el salmo, “el Señor da a conocer su salvación a las naciones”, porque su amor es eterno.

Hermano Pastor.

EDD. sábado 04 de mayo de 2024

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,1-10):

EN aquellos días, Pablo llegó a Derbe y luego a Listra. Había alli un discipulo que se llamaba Timoteo, hijo de una judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso que fuera con él y, puesto que todos sabían que su padre era griego, por consideración a los judíos de la región, lo tomó y lo hizo circuncidar.
Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día.
Atravesaron Frigia y la región de Galacia, al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia. Al llegar cerca de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Tróade.
Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos».
Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 99,1-2.3-5

R/. Aclama al Señor, tierra entera

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,18-21):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

El texto de los Hechos nos habla de una Iglesia que ya ha recorrido un cierto camino, y comienza a formarse una segunda generación de cristianos: hijos de creyentes que también aceptan la fe y se consagran a la misión, como en el caso de Timoteo. Un buen ejemplo de llamada y vocación en el tiempo de la Iglesia. No deja de sorprender el detalle de su circuncisión por decisión de Pablo, tan decididamente opuesto a ceder a las prácticas judías. Supongo que los exégetas discutirán la historicidad de este dato. Podemos, sin embargo, interpretarlo con benevolencia, como aplicación de la máxima del mismo Pablo, “me he hecho judío con los judíos, para ganar a los judíos (…); me he hecho todo a todos, para ganar a algunos” (1 Cor 9, 20.22). Los principios, al final, deben ceder o, mejor, someterse, al gran principio del amor. Ese es el principio inspirador del Espíritu, que, como indica el texto de los Hechos, es el que guía realmente la misión apostólica.

De hecho, en el relato de hoy se está a punto de dar un paso decisivo en la expansión del Evangelio: el paso a Europa. Europa, por boca de un macedonio, pide ayuda. Así hay que entender la evangelización: no es una conquista, un sometimiento, la victoria de determinada ideología, sino la ayuda que Dios nos ofrece, tendiéndonos la mano por Jesucristo. Y así tiene que entender la Iglesia su misión también hoy, abandonando todo complejo, creer que su misión es hacer llegar la ayuda de Dios a todos en el asunto más decisivo de nuestra vida: el de la salvación.

Evitar la tentación de la conquista y la victoria no es cosa fácil, pues la vieja mentalidad nos acompaña, pese a todo. Pero precisamente la promesa de Jesús de que nuestra misión irá con frecuencia acompañada de odio y persecución, nos ayuda a superar esas tentaciones. El fondo de nuestro ser grita como el macedonio: “¡ayúdanos!”. Y es esa honda necesidad la que coopera para la aceptación del Evangelio y el éxito de la misión. Pero en el ser humano habita también el pecado, que por los más variados motivos rechaza el mensaje evangélico, trata de acallarlo y rechaza y persigue a los que lo proclaman.

La Europa que pedía ayuda por medio del macedonio, parece que hoy está más inclinada a rechazar a Cristo, renegando de sus raíces cristianas. Pero tenemos que saber discernir en medio del griterío que impugna el Evangelio, el otro grito más hondo que sigue implorando ayuda. En realidad, las dos tendencias existen en cada uno de nosotros. Debemos discernirlas en nosotros mismos, para que triunfe esa voz más profunda y auténtica, de manera que, como Pablo y sus compañeros, podamos embarcarnos en la misión “seguros de que Dios nos llama a predicar el Evangelio”.

Cordialmente,

José María Vegas CMF

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-sabado-de-la-v-semana-de-pascua/?occurrence=2024-05-04

EDD. viernes 03 de mayo de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,7-21):

EN aquellos días, después de una larga discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros:
«Hermanos, vosotros sabéis que, desde los primeros días, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues, ahora intentáis tentar a Dios, queriendo poner sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús».
Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron de hablar, Santiago tomó la palabra y dijo:
«Escuchadme, hermanos: Simón ha contado cómo Dios por primera vez se ha dignado escoger para su nombre un pueblo de entre los gentiles. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
“Después de esto volveré
y levantaré de nuevo la choza caída de David;
levantaré sus ruinas y la pondré en pie,

para que los demás hombres busquen al Señor,
y todos los gentiles sobre los que ha sido invocado mi nombre:
lo dice el Señor, el que hace que esto sea conocido desde antiguo”.
Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que se abstengan de la contaminación de los ídolos, de las uniones ilegítimas, de animales estrangulados y de la sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes lo predican, ya que es leído cada sábado en las sinagogas».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 95,1-2a.2b-3.10

R/. Contad las maravillas del Señor
a todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,9-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,9-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Las fiestas de los Apóstoles (como la de hoy, de Felipe y Santiago) son siempre fiestas del fundamento de la Iglesia, del núcleo central de la fe. Se trata de volver a esa verdad esencial que suena en el kerigma, tal como lo expone Pablo en la primera carta a los Corintios. Recordando esas verdades elementales y profundas, que nos están salvando, tal vez deberíamos retrotraernos a ese momento inicial de nuestra fe personal, al momento de nuestra conversión, cuando asumimos personalmente la fe, que, para muchos de nosotros era una herencia recibida de la infancia, para otros, tal vez, una verdad que nos salió por sorpresa en el camino de nuestra vida; en definitiva, deberíamos volver a ese momento en el que sentimos que habíamos encontrado la verdad existencial que salva.

Pero el kerigma no es sólo una “doctrina”, y aceptarlo no significa asumir simplemente unos contenidos, una cosmovisión o unos valores morales (aunque todo eso se dé también). Por el kerigma anunciado y aceptado entramos en contacto vivo con el Cristo resucitado: ¡somos también nosotros del grupo de los quinientos! Se trata de un conocimiento personal, que nos pone en contacto real con Dios: un contacto directo (con Cristo) y mediado (por Cristo vemos al Padre) Y en este contacto y conocimiento personal con la Verdad encarnada,

que es Cristo, y que nos da la Vida, nos ponemos en Camino, iniciamos un proceso de seguimiento y de crecimiento personal, que nos debe llevar a las obras, las obras de la fe y del amor, que hacen visible para los demás la presencia de Cristo resucitado.

Cordialmente,

José María Vegas CMF

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-al-evangelio-del-dia-2-de-mayo-de-2024/

EDD. jueves 02 de mayo de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,7-21):

EN aquellos días, después de una larga discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros:
«Hermanos, vosotros sabéis que, desde los primeros días, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues, ahora intentáis tentar a Dios, queriendo poner sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús».
Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron de hablar, Santiago tomó la palabra y dijo:

«Escuchadme, hermanos: Simón ha contado cómo Dios por primera vez se ha dignado escoger para su nombre un pueblo de entre los gentiles. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
“Después de esto volveré
y levantaré de nuevo la choza caída de David;
levantaré sus ruinas y la pondré en pie,
para que los demás hombres busquen al Señor,
y todos los gentiles sobre los que ha sido invocado mi nombre:
lo dice el Señor, el que hace que esto sea conocido desde antiguo”.
Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que se abstengan de la contaminación de los ídolos, de las uniones ilegítimas, de animales estrangulados y de la sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes lo predican, ya que es leído cada sábado en las sinagogas».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 95,1-2a.2b-3.10

R/. Contad las maravillas del Señor
a todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,9-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Hace ya muchos años (en 1972) el teólogo protestante J. Moltmann planteó la difícil conciliación para el cristianismo entre identidad y relevancia. Mantener la identidad significaba aislarse del mundo; buscar la relevancia implicaba asimilarse a él. Y esta era la alternativa que se debatía ya en los inicios de la Iglesia, en aquel primer concilio de Jerusalén: la apertura universal de la fe en Cristo, al precio de perder las raíces judías, o una estricta fidelidad a estas últimas, que significaba cerrar la puerta la fe a los gentiles o, al menos, dificultar mucho su entrada en la Iglesia. Moltmann planteaba aquella alternativa al comienzo de su libro El Dios crucificado. Y es realmente el Cristo crucificado, escándalo para los judíos y necedad para los griegos (1 Cor 1, 23) el único modo de superar esa aparente contradicción. La muerte y resurrección de Cristo tiene un significado universal, siquiera sea porque la muerte es la única realidad que nos une a todos los seres humanos sin excepción. Y aunque sea verdad que “la salvación viene por los judíos” (Jn 4, 22), viene por ellos, sí, pero para todo el mundo. Si nuestra identidad es la fe en este Cristo muerto en la cruz y resucitado por la fuerza del Espíritu, significa que la apertura universal es una obligación, aunque ello suponga renunciar a algunas tradiciones muy queridas.

La conversión a Cristo no significa una “conversión” cultural o nacional, que obliga a los nuevos creyentes a hacerse también judíos (o cualquier otra identidad cultural que se quiera indebidamente imponer). En Cristo la propia identidad personal y cultural se afirma, aunque también se purifica y renueva.

Las intervenciones en el Concilio de Jerusalén no sólo salvaguardan la apertura universal de la fe en Cristo, sino también la verdadera identidad cristiana, centrada en ese Cristo crucificado y resucitado a una vida nueva, que es la expresión plena del amor de Dios: el amor del Padre al Hijo y del Hijo a nosotros sus discípulos. Lo que estaban haciendo, en definitiva, Pedro, Pablo, Bernabé, Santiago, a pesar de sus evidentes diferencias, era, más allá de cuestiones rituales, exhortar a permanecer en el amor de Cristo, a cumplir (mediante el diálogo, el testimonio y el discernimiento) su voluntad, sus mandamientos. Sin duda no se trata de un proceso sencillo. Es fácil adivinar las fuertes tensiones que rodearon este decisivo concilio para el desarrollo futuro de la Iglesia. Pero ese camino difícil y conflictivo, que supone tomar sobre sí la cruz, es el que lleva a la verdadera alegría, la alegría en plenitud de la Pascua.

Cordialmente,

José María Vegas CMF

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-jueves-de-la-quinta-semana-de-pascua/?occurrence=2024-05-02&nskip=38024