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Autor: Patricio Osiadacz

Homilia para la Eucaristía del domingo 21 de abril de 2024.

CUARTO DOMINGO DE PASCUA.

Hechos 4,8-12: El primer enfrentamiento entre los Apóstoles y el sistema religioso-político-económico de Israel. Pedro da testimonio de Jesús, el único en quien encontramos salvación.

1Juan 3,1-2: El creyente, por haber nacido de nuevo en el bautismo, tiene una naturaleza nueva: es hijo de Dios; poco a poco se irá manifestando esta realidad.

Juan 10,11-18: Jesús es el Buen Pastor, el que da su vida por todos, por su rebaño.

1.- Los Apóstoles tienen que enfrentarse con el sistema imperante en Israel. Deben dar cuenta ante el Consejo Supremo. ¿Quiénes? Unos sencillos pescadores, que no tienen miedo de confesar que Jesús es el único indispensable, al que se debe aceptar. ¿Por qué? Citando las Escrituras Pedro declara que Jesús es la Piedra Angular. Es decir, es la Persona esencial por medio de quien se realiza la salvación. Sin Él no hay salvación; sin embargo es rechazado. La idea de fondo que subyace en la Palabra que hemos escuchado es que Jesús es vida. Él trae la vida; sin Él no ha vida, ya que Él nos trae una vida nueva, plena, la vida de Dios.

Y los Apóstoles son capaces de enfrentar al poder establecido porque están convencidos de esta verdad.

2.- En la segunda lectura llama la atención lo que afirma el texto: somos hijos de Dios. ¿Por qué? Porque si estamos unidos a Él, que es el Justo por excelencia, llegamos a ser hijos de Dios, porque al dar su vida nos enriqueció con esta vida nueva, la vida de Dios. Sólo en Jesús tenemos la vida en plenitud. Pretender construir la vida marginando a Jesús es como si los que construyen la casa prescindieran del fundamento, de lo que le da consistencia a la construcción. UN cristianismo sin Cristo es un falso cristianismo. Una vida espiritual sin Cristo es pobre, no alcanza la plenitud.

3.- Desde que la Iglesia nació hasta el día de hoy, en todas partes, en unas más que en otras, choca con los sistemas y poderes de este mundo, porque los cristianos creemos, amamos y cultivamos la vida. Por eso la defendemos. Los sistemas imperantes, en cambio,  abierta o solapadamente menosprecian y atacan a la vida. Hay sistemas que desvergonzadamente legislan contra la vida y la atropellan. Están atropellando a la persona, no permiten que se desarrolle plenamente. Por eso atacan y persiguen a la Iglesia. Los falsos defensores del pueblo terminan siempre atacando y atropellando al Pueblo de Dios, a la persona humana, porque para ellos vale más el sistema que la persona. Y esto se da en sistemas de derecha como de izquierda.

4.- Pero ahí está, aparece la figura de Jesús, el Buen Pastor. Deber y oficio de un pastor es procurar que el rebaño tenga vida, alimento seguridad. Los Dirigentes que buscan beneficiarse a sí mismos son falsos pastores. ¡Y hay tantos falsos pastores!

Por eso Jesús, el Buen Pastor, da su vida por todos nosotros.  A eso vino Él. De ahí la importancia de aceptarlo, de estar centrado en Él.

Jesús siempre está dando su vida por todos. Es cierto que Jesús murió y resucitó una sola vez; pero la Escritura especifica que Cristo Resucitado entró de na vez por todas, es decir, para siempre, en el Santuario para darnos vida (cfr. Hebreos 9,12).

De modo que Él hoy nos da su vida cuando entramos en comunión con Él. Y como es el Pastor, siempre nos protegerá al tener que enfrentar la adversidad, el mal.  No tengamos miedo. Porque si Él está con nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros? (cfr. Romanos 8,31). Hno. Pastor.

EDD. sábado 20 de abril de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9,31-42):

EN aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo.
Pedro, que estaba recorriendo el país, bajó también a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacía ocho años no se levantaba de la camilla.
Pedro le dijo:
«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y arregla tu lecho».
Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarón, y se convirtieron al Señor.
Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacía infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba.
Como Lida está cerca de Jafa, al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle:
«No tardes en venir a nosotros».
Pedro se levantó y se fue con ellos. Al llegar, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron todas las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela mientras estuvo con ellas. Pedro, mandando salir fuera a todos, se arrodilló, se puso a rezar y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo:
«Tabita, levántate».
Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él, dándole la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.
Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.

Palabra del Señor

Salmo

Sal 115,12-13.14-15.16-17

R/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio segun san Juan (6,60-69):

EN aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús dijeron:
«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?».
Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
«¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen».
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.
Y dijo:
«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
«¿También vosotros queréis marcharos?».
Simón Pedro le contestó:
«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos, paz y bien.

Seguimos en tiempo de Pascua, pero eso no significa que no haya problemas en nuestra vida. Sigue oliendo a resurrección, pero tenemos que hacer frente a muchas situaciones difíciles.

La Iglesia de los primeros días atraviesa, en la primera lectura, un buen tiempo. Se va extendiendo, y llega a nuevas regiones. Pedro, en su afán misionero, realiza varios milagros. Se trata de llevar ese camino de salvación a muchas personas, cuantas más mejor, para que Cristo sea el dueño y Señor de sus corazones. Aunque nosotros no tengamos el don de sanación, sí podemos ser portadores de la Buena Nueva. Apóstoles en la vida ordinaria.

No es fácil. Incluso para Jesús fue difícil. A pesar de todo lo que ofrecía, para muchos era imposible vivir ese nuevo estilo de vida. A un buen grupo se le acabó la paciencia, o la curiosidad, y se volvieron por donde había venido. Seguro que los Discípulos miraron a Jesús con cara de duda, y, al verlo, surgió la pregunta: “también vosotros queréis marcharos?” Es fácil rendirse en las dificultades. O pedir que se rebaje el nivel. Que nos quiten un mandamiento, por ejemplo. O algún dogma. Para que sea más sencillo el seguimiento. Pero no se puede. Es lo que hemos recibido del Señor.

El mismo Jesucristo no baja el listón. Porque tampoco puede. Lo que ha recibido de su Padre es un todo, que debe transmitir. No es un menú a la carta, es el plan del Reino, que abarca todos los sectores de la vida, no deja nada fuera. No hay posibilidad de elegir lo que nos gusta y lo que no. La iglesia, hoy, tampoco puede cambiar las cosas. Y, como entonces, algunos lo entienden. Otros no.  Muchos se van, algunos se quedan.

Pedro resume el sentir de los verdaderos seguidores. “Tú tienes palabras de vida eterna”. Es una afirmación que compromete todo nuestro ser. Aspiramos a vivir eternamente, en esta tierra, temporalmente. lo mejor posible, en el Cielo, con Cristo, para siempre. Hay muchas ofertas para pasarlo bien un rato. Esas ofertas no sacian nuestro deseo de eternidad. La fe en Cristo abre otras posibilidades.

Tú, ¿qué piensas? ¿Quieres marcharte, porque son palabras duras? ¿O has encontrado el tesoro escondido, la Palabra de Dios, y vas a esforzarte para ser fiel?

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro Carbajo, C.M.F.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-sabado-de-la-iii-semana-de-pascua/?occurrence=2024-04-20&nskip=37994

EDD viernes 19 de abril de 2024

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9,1-20):

EN aquellos días, Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres.
Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
«Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?».
Dijo él:
«¿Quién eres, Señor?».
Respondió:
«Soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tienes que hacer».
Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
«Ananías».
Respondió él:
«Aquí estoy, Señor».
El Señor le dijo:
«Levántate y ve a la calle llamada Recta, y pregunta en casa de Judas por un tal Saulo de Tarso. Mira, está orando, y ha visto en visión a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista».
Ananías contestó:
«Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén, y que aquí tiene autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre».
El Señor le dijo:
«Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para llevar mi nombre a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel. Yo le mostraré lo que tiene que sufrir por mi nombre».

Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno de Espíritu Santo».
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y fue bautizado. Comió, y recobró las fuerzas.
Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a anunciar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 116,1.2

R/. Ir al mundo entero y proclamad el Evangelio

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,52-59):

EN aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos, paz bien.

Hablábamos ayer de los ritmos de Dios, y Saulo – Pablo es un claro ejemplo de cómo actúa Él. Cuando más claro parecía el camino del perseguidor, un encuentro, casi un encontronazo, reorienta sus pasiones. Toda la energía dedicada a perseguir a los cristianos la vuelca en anunciar a los judíos que Jesús es el Hijo de Dios. Para Dios no hay nada imposible. Insiste a tiempo y a destiempo, para que escuchemos su voz. Y si no paramos, a veces nos da un “empujoncito”.

Ananías, el enviado de Dios, se fía poco de Pablo. Normal. Con semejante currículo, no había muchos motivos para acercarse al perseguidor. Antes bien, cuanto más lejos, mejor. Pero, al final, confía, y se convierte en portador del Espíritu para el pobre Pablo, que estaba sometido a un ayuno forzado por las circunstancias. Se convierte en un ángel, un enviado de Dios, para comunicarle la misión. Y, desde el comienzo, la angustia y el desconsuelo. (“Yo le mostraré lo que tiene que sufrir por mi nombre”)

Unirnos a Dios para ser plenamente nosotros. Entrar en la vida eterna de Dios, al compartir su Cuerpo y su Sangre. Alimento para el camino, para poder, como dice el salmo de hoy, “ir al mundo entero y proclamar el Evangelio”. Donde estemos (en casa, en el trabajo, en la calle…) podemos ser testigos. Para eso, hace falta tomar parte en los sacramentos, hacerse uno con Él. Está siempre disponible, accesible, dispuesto y preparado para hablarnos y hacerse uno con nosotros. Ser ángeles para los demás. Llevarles el Espíritu de Dios

Fuente :https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-viernes-de-la-iii-semana-de-pascua/?occurrence=2024-04-19

EDD. jueves 18 de abril de 2024

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (8,26-40):

EN aquellos días, un ángel del Señor habló a Felipe y le dijo:
«Levántate y marcha hacia el sur, por el camino de Jerusalén a Gaza, que está desierto».
Se levantó, se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido a Jerusalén para adorar. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo al profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
«Acércate y pégate a la carroza».
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó:
«¿Entiendes lo que estás leyendo?».
Contestó:
«Y cómo voy a entenderlo si nadie me guía?».
E invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este:
«Como cordero fue llevado al matadero,
como oveja muda ante el esquilador,
así no abre su boca.
En su humillación no se le hizo justicia.
¿Quién podrá contar su descendencia?
Pues su vida ha sido arrancada de la tierra».
El eunuco preguntó a Felipe:
«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?».
Felipe se puso a hablarle y, tomando píe de este pasaje, le anunció la Buena Nueva de Jesús. Continuando el camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
«Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?».
Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su camino lleno de alegría.
Felipe se encontró en Azoto y fue anunciando la Buena Nueva en todos los poblados hasta que llegó a Cesarea.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 65,8-9.16-17.20

R/. Aclamad al Señor, tierra entera

Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas,
porque él nos ha devuelto la vida
y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.

Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R/.

Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,44-51):

EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos, paz y bien.

La preparación para el Bautismo del eunuco fue breve. Son las ventajas de que el catequista sea uno de los diáconos de la primera iglesia en Jerusalén, que también fue uno de los primeros cristianos en predicar el evangelio fuera de la ciudad santa. Un poco de charla y el agua que purifica y renueva. Hablando en serio, es verdad que hay personas y personas. Con algunos, en mi experiencia como párroco, hay que trabajar mucho, casi desde Adán y Eva, y otros están ya en la onda del Espíritu, y los procesos se pueden acelerar. Es lo bueno que tiene la Iglesia, el trato personalizado. A cada uno, según sus necesidades.

Hay que estar abierto a la acción del Espíritu, para que Éste pueda actuar. Ponerse a tiro, como el eunuco sin nombre. Dejar que la Palabra nos ilumine, y permitir, pedir que algo cambie en nuestra vida. A mejor, por supuesto. Además, la vida de Felipe nos muestra que cualquier cristiano común puede ser usado por el Señor de forma extraordinaria.

El don de la fe es el que nos permite creer. Es el Padre el que nos atrae, nos regala la posibilidad de ser creyente. “No me elegisteis vosotros a Mí, sino Yo a vosotros”, dijo Jesús. Por eso hay que aprender a interpretar los ritmos de Dios. Hay que agradecer cada día lo que nos da, el regalo de la fe, su amor, la Eucaristía… Y vivir con la sensación de que todo es gracia. Cada día es un regalo, y no podemos acostumbrarnos. Demos gracias a Dios por la fe, y por todo lo que hace por nosotros. Y no dejemos nunca de estar a la escucha. Que los caminos de Dios son misteriosos, pero accesibles.

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro Carbajo, C.M.F.

https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-del-jueves-de-la-tercera-semana-de-pascua-18-04-2024

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-del-jueves-de-la-tercera-semana-de-pascua-18-04-2024/

EDD. miércoles 17 de abril de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (8,1b-8):

Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaria. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo se ensañaba con la Iglesia; penetraba en las casas y arrastraba a la cárcel a hombres y mujeres. Al ir de un lugar para otro, los prófugos iban difundiendo el Evangelio. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 65,1-3a.4-5.6-7a

R/. Aclamad al Señor, tierra entera

Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras!» R/.

Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.

Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna enteramente. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,35-40):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.»

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN :

La muerte de Esteban fue el inicio de una persecución por toda Jerusalén. Y no sólo. Ser cristiano nunca ha sido fácil. Incluso hoy no es sencillo. Sin persecuciones físicas, pero con mucha presión social. Decir que somos cristianos no es siempre fácil. Estar en contra del aborto, de la eutanasia, de la maternidad subrogada no ayuda a hacer amigos. El documento “Dignitas infinita” del dicasterio para la Doctrina de la Fe nos recuerda cuántos ataques a la dignidad de la persona siguen sucediendo hoy. Y la Iglesia es la única que habla en contra de esos ataques. Es lo que hay.

Dios escribe recto con renglones torcidos. La persecución sacó a los cristianos de Jerusalén, y extendió la fe en Cristo resucitado por todo el mundo. Hasta los confines de la tierra. Hasta el día de hoy, seguimos por los cinco continentes hablando del Salvador del mundo. Y haciendo signos. Quizá no expulsamos tantos demonios ni curamos tantos enfermos como hacía Jesús, pero llevamos la Buena Nueva desde el Polo Norte hasta el Polo Sur, desde el este al oeste.

Saulo sigue haciendo estragos, pero en su vida pronto se producirá un gran cambio. Las personas que viven con pasión, son capaces de orientar su celo hacia el fin que marca sus vidas. De momento, el objetivo no es el correcto, pero Dios tiene sus tiempos. Démosle tiempo para que cambie lo que deba ser cambiado.

Otro mensaje del Evangelio de hoy nos habla de la importancia de aceptar la voluntad de Dios para nuestra vida. Hemos celebrado hace poco la solemnidad de la Encarnación. El “hágase en mí según tu Palabra” es el modelo de vida del cristiano. Confiar, fiarse de Dios para hacer de tu vida lo que Él quiere. Como Jesús. Como muchos santos en la historia de la Iglesia. Es un buen día para preguntarnos si somos creyentes, si nos atrevemos a creer o exigimos condiciones y señales, como santo Tomás hace un par de domingos.

¿Cuál es la roca sobre la que construimos nuestras vidas? ¿Nos apoyamos en Dios, o en nuestras propias fuerzas? Tenemos que esforzarnos más por ver el paso de Dios en nuestra vida, para configurarnos más con Él, leer todo en clave divina y responder como hace falta. Para ser más felices, o sea, para ser más santos.

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro Carbajo, C.M.F.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-miercoles-de-la-iii-semana-de-pascua/?occurrence=2024-04-17&nskip=37990

EDD. martes 16 de abril de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (7,51–8,1a):

EN aquellos días, dijo Esteban al pueblo y a los ancianos y escribas:
«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la ley por mediación de ángeles y no la habéis observado».
Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
«Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
«Señor Jesús, recibe mi espíritu».
Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo:
«Señor, no les tengas en cuenta este pecado».
Y, con estas palabras, murió.
Saulo aprobaba su ejecución.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 30,3cd-4.6ab.7b.8a.17.21ab

R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Yo confío en el Señor.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R/.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,30-35):

EN aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”».
Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan».
Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Hoy escuchamos en la primera lectura cómo muere san Esteban. El esquema de su muerte nos recuerda al de la muerte del mismo Jesús. En ambos casos, la acusación es injusta, y los dos mueren perdonando a sus asesinos. Evidentemente, hay una intención en todo esto, una enseñanza para que los discípulos del siglo XXI, como los primeros discípulos, sepamos cómo reaccionar ante las injurias y las calumnias.

En este relato, además, aparece un joven Saulo, azote de cristianos, que aprobaba la ejecución. A lo largo de estos días, iremos viendo su evolución. No hay nada que el Espíritu Santo no pueda cambiar. Ni siquiera aquello que a nosotros nos parece imposible, como nuestra ira, nuestro egoísmo, nuestros defectos…

Jesús sigue educando a sus seguidores. Hoy les sorprende con una nueva afirmación. “Yo soy el Pan de vida”. Mejor que el maná del desierto, que al final resultaba insípido por repetitivo. Entendemos que tendremos hambre y sed cada día, porque es lo natural. Pero los interlocutores de Jesús querían vivir sin hambre y sin sed. Literalmente. Otra vez las motivaciones, de las que hablábamos ayer.

Con Cristo las cosas se pueden ver de otra manera. Porque Él es la Sabiduría que se nos da en su Palabra y en su Cuerpo, el verdadero Pan de Vida. Sólo Él puede saciar nuestra hambre y sed de paz y de perdón, de justicia y de felicidad. Otras maneras de saciarnos (el poder, el orgullo, el placer…) nos dejan con ganas de más. No pueden llenarnos.

Pidámosle al Señor que de verdad Él sea el pan que sacie nuestra hambre. Que nos dé siempre de ese pan que es su Cuerpo. Para que sepamos ver a Dios en todos los sucesos de nuestra vida.

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro Carbajo, C.M.F.

Fuente ; https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-martes-de-la-iii-semana-de-pascua/?occurrence=2024-04-16&nskip=37988

EDD. lunes 09 de abril de 2024

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6,8-15):

EN aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.
Entonces indujeron a unos que asegurasen:
«Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios».
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y, viniendo de improviso, lo agarraron y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían:
«Este individuo no para de hablar contra el Lugar Santo y la Ley, pues le hemos oído decir que ese Jesús el Nazareno destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés».
Todos los que estaban sentados en el Sanedrín fijaron su mirada en él y su rostro les pareció el de un ángel.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,23-24.26-27.29-30

R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus decretos;
tus preceptos son mi delicia,
tus enseñanzas son mis consejeros. R/.

Te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame tus mandamientos;
instrúyeme en el camino de tus mandatos,
y meditaré tus maravillas. R/.

Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu ley;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,22-29):

DESPUÉS de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
«La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos, paz y bien.

Estamos en la tercera semana de Pascua. Siguen resonando los ecos de la alegría pascual, cuando por todo el mundo se oyó la invocación de “Ha resucitado el Señor”. Y, como en Navidad, enseguida se mezclan la alegría y el martirio. Esteban, el “protomártir”, se enfrenta a falsas acusaciones, porque no pueden con su sabiduría. Es lo que tiene haber sido testigo de la resurrección. Y haber recibido el Espíritu, para poder ser testigo. No puede callar, tiene que contarle a todo el mundo que Cristo está vivo. A pesar de lo que le supone.

En el Evangelio, vemos cómo alrededor de Jesús se agolpaba mucha gente. Algunos, simplemente, porque sacaban tajada de estar cerca. Pan y peces gratis. Otros, porque las palabras de Jesús les ayudaban a encontrar el sentido de la vida. Muchos, seguramente, por curiosidad, sin saber muy bien qué pensar de ese hombre que hablaba tan bien, y llevaba a cabo esos “milagros”, gestos que confirmaban sus palabras. Cada uno conocía el motivo de su seguimiento.

Hoy, también cada uno de nosotros tenemos nuestros motivos para seguir a Jesús. Pero, sobre todo, sabemos que el mismo Jesús nos conoce mejor que nosotros mismos. Sabe por qué estamos con Él. A veces, nuestros motivos no están claros ni para nosotros mismos. O no son tan puros como nos parece. Incluso en la vida religiosa o sacerdotal, sobre todo al comienzo, hay que ayudar a discernir las motivaciones (busco que amen a Dios o que me amen a mí, que soy el más alto y el más guapo y el más listo…) Es importante, de vez en cuando, recordar que a Cristo lo seguimos porque Él nos ha llamado, no solo porque nos sea rentable.

Me gustaría recordar que, a pesar de todo, incluso si nuestros motivos no son del todo claros, Él siempre perdona. Sí, murió por todos – incluidos los “traidores” – para darles la salvación.

Pensamos hoy en los motivos por los que seguimos a Jesús. Si es la repuesta a su amor, o si le queremos por el “interés”. Y, si algo no va como debería, pedir perdón y reorientar nuestro “navegador espiritual”.

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro Carbajo, C.M.F.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-lunes-de-la-iii-semana-de-pascua/