Skip to main content

Autor: Patricio Osiadacz

Homilia para la Eucaristía del domingo 16 de junio de 2024.

DOMINGO ONCE AÑO B.

Ezequiel 17, 22-24: Un oráculo acerca del restablecimiento de  Israel, pero del Israel mesiánico. Para eso Dios se vale de lo insignificante.

2Corintios 5,6-10: Pablo se sabe peregrino, por eso, su caminar es en fe hacia el encuentro con el Señor. Lo importante es, fuera del cuerpo o en él, hacer la Voluntad de Dios.

Marcos 4, 26-34: Dos mini parábolas que explican el Misterio del Reino. La primera, el ritmo con el que se desarrolla el Reino. La segunda, la desproporción entre la semilla y su desarrollo.

1.- Una vez más la Palabra nos habla del Misterio del Reino de Dios. Pero, ¿qué es el Reino de  Dios?  No es fácil decirlo en pocas palabras; por eso se acude a ejemplos, parábolas y así con todo todavía quedamos cortos. Digamos que el Reino de Dios es lo que Dios quiere, su deseo para con sus creaturas. Es el Proyecto que Él tiene para con nosotros, para nuestro bien.

Hoy el Señor nos dice que el Reino se realiza no conforme a nuestras ideas, sino el criterio de Dios, que es muy distinto al nuestro. Dios no busca lo espectacular. Toma un pequeño brote para obtener un tremendo cedro. Y siempre es así. Dios escoge el ramito insignificante y olvidado para realizar su salvación, su obra.

De esta manera el Profeta anuncia la restauración, no sólo de su Pueblo, sino de toda la humanidad. No se trata de una restauración política y económica, sino más que eso. Porque el Reino de Dios no va de la mano con el desarrollo político-económico.

2.- A veces podemos correr el riesgo de decepcionarnos, ya que la promesa de Dios como que no se cumple, no se realiza. Por eso san Pablo nos anima a caminar en fe, como a tientas, ya que todavía no vemos claramente. Mientras vivimos en este mundo, en este tiempo presente, es preciso caminar en fe. Porque no vemos, no entendemos, pero sabemos que el Señor es fiel y veraz, es decir, no se engaña y no nos quiere engañar.

3.- Vivimos tiempos difíciles. La Iglesia ha vivido tiempos difíciles, las comunidades han vivido tiempos difíciles. Todos pasamos por momentos difíciles. No vemos claro, no entendemos. Es en estos momentos cuando debemos caminar en fe. Como dice el  canto popular: Si el sol llegase a oscurecer y no brille más, yo igual confío en el Señor, que no va a fallar.

Hemos visto cómo tanta gente, tanto católico ha dejado a la Iglesia decepcionados por todo lo que ha pasado. Sin embargo otros, a pesar de todo, se han mantenido fieles, no h decaído su fe.

4.- Para Jesús el Reino de Dios es una semilla, es decir, algo vivo, que trae vida. Y es eso lo que Dos quiere. Claro que a veces nos dejamos conducir por criterios humanos y nos desesperamos. Nos da la impresión que nada cambia y no se nota la presencia del Reino. Pero Jesús nos dice que el Reino tiene su ritmo propio de crecimiento que conduce a la plenitud.

Vuelvo a repetir, Dios no se vale de lo espectacular, de los megas eventos para realizar su obras. Él actúa en lo simple y con lo simple, con lo que el mundo no valora ni ve. Y siempre ha sido así.

Hoy la semilla del Reino está presente en esta Eucaristía. No actúa como nosotros quisiéramos, en una presentación litúrgica espectacular, teatral. No. Sino en la humilde presencia del Señor en estos dones. Presente en su Palabra, Presente en medio nuestro. Por eso celebramos el misterio de nuestra fe, para seguir caminando en fe.

Este mensaje nos debe animar y dar esperanza para seguir trabajando por el Reino de Dios.

Hno. Pastor.

Homilia para la Eucaristía del domingo 16 de junio de 2024.

Primera Lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (19,19-21):

En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Elíseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto.
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: «Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»
Elías le dijo: «Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?»
Elíseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 15,1-2a.5.7-8.9-10

R/. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,33-37):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor.» Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir «sí» o «no». Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN ;

Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no.

Puede ocurrir, y de hecho ocurre que a veces nuestro sí no lo sea del todo. Que juguemos con cierta ambigüedad al afirmar algo o comprometernos. En su comentario a estas palabras del Señor, San Agustín previene: “tú que eres hombre y te engañas en muchas cosas, con frecuencia presentas a la verdad como testigo de tu falsedad”.

Lo que Jesús nos pide es que a nuestras falsedades y engaños, en muchas ocasiones autoengaños, no añadamos la ofensa de poner como testigo el santo nombre de Dios. El nos promete que conoceremos la verdad, que él mismo es la Verdad. Si “andamos en verdad” como pedía Santa Teresa a sus monjas, bastará con el sí y el no.

“No tomarás el nombre de Dios en vano”: en el Decálogo que Dios entregó a Moisés, este mandamiento es el segundo. Y lo cierto es que no se respeta, ni siquiera en ambientes de gente que cree. De gente, como nosotros que recita a diario “santificado sea tu nombre” en el Padrenuestro. Pero si el nombre, en el sentido bíblico es la verdad íntima de las cosas y sobre todo de las personas, tomar el nombre de Dios quiere decir asumir su realidad, entrar en una relación fuerte, en una relación estrecha con Él. El nombre del Señor es santo debe y guardarse en la memoria en un silencio de adoración amorosa. Sólo puede ser dicho para bendecirlo, alabarlo y glorificarlo. Tomarlo en vano, frívolamente o lo que es peor, con la pretensión de utilizarlo para nuestros fines, incluso los que nos parecen buenos, es necedad y ofensa.

Si al empezar el día o a lo largo de él, hacemos la señal de la cruz y decimos “en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” que sea con reverencia y amor, conscientes de lo que decimos y porqué lo decimos.

Virginia Fernandez

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. viernes 14 de junio de 2024.

Primera Lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (19,9a.11-16):

En aquellos días, cuando Elías llegó a Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche.
El Señor le dijo: «Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar!»
Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hacía trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.
Entonces oyó una voz que le decía: «¿Qué haces, aquí, Elías?»
Respondió: «Me consume el celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derruido tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo, y me buscan para matarme.»
El Señor dijo: «Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco y, cuando llegues, unge rey de Siria a Jazael, rey de Israel a Jehú, hijo de Nimsí, y profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 26,7-8a.8b-9abc.13-14

R/. Tu rostro buscaré, Señor

Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro.» R/.

Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor,
sé valiente, ten ánimo,
espera en el Señor. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,27-32):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio.» Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo. Aquí el discurso de Jesús presenta una dureza inusitada. Claro que él mismo no aprobaría que decidiéramos seguir el mandato literalmente… Es, como muchas expresiones de Jesús que recogen los Evangelios, una “exageración retórica”. Pero el fondo es radical, es decir, va a la raíz, al interior del que brotan los deseos. Al fondo íntimo de la persona que Cristo vino a recrear, a restaurar, venciendo al pecado y a la muerte. En eso consiste llevar a cumplimiento la ley y los profetas hasta la última tilde. En creer que “Todo está cumplido” con Jesús en la cruz y que estamos renacidos desde el bautismo.

Quitad lo sobrenatural, y no os encontraréis con lo natural, sino con lo antinatural… La cita de  Chesterton es, entre otras posibles interpretaciones, una descripción sintética de lo que ocurre en la cultura occidental u occidentalizada, con la sexualidad. Es una consecuencia de la increencia, de esa suerte de ateísmo práctico en el que se mueven incluso muchos que se consideran o nos consideramos creyentes.

Siempre ha habido adulterio, prostitución y desviaciones variadas y siempre doctrina sólida de la Iglesia, quizá también algo excesiva en fijar límites en cuestiones poco sustanciales. Pero aquella doctrina estuvo bien valorada aún por los transgresores. Hoy el ambiente propicia romper todos los límites e incluso admirar y aplaudir a quienes los sobrepasan. En definitiva en creer una conquista de la libertad lo antinatural que nos degrada.

Cuidemos nuestro interior y “arranquemos” todo lo que nos induce a la caída, pidiéndo la gracia para creer y ser consecuentes con la fe en Cristo, garantía de la victoria. «Porque lo que está bien, está bien y lo que está mal, está mal, y cuando uno no es un ignorante y sabe lo que se pesca, no tiene derecho a obrar mal», que diceMark Twain en Las aventuras de Huckleberry Finn.

Virginia Fernández

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. jueves 13 de junio de 2024

Primera Lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (18,41-46):

En aquellos días, Elías dijo a Ajab: «Vete a comer y a beber, que ya se oye el ruido de la lluvia.»
Ajab fue a comer y a beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo; allí se encorvó hacia tierra, con el rostro en las rodillas, y ordenó a su criado: «Sube a otear el mar.»
El criado subió, miró y dijo: «No se ve nada.»
Elías ordenó: «Vuelve otra vez.»
El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo: «Sube del mar una nubecilla como la palma de una mano.»
Entonces Elías mandó: «Vete a decirle a Ajab que enganche y se vaya, no le coja la lluvia.»
En un instante se oscureció el cielo con nubes empujadas por el viento, y empezó a diluviar. Ajab montó en el carro y marchó a Yezrael. Y Elías, con la fuerza del Señor, se ciñó y fue corriendo delante de Ajab, hasta la entrada de Yezrael.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 64,10.11.12-13

R/. Oh Dios, tú mereces un himno en Sión

Tú cuidas de la tierra,
la riegas y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R/.

Riegas los surcos,
igualas los terrenos,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes. R/.

Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,20-26):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Sentadas las mayores de la ley, entramos hoy en el detalle. Jesús explica “la última tilde”.porque

si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Y esto va mucho más allá de la literalidad del solemne no matarás del Decálogo. Hay que dominar la ira que nos empuja a la agresión, no sólo a la violencia física, sino a la verbal, al insulto y a la ofensa. También al deseo de venganza, al resentimiento y al rencor.

Al examinar nuestra conciencia, no podemos absolvernos con aquello tan barato de “yo no mato, ni robo”.

Es probable, aunque difícil de verificar, que algunos santos, los de altar y aureola y esos anónimos que son multitud en el cielo y aún en la tierra, en efecto nunca hayan insultado ni ofendido con el desdén, la crítica, el ninguneo y las muy variadas formas de menosprecio de las que somos capaces los humanos. Lo que es seguro es que los santos no permiten que crezca en ellos el odio, no dejan de pedir perdón, ni de perdonar.

Estamos llamados a la santidad. El cumplimiento “hasta la última tilde” de este mandamiento implica no perder el ánimo de hablar, de buscar la forma de volver al diálogo y la reconciliación, o al menos de establecer algún modo de acuerdo con quienes son (o somos para ellos) motivo de tropiezo.

Tan exigente es la propuesta, que, de no actuar así con el prójimo, la oración, la vida sacramental, la participación en el sacrificio eucarístico, los actos de culto y devoción no nos servirán para nada.

Por supuesto, no se trata de sentimentalismo, de fingir una simpatía imposible, de todo el mundo es bueno y que viva la gente.

También, algunas veces en la vida nos toca sufrir la injusticia: alguien nos hiere y no nos pide perdón. En la propuesta de Jesús está perdonar de todo corazón aunque no nos lo pidan y no detenernos en el “recuento de agravios”. Como un poco más adelante se nos dirá en el evangelio de Mateo, pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.

Virginia Fernádez

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-san-antonio-de-padua-presbitero-y-doctor-de-la-iglesia-2/?occurrence=2024-06-13&nskip=38188

EDD. jueves 13 de junio de 2024.

Primera Lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (18,41-46):

En aquellos días, Elías dijo a Ajab: «Vete a comer y a beber, que ya se oye el ruido de la lluvia.»
Ajab fue a comer y a beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo; allí se encorvó hacia tierra, con el rostro en las rodillas, y ordenó a su criado: «Sube a otear el mar.»
El criado subió, miró y dijo: «No se ve nada.»
Elías ordenó: «Vuelve otra vez.»
El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo: «Sube del mar una nubecilla como la palma de una mano.»
Entonces Elías mandó: «Vete a decirle a Ajab que enganche y se vaya, no le coja la lluvia.»
En un instante se oscureció el cielo con nubes empujadas por el viento, y empezó a diluviar. Ajab montó en el carro y marchó a Yezrael. Y Elías, con la fuerza del Señor, se ciñó y fue corriendo delante de Ajab, hasta la entrada de Yezrael.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 64,10.11.12-13

R/. Oh Dios, tú mereces un himno en Sión

Tú cuidas de la tierra,
la riegas y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R/.

Riegas los surcos,
igualas los terrenos,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes. R/.

Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,20-26):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Sentadas las mayores de la ley, entramos hoy en el detalle. Jesús explica “la última tilde”.porque

si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Y esto va mucho más allá de la literalidad del solemne no matarás del Decálogo. Hay que dominar la ira que nos empuja a la agresión, no sólo a la violencia física, sino a la verbal, al insulto y a la ofensa. También al deseo de venganza, al resentimiento y al rencor.

Al examinar nuestra conciencia, no podemos absolvernos con aquello tan barato de “yo no mato, ni robo”.

Es probable, aunque difícil de verificar, que algunos santos, los de altar y aureola y esos anónimos que son multitud en el cielo y aún en la tierra, en efecto nunca hayan insultado ni ofendido con el desdén, la crítica, el ninguneo y las muy variadas formas de menosprecio de las que somos capaces los humanos. Lo que es seguro es que los santos no permiten que crezca en ellos el odio, no dejan de pedir perdón, ni de perdonar.

Estamos llamados a la santidad. El cumplimiento “hasta la última tilde” de este mandamiento implica no perder el ánimo de hablar, de buscar la forma de volver al diálogo y la reconciliación, o al menos de establecer algún modo de acuerdo con quienes son (o somos para ellos) motivo de tropiezo.

Tan exigente es la propuesta, que, de no actuar así con el prójimo, la oración, la vida sacramental, la participación en el sacrificio eucarístico, los actos de culto y devoción no nos servirán para nada.

Por supuesto, no se trata de sentimentalismo, de fingir una simpatía imposible, de todo el mundo es bueno y que viva la gente.

También, algunas veces en la vida nos toca sufrir la injusticia: alguien nos hiere y no nos pide perdón. En la propuesta de Jesús está perdonar de todo corazón aunque no nos lo pidan y no detenernos en el “recuento de agravios”. Como un poco más adelante se nos dirá en el evangelio de Mateo, pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.

Virginia Fernádez

Fuente ; https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-al-evangelio-del-13-de-junio-de-2024/

EDD. martes 11 de junio de 2024

Primera Lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (17,7-16):

En aquellos días, se secó el torrente donde se había escondido Elías, porque no había llovido en la región. Entonces el Señor dirigió la palabra a Elías: «Anda, vete a Sarepta de Fenicia a vivir allí; yo mandaré a una viuda que te dé la comida.»
Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña.
La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.»
Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.»
Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.»

Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: «La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra.»»
Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 4

R/. Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? R/.

Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis,
reflexionad en el silencio de vuestro lecho. R/.

Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,13-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

El domingo anterior escuchamos le lectura de las Bienaventuranzas, hoy prosigue el capítulo cinco de Mateo con el discurso de la sal y la luz. También celebramos la memoria de San Bernabé.

Si en la lectura anterior se nos invitaba a participar en la bienaventuranza de Dios, ahora el Evangelio señala qué modo de ser tienen los que han aceptado aquella llamada.

La sal, que se hace casi imperceptible a la vista cuando se usa, es indispensable, según la ciencia médica, para el buen funcionamiento del cuerpo con su múltiples efectos beneficiosos. Además es útil para la industria y para muchas tareas domésticas de limpieza y desinfección.

Digamos que es casi invisible pero con efectos muy visibles: sazonar lo desabrido, cicatrizar heridas, preservar de la corrupción…

¿Cómo traducir esto a la vida moral? A lo mejor no siempre caemos en la cuenta de que dar sabor es misión propia de los cristianos. Dar sabor y sentido, encontrar y mostrar a los demás el gusto por las cosas aparentemente insignificantes, la satisfacción en trabajos y quehaceres muchas veces tediosos, aburridos, poco gratos… pero indispensables para el bien de los otros y el sostenimiento de la vida. Estamos llamados a ser sal.

Pero también a ser luz. Parece que a Jesús le gustan las paradojas (nada extraño si se cree que es Dios y hombre). Nos quiere invisibles, pequeños y saludables como la sal y grandes como la luz en lo alto. Aunque no es la luz lo que vemos, sino lo que la luz nos deja ver. Hemos de ser luz que disipa tinieblas y muestra la verdad. Sin escondernos. Sin dejar de bendecir y proclamar que es Jesús la Luz y la Verdad que nos sostiene. La Luz y la Verdad.

Bernabé fue el nombre que le dieron a José, probablemente uno de los setenta. Los apóstoles le cambiaron por el de Bernabé, que según San Lucas significa «el esforzado», «el que anima y entusiasma». Uno de los tantísimos que quisieron ser como nos quiere el Maestro: sal y luz.

Virginia Fernádez

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-san-bernabe-apostol/?occurrence=2024-06-11&nskip=38180

EDD. lunes 10 de junio de 2024

Primera Lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (17,1-6):

En aquellos días, Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: «¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia si yo no lo mando.»
Luego el Señor le dirigió la palabra: «Vete de aquí hacia el oriente y escóndete junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Bebe del torrente y yo mandaré a los cuervos que te lleven allí la comida.»
Elías hizo lo que le mandó el Señor, y fue a vivir junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 120

R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R/.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. R/.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R/.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

El Catecismo de la Iglesia Católica describe a las bienaventuranzas como el centro de la predicación de Jesús. Ellas -dice el catecismo- responden al deseo natural de felicidad: “Las bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de los actos humanos: Dios nos llama a su propia bienaventuranza”. Bien, lo hemos oído tantas veces que nos resulta “natural” la aceptación y el asentimiento sin más. A lo mejor deberíamos recuperar el asombro ante lo inaudito de la propuesta y lo poco aceptable de la suposición de que llorar, ser pobre, pasar hambre, aguantar persecuciones, no responder a la violencia, etc. son caminos para la felicidad y la alegría. De hecho, aunque en teoría mostremos acuerdo y conformidad, en la práctica estamos muy lejos de tomar en serio estas extrañas propuestas.

Dios nos llama a su propia bienaventuranza… Me parece que Jesucristo, cuando pronunció estas palabras que Mateo pone al comienzo del llamado Sermón de la Montaña, estaba describiéndose a sí mismo. En efecto Él es el pobre, el manso, el que llora, el que tiene hambre y sed de justicia, el misericordioso, el limpio de corazón, el que trabaja por la paz, el perseguido por causa de la justicia… ¡Y el más alegre y feliz de los hombres! El que hace nuevas todas las cosas, el que promete al buen ladrón la entrada en el paraíso, aquel en cuyas llagas hemos sido curados… el vencedor de la muerte y el mal.

En las letanías del rosario llamamos a María causa de nuestra alegría. Ciertamente con su “hagase en mí” nos ha dado a Cristo, nuestra alegría. Y al final de la misa, en ocasiones, a la bendición final se une este buen deseo: “Que la alegría del Señor sea nuestra fuerza”. Dios nos llama a su propia bienaventuranza. Un felicidad sobrenatural que cumple lo que promete: nos da la fuerza para soportar el sufrimiento que conlleva siempre la existencia humana. Para la vida eterna, pero también para el aquí y ahora.

Virginia Fernández

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-lunes-de-la-x-semana-del-tiempo-ordinario-2/?occurrence=2024-06-10&nskip=38176

Homilía para la Eucaristía del domingo 09 de junio de 2024.

DOMINGO DECIMO DEL AÑO B.

Génesis 3,9-15: Hermoso relato que termina en un “Primer evangelio”: el mal será vencido por un hijo de hombre.

2Corintios 4,13-51: La vida cristiana transcurre entre lo provisional y lo permanente. En este mundo nos vamos deteriorando, pero la fe en el Resucitado nos da aliento.

Marcos 3,20-35:Dos posturas frente a Jesús: los que no creen en Él y los que creen en Él, los que llegan a ser sus discípulos. Rechazar la acción salvadora de Jesús es una blasfemia, ya que se niega el Amor de Dios.

1.- Como siempre la Palabra de Dios nos trae una Buena Noticia, un Evangelio. ¿Y cuál es esta Buena Noticia?

A la luz del Génesis nos damos cuenta que el ser humano sufre una fuerte tensión, pues no quiere ser lo que es y pretende ser lo que no es. Y ¿qué es el ser humano? Una criatura, por lo mismo, sin poder absoluto, sin conocimiento absoluto. En una palabra, se descubre débil, frágil…desnudo, totalmente expuesto a todo. Y ¿qué pretende el ser humano? “Ser como Dios”, conocer-manejar el bien y el mal. El hombre siempre ha soñado ser un Superhombre; incluso así lo muestran las mitologías.

Por eso, “pondré enemistad entre ti y la mujer”. En su intento de ser igual a Dios, lo único que descubre y experimenta es su desnudez, es decir, su indigencia absoluta.

Pero el texto termina con una Buena Notica: un descendiente de mujer, un humano, aplastará la cabeza de la serpiente.

2.- Porque somos creaturas somos frágiles. En este mundo experimentamos lo provisional, lo caduco. Sufrimos todo tipo de males, notamos lo débiles que somos. Precisamente nos angustia la enfermedad y la muerte. Pero desde la fe nos damos cuenta que la realidad es más que esta lucha contra el mal. San Pablo nos recuerda que el que resucitó a Jesús también nos resucitará a nosotros. Aunque experimentamos la debilidad, el mal, nuestro interior se va renovando. Y esto nos debe sostener siempre.

3.- El hombre de hoy, como el de siempre,  sueña con suplantar a Dios. El hombre cree saber lo que es bueno y lo que es malo. Y con su frágil sabiduría no se da cuenta que está desnudo, que es una simple creatura.  En la sociedad moderna se ha perdido el sentido de que el ser humano es creatura. Falta una auténtica antropología, como lo vemos en los argumentos para justificar el aborto.

Seguimos experimentando la ruptura del pecado: no nos entendemos (como en Babel), nos culpamos unos a otros, nunca asumimos nuestra responsabilidad. Y en todo el mundo hay un afán, una pugna por mandar, estar por encima del otro.

4.-  Y esta realidad se manifestó en el tiempo de los judíos cuando atacaron y descalificaron a Jesús. Descalificar a Cristo es descalificar y rechazar a Dios. Hoy hablamos de una sociedad secularista, que niega a Dios, le da la espalda a Dios.

Negar la salvación traída por Cristo es una blasfemia contra el Amor mismo de Dios, que es el Espíritu Santo.

Si aceptamos a Jesús, si lo reconocemos como el Salvador seremos sus discípulos, seremos los íntimos de Jesús.

Jesús no sólo nos trae un Mensaje de salvación, sino que Él es la salvación. Jesús, el descendiente nacido de una mujer (Gálatas 4,4), ha vencido al mal. Con Él, unidos a Él somos más que vencedores, porque ha llegado el fin de satanás. Por eso, a pesar de nuestras desnudeces, podemos bendecir y alabar a Dios, porque estamos revestidos de Cristo; ha mostrado su amor misericordioso a nosotros. Celebremos.

Hermano Pastor.