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Autor: Patricio Osiadacz

EDD. martes 20 de agosto de 2024

Primera Lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (28,1-10)

Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, di al príncipe de Tiro: «Así dice el Señor: Se hinchó tu corazón, y dijiste: ‘Soy Dios, entronizado en solio de dioses en el corazón del mar’, tú que eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses. ¡Si eres más sabio que Daniel!; ningún enigma se te resiste. Con tu talento, con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y plata en tus tesoros. Con agudo talento de mercader ibas acrecentando tu fortuna, y tu fortuna te llenó de presunción. Por eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por eso traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu belleza y tu sabiduría, profanando tu esplendor. Te hundirán en la fosa, morirás con muerte ignominiosa en el corazón del mar. Tú, que eres hombre y no dios, ¿osarás decir: ‘Soy Dios’, delante de tus asesinos, en poder de los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso, a manos de bárbaros. Yo lo he dicho.»» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios

Salmo

Dt 32,26-27ab.27cd-28.30.35cd-36ab

R/. Yo doy la muerte y la vida

Yo pensaba: «Voy a dispersarlos
y a borrar su memoria entre los hombres.»
Pero no; que temo la jactancia del enemigo
y la mala interpretación del adversario. R/.

Que diría: «Nuestra mano ha vencido,
no es el Señor quien lo ha hecho.»
Porque son una nación que ha perdido el juicio. R/.

¿Cómo es que uno persigue a mil,
y dos ponen en fuga a diez mil?
¿No es porque su Roca los ha vendido,
porque el Señor los ha entregado? R/.

El día de su perdición se acerca,
y su suerte se apresura.
Porque el Señor defenderá a su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,23-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.»
Entonces le dijo Pedro: «Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús les dijo: «Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

El texto evangélico de hoy sigue al de ayer. Los discípulos se han quedado sorprendidos al ver que Jesús pedía al joven rico que lo dejase todo, todo. Y que lo entregase a los pobres antes de seguirle. Además, Jesús pone la comparación del camello y el ojo de la aguja y los discípulos se quedan espantados. Conclusión para algunos: las riquezas son del demonio y los ricos son mala gente. No se va a salvar ni uno.

Sinceramente no creo que ésta sea la conclusión adecuada. Más bien lo que nos dice Jesús es que hay que tener claras las prioridades. El que ponga el dinero y las riquezas por delante de Jesús y del Reino, ese va a tener difícil y complicado lo de la salvación porque se equivoca al poner el valor central de su vida en las riquezas y no en el Reino.

El Reino es el centro de todo en Jesús. Y todo el que quiera seguirle ha de poner todo lo que es y lo que tiene al servicio del Reino, que no es otra cosa que la justicia y la fraternidad de los hijos e hijas de Dios. ¿Eres inteligente? Pon tu inteligencia al servicio de tus hermanos. ¿Tienes riquezas? Pon esas riquezas al servicio de tus hermanos. Y así podíamos seguir con todas las cualidades, con todas nuestras fuerzas, con todo lo que poseemos. Como dijo un teólogo de la liberación hace ya muchos años: hay que pasarse a los pobres con armas y bagaje. Quería decir que no se trata de renunciar a lo que somos y tenemos sino de ponerlo todo al servicio de los más pobres.

Ahí es donde vamos a encontrar la salvación. Ahí es donde vamos a encontrar la vida, la Vida con mayúsculas, la que vale la pena vivir porque no termina, porque es para siempre.

Aferrarnos al dinero o a otras cosas como si ahí estuviese la salvación es un grave error. A corto plazo nos puede hacer sentir seguros, pero al final no vale para nada. La vida no está en el dinero ni en las grandes casas ni en los cochazos ni en las cuentas corrientes con muchos ceros. La vida se encuentra en el abrazo fraterno del hermano, en el amor que es siempre gratuito. Esa es la vida que merece la pena vivir. Esa es la vida del Reino.

Fernando Torres, cmf

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-martes-de-la-xx-semana-del-tiempo-ordinario/?occurrence=2024-08-20&nskip=38320

EDD. lunes 19 de agosto de 2024

Primera Lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (24,15-24):

Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, voy a arrebatarte repentinamente el encanto de tus ojos; no llores ni hagas duelo ni derrames lágrimas; aflígete en silencio como un muerto, sin hacer duelo; líate el turbante y cálzate las sandalias; no te emboces la cara ni comas el pan del duelo.»
Por la mañana, yo hablaba a la gente; por la tarde, se murió mi mujer; y, a la mañana siguiente, hice lo que se me había mandado.
Entonces me dijo la gente: «¿Quieres explicarnos qué nos anuncia lo que estás haciendo?»
Les respondí: «Me vino esta palabra del Señor: «Dile a la casa de Israel: ‘Así dice el Señor: Mira, voy a profanar mi santuario, vuestro soberbio baluarte, el encanto de vuestros ojos, el tesoro de vuestras almas. Los hijos e hijas que dejasteis caerán a espada. Entonces haréis lo que yo he hecho: no os embozaréis la cara ni comeréis el pan del duelo; seguiréis con el turbante en la cabeza y las sandalias en los pies, no lloraréis ni haréis luto; os consumiréis por vuestra culpa y os lamentaréis unos con otros. Ezequiel os servirá de señal: haréis lo mismo que él ha hecho. Y, cuando suceda, sabréis que yo soy el Señor.»

Palabra de Dios

Salmo

Dt 32,18-19.20.21

R/. Despreciaste a la Roca que te engendró

Despreciaste a la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.
Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas. R/.

Pensando: «Les esconderé mi rostro
y veré en qué acaban,
porque son una generación depravada,
unos hijos desleales.» R/.

«Ellos me han dado celos con un dios ilusorio,
me han irritado con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo, ilusorio
los irritaré con una nación fatua.» R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,16-22):

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
Él le preguntó: «¿Cuáles?»
Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.»
El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?»
Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente conmigo.»
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Jesús le hace a este hombre del evangelio de hoy un cambio de planteamiento total. El hombre preguntaba por una cosa y Jesús le respondió con otra. Hoy diríamos que Jesús le sacó de su zona de confort. En un español un poco más clásico o castizo, diríamos que Jesús le sacó de sus casillas, cosa que es bastante molesta. Pero debemos reconocer que es lo que suele hacer Jesús con nosotros. Y que es lo que nos conviene la mayor parte de las veces.

Digo esto porque el hombre se acerca a Jesús preocupado con su salvación. Anteojeras grandes y vista a corta distancia. Su “yo” es lo primero. El hombre se plantea si se va a salvar y qué tiene que hacer para salvarse. En principio, el resto del mundo –naturaleza y personas cercanas y lejanas incluidas– da la impresión de que no le preocupa lo más mínimo. El hombre está centradito en sí mismo y en su salvación: “¿qué he de hacer de bueno para obtener la vida eterna.”

A la primera, Jesús le deja donde está. Si quieres la vida, basta con que guardes los mandamientos. No hace falta más. Pero el hombre busca, como tantas veces buscamos nosotros, seguridades. Quiere estar seguro de salvarse. Quiere tener una especie de póliza o certificado que garantice que está en el buen camino. Así que sigue preguntando. Ya cumple los mandamientos pero quiere ese punto más de seguridad. Como el que tiene un seguro médico pero contrata otro más caro y con mejores médicos, solo para sentirse más seguro.

Ahí es donde Jesús le responde sacándole de sus casillas. Le viene a decir que deje de pensar en sí mismo y en su salvación, que levante la vista hasta el horizonte, que se fije en sus hermanos, que lo deje todo –todo lo que le parecía que le hacía sentirse seguro– y que le siga. Seguir a Jesús supone entrar en la inseguridad total. Se trata de caminar sin rumbo fijo tendiendo la mano a los necesitados de todo tipo. Se trata de pensar antes en los demás y sus necesidades que en uno mismo. Supone vivir en la inseguridad. Supone aceptar que todo puede terminar mal, como de hecho terminó, y que sólo se puede confiar ciegamente en el Padre-Abbá.

Fernando Torres, cmf

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-lunes-de-la-xx-semana-del-tiempo-ordinario/?occurrence=2024-08-19&nskip=38316

Homilia para la Eucaristía del domingo 18 de agosto de 2024.

DOMINGO XX DEL CICLO B.

Proverbios 9,1-6: La Sabiduría invita a un Banquete en una casa lujosa. Banquete que es para los que  no tienen Sabiduría, es decir, los incautos y faltos de juicio.

Efesios 5,15-20: Una llamada a los cristianos a vivir como sabios, cumpliendo la Voluntad de Dios. Esto genera un estilo de vida nuevo.

Juan 6,51-59: Afirmación categórica: Jesús es el alimento que se entrega para dar vida al mundo. El alimento  que da Jesús está ligado a su sacrificio, el de la cruz = dar la vida por todos.

1.- Hemos escuchado que la Sabiduría prepara un banquete. Ya en esta afirmación encontramos dos enseñanzas. Una, que la Sabiduría, que es un atributo divino, es identificada con Dios mismo. De modo que es Él mismo quien prepara e invita a un banquete. Dos, El banquete es símbolo de los bienes mesiánicos – del Reino de Dios.

En una palabra, quien acepta la Voluntad de Dios y la cumple está en comunión con Dios, tiene vida, es sabio.

Dios invita a los desheredados de la sabiduría, es decir, a los que carecen de Sabiduría: los incautos, los faltos de entendimiento. En el evangelio son los pobres, los marginados, los mirados en menos (cfr. Mateo 22,1-14; Lucas 14, 15-24).

De mil maneras la Palabra de Dios nos da a entender qué es  lo que Dios quiere para con nosotros. Él quiere nuestro bien, nuestra plenitud.

Dios quiere que todos participen del Banquete, de su Reino.

2.- El cristiano, se supone, es alguien que se alimenta y, por lo mismo, participa de la Sabiduría de Dios. Entonces un verdadero discípulo es o debería ser sabio, conocedor de la Voluntad de Dios. Y si esto es cierto ¿por qué hay tanto necio suelto en el mundo, en la sociedad?

San Pablo nos hace un llamado a no actuar como necios, carentes de sabiduría, sino sabiamente, conociendo la Voluntad de Dios, viviendo de acuerdo de acuerdo a lo que Él quiere.

Porque al desconocerse lo que Dios quiere es cuando se comete toda clase disparates.

3.- En el mundo hay muchos pobres. Hay pobres de carácter socio-económico, que no tienen cómo alimentarse, dónde vivir, carentes de salud. Pero también hay pobres marginados de la sociedad, los que, aunque tengan mucho dinero, son excluidos por su sexo, raza, religión o ideología política. Pero sobre todo abundan los pobres que carecen de la sabiduría de Dios; por eso viven al margen de la Voluntad de Dios.

Y muchos de estos pobres son los que detentan el poder en las naciones y rigen a la sociedad, pero neciamente. Así vemos cómo empobrecen a la sociedad, a la gente. Pues bien, a todos estos pobres el Señor prepara un banquete, invita a participar del Reino de Dios.

4.- Hoy el Señor, la Sabiduría encarnada, se nos ofrece como alimento que da vida.

Hoy es el Día de la Solidaridad, día en que celebramos a san Alberto Hurtado, un hombre, un cristiano, que comprendió lo que es predicar y vivir el misterio del Reino de Dios.

En un Chile falsamente católico, muy religioso, pero individualista y clasista él se dio cuenta que la realidad imperante no era la que Dios quería. Los mismos cristianos desconocían la Doctrina Social de la Iglesia y por eso se conformaban con una práctica asistencialista.

Han pasado más de sesenta años desde que él murió. ¿Ha cambiado Chile? ¿Es Chile un país solidario, que cumple con lo que Dios quiere? Cada uno de nosotros debe darse la respuesta..

Hoy el Señor nos invita al banquete. Comer de su carne, beber de su sangre es más que comulgar una hostia. Es querer realizar lo que Dios quiere, su Voluntad. Que a nadie falte el pan material, el pan de la cultura, el pan de la sabiduría.  Y todo esto lo celebramos y significamos aquí en la Eucaristía.

Hno. Pastor.


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EDD. sábado 17 de agosto de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (18,1-10.13b.30-32):

Me vino esta palabra del Señor: «¿Por qué andáis repitiendo este refrán en la tierra de Israel: «Los padres comieron agraces, y los hijos tuvieron dentera?» Por mi vida os juro –oráculo del Señor– que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel. Sabedlo: todas las vidas son mías; lo mismo que la vida del padre, es mía la vida del hijo; el que peca es el que morirá. El hombre que es justo, que observa el derecho y la justicia, que no come en los montes, levantando los ojos a los ídolos de Israel, que no profana a la mujer de su prójimo, ni se llega a la mujer en su regla, que no explota, sino que devuelve la prenda empeñada, que no roba, sino que da su pan al hambriento y viste al desnudo, que no presta con usura ni acumula intereses, que aparta la mano de la iniquidad y juzga imparcialmente los delitos, que camina según mis preceptos y guarda mis mandamientos, cumpliéndolos fielmente: ese hombre es justo, y ciertamente vivirá –oráculo del Señor–. 

Si éste engendra un hijo criminal y homicida, que quebranta alguna de estas prohibiciones ciertamente no vivirá; por haber cometido todas esas abominaciones, morirá ciertamente y será responsable de sus crímenes. Pues bien, casa de Israel, os juzgaré a cada uno según su proceder –oráculo del Señor–. Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no caeréis en pecado. Quitaos de encima los delitos que habéis perpetrado y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo; y así no moriréis, casa de Israel. Pues no quiero la muerte de nadie –oráculo del Señor–. ¡Arrepentíos y viviréis!»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 50,12-13.14-15.18-19

R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R/.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,13-15):

En aquel tiempo, le acercaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos los regañaban.
Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.»
Les impuso las manos y se marchó de allí.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Para la mayoría de los seres humanos medianamente sanos de mente y corazón, resulta natural la  sonrisa cuando vemos a un bebé o a un niño pequeño. Un sobrino mío, al que alguna vez me tocó pasear o llevar al parque, se mostraba desconcertado y perplejo si su sonrisa, que dirigía a cualquiera que encontrasemos al paso, no era correspondida. Cuando empezó a hablar, saludaba a todo el mundo y si no había respuesta, insistía, tal vez suponiendo que no lo habían oído…

La escena de Jesús rodeado de niños que nos relatan los evangelios, leída ahora, resulta simpática y familiar; nos presenta a un adulto reaccionando ante ellos como uno de esos seres humanos “medianamente sanos”. Bien sabemos que Jesucristo es bastant más: es el más perfecto hijo del hombre. Los padres le presentan a sus hijos intuyendo que en Él hay bendición y salud. Y los discípulos se equivocan. Creen que los socialmente irrelevantes como lo eran los menores en aquel tiempo y lugar, representan un estorbo y el Maestro no debe perder el tiempo con ellos.

Ya hemos visto recientemente, en otro pasaje del relato de Mateo, que Jesús los amonesta y les explica que los ángeles de esos niños están viendo la gloria de Dios. Un pequeño de esos adquiere una dignidad impensable, es propietario del reino de los cielos. Es más, hay que hacerse como uno de ellos para entrar en el reino. Hacerse niño consiste en asombrarse ante la maravilla de la vida y confiar en los brazos amorosos de quien nos sostiene y cuida.

Estiman algunos escrituristas que todos los Salmos se refieren a Jesús. Él, que conocía perfectamente la Escritura, los recitaría con frecuencia. Este relato evangélico de la liturgia de hoy me lleva al Salmo 130: Señor, mi corazón no es ambicioso, / ni mis ojos altaneros; / no pretendo grandezas / que superan mi capacidad. Sino que acallo y modero mis deseos, / como un niño en brazos de su madre; / como un niño saciado / así está mi alma dentro de mí. Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.

Virginia Fernández

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/comentario-del-evangelio-del-dia-17-de-agosto-de-2024/

EDD. viernes 16 de agosto de 2024

mía. Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda.

Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una reina. Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié –oráculo del Señor–. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste.»» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios

Salmo

Is 12,2-3.4bcd.5-6

R/. Ha cesado tu ira y me has consolado

Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel. » R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,3-12):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne»? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»

Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»

Palabra del Señor

Los fariseos intentan, como en otras ocasiones, poner a prueba a Jesús con una pregunta sobre el divorcio. Tal vez se tratara de discutir teóricamente sobre un tema doctrinal o alguno, a lo mejor, intentaba encontrar una excusa perfecta para salir de un mal matrimonio. La respuesta de Jesús es tajante: se trata de conocer el plan original de Dios. Hombre y mujer, creados a su imagen y semejanza están destinados a ser una sola carne. Es lo que está escrito: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”.

El Evangelio de hoy no explica si hubo comentario de los que hicieron la pregunta, pero si de los discípulos que se asustan de un dictamen tan exigente y estiman que mejor sería no casarse. Participaban de las costumbres y la cultura ambiental, claramente más ventajosas para el varón.

Jesucristo viene a afirmar la igualdad esencial entre hombre y mujer. Y también a anunciar un camino, el matrimonio es una llamada de Dios pero no la única porque hay llamados a “ser eunucos por el reino de los cielos”. No todos estamos hechos para el matrimonio.

Cada uno debe elegir según el don recibido. Cada elección implica renuncias y sacrificios pero también su propia belleza y alegría.

Este ideal no siempre ha sido alcanzado en plenitud por los cristianos. La condición humana, pecadora, está expuesta a la tentación y a la caida. Sin embargo en la sociedad dominaba la conciencia de lo que es virtuoso y digno.

Esa conciencia casi ha desaparecido en nuestra sociedad occidental desarrollada. Parece que lo digno de aplauso y admiración es la “liberación sexual” del siglo XX. Y entre muchos de los que nos creemos seguidores de Jesucristo lo que predomina no es una afirmación firme y atrevida de su Palabra sino más bien un silencio cobarde o una aceptación resignada porque “las cosas han cambiado”… Y hay que mimetizarse con el paisaje.

Al menos en nuestro camino de casados o célibes por el reino, que brille el esplendor de la vocación recibida y pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine para elegir según el corazón de Cristo.

Virginia Fernández

EDD. jueves 15 de agosto de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (11,19a;12,1.3-6a.10ab):

Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de su alianza. Después apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas. Apareció otra señal en el cielo: Un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo un tercio de las estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse el niño en cuanto naciera. Dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. Arrebataron al niño y lo llevaron junto al trono de Dios. La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar reservado por Dios.
Se oyó una gran voz en el cielo: «Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 44,10bc.11-12ab.16

R/. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir. R/.

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor. R/.

Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real. R/.

Segunda Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,20-27a):

Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todo bajo sus pies.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,39-56):

En aquellos días, Maria se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de Maria, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

En la mitad de agosto, la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Asunción de la Virgen María. Oficialmente desde la proclamación de este misterio como dogma en 1950, aunque la tradición y la fe de los cristianos atestiguan que el hecho ya era celebrado en el s.IV. Las imágenes de la Asunción se han venerado en nuestras iglesias desde hace siglos.

Toda la Liturgia de este día rebosa de gozo. No solo nos alegramos por el enaltecimiento de  la Madre de Jesús, sino porque Ella, en su Asunción, nos reafirma en la fe que profesamos  en nuestra propia resurrección de la carne, como recitamos en el Credo.

María se nos muestra también como arquetipo de la Iglesia cuerpo de Cristo, vencedora del mal y de la muerte en la imagen prodigiosa del texto del Apocalipsis, repleta de símbolos: “Apareció en el cielo una señal grande…”.

En la Europa que en nuestros días sufre un proceso de descristianización acelerado, pocos conocen qué significan las doce estrellas de la bandera de la Unión Europea. Arsène Heitz, quien diseñó junto a otros la bandera europea en 1955, dijo que su inspiración había sido la referencia a la corona de doce estrellas, del Apocalipsis. Era un católico fervoroso que pertenecía a la Orden de la Medalla Milagrosa. La mayoría de los fundadores de la Unión Europea, Konrad AdenauerJacques DelorsAlcide de Gasperi y Robert Schuman, también eran católicos devotos. Puede que hoy sea un buen día para pedir el amparo de Nuestra Señora sobre esta Europa desquiciada.

El Evangelio de Lucas nos presenta el bellísimo cántico del Magníficat. Repetirlo una vez más pidiendo la gracia de comprenderlo es un asentimiento a los misteriosos caminos de Dios que ensalza a los humildes, rebaja a los poderosos y alienta nuestra fe. Es un quitamiedos eficaz cuando observamos el avance del mal en todas sus manifestaciones y nos asusta y desafía nuestra esperanza. Confiemos en Dios. La Iglesia, aunque tal vez retirada al desierto, sigue celebrando esta hermosa fiesta, especialmente en España que festeja a María como patrona en tantas poblaciones. Que la alegría del Señor sea nuestra fuerza.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-la-asuncion-de-la-bienaventurada-virgen-maria-515/?occurrence=2024-08-15&nskip=38314

EDD. miércoles 14 de agosto de 2024

Primera Lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (9,1-7;10,18-22):

Oí al Señor llamar en voz alta: «Acercaos, verdugos de la ciudad, empuñando cada uno su arma mortal.»
Entonces aparecieron seis hombres por el camino de la puerta de arriba, la que da al norte, empuñando mazas. En medio de ellos, un hombre vestido de lino, con los avios de escribano a la cintura. Al llegar, se detuvieron junto al altar de bronce. La gloria del Dios de Israel se había levantado del querubín en que se apoyaba, yendo a ponerse en el umbral del templo.
Llamó al hombre vestido de lino, con los avíos de escribano a la cintura, y le dijo el Señor: «Recorre la ciudad, atraviesa Jerusalén y marca en la frente a los que se lamentan afligidos por las abominaciones que en ella se cometen.»
A los otros les dijo en mi presencia: «Recorred la ciudad detrás de él, hiriendo sin compasión y sin piedad. A viejos, mozos y muchachas, a niños y mujeres, matadlos, acabad con ellos; pero a ninguno de los marcados lo toquéis. Empezad por mi santuario.» Y empezaron por los ancianos que estaban frente al templo.

Luego les dijo: «Profanad el templo, llenando sus atrios de cadáveres, y salid a matar por la ciudad.»
Luego la gloria del Señor salió, levantándose del umbral del templo, y se colocó sobre los querubines. Vi a los querubines levantar las alas, remontarse del suelo, sin separarse de las ruedas, y salir. Y se detuvieron junto a la puerta oriental de la casa del Señor; mientras tanto, la gloria del Dios de Israel sobresalía por encima de ellos. Eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel a orillas del río Quebar, y me di cuenta de que eran querubines. Tenían cuatro rostros y cuatro alas cada uno, y una especie de brazos humanos debajo de las alas, y su fisonomía era la de los rostros que yo había contemplado a orillas del río Quebar. Caminaban de frente.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 112,1-2.3-4.5-6

R/. La gloria del Señor se eleva sobre el cielo

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R/.

De la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre el cielo. R/.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,15-20):

Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,15-20):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Es difícil la convivencia, incluso con los más cercanos como familia o con quienes comparten la misma vocación. A veces un malentendido, una peculiaridad de carácter, algo que desaprobamos en el otro, dan lugar a barreras y propician silencios que acaban en resentimiento y distancia. Cuanto más tiempo dejamos pasar antes de explicarnos o pedir que nos expliquen, más difícil es romper el muro. Y las cosas se enquistan y la situación nos hace daño.

Hay que hablar. Se dice que el amor es ingenioso, Jesús nos enseña un camino de amor, antes de la reconciliación. Pidamos la gracia y el ingenio para afrontar los conflictos con valentía y humildad. Pidamos saber decir las cosas con amor auténtico, que es asunto bien difícil. Hablemos cara a cara con aquel que actua mal o de quien tenemos queja.

Lejos de buscar la confrontación, la propuesta del Maestro pretende sanar y restaurar relaciones, poniendo siempre en primer lugar el amor y la dignidad de la otra persona. Si nuestras palabras no encuentran eco, Jesús nos invita a involucrar a uno o dos testigos. Este acto no es para condenar, sino para buscar una solución justa y equitativa, reforzando la importancia del apoyo mutuo y la objetividad en nuestras acciones. La intervención de la comunidad entera es el siguiente paso, subrayando que la iglesia es una familia donde cada miembro tiene un papel vital en la reconciliación y la paz. Incluso cuando alguien persiste en su error, Jesús no nos llama a la
condena definitiva sino a tratar a esa persona con la esperanza de una futura restauración.

La promesa de Jesús de estar presente cuando dos o tres se reúnen en su nombre nos llena de consuelo y esperanza. No estamos solos en nuestros esfuerzos por vivir en armonía y resolver nuestras diferencias; su presencia nos guía y fortalece. Jesús nos pide vivir en amor, buscando siempre la reconciliación y la unidad, sabiendo que en cada esfuerzo por restaurar la paz, Él está con nosotros, respaldando y bendiciendo nuestras acciones.

Virginia Fernandez

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-miercoles-de-la-xix-semana-del-tiempo-ordinario/?occurrence=2024-08-14&nskip=38308