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Autor: Patricio Osiadacz

EDD. lunes 22 de julio de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro del Cantar de los Cantares (3,1-4a):

Así dice la esposa: «En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: «¿Visteis al amor de mi alma?» Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 62,2.3-4.5-6.8-9

R/. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1.11-18):

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»

Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice: «¡María!»
Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: «Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro.»»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Santa María Magdalena, de cuya vida en realidad, sabemos muy poco, ocupa un lugar relevante en la devoción y el culto de los fieles y en escritos de padres de la Iglesia y predicadores. Pero aún más en el arte religioso, especialmente pintura y es protagonista también de tradiciones piadosas, novelas, leyendas, relatos gnósticos y algún que otro delirio fantasioso, incluyendo su muerte y enterramiento en las proximidades de Marsella.

A la santa se la identifica fecuentemente con mujeres que aparecen en los relatos evangélicos: la del perfume de nardos, la María de Betania que “eligió la mejor parte”, la adúltera perdonada o aquella de quien se dice que fueron expulsados siete demonios. Identificada con su nombre aparece en los cuatro evangelios: Lucas dice que fue una de las mujeres que ayudó a Jesús y a los apóstoles en su predicacón en Galilea; Marcos, Mateo y Juan la sitúan con otras mujeres en la crucifixión y en la mañana de la Resurrección; Mateo y Marcos también la citan en la sepultura; y Juan relata la aparición del Resucitado en el huerto en el que estaba la tumba vacía.

Lo esencial de María Magdalena está en esas pocas referencias: sirvió y siguió al Maestro, estuvo al pie de la Cruz, vio al Señor Resucitado y corrió a decírselo a los apóstoles. Vio, creyó… y corrió a anunciarlo. Y en esto consiste ser cristiano: en creer en Jesucristo, en seguirle y en anunciar su victoria sobre el dolor, la muerte y el pecado. La misión de María Magdalena es la misma que la de los que nos decimos cristianos. Pero en esta santa, además el encargo es dirigirse a los apóstoles. Santo Tomás de Aquino dice de ella que fue hecha apóstol de los apóstoles (facta est apostolorum apostola). Juan Pablo II y Benedicto XVI han hablado bellamente sobre esta santa. Juan Pablo II en Mulieris Dignitatem se refirió a ella con los términos de Santo Tomás y señaló que en “la prueba más difícil de fe y fidelidad” de los cristianos, la Crucifixión, las mujeres demostraron ser más fuertes que los apóstoles”.​

En 1916 la Congregación para el Culto Divino publicó un decreto por el cual se eleva la celebración de santa María Magdalena al grado de fiesta en el Calendario romano general, por expreso deseo del papa Francisco. En la liturgia del día, rezamos: “Oh, Dios, tu Unigénito confió a María Magdalena, antes que a nadie, el anuncio de la alegría pascual, concédenos por su intercesión y ejemplo, proclamar a Cristo vivo, y que le veamos reinando en tu Gloria”. Que así sea.

Virginia Fernandez

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-santa-maria-magdalena-2/?occurrence=2024-07-22

Comentario al Evangelio del domingo 21 de julio de 2024.

XVI Domingo del tiempo ordinario – San Marcos 6, 30-34.


“Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco”.

Jesús nos alimenta con su palabra y nos nutre con el evangelio de la esperanza. ¿Qué atraía a Jesús tanta gente? Él irradiaba compasión. Necesitamos compasión para acercarnos a las personas, escuchar y ayudar; acoger y comprometernos, sobre todo, con los sufridores en el rescate de la vida. ¿Qué motivaciones me han llevado a trabajar en la Iglesia, en la parroquia, en la comunidad?

Hoy, el Evangelio nos invita a descubrir la importancia de descansar en el Señor. Los Apóstoles regresaban de la misión que Jesús les había dado. Habían expulsado demonios, curado enfermos y predicado el Evangelio. Estaban cansados y Jesús les dice «venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco». El tiempo del descanso es necesario, e incluso obligatorio, y debe ser vivido seriamente. Dedicar un tiempo para el estudio, oración, ocio, convivir un tiempo con los familiares y tomar un momento para recargar las fuerzas físicas y espirituales es de suma importancia para continuar con ahínco en la misión. Es en el silencio interior que Dios mejor habla a nuestro corazón. «A pesar de todo, he decidido traerla a mí; he aquí que voy a llevarla al desierto y allí, a solas, hablaré a su corazón». Tomarse un tiempo para uno mismo no es huir de los compromisos, sino poder pensar en ideales mayores, hacer nuevos planes, evaluar la caminata, rezar, callar. Solo quien conoce la belleza del silencio, dentro y fuera de sí, es capaz de viajar por su propio mundo interior. Es en el silencio que escuchamos la voz de las cosas, la voz del propio yo y la voz de Dios. El amor nace del silencio y solo él lo lleva de nuevo a la plenitud. El silencio es lo que acerca a los hombres que el ruido separa, como también es el camino de nuestra propia comprensión interior. Es por el silencio que nos encontramos a nosotros mismos. Quien no sabe silenciar no se encuentra jamás. Hay personas que viven divorciadas de sí mismas, porque nunca hacen en sí el silencio. El silencio no es solo la ausencia de palabras o de ruido, una ausencia, un valor negativo, sino más bien un valor positivo, edifica nuestro mundo interior, encontramos el camino hacia la paz, hacia la sabiduría, hacia el perdón y el olvido y, sobre todo, hacia el amor. Nuestra alma necesita silencio como nuestro cuerpo necesita alimento». Una sociedad consumista, para estar a la altura de la dignidad humana, no puede organizarse solo en función del beneficio, como único valor a preservar. Si queremos construir una sociedad justa y fraterna, no lo conseguiremos dejándonos llevar por la lógica del mercado. Además de la dimensión económica, hay otros valores humanos, aún más fundamentales, a ser promovidos, tales como la convivencia familiar, el culto religioso, el contacto con la naturaleza, la alabanza al Creador. Por eso es importante valorar la celebración de la Eucaristía en nuestras parroquias y otros espacios para el encuentro entre las personas y con Dios. Estos momentos deben producir en nosotros un enriquecimiento interior, consecuencia de haber amado a Dios y de haber vivido también la entrega a los demás mediante el olvido propio; deben ser momentos en los que buscamos, especialmente, hacer la vida más amable a los que están a nuestro lado. Solo regenerados interiormente, podremos tener compasión con los que sufren y cumplir bien nuestro papel de buenos pastores en todos los ambientes en que actuamos, sea en la familia, en la Iglesia o en la sociedad. «Al desembarcar, Jesús vio una numerosa multitud y tuvo compasión, porque eran como ovejas sin pastor». Para reproducir en nosotros los rasgos del Buen Pastor y tener compasión ante la miseria humana, tenemos que ser, antes, ovejas obedientes de Jesús. Que también nosotros podamos imitar a muchos santos que han sabido anunciar a Cristo Señor y han experimentado la presencia de Dios en su vida y han sabido anunciarlo por la Palabra y por el ejemplo. Por lo tanto, pedimos al dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies. Que el Señor aumente el número de vocaciones y que creamos en nuestras comunidades una cultura vocacional y una iglesia toda ministerial. Pidamos también a la Virgen María, a quien invocamos como madre e intercesora, que seamos auténticos obreros de la viña del Señor y buenos anunciadores del Evangelio. – Hno. Mauricio Silva dos Anjos – Hermano Menor Capuchino de Chile.

EDD. domingo 21 de julio de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de Jeremías (23,1-6):

Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño –oráculo del Señor–.
Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones –oráculo del Señor–. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá –oráculo del Señor–. Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 22

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,13-18):

Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Sintió lástima de ellos.

Queridos hermanos, paz y bien.

Cerezo Barredo - 16 Domingo Ordinario Ciclo B

La Palabra de Dios siempre tiene algo que ver con nuestra vida. Conmigo en concreto. Pero ante lecturas como el Evangelio de hoy, tendemos a pensar que esto va por otros: por los misioneros, los catequistas, los religiosos o las autoridades religiosas que se dedican al anuncio del Evangelio. Y esto no es muy acertado, porque entonces tendríamos que ser consecuentes y deducir que todo el Evangelio es para ellos, que son quienes reciben las enseñanzas de Jesús y le acompañan durante toda su vida. Esto sería un gran reduccionismo.

Para colocar cada cosa en su sitio, debiéramos mirar a los apóstoles como aquellos que encarnan lo que también nosotros estamos llamados a vivir. Es decir: ver en los apóstoles el modelo de cristianos que nosotros debemos ser. Con esta introducción, quizá ya podamos acercarnos al Evangelio.

El evangelista Marcos, unos capítulos más atrás, nos decía que Jesús eligió a doce apóstoles «para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar, con poder de expulsar demonios». Tendríamos aquí dos elementos que definirían el «ser cristiano»: estar con él y ser enviados. Y enviados fueron los Discípulos.

Después de la expedición misionera de los Apóstoles, su “bautismo”, por así decirlo, vuelven al calor del hogar, al lado de Jesús. Seguro que llegaron cargados de historias, con ganas de compartir todo lo vivido. Se pisarían los unos a los otros, hablarían todos a la vez… Lo que suele pasar cuando se juntan familiares o amigos que hace tiempo que no se ven.

Pero Jesús, que siempre sabe lo que nos conviene, antes de nada, los calma y los invita a reposar, a asimilar todo lo vivido con la perspectiva que da saberse siervos inútiles, y no superhéroes.

Siervo inútil se consideraba Pablo. Haciendo lo que debía hacer. A tiempo y a destiempo. Este domingo, hemos escuchado cómo les recuerda a los cristianos de Éfeso, paganos en su mayoría, que ya se han convertido a Cristo – gracias a Pablo y a su predicación – y pueden vivir de otra manera, cerca de Dios. De este modo, consiguieron la vida y la paz los que eran “hijos de las tinieblas”.

“Ahora estáis en Cristo Jesús”. Se lo dice Pablo a los de Éfeso, y a cada uno de nosotros, también. Vivir cerca de Dios implica ser consecuente, sentir su mirada bondadosa y serena, optimistas y alegres, por un lado, y vigilantes y temerosos, por otro lado. Todo porque estamos siempre cerca de Dios. Y podemos vivir guiados y protegidos por Cristo.

Él, Jesús, es el “pontífice”, el que derribó el muro que cortaba el paso, el abismo sin fondo, que separaba a los judíos de los paganos. Los hijos de Abrahán que iban a heredar el cielo, el pueblo sagrado, y, del otro lado del muro, los demás, los que no tenían esperanzas, los sin Dios. Sólo la muerte de Cristo en la cruz posibilitó el fin de la separación y la unión de todos los pueblos. La familia de Dios ya no depende de la sangre, únicamente de la fe. Una fe viva, llena de amor y esperanza, es lo que permite convertirse en hijo de Dios. Todos, con el mismo Espíritu.

Volviendo al Evangelio, hablamos del descanso de Jesús y los discípulos. Es un Buen Pastor, que se preocupa por sus ovejas. Por todas. Por los cercanos y por los desconocidos. También en verano podemos comprobar cómo va nuestra compasión ante el dolor ajeno. Que, a menudo, se nos desajusta, porque nos acostumbramos a ver todo tipo de desgracias en directo, y cambiamos de canal.

Modelo de empatía fue Jesús, que encarna la figura de la que nos habla la profecía de Jeremías. Ése que es capaz de dar la vida por las ovejas. Que está siempre atento, contando el rebaño, saliendo a buscar a las perdidas, para traerlas de vuelta. Es un pastor según la voluntad de Dios. Sabe ser cercano, manso, humilde de corazón, pero firme, derribando los muros, abriendo un paso seguro a sus ovejas. De Él todas reciben vida. En nuestro caso, esa vida es el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Un pastor que imite a Jesús debe, pues, ser humilde. Porque en todos está la gracia de Dios, y hay que saber descubrirla. Además, debe saber reunir en torno a sí al rebaño, agrupar, y no disgregar ni separar. Escuchando a todos, con talante sinodal. Incluso, si es preciso, deberá renunciar a lo suyo, como Jesús cambió su descanso y el de los discípulos por la predicación a las masas…

Capaz de cambiar sus planes, sobre la marcha. Planificador y estratega. Y siempre con amor y con calma, sin prisas, sin favoritismos, haciendo que todos se sientan importantes. Para esas multitudes que vemos a nuestro alrededor debemos tener la mirada y el amor que mostró Jesús.

¿Por qué son tan importantes los pastores? Porque marcan el camino. Y la forma de vivir. Si el pastor es malo, las ovejas irán por “mal camino” y, quizá, acaben siendo malas. Si el pastor es bueno, las ovejas, los fieles, serán buenas personas. Por eso es importante el pastor. Que sepa vivir para las ovejas. Siempre, en todo momento y lugar.

No sólo los pastores, sino todos debemos ser conscientes del tiempo que vivimos. El verano, si tenemos más tiempo libre, es un período para hacer otras cosas, estar con la familia y los amigos y, por qué no, también para dedicarle más tiempo a nuestra vida interior y a Dios.

Él nos ha regalado la vida, y no sabemos cuánto más viviremos, así que debemos aprovechar cada día. Es que el ser hijos de Dios y portarnos como tales no admite vacaciones. Es decir, para ser honrados y honestos, no hay interrupción ni descanso. Nuestra condición de cristianos ha de ser algo permanente e inherente en nosotros mismos.

Así pues, recordar siempre que estamos cerca de Cristo, vivir en sintonía con los pastores, rezar por ellos y ser sensibles a las necesidades de los demás, como Jesús. Algunas de las enseñanzas que podemos sacar de las lecturas de este domingo de verano. Que las sepamos aplicar en nuestras vidas. Repitiendo a menudo eso de que “el Señor es mi pastor, nada me falta”.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. sábado 20 de julio de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la profecía de Miqueas (2,1-5):

¡Ay de los que meditan maldades, traman iniquidades en sus camas; al amanecer las cumplen, porque tienen el poder! Codician los campos y los roban, las casas, y se apoderan de ellas; oprimen al hombre y a su casa, al varón y a sus posesiones.
Por eso, dice el Señor: «Mirad, yo medito una desgracia contra esa familia. No lograréis apartar el cuello de ella, no podréis caminar erguidos, porque será un tiempo calamitoso. Aquel día entonarán contra vosotros una sátira, cantarán una elegía: «Han acabado con nosotros, venden la heredad de mi pueblo; nadie lo impedía, reparten a extraños nuestra tierra.» Nadie os sortea los lotes en la asamblea del Señor.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 9,22-23.24-25.28-29.35

R/. No te olvides de los humildes, Señor

¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te escondes en el momento del aprieto?
La soberbia del impío oprime al infeliz
y lo enreda en las intrigas que ha tramado. R/.

El malvado se gloría de su ambición,
el codicioso blasfema y desprecia al Señor.
El malvado dice con insolencia:
«No hay Dios que me pida cuentas.» R/.

Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de fraudes;
su lengua encubre maldad y opresión;
en el zaguán se sienta al acecho
para matar a escondidas al inocente. R/.

Pero tú ves las penas y los trabajos,
tú miras y los tomas en tus manos.
A ti se encomienda el pobre,
tú socorres al huérfano. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,14-21):

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

La caña cascada no la quebrará

Mientras que los fariseos buscan a Jesús para matarlo, la gente, “muchos”, lo buscan para que les dé vida. Estas dos reacciones tan opuestas son las respuestas a un mismo hecho: Jesús, contraviniendo la ley del sábado, ha curado en la sinagoga a un hombre con la mano atrofiada. A propósito de este caso, Mateo presenta de un modo muy gráfico el enorme contraste entre dos concepciones religiosas: la que usa la ley para condenar, perseguir, incluso matar (recordemos las palabras de los sumos sacerdotes durante el proceso de Jesús: “Nosotros tenemos una ley, y según esta ley este hombre debe morir” – Jn 19, 7); y, por el otro lado, la que, llevando la ley a su perfección, hace presente el amor de Dios Padre, creador de la vida, y que, en consecuencia, acoge, perdona, cura, restaura lo que está caído.

Miqueas levanta la voz contra los que traman maldades y anuncia castigos para ellos. Pero Jesús, víctima de esas maquinaciones, lejos de amenazar o usar su poder para castigar, se retira y usa su poder para dar vida. Como indica Mateo, en él se cumple la profecía del Siervo de Yahvé, que no elige el camino de la violencia para combatir el mal, sino el de la entrega de la propia vida para restaurar lo que está a punto de morir: “la caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará”.

También nosotros nos sentimos con frecuencia confrontados con la necesidad de elegir entre dos caminos contrapuestos: el camino de la violencia y la destrucción de lo que consideramos malo (combatir el mal con el mal), o el del servicio, la paciencia y la restauración de lo que está a punto de morir: es el camino elegido por Cristo, el camino de la cruz, de la entrega generosa de la propia vida.

Cordialmente,

José M. Vegas cmf

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. viernes 19 de julio de 2024

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías (38,1-6.21-22.7-8):

En aquellos días, Ezequías cayó enfermo de muerte, y vino a visitarlo el profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo: «Así dice el Señor: «Haz testamento, porque vas a morir sin remedio y no vivirás.»» Entonces, Ezequías volvió la cara a la pared y oró al Señor: «Señor, acuérdate que he procedido de acuerdo contigo, con corazón sincero e íntegro, y que he hecho lo que te agrada.» Y Ezequías lloró con largo llanto.
Y vino la palabra del Señor a Isaías: «Ve y dile a Ezequías: Así dice el Señor, Dios de David, tu padre: «He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas. Mira, añado a tus días otros quince años. Te libraré de las manos del rey de Asiria, a ti y a esta ciudad, y la protegeré.»»
Isaías dijo: «Que traigan un emplasto de higos y lo apliquen a la herida, para que se cure.»
Ezequías dijo: «¿Cuál es la prueba de que subiré a la casa del Señor?»
Isaías respondió: «Ésta es la señal del Señor, de que cumplirá el Señor la palabra dada: «En el reloj de sol de Acaz haré que la sombra suba los diez grados que ha bajado.»» Y retrocedió el sol en el reloj los diez grados que había avanzado.

Palabra de Dios

Salmo

Is 38

R/. Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía

Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.» R/.

Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.» R/.

«Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.» R/.

Los que Dios protege viven,
y entre ellos vivirá mi espíritu;
me has curado, me has hecho revivir. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,1-8):

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.»
Les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Señor del sábado, Señor de la vida y de la muerte

Jesús no ha venido a abolir la ley ni los profetas, sino a darles cumplimiento (cf. Mt 5, 17-18). Pero ese cumplimiento no consiste en añadir nuevos preceptos, o en eliminar o atemperar otros. La plenitud de la ley consiste en llegar a sus raíces, a su corazón, a su núcleo esencial, el que da sentido a todos los preceptos concretos. Ese corazón es el mandamiento del amor: a su luz los mandamientos y las prohibiciones adquieren sentido o, según las circunstancias, carecen de él, como en el caso del evangelio de hoy. El amor, que es la sustancia de Dios, da vida, no la quita. Por eso, cuando la ley se utiliza de manera rígida, inmisericorde, despiadada, y sirve para condenar y no para dar vida, o es que se la está malinterpretando, o es que se ha corrompido.

En realidad, Jesús no ha venido a reinterpretar la ley (en un sentido más rígido o más laxo), sino que él mismo, en persona, se convierte para nosotros en ley. Él es el Señor del Sábado, porque es el Señor del tiempo, y el Señor de la vida y de la muerte. Pero no porque nos dé vida o muerte a su antojo, sino porque con su muerte en la cruz nos ha dado a todos la vida eterna.

Cordialmente,

José M. Vegas cmf

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. jueves 18 de julio

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías (26,7-9.12.16-19):

La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú. Señor, en el peligro acudíamos a ti, cuando apretaba la fuerza de tu escarmiento. Como la preñada cuando le llega el parto se retuerce y grita angustiada, así éramos en tu presencia, Señor: concebimos, nos retorcimos, dimos a luz… viento; no trajimos salvación al país, no le nacieron habitantes al mundo. ¡Vivirán tus muertos, tus cadáveres se alzarán, despertarán jubilosos los que habitan el polvo! Porque tu rocío es rocío de luz, y la tierra de las sombras parirá.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 101

R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra

Tú permaneces para siempre,
y tu nombre de generación en generación.
Levántate y ten misericordia de Sión,
que ya es hora y tiempo de misericordia.
Tus siervos aman sus piedras,
se compadecen de sus ruinas. R/.

Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Comentario al Evangelio del 18 de julio de 2024

El alivio en el Señor y el yugo del amor

El “magníficat de Jesús” continúa con una llamada a acercarnos a él, porque él es realmente la fuente de la sabiduría revelada a los humildes, él, que es también manso y humilde de corazón.

Los humildes son los justos del Antiguo Testamento, los que caminan por sendas rectas y llanas, lo que esperan en el Señor y tienen ansia de Dios. Pero también estos pasan por peligros y sufren aprietos, y pueden experimentar en ocasiones el desaliento de que sus esfuerzos por el bien y la justicia resultan inútiles, dan a luz viento, se revelan estériles. De hecho, es frecuente que perseverar en el bien, la honestidad y la justicia conlleve sinsabores y desventajas, y esta situación puede llevar a la tentación de apartarse de la senda del justo.

Jesús llama a sí a los cansados y agobiados; a los que son justos, pero están tentados de no perseverar en la justicia, y también a los pecadores, abrumados por el peso de sus pecados. Y todos podemos ser un poco de los unos y de los otros. Jesús nos alivia, porque perdona nuestros pecados, haciéndonos volver a la senda de la justica, y también porque alimenta nuestra esperanza de que la justicia acabará teniendo su premio: él es el justo que por no apartarse de la senda de la justicia murió en la cruz, y que en su resurrección se ha hecho realidad la profecía de Isaías: ¡los muertos vivirán!

En Jesús, en definitiva, aprendemos la sabiduría del amor, que es un yugo, porque nos exige salir de nosotros mismos para hacer el bien; pero es un yugo ligero, porque el amor es antes que nada un don que recibimos de Dios, precisamente por medio de Jesucristo, el manso y humilde de corazón, que ha cargado sobre sí nuestros pecados, y nos ayuda a llevar este yugo del amor.

Cordialmente,

José M. Vegas cmf

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. miércoles 17 de julio de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías (10,5-7.13-16):

Así dice el Señor: «¡Ay Asur, vara de mi ira, bastón de mi furor! Contra una nación impía lo envié, lo mandé contra el pueblo de mi cólera, para entrarle a saco y despojarlo, para hollarlo como barro de las calles. Pero él no pensaba así, no eran éstos los planes de su corazón; su propósito era aniquilar, exterminar naciones numerosas. Él decía: «Con la fuerza de mi mano lo he hecho, con mi saber, porque soy inteligente. Cambié las fronteras de las naciones, saqueé sus tesoros y derribé como un héroe a sus jefes. Mi mano cogió, como un nido, las riquezas de los pueblos; como quien recoge huevos abandonados, cogí toda su tierra, y no hubo quien batiese las alas, quien abriese el pico para piar.» ¿Se envanece el hacha contra quien la blande? ¿Se gloría la sierra contra quien la maneja? Como si el bastón manejase a quien lo levanta, como si la vara alzase a quien no es leño. Por eso, el Señor de los ejércitos meterá enfermedad en su gordura y debajo del hígado le encenderá una fiebre, como incendio de fuego.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 93

R/. El Señor no rechaza a su pueblo

Trituran, Señor, a tu pueblo,
oprimen a tu heredad;
asesinan a viudas y forasteros,
degüellan a los huérfanos. R/.

Y comentan: «Dios no lo ve,
el Dios de Jacob no se entera.»
Enteraos, los más necios del pueblo,
ignorantes, ¿cuándo discurriréis? R/.

El que plantó el oído ¿no va a oír?;
el que formó el ojo ¿no va a ver?;
el que educa a los pueblos ¿no va a castigar?;
el que instruye al hombre ¿no va a saber? R/.

Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-27):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Elogio de la humildad (el Magníficat de Jesús)

A esta explosión de alegría y acción de gracias la han llamado algunos “el magníficat de Jesús”, que seguramente en su infancia fue testigo de similares cánticos de alegría por parte de su Madre. Jesús contrapone aquí la humildad (la gente sencilla) a la soberbia (los sabios y entendidos, los que se tienen por tales).

La soberbia fija la mirada sobre uno mismo y le hace pensar que no le debe nada a nadie, que todo lo que tiene es por mérito propio. Esta forma de autoafirmarse comporta una ceguera voluntaria, que no quiere ver lo mucho que debemos a otros, y que se cierra a horizontes más amplios y abiertos. La primera lectura ofrece un buen ejemplo de esa actitud soberbia, cuando el pueblo de Asur, que ha sido un mero instrumento de la providencia divina, se atribuye a sí mismo una fuerza que procede de Dios, y que Asur ha utilizado de manera indebida.

El que adopta la actitud de la humildad no es que se denigre a sí mismo, sino que, aun reconociendo el propio valor, sabe agradecer lo que le debe a otros, sabe reconocer sus límites y, por tanto, es capaz de ver y de ir más allá de ellos. La humildad conlleva una actitud abierta, y los humildes están, en consecuencia, capacitados para abrirse a una sabiduría superior, la que procede del Señor de cielo y tierra. Jesús, al hacerse hombre, se ha puesto del lado de los humildes de la tierra, y se ha convertido para ellos en la fuente de la sabiduría de la vida, que es la sabiduría evangélica, la sabiduría del amor.

Cordialmente,

José M. Vegas cmf

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN – PATRONA DE CHILE

16 DE JULIO | NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN – PATRONA DE CHILE

Por el año 1595, los agustinos trajeron la imagen de la Virgen, Nuestra Señora del Carmen, a Chile. La presentaron como modelo de la fe y de la misión que traían al País. Desde el año 1678 se la saca en procesión por el centro de Santiago, extendiéndose su devoción a todo el territorio nacional, quedando como sus principales lugares de peregrinaje el Santuario de Maipú y el de la Tirana (Iquique). El 24 de octubre del año 1923, el papa Pío XI la nombra Patrona de la República de Chile. Benedicto XVI regaló la imagen de la Virgen del Carmen misionera, para que visitara la zona demolida por el terremoto y tsunami del 27 de febrero del año 2010. Su devoción colaboró en mantener la fe en Chile y despertar la vocación a la santidad en el pueblo chileno, sobresaliendo entre otros Teresita de los Andes, Laurita Vicuña, Alberto Hurtado y Enrique Alvear. La Virgen Madre y Reina asiste al País en los peligros y en las necesidades, siendo considerada Estrella de la evangelización por la Iglesia chilena.

EDD. Martes 16 de julio de 2024.

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías (7,1-9):

Reinaba en Judá Acaz, hijo de Yotán, hijo de Ozías. Rasín, rey de Damasco, y Pecaj, hijo de Romelía, rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla; pero no lograron conquistarla.
Llegó la noticia al heredero de David: «Los sirios acampan en Efraín.» Y se agitó su corazón y el del pueblo, como se agitan los árboles del bosque con el viento.
Entonces el Señor dijo a Isaías: «Sal al encuentro de Acaz, con tu hijo Sear Yasub, hacia el extremo del canal de la Alberca de Arriba, junto a la Calzada del Batanero, y le dirás: «¡Vigilancia y calma! No temas, no te acobardes ante esos dos cabos de tizones humeantes, la ira ardiente de Rasín y los sirios y del hijo de Romelía. Aunque tramen tu ruina diciendo: «Subamos contra Judá, sitiémosla, apoderémonos de ella, y nombraremos en ella rey al hijo de Tabeel.»

Así dice el Señor: No se cumplirá ni sucederá: Damasco es capital de Siria, y Rasín, capitán de Damasco; Samaria es capital de Efraín, y el hijo de Romelía, capitán de Samaria. Dentro de cinco o seis años, Efraín, destruido, dejará de ser pueblo. Si no creéis, no subsistiréis.»»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 47

R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre

Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R/.

El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R/.

Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos. R/.

Allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,20-24):

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

La llamada de Dios y la (no) respuesta

Dios llama y nosotros respondemos…, o no. La llamada de Dios no se impone, porque Él respeta nuestra libertad. Pero no deja de avisarnos, de llamarnos, a veces a gritos, o recriminándonos con severas advertencias. La seriedad de la llamada tiene que ver con la gravedad del asunto: no podemos subsistir para siempre, nuestra vida desligada de su fuente se disuelve en la nada, está condenada a la muerte. Esta llamada de Dios se ha encarnado en Cristo, por lo que se realiza en un lenguaje que podemos entender, de modo que no hay excusas.

Las duras palabras de Jesús no son una amenaza: no es que vayan a ser arrojados al abismo como castigo los que no acogen la llamada de Jesús (con palabras y con signos de salvación), sino que a lo que nos llama es precisamente a no encaminarnos nosotros mismos hacia el abismo a causa de nuestra contumacia, nos llama a seguir las sendas que conducen a la vida, a la comunión con Dios, a la salvación.

Vivimos tiempos de contumaz rechazo de la llamada de Dios, de sordera para con su palabra y de ceguera para con sus signos. Nuestra respuesta creyente no debe ser volver la espalda a los que rechazan a Cristo con temor, indiferencia o desprecio, sino seguir hablando con caridad, claridad y valor, acompañando esas palabras (que a veces deberán ser fuertes y duras), con signos, milagros de obras buenas, que testimonian la presencia de Dios entre nosotros. Para ello, debemos examinarnos de hasta qué punto estamos acogiendo la Palabra de Dios y dejándola actuar entre nosotros. Y es que lo que debemos decir al mundo como testimonio del Evangelio, nos lo decimos a nosotros mismos: “si no creéis no subsistiréis”.

Hoy celebramos la fiesta de Nuestra Señor del Carmen. María es para nosotros un ejemplo transparente de cómo responder a la llamada de Dios, de cómo acoger la Palabra que Dios nos dirige. Y en el espejo de María vemos cómo ha habido santos que han tratado de responder a esa misma llamada con prontitud y generosidad.

Uno de ellos, San Antonio María Claret, fundó hoy hace 175 años, junto con un pequeño grupo de sacerdotes, la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, más conocidos como misioneros claretianos. Para nosotros, miembros de esta familia religiosa, es hoy motivo de acción de gracias y de renovación de ese empeño misionero, que es respuesta a la llamada de Dios a ser, como María, servidores de la Palabra.

Cordialmente,

José M. Vegas cmf

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-lunes-de-la-xv-semana-del-tiempo-ordinario-4/?occurrence=2024-07-16