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EDD. lunes 01 de enero de 2018

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20171226
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios
Libro de los Números 6,22-27.
El Señor dijo a Moisés:
Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán:
Que el Señor te bendiga y te proteja.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia.
Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz.
Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.
Salmo 67(66),2-3.5.6.8.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca su dominio,
y su victoria entre las naciones.
Que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
Que Dios nos bendiga,
y lo teman todos los confines de la tierra.
Carta de San Pablo a los Gálatas 4,4-7.
Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley,
para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo» ¡Abba!, es decir, ¡Padre!
Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.
Evangelio según San Lucas 2,16-21.
Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño,
y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción.
Comentario del Evangelio por San Amadeo de Lausanne (1108-1159), monje cisterciense, obispo. Homilía mariana 4; SC 72, pag. 129ss.
“María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón” (Lc 2,19)
Al coger en sus brazos por primera vez a su hijito, el Emanuel, María descubrió en él una luz incomparablemente más bella que el mismo sol. Experimentó un fuego que ninguna agua podría jamás apagar. Recibió, velado por este pequeño cuerpo recién nacido de sus entrañas, la deslumbrante luz que ilumina a toda criatura. María mereció llevar en sus brazos al Verbo de Dios en quien subsiste todo (cf Hb 1,3). ¡Cómo no quedaría inundada por la sabiduría de Dios como por aguas desbordantes del mar (Is 11,9) y extasiada, transportada a las alturas en una admirable contemplación! ¡Cómo no se maravillaría de ver que iba a ser madre, ella que era virgen, y, llena de alegría, saber que era Madre de Dios! María comprende que en ella se cumplen las promesas hechas a los patriarcas y los oráculos de los profetas, les deseos de sus padres que la esperaban de todo corazón.
Ella ve que el Hijo de Dios le es confiado. Se alegra de ver que se le encomienda la salvación del mundo. Oye que el Señor, su Dios le dice en lo profundo de su corazón: “Te he elegido entre todas las mujeres, te he bendecido entre todas las criaturas (cf Lc 1,42). Te he confiado a mi Hijo, mi Único. No tengas miedo de amamantar a aquel que has engendrado ni de educar al que has puesto en el mundo. Tienes que saber que no es solamente tu Dios, sino tu hijo. Es mi Hijo y tu hijo, mi Hijo por la divinidad y tu hijo por la humanidad que él ha asumido.” ¡Con qué afecto y con qué atención, con qué humildad y respeto, con qué amor y dedicación respondió María a esta llamada. Los hombres no pueden saberlo, pero Dios lo sabe, él que escruta los corazones (cf Sal 7,10)… Dichosa aquella a quien se le ha confiado educar a aquel que protege y alimenta todo, de llevar a aquel que sostiene todo el universo.

Ángelus: Los padres son los guardianes de la vida de los niños, no los propietarios

Fuente :  https://es.zenit.org/articles/angelus-los-padres-son-los-guardianes-de-la-vida-de-los-ninos-no-los-propietarios/
 
“Solo Dios es el Señor de la historia individual y familiar”
31 diciembre 2017Raquel AnilloAngelus y Regina Caeli

Ángelus del 31/12/2017 © Vatican Media
(ZENIT – 31 dic. 2017).- “Todos los padres son los guardianes de la vida de los niños, no son los propietarios” porque “solo Dios es el Señor de la historia individual y familiar; todo nos viene de Él” ha afirmado el Papa Francisco en el Ángelus del 31 de diciembre de 2017, domingo de la Sagrada Familia.
Para el último Ángelus del año civil, que ha celebrado en la Plaza San Pedro en presencia de unas 30.000 personas, el Papa ha llamado a cada familia a “reconocer esta primacía” de Dios y educar a los niños “a abrirse a Dios que es la fuente misma de la vida”.
“Jesús, ha subrayado, ha venido para derribar las falsas imágenes que tenemos de Dios y también de nosotros mismos; para “contradecir” las seguridades mundanas….para hacernos “renacer” a un camino humano y cristiano auténtico, basado en los valores del Evangelio. No hay situación familiar que sea excluida de este nuevo camino…. Cada vez que las familias, incluso las que son heridas y marcadas por debilidades, fracasos y dificultades regresen a la fuente de la experiencia cristiana, se abren nuevos caminos y posibilidades impensables”.
Esta es nuestra traducción de las palabras que el Papa Francisco ha pronunciado antes de la oración mariana.
A.K
Palabras del Papa Francisco
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
En este primer domingo después de la Navidad, celebramos la Sagrada Familia de Nazaret, y el Evangelio nos invita a reflexionar sobre la experiencia vivida por María, José y Jesús, mientras crecen juntos como familia en el amor recíproco y en la confianza en Dios. El rito cumplido por María y José con la ofrenda de su hijo Jesús a Dios es la expresión de esta confianza, el Evangelio dice: “llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor” (Luc. 2,22) como mandaba la ley de Moisés. Los padres de Jesús van al templo para atestiguar que el hijo pertenece a Dios y que ellos son los guardianes de su vida y no sus propietarios. Y esto nos hace reflexionar. Todos los padres son guardianes de la vida del hijo, no propietarios, y deben ayudarlos a crecer y a madurar.
Este gesto subraya que solo Dios es el Señor de la historia individual y familiar; todo nos viene de Él. Cada familia está llamada a reconocer esta primacía, protegiendo y educando a los hijos para abrirse a Dios que es la fuente misma de la vida. El secreto de la juventud interior se encuentra ahí, como da testimonio de ello en el Evangelio una pareja de ancianos, Simeón y Ana. El viejo Simeón, en particular, inspirado por el Espíritu Santo, dice a propósito del niño Jesús: “He aquí que este niño ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten y será como signo de contradicción para que se ponga de manifiesto los pensamientos de muchos corazones (vv. 34-35).
Estas palabras proféticas revelan que Jesús ha venido para hacer caer las falsas imágenes que nos hacemos de Dios incluso de nosotros mismos; para “contradecir” las seguridades mundanas sobre las cuales pretendemos apoyarnos para hacernos renacer a un camino humano y cristiano auténtico, fundado sobre los valores del Evangelio. No hay situación familiar que esté excluida de este nuevo camino de renacimiento y resurrección. Cada vez que las familias, incluso las que están heridas y marcadas por fragilidades, de fracasos y debilidades, vuelven a la fuente de la experiencia cristiana, se abren a nuevos caminos y a  posibilidades impensables.
El relato del Evangelio del día relata que María y José, “cuando terminaron todo lo que prescribía la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret”. El niño crecía  y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él” (vv. 39-40)
Una de las grandes alegrías de la familia es el crecimiento de los niños. Están destinados a crecer y fortalecerse, a adquirir sabiduría y a recibir la gracia de Dios, como le sucedió a Jesús. Él es verdaderamente uno de nosotros: el Hijo de Dios se hace niño, acepta crecer, fortalecerse, está lleno de sabiduría y la gracia de Dios está sobre él. María y José tienen la alegría de ver todo esto en su hijo, y es la misión hacia la cual está orientada la familia: crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y completo de los niños, para que puedan vivir una vida nueva, digna de Dios y constructiva para el mundo.
Y es el deseo que dirijo a todas las familias, acompañándolas con la invocación a María, Reina de la Familia.
© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

EDD. sábado 30 de Diciembre de 2017

Fuente :  http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20150818
 
6o día de la Octava de Navidad
 
Epístola I de San Juan 2,12-17.
Hijos, les escribo porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Jesús.
Padres, les escribo porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les escribo porque ustedes han vencido al Maligno.
Hijos, les he escrito porque ustedes conocen al Padre. Padres, les he escrito porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les he escrito porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y ustedes han vencido al Maligno.
No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo -los deseos de la carne, la codicia de los ojos y la ostentación de la riqueza.- Todo esto no viene del Padre, sino del mundo.
Pero el mundo pasa, y con él, sus deseos. En cambio, el que cumple la voluntad de Dios permanece eternamente.
 
Salmo 96(95),7-8a.8b-9.10.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del nombre del Señor.
Entren en sus atrios trayendo una ofrenda,
adoren al Señor al manifestarse su santidad:
¡que toda la tierra tiemble ante él!
Digan entre las naciones: “¡El Señor reina!
el mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”.
 
Evangelio según San Lucas 2,36-40.
Estaba también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.
 
Leer el comentario del Evangelio por San Pedro Crisólogo (c. 406-450), obispo de Ravenna, doctor de la Iglesia Sermón 147, sobre el misterio de la Encarnación
Por fin Ana ve a Dios en su Templo
¿Cómo es posible que a ese Dios que el mundo no puede estrechar, el hombre, con su mirada tan limitada, lo pueda circunscribir? El amor no se preocupa por saber si una cosa es segura, conveniente o posible: el amor… ignora la medida. No se consuela bajo pretexto de que es imposible; la dificultad no lo echa atrás… El amor no puede dejar de ver lo que ama… ¿Cómo creerse amado de Dios sin contemplarlo? Así, el amor que desea ver a Dios, aunque no sea razonable, es inspirado por la intuición del corazón. Por eso Moisés se atrevió a decir: «Si he encontrado gracia ante tus ojos, muéstrame tu rostro» (Ex 33, 13s), y el salmista: «Que tu rostro brille sobre mi» (cf 79,4)…
Conociendo Dios el deseo de los hombres de verle, escogió un medio para hacerse visible el cual, al mismo tiempo que era un beneficio para los habitantes de la tierra, no fuera una degradación para el cielo. La criatura que él mismo había hecho semejante a él para habitar la tierra ¿podía pasar en el cielo por poco honorable? «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» había dicho Dios (Gn 1,26)… Si Dios hubiera tomado en el cielo la forma de un ángel, hubiera permanecido del todo invisible; si, por el contrario, se hubiera encarnado en la tierra en una naturaleza inferior a la del hombre, hubiera sido una injuria a la divinidad y el hombre hubiera quedado rebajado en lugar de ser elevado. Que nadie, pues, hermanos muy amados, considere ser una injuria a Dios el hecho de haya venido a los hombres a través de un hombre, y haya encontrado este medio para ser visto por nosotros.
 
©Evangelizo.org 2001-2017

Homilía para la Eucaristía del Domingo 31 de Diciembre de 2017.

Que tengan un feliz año nuevo, lleno de bendiciones. No olviden que este sábado 6 será la Asamblea parroquial. Pastor.
SAGRADA FAMILIA.
Génesis 15,1-6…: Se le promete a Abraham descendencia numerosa. La descendencia numerosa para los nómadas  era señal de fuerza y poder.
Hebreos 11, 8.11-12.17-19: el testimonio de fe de Abraham: adhesión incondicional a Dios y a su Proyecto. Fe que tuvo eco en su esposa Sara y en su hijo Isaac.
Lucas 2, 22.39-40: Jesús, María y José cumplen lo ordenado por la Ley. Jesús crece y se desarrolla en el seno de una familia.
1.- Estamos celebrando la Navidad, lo que significa: Dios toma nuestra realidad, asume nuestra realidad humana. En Jesús Dios está presente entre nosotros. Y su presencia es concreta, real.
Y una de las realidades humanas que nunca podremos olvidar,  ni negar es la Familia.
La familia es clave para la existencia de la sociedad. La familia no es sólo un fenómeno social-cultural; es más que eso, la familia es el núcleo de la sociedad. Por eso, al entrar el Verbo en nuestra realidad humana asume la realidad de la familia.
Es cierto que ha variado el modelo de familia, pero lo esencial queda.
2.- Desde una perspectiva cristiana la familia es una “Comunidad de Amor”. En esto se muestra la identidad de la familia.
Es Comunidad, pero no puede haber comunidad si no hay personas. Sólo las personas forman comunidad; de lo contrario sólo hay grupo-masa. En los componentes de la comunidad familiar debe entonces existir el respeto y valoración de cada uno de sus miembros.
Es de Amor. Lo que une a los integrantes de esta comunidad es el Amor, y sólo el amor. Pero un amor diferente, un amor reflejo del de Dios-Amor.
No podemos hablar de Comunidad de amor si no hay una sólida fe en su interior.
Abraham, José y María, son personas de fe, que han aceptado en su vida el Proyecto de Dios, todo gira en torno a la fe en Dios.
3.- Una comunidad de fe y amor es la mejor escuela de Humanidad. Nos dice el evangelio que Jesús “iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con El”. Y también repite Lucas: “Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres” (Lucas 2, 40.52). Jesús tuvo un desarrollo integral: en lo físico, lo intelectual y en lo religioso-espiritual.
La familia juega un rol fundamental e irrenunciable en la educación de los hijos.
Hoy se pretende negar a la familia el Derecho y Deber que tiene de educar a los hijos. Su labor es insustituible. El Estado es incapaz de dar educación. Las instituciones llamadas “educativas” no educan, sólo informan, e informan parcialmente, sólo lo que interesa a la sociedad y a la gente.
Nunca olvidemos que la sociedad necesita personas integralmente formadas, y no entes que sólo sirven para producir.
No tenemos derecho a quejarnos de la sociedad si no nos preocupamos de a familia..
4.- La Familia de Nazaret debe ser nuestro modelo. En ella reina Dios, el amor y la paz, no exentos de dolor y problemas.
Que el misterio del Dios hecho hombre nos ayude a comprender el misterio del hombre que se debe desarrollar.
Somos la Familia de Dios. Si la Familia es una Iglesia doméstica, la comunidad cristiana es la Familia de Dios. Y como tal celebramos al Señor en la Eucaristía.
Hermano Pastor Salvo Beas.

EDD. viernes 29 de diciembre de 2017

Fuente. : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20171229
5o día de la Octava de Navidad
Epístola I de San Juan 2,3-11.
Queridos hermanos:
La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos.
El que dice: «Yo lo conozco», y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él.
Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Esta es la señal de que vivimos en él.
El que dice que permanece en él, debe proceder como él.
Queridos míos, no les doy un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que aprendieron desde el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que ustedes oyeron.
sin embargo, el mandamiento que les doy es nuevo. Y esto es verdad tanto en él como en ustedes, porque se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz.
El que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía en las tinieblas.
El que ama a su hermano permanece en la luz y nada lo hace tropezar.
Pero el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las tinieblas lo han enceguecido.
 
Salmo 96(95),1-2a.2b-3.5b-6.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre.
Día tras día, proclamen su victoria.
Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.
No son más que apariencia,
en su presencia hay esplendor y majestad,
en su Santuario, poder y hermosura.
Evangelio según San Lucas 2,22-35.
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor,
como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él
y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley,
Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido,
porque mis ojos han visto la salvación
que preparaste delante de todos los pueblos:
luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción,
y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
Leer el comentario del Evangelio por
San Buenaventura (1221-1274), franciscano, doctor de la Iglesia
El Árbol de la Vida
Recibe al Niño en tus brazos
El Maestro de la perfecta humildad no se conformó, Él, quien es el igual al Padre en todo, de someterse a la más bella de las Vírgenes. Se sometió incluso a la Ley afín de redimir y liberar de la esclavitud de la corrupción a «aquellos que estaban bajo la ley, y de compartir la libertad y la gloria de los hijos de Dios» (Gal.4:5 y Rom.8:21). El quiso también que su Madre, aunque totalmente pura, observase la ley de la purificación. Redentor de todos, él mismo quiso ser redimido como primogénito, presentado en el Templo de Dios y quiso que una víctima fuese ofrecida por él en presencia de los justos que exultaban de alegría.
Exulta tú también con ese santo anciano y con Ana. Corre ante la Madre y el Nino, y que el amor triunfe sobre la vergüenza, que el afecto espante el temor. Recibe al Nino en tus brazos, tú también, y di con la esposa: «lo abracé y no lo soltaré más» (Cant.3:4). Mantente con el santo anciano y canta con él: «Ahora, Señor, puedes dejar irse en paz  a tu servidor, según tu palabra».
 
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Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
 
©Eva

Santos Inocentes: Mensaje del Papa Francisco en Twitter

Fuente : https://es.zenit.org/articles/santos-inocentes-mensaje-del-papa-francisco-en-twitter/
Pide que se rece “por los niños a los que no se les deja nacer”
•28 diciembre 2017•Redaccion•Medios de comunicación y media, Papa y Santa Sede
(ZENIT – 28 Dic. 2017).- “Oremos hoy por los niños a los que no se les deja nacer, por los que lloran a causa del hambre, por los que no tienen en sus manos juguetes, sino armas”.
Es el mensaje que ha publicado el Papa Francisco en Twitter, a través de su cuenta oficial @Pontifex, (@Pontifex_es en español), esta mañana, 28 de diciembre de 2017, Día de los Santos Inocentes.
La fiesta litúrgicas de los Santos Inocentes está dedicada a los mártires que murieron en la masacre de niños inocentes, ordenada por el rey Herodes el grande en su intento de matar al niño Jesús (Mateo 2,16-18).
Asimismo, el Santo Padre Francisco exhortó en su mensaje de Navidad a proteger a los niños del mundo del sufrimiento, la pobreza y las guerras. Así, el Papa señaló que la Navidad invitó a recordar la señal del Niño y a que lo reconozcamos en los “rostros de los niños”, especialmente de aquellos para los que, como Jesús, «no hay sitio en la posada».

Comentario al evangelio de hoy jueves 28 de diciembre de 2017

El llanto que no ha sido escuchado.
Festividad de los Santos Inocentes.
Por: H. Jorge Alberto Leaños García, L.C.
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/67812/el-llanto-que-no-ha-sido-escuchado.html
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Vengo ante Ti para hablar con un amigo, con un hermano. Quiero tener un auténtico encuentro al grado de olvidarme de mí y servirte solo a Ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió a Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
bszmco.Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quieren que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es extraño ver, entre la alegría de la navidad, el egoísmo y la ira de un hombre cegado por la maldad. Los santos inocentes aparecen, en medio de este ambiente de gozo, para no olvidar el dolor de los hombres cuyos llantos no han sido escuchados.
Podemos formarnos, entre regalos y adornos, entre amistades y comidas, una esfera o una burbuja en donde nos aislamos de todo sufrimiento ajeno. Se trata de un dolor silencioso que puede estar a nuestro lado. ¿Quién hace caso de este sufrimiento en medio de la navidad?
Dios da el ejemplo. Nos acompaña como la luz entre las tinieblas. Por eso se ha encarnado. Se ha puesto a lado de los que sufren y se desesperan, trayendo la esperanza a los que, a lo largo de toda la historia, han llevado el nombre de inocentes.
Aunque no sepamos quién es el inocente que sufre en silencio podemos acompañarlo ¿Cómo hacerlo? Intercedamos ante Dios por los que llevan el nombre de inocentes para que puedan ser Santos inocentes.
¿Dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras? ¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante la inquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida? Hay preguntas para las cuales no hay respuesta humana. Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesús es esta: «Dios está en ellos», Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido a ellos, que forma casi como «un solo cuerpo». Jesús mismo eligió identificarse con estos hermanos y hermanas que sufren por el dolor y la angustia, aceptando recorrer la vía dolorosa que lleva al calvario.
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si creesque es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré un esfuerzo sincero para ayudar a algún inocente.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

EDD. jueves 28 de diciembre de 2017

Fiesta de los Santos Inocentes, mártires
Epístola I de San Juan 1,5-10.2,1-2.
La noticia que hemos oído de él y que nosotros les anunciamos, es esta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad.
Pero si caminamos en la luz, como el mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad.
Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo.
El es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Salmo 124(123),2-3.4-5.7b-8.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
nos habrían devorado vivos.
Cuando ardió su furor contra nosotros,
las aguas nos habrían inundado,
un torrente nos habría sumergido,
nos habrían sumergido las aguas turbulentas.
de la trampa del cazador
Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Evangelio según San Mateo 2,13-18.
Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.
Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías:
En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : Santa Teresa Benedicta de la Cruz
Los santos Inocentes, pobres como Cristo pobre
No muy lejos del primer mártir [Esteban] se encuentran las «flores martyrum», las tiernas flores que fueron arrancadas antes que pudieran ofrecerse como víctimas. La piedad popular ha creído siempre que la gracia se adelantó al proceso natural y concedió a los niños inocentes la comprensión de lo que sucedería con ellos para hacerles capaces de entregarse libremente y asegurarse así el premio de los mártires. Sin embargo, ni aún así pueden equipararse al confesor consciente que con heroísmo se compromete en la causa de Cristo. Ellos se asemejan más bien a los corderos que, en su indefensa inocencia, «son llevados al matadero» (Is 53,7; Hch 8,32).
De este modo son la imagen de la pobreza más extrema. No poseen más riqueza que su vida. Y ésta también se les quita, sin que ellos opongan resistencia. Ellos rodean el pesebre para indicarnos cual es la mirra que hemos de ofrecer al Niño Dios: quien quiera pertenecerle totalmente, tiene que entregarse a Él sin reservas y abandonarse a la voluntad divina como esos niños.

Audiencia general: “Es Jesús quien da sentido a todo lo que celebramos”

Resumen de la catequesis del Papa en español
•27 diciembre 2017•Rosa Die Alcolea•Audiencia General
Audiencia general 27/12/2017 © Vatican Media
Audiencia general 27/12/2017 © Vatican Media
(ZENIT – 27 Dic. 2017).- “El verdadero sentido de estas fiestas se encuentra en Jesús, es Él quien da sentido a todo lo que celebramos”, ha recordado el Papa Francisco.
El Santo Padre ha dedicado la catequesis de la última audiencia general del año, celebrada esta mañana, 27 de diciembre de 2017, a reflexionar sobre el significado de la Navidad.
En el resumen que ha hecho el Santo Padre en español, ha anunciado que “Jesús viene a este mundo y los primeros destinatarios de su venida son los pequeños y despreciados”, con los que establece una amistad que continúa en el tiempo y ha explicado que con ellos, en cada momento, “Dios desea construir un mundo nuevo en el que no haya más personas rechazadas, descartadas ni maltratadas”.
El Pontífice ha subrayado que el verdadero sentido de la Navidad se encuentra en Jesús, es Él quien da sentido a todo lo que celebramos y ha descrito que en nuestros días estamos asistiendo a una especie de «desnaturalización» de la Navidad: “En nombre de un falso respeto ante quien no es cristiano, muchas veces se esconde la voluntad de marginar la fe, eliminando todo tipo de referencia al nacimiento de Jesús”.
La verdadera luz es Jesús
Así, Francisco ha señalado que estamos llamados a “buscar la verdadera luz que es Jesús”, que es el don de Dios a la humanidad que se encuentra inmersa en la oscuridad de la noche.
Asimismo, el Papa ha explicado el sentido de hacernos regalos en Navidad: “Cuando acogemos a Jesús en nuestras vidas, nos convertimos en un don para los demás. Por este motivo, nosotros los cristianos nos intercambiamos regalos, porque el verdadero don para nosotros es Jesús y, como Él, queremos ser don para los demás”.
El Santo Padre Francisco ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica y les ha animado a abrir la mente y el corazón para acoger a Jesús que es el don de Dios para nosotros, “y si lo acogemos también nosotros podremos serlo para los demás, especialmente para los necesitados de atención y de ternura”, ha indicado.

EDD. miércoles 27 de diciembre de 2017.

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20171227

Fiesta de san Juan, apóstol y evangelista
Epístola I de San Juan 1,1-4.
Queridos hermanos:
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos.
Porque la Vida se hizo visible, y nosotros la vimos y somos testigos, y les anunciamos la Vida eterna, que existía junto al Padre y que se nos ha manifestado.
Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos también a ustedes, para que vivan en comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
Les escribimos esto para que nuestra alegría sea completa.
Salmo 97(96),1-2.5-6.11-12.
¡El Señor reina! Alégrese la tierra,
regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean,
la Justicia y el Derecho son
la base de su trono.
Las montañas se derriten como cera
delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra.
Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Nace la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, en el Señor
y alaben su santo Nombre.
 
Evangelio según San Juan 20,2-8.
El primer día de la semana, María Magdalena corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.
Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.
Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo,
y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte.
Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dio
Leer el comentario del Evangelio por  : Santo Tomás de Aquino
La luz de la inmutable Verdad
 
El símbolo de Juan es el águila. He aquí porque: los demás evangelistas se concentraron en lo que Cristo cumplió en la carne, y son designados por seres vivientes que caminan sobre la tierra, es decir por el hombre, el buey y el león. Juan, por su parte, vuela como un águila por encima de las nubes de la debilidad humana, contempla la luz de la inmutable Verdad con los ojos del corazón, con la mirada más penetrante y firme posible para un hombre. Atento a la divinidad misma de Nuestro Señor Jesucristo, por la cual él es igual al Padre, Juan se esforzó principalmente en su Evangelio de manifestarla tanto como, hombre entre los hombres, lo creyó necesario. De ese vuelo de Juan, se ha dicho en el Libro de Job: «El águila-es decir Juan-se elevara hacia arriba» (Job 39:27) también se dice que «sus ojos de lejos lo divisan» (Job 39:29) pues, con la mirada del espíritu, contempla el Verbo de Dios en el seno del Padre.
El privilegio de Juan fue el de ser, entre todos los discípulos del Señor, el más amado por Cristo: Juan fue en efecto «el discípulo al que Jesús amaba» (Jn 21:20) como él mismo lo dice si mencionar su nombre. Es así que Cristo reveló sus secretos de manera muy especial a ese discípulo muy especialmente amado. Es él quien, viendo más perfectamente la luz del Verbo, nos la manifiesta diciendo: «Él era la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre cuando viene a este mundo» (Jn 1:9).
 
 
 
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