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Texto completo del ángelus, domingo 28 de agosto de 2016

El Papa comenta el evangelio del día y explica la importancia de la humildad, y reza por los afectados en el terremoto de Italia central a quienes les promete visitarlos.

https://es.zenit.org/articles/texto-completo-del-angelus-domingo-28-de-agosto-de-2016/
El Papa bendice después del ángelus 28 oct 2016.

El Papa bendice después del ángelus 28 oct 2016.

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El santo padre Francisco rezó este domingo desde su estudio que da hacia la Plaza de San Pedro, la oración del ángelus. Poco antes de la misma y después dirigió las palabras que reportamos a continuación. Rezó también con los miles de fieles y peregrinos allí presentes por las víctimas y familiares del terremoto de Italia.
Texto completo:
«¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
El episodio del Evangelio de hoy nos muestra a Jesús en la casa de uno de los jefes de los fariseos, concentrado en observar cómo los invitados a almorzar se esforzaban por elegir los primeros lugares. Es una escena que hemos visto muchas veces: buscar el mejor lugar incluso ‘con los codos’.
Al ver esta escena, él narra dos breves parábolas con las cuales ofrece dos indicaciones: una se refiere al lugar, la otra se refiere a la recompensa.
La primera semejanza está ambientada en un banquete nupcial. Jesús dice: “Cuando te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: ‘Déjale el sitio’
Con esta recomendación Jesús no quiere dar normas de comportamiento social, sino una lección sobre el valor de la humildad. La historia nos enseña que el orgullo, el arribismo, la vanidad, la ostentación son la causa de muchos males. Y Jesús nos hace entender la necesidad que tenemos de elegir los últimos lugares, o sea, buscar la pequeñez y el ocultamiento: la humildad.
Cuando nos ponemos ante Dios en esta dimensión de humildad, entonces Dios nos exalta, se inclina hacia nosotros para elevarnos hacia él; “Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado” (v. 11).
Las palabras de Jesús subrayan actitudes completamente diferentes y opuestas: la actitud de quien se elige su propio sitio y la actitud de quien se lo deja asignar por Dios y espera de Él la recompensa.
No lo olvidemos: ¡Dios paga mucho más que los hombres! ¡Él nos da un lugar mucho más bello de aquel que nos dan los hombres! El lugar que nos da Dios está cercano a su corazón y su recompensa es la vida eterna. “¡Serás bienaventurdado – dice Jesús, recibirás tu recompensa en la rela resurrección de los justos”.
Es lo que se describe en la segunda parábola, en la que Jesús indica la actitud de desinterés que debe caracterizar la hospitalidad, y dice: “Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte!”.
Se trata de elegir la gratuidad en vez del cálculo oportunista que trata de obtener una recompensa, que busca el interés y que busca enriquecerse mucho más.
En efecto, los pobres, los sencillos, aquellos que no cuentan, jamás podrán retribuir una invitación a comer. Así Jesús demuestra su preferencia por los pobres y los excluidos, que son los privilegiados del Reino de Dios y transmite el mensaje fundamental del Evangelio que es servir al prójimo por amor a Dios.
Hoy Jesús se vuelve la voz de quien no tiene voz y dirige a cada uno de nosotros un llamamiento afligido a abrir el corazón y a hacer nuestros los sufrimientos y las angustias de los pobres, de los hambrientos, de los marginados, de los prófugos, de los derrotados por la vida, de cuantos son descartados por la sociedad y por la prepotencia de los más fuertes. Y estos descartados representan, en realidad, la mayor parte de la población.
En este momento, pienso con gratitud a los comedores donde tantos voluntarios ofrecen su servicio, dando de comer a personas solas, en dificultad, sin trabajo o sin casa.
Estos comedores y otras obras de misericordia –como visitar a los enfermos y a los encarcelados– son palestras de caridad que difunden la cultura de la gratuidad, porque cuantos trabajan en ellas están movidos por el amor de Dios y son iluminados por la sabiduría del Evangelio. De este modo el servicio a los hermanos se convierte en testimonio de amor, que hace creíble y visible el amor de Cristo.
Pidamos a la Virgen María que nos conduzca cada día por el camino de la humildad. Ella ha sido humilde toda su vida,  que nos haga capaces de gestos gratuitos de acogida y de solidaridad hacia los marginados, para llegar a ser dignos de la recompensa divina».
El papa Rezó el ángelus y después dirigió las siguientes palabras:
«Queridos hermanos y hermanas, deseo renovar mi cercanía espiritual a los habitantes del Lazio, de Le Marche y de Umbria, duramente golpeados por el terremoto de estos días.
Pienso en particular a la gente de Amatrice, Arquata, Pescara del Tronto y Norcia. Una vez más les digo a estas queridas poblaciones que la Iglesia comparte sus sufrimientos y sus preocupaciones. Recemos por los difuntos y por los sobrevivientes”.
La atención con la cual las autoridades, fuerzas del orden, protección civil y voluntarios están operando, demuestra cuanto sea importante la solidaridad para superar las pruebas dolorosas.
Queridos hermanos y hermanas, apenas posible también yo espero de ir a visitarlos, para llevarles personalmente el consuelo de la fe, el abrazo de padre y hermano y el apoyo de la esperanza cristiana.
Recemos por estos hermanos y hermanas, todos juntos:
Ave María…
Ayer en Santiago del Estero, en Argentina ha sido proclamada beata, sor María Antonia de San José; el pueblo la llama Mama Antula. Su ejemplar testimonio cristiano, especialmente su apostolado en la promoción de los Ejercicios espirituales, puedan suscitar el deseo de adherir siempre más a Cristo y al evangelio.
El jueves próximo 1° de septiembre celebraremos la Jornada Mundial de Oración por la custodia de la creación, junto a los hermanos ortodoxos y de otras Iglesias. Será una ocasión para reforzar el empeño común para salvaguardar la vida, respetando el ambiente y la naturaleza.
Saludo ahora a todos los peregrinos provenientes de Italia y de diversos países, en particular a los monaguillos de Kleineraming (Austria); a los marinos de la nave escuela argentina Fragata Libertad, lo he dicho en español porque ¡la tierra tira! A los fieles de Gonzaga, Spirano, Brembo, Cordenos y Daverio, a los jóvenes de Venaria, Val Liona, Angarano Moncalieri y Tombello.
A todos les deseo un buen domingo y por favor no se olviden de rezar por mi». Y concluyó con su conocido: ‘¡Buon pranzo e arrivederci!’.

El Papa se dirige a la Iglesia de América con Videomensaje del Jubileo continental de la Misericordia.

Hermanos,
Paz y Bien !!!
Les compartimos a continuación la dirección web donde está el » Video mensaje del Jubileo Continental de la Misericordia » donde el Papa Francisco se dirige a la Iglesia de América :
http://www.comunicacioncelam.org/

Cuando entras a esta página, tú debes bajar y llegar a : » Nota Digital «, entre varios encontraras el video mensaje antes indicado.
Fraternalmente,
Movimiento Laicos Capuchinos.

Comentario al evangelio de hoy sábado 27 de agosto de 2016.

El hijo de la viuda de Naím.
Milagros de Jesús
Tiempo Ordinario.
Dios sigue haciendo milagros para que nosotros podamos ser felices en Él.
Por: P . Clemente González
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/6271/cat/337/el-hijo-de-la-viuda-de-naim.html
Del santo Evangelio según san Lucas 7, 11-17
En aquel tiempo iba Jesús de camino a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo. Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.
 
Oración introductoria
Dios mío, Tan grande es tu amor que no dejas de compadecerte de mí, a pesar de mis debilidades, porque digo y no hago, ofrezco y no cumplo. ¡Ven a iluminar mi oración! Dame la gracia que me hará crecer en amor y en fidelidad.
Petición
Señor, quiero ser todo para Ti, concédeme olvidarme de mis preocupaciones para poder escucharte.
Meditación del Papa
«Así les habló a los discípulos, expresando con la metáfora del sueño el punto de vista de Dios sobre la muerte física: Dios la considera precisamente como un sueño, del que se puede despertar. Jesús demostró un poder absoluto sobre esta muerte: se ve cuando devuelve la vida al joven hijo de la viuda de Naím y a la niña de doce años. Precisamente de ella dijo: «La niña no ha muerto; está dormida», provocando la burla de los presentes. Pero, en verdad, es precisamente así: la muerte del cuerpo es un sueño del que Dios nos puede despertar en cualquier momento. Este señorío sobre la muerte no impidió a Jesús experimentar una sincera compasión por el dolor de la separación. Al ver llorar a Marta y María y a cuantos habían acudido a consolarlas, también Jesús «se conmovió profundamente, se turbó» y, por último, «lloró». El corazón de Cristo es divino-humano: en él Dios y hombre se encontraron perfectamente, sin separación y sin confusión. Él es la imagen, más aún, la encarnación de Dios, que es amor, misericordia, ternura paterna y materna, del Dios que es Vida. Benedicto XVI, 9 de marzo de 2008.
Reflexión
Hay una diferencia abismal entre las demás religiones y el Cristianismo. En las demás, el hombre va en busca de Dios. En el Cristianismo es Dios el que busca al hombre. Y en la Iglesia Católica, fundada por Cristo, lo vemos todos los días. Este Evangelio es una prueba más del amor de Dios hacia nosotros, que es infinito. Tiene el arrojo y tesón del amor de padre y el candor y profundidad del amor de madre. Cristo al ver a la viuda que se le había muerto todo lo que tenía en el mundo, se compadece de ella. Del Corazón de Cristo brota esa necesidad de consolar a la viuda y le vuelve a entregar a su hijo. Y así como Cristo entregó alegría a esta viuda, hoy día Cristo entrega a muchos padres angustiados su joven hijo que se fue de casa días atrás, ablanda los corazones de los esposos a punto de separarse, inspira a los grandes empresarios a cambiar de actitud hacia sus colaboradores y, en vez de hundirles en deudas estratosféricas, hacen un trato para arreglar cuentas, etc. Dios sigue obrando milagros para que nosotros podamos ser felices en Él. Es imposible que a Dios le guste vernos tristes, porque nos ama. Pero si lo estamos… ¿acaso será porque no le hemos permitido a Cristo entrar en nuestras vidas? Pidamos hoy esta gracia a Cristo Eucaristía.
Propósito
Hacer una visita al Santísimo Sacramento para escuchar lo que Dios me quiere decir hoy y dejarlo entrar en nuestra vida.
Diálogo con Cristo
Señor, sé, como decía san Agustín, que las aflicciones y tribulaciones que a veces sufrimos nos sirven de advertencia y corrección, y que si tuviera la fe debida, no temería a nada ni a nadie, porque todo pasa para nuestro bien, si sabemos poner todo en tus manos. Pero bien conoces mi debilidad, mi necesidad de sentir tu consuelo y tu presencia, ven a mi corazón, que quiere resucitar contigo, para poder experimentar el amor de Dios.
 

EDD. sábado 27 de agosto de 2016 .

Sábado de la vigesimoprimera semana del tiempo ordinario.
http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2016-08-27

Santa Mónica
Memoria obligatoria
Color: blanco
Mónica (331-387) fue la madre de san Agustín. Cuando éste perdió la fe, las lágrimas de Mónica subieron hasta Dios como una oración silenciosa. Por eso, la conversión de su hijo la llenó de alegría y sintió que no tenía más que esperar en esta tierra. Murió en Ostia, cuando se preparaba para volver a su tierra natal.
Antífona de entrada            Cf. Prov 31, 30. 28
La mujer que teme al Señor merece ser alabada; su marido la elogia y sus hijos la felicitan.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, consuelo de los afligidos, que aceptaste con misericordia las lágrimas de santa Mónica por la conversión de su hijo Agustín; te pedimos, por la intercesión de ambos, que sintamos dolor por nuestros pecados y podamos alcanzar la gracia de tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Como el sol que se eleva, así es el encanto de la buena esposa en una casa ordenada.
Lectura del libro del Eclesiástico  26, 1-4. 13-16
¡Feliz el marido de una buena esposa: se duplicará el número de sus días!
La mujer hacendosa es la alegría de su marido, y él vivirá en paz hasta el último de sus días.
Una buena esposa es una gran fortuna, reservada en suerte a los que temen al Señor: sea rico o pobre, su corazón será dichoso y su rostro estará radiante en todo momento.
La gracia de una mujer deleita a su marido y su buen juicio lo llena de vigor.
Una mujer discreta  es un don del Señor, y no tiene precio la esposa bien educada.
Una mujer pudorosa es la mayor de las gracias y no hay escala para medir a la que es dueña de sí misma.
Como el sol que se eleva por las alturas del Señor, así es el encanto de la buena esposa en una casa ordenada.
Salmo responsorial    130, 1-3
R/. ¡Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor!
Mi corazón no se ha enorgullecido, Señor, ni mis ojos se han vuelto altaneros. No he pretendido grandes cosas ni he tenido aspiraciones desmedidas.
Yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre, así está mi alma dentro de mí. Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre.
EVANGELIO
Aclamación al Evangelio   Jn 8, 12
Aleluya.
“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la vida”, dice el Señor. Aleluya.
Evangelio
Me llevaba en las andas del pensamiento, para que Tú dijeses al hijo de la viuda: Joven, Yo te lo ordeno, levántate.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 7, 11-17
Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar el hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: “No llores”. Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: “Joven, Yo te lo ordeno, levántate”.
El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo”.
El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

 

Reflexión – Catholic.net


Hay una diferencia abismal entre las demás religiones y el Cristianismo. En las demás, el hombre va en busca de Dios. En el Cristianismo es Dios el que busca al hombre.
Y en la Iglesia Católica, fundada por Cristo, lo vemos todos los días. Este Evangelio es una prueba más del amor de Dios hacia nosotros, que es infinito. Tiene el arrojo y tesón del amor de padre y el candor y profundidad del amor de madre. Cristo al ver a la viuda que se le había muerto todo lo que tenía en el mundo, se compadece de ella. Del Corazón de Cristo brota esa necesidad de consolar a la viuda y le vuelve a entregar a su hijo. Y así como Cristo entregó alegría a esta viuda, hoy día Cristo entrega a muchos padres angustiados su joven hijo que se fue de casa días atrás, ablanda los corazones de los esposos a punto de separarse, inspira a los grandes empresarios a cambiar de actitud hacia sus colaboradores y, en vez de hundirles en deudas estratosféricas, hacen un trato para arreglar cuentas, etc.
Dios sigue obrando milagros para que nosotros podamos ser felices en Él. Es imposible que a Dios le guste vernos tristes, porque nos ama. Pero si lo estamos… ¿acaso será porque no le hemos permitido a Cristo entrar en nuestras vidas? Pidamos hoy esta gracia a Cristo Eucaristía.

Homilía para la Eucaristía del domingo 28 de agosto de 2016

Paz y Bien a todos. Que tengan un buen fin de semana. Hermano Pastor.

DOMINGO XXII.

Eclesiástico 3,17-20.28-29: reflexión sobre la humildad: a mayor altura mayor humildad.

Lucas 14,1.7-14: enseñanza sobre la humildad cristiana y también sobre cómo hacer el bien desinteresada y gratuitamente.

1.- Para captar el mensaje debemos tener en cuenta el escenario. Jesús es invitado a comer en casa de un personaje importante. De donde se deduce que participa en un banquete. Por eso El habla del Banquete de bodas. En este contexto el Señor da enseñanza sobre las virtudes que deben tener sus discípulos. Porque si el Banquete de Bodas significa participar en el Reino de Dios, el Señor nos está indicando cómo se debe vivir y actuar en el Reino de Dios. En el Reino todo es nuevo, también la manera de comportarse.

En lo escuchado en el evangelio de hoy descubrimos dos enseñanzas: la primera enseñanza se refiere a la humildad. La segunda se refiere a hacer el bien sin esperar recompensa.

La humildad. Pero, ¿qué es humildad? ¿Qué es ser humilde? Para muchos es echarse al suelo, pero no va por ahí la humildad. Humildad es verdad. En la medida que la persona se conoce y acepta a sí misma sabe ubicarse en la comunidad. No hay que confundir humildad con mentira; se debe reconocer lo que Dios ha dado y hecho en cada uno de nosotros y reconocer sinceramente las propias limitaciones.

2.- La segunda enseñanza: hacer el bien sin esperar recompensa. Lo que trae consigo que el discípulo del Reino debe ser gratuito, es decir, hacer el bien a todos. No debe haber acepción de personas. En una palabra, un discípulo del Reino debe parecerse a Dios. En Dios todo es gratis, como gratis es el sol que brilla para todos, como la lluvia que a todos favorece. Haz y bien sin mirar a quien. Dios es gratuito y en El no hay acepción de personas, porque El es Dios, no hombre. Porque es Dios es distinto a nosotros, con una bondad que rompe todos los esquemas. El discípulo del Reino al hacer el bien debe hacerlo desinteresadamente, sin esperar recompensa. El que obra así está viviendo en el Reino de Dios.

3.- En el mundo, donde no se acepta la soberanía de Dios, su reinado, se vive la mentira. En el Reino, en cambio, se vive la verdad.Muchos temen vivir la verdad, por eso huyen y se refugian en la mentira. Y quien vive la mentira no es sincero, no se acepta, no acepta su verdad, no sabe ser humilde. En el mundo de la mentira se usan las máscaras, no somos sinceros ni con Dios, ni con los demás, ni con nosotros mismos. Por eso digo que se vive la mentira, la hipocresía. Y con esto falta la verdadera humildad.

En un contexto de No-Reino se lucha por el poder y no por el servir. Estamos comenzando en nuestro medio la contienda política. Es de esperar que sea para servir y no para servirse de ella. Que haya verdaderos servidores de la gente.

4.- Una vez más celebramos el Banquete del Reino. El único que puede ocupar el primer puesto es el Señor, que viene a servir. En la Eucaristía todos somos iguales ante el Señor, es Él quien nos dignifica, es Él quien nos invita y nos dice: “Amigo, acércate más”, es decir, sube más arriba. Aquí nadie es más importante que otro, ya que todos somos hijos-hermanos y a todos quiere el Señor.

Realmente con el salmo responsorial podemos también nosotros decir: “Señor, Tú eres bueno con los pobres”. Gratuitamente hemos sido invitados, de modo que tenemos que aprender a ser gratuitos. El es quien nos da el ejemplo.

Hno. Pastor Salvo Beas.

Párroco de San Miguel.

 

Comentario al evangelio de hoy viernes 26 de agosto de 2016

Parábola de las vírgenes prudentes.
Parábolas

Tiempo Ordinario. 
La vida lleva su rumbo sin preguntar, le damos la Luz de Cristo y comienza a brillar.
Por: Francisco Valencia
Fuente: Catholic.net 
http://es.catholic.net/op/articulos/5489/parbola-de-las-diez-vrgenes.html

Del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: «¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!» Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: «Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan.» Pero las prudentes replicaron: «No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.» Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él respondió: «En verdad os digo que no os conozco.»Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora». 
Oración introductoria
Señor, qué fácilmente puedo dejarte a un lado, en un segundo plano, y acordarme de Ti sólo cuándo hay una necesidad o problema. Ese descuido, irresponsabilidad o apatía me trae muchas consecuencias negativas porque debilita mi capacidad de amar. Ayúdame, por medio de esta oración, a comprender la necesidad de mantenerme siempre alerta, dispuesta a recibir tu gracia que me hace capaz de transformarme y transformar mi mundo.
Petición
Señor, dame la gracia de tener un corazón alerta y vigilante, para obrar siempre el bien.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
 La lámpara que tenemos, es la mejor.
Cuántas veces uno se despista y vive en la oscuridad. Y a veces unos se quieren poner a la luz del otro, como estas jóvenes que buscaron poner en sus lámparas el aceite de las otras. Pero cada uno tiene su luz. En cada uno Dios ha dejado una luz particular, una luz que le hace ser él mismo. Por eso, en el Reino de los cielos cada uno tiene que ser él mismo.
Unas luces son más fuerte, otras más débiles, otras cambian constantemente… Y así podemos encontrar un sinfín de luces como personas. Y cada uno tiene que cuidar  y dar cuentas de esa luz que recibió. Porque esa lámpara que Dios nos ha dado la tenemos que poner en el candelabro. Y puede que a veces no me guste mi lámpara, no me guste mi luz o gaste mi aceite. Puede que a veces utilice mis cualidades para presumir o a veces quiera ocultar esa luz, esas virtudes o defectos. Incluso a veces no quiero mi lámpara.
Pero esa lámpara puede ser fea, puede tener una luz muy tenue, puede que vea más la oscuridad que la luz. Pero es la luz que no me ha regalado Dios; es la luz que me acompañará a lo largo de mi vida. Por lo tanto tengo que aceptarla. Y tengo que cuidarla. Y me puede pasar que piense que no me va bien esta lámpara. Quisiera otra más o menos luminosa. Y siempre estoy queriendo la vela o el aceite de los otros. Pero, en realidad, la lámpara que tengo es la mejor, ¡porque es mi lámpara! Es un regalo de Dios. Lo importante es ver mi vida y mi historia desde los ojos de Dios y no desde una mirada humana. He de elevar la mirada; contemplar la maravillosa obra de Dios en mi vida y darle las gracias.
«La lámpara, cuando comienza a debilitarse, tenemos que recargar la batería. ¿Cuál es el aceite del cristiano? ¿Cuál es la batería del cristiano para producir la luz? Sencillamente la oración. Tú puedes hacer muchas cosas, muchas obras, incluso obras de misericordia, puedes hacer muchas cosas grandes por la Iglesia —una universidad católica, un colegio, un hospital…—, e incluso te harán un monumento de bienhechor de la Iglesia, pero si no rezas todo esto no aportará luz. Cuántas obras se convierten en algo oscuro, por falta de luz, por falta de oración de corazón».
 (Cf Homilía de S.S. Francisco, 10 de junio de 2016, en Santa Marta).
Reflexión
Como cuando un escalador se detiene para ver lo recorrido y para contemplar la cima deseada y anhelada, así también Dios nos concede a veces momentos que son como esas paradas, y vemos lo recorrido en la vida y contemplamos la cima deseada y anhelada: la eternidad. Y entendemos el sentido de la vida y se nos hacen amargos todos los consuelos de la Tierra.
En esta situación estaban estas muchachas: el Esposo deseado… ¡Qué gozo!, ¡Qué alegría vivir así, esperando al Esposo! ¡Como si ya tuvieran ganada la Cima! ¡Cómo les rebotaría el corazón a estas chicas!
¡Qué contentas estarían! Así se encontraba Santa Teresita del Niño Jesús cuando descubrió los primeros síntomas de su enfermedad que la llevaría a la muerte, escribe: «¡Ah, mi alma se sintió henchida de gran consuelo! Estaba íntimamente persuadida de que Jesús (…) quería hacerme oír una primera llamada. Era como un dulce y lejano murmullo que me anunciaba la llegada del Esposo. (…) Gozaba por entonces de una fe tan viva, tan clara , que el pensamiento del cielo constituía toda mi felicidad» (Manuscrito C, F. 5r-5v).
Pero así como las vírgenes se durmieron, el caminante sigue caminando, a nosotros nos envuelve el remolino de la vida, y a Teresita se le duerme la fe.(cfr Manuscrito C, 5v). ¿Qué, pues es lo que importa si hasta los prudentes también se duermen? Tener encendidas nuestras lámparas y llevar el aceite para alimentarlas. Digamos que la lámpara es la vida, la Luz es la Vida de Gracia y el aceite es la Caridad.
La vida lleva su rumbo sin preguntar, le damos la Luz de Cristo y comienza a brillar, pero para que nunca de apague se necesita alimentarla con obras de caridad. Es así como nos va a reconocer el esposo: «En esto reconocerán que sois discípulos míos, si tenéis amor los unos para con lo otros». «Entonces el Rey les dirá: Venid, benditos de mi Padre, (…)porque cuanto hicisteis con uno de estos pequeños, conmigo lo hicisteis»
Propósito
Dar la Luz de Cristo a nuestra vida para que comienza a brillar, pero para que nunca de apague se necesita alimentarla con obras de caridad.
Diálogo con Cristo 
San Agustín dijo que tuviéramos cuidado de la gracia de Dios que pasa y no vuelve. Por eso te pido, Padre bueno, que me ayudes a percibir tu presencia en lo cotidiano de este día para que con tu gracia pueda ser tu fiel discípulo y misionero. Mis decisiones labran mi destino, que terrible sería que me descuidará y siguiera el camino fácil que ofrece el mundo, por eso te pido me ayudes a vivir con el constante deseo de trabajar por ti.
 

EDD. viernes 26 de agosto de 2016 .

Viernes de la vigésima primera semana del tiempo ordinario.

http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160826


Carta I de San Pablo a los Corintios 1,17-25.
Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda su eficacia.
El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan -para nosotros- es fuerza de Dios.
Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad?
En efecto, ya que el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación.
Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría,
nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos,
pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos.
Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres.
Salmo 33(32),1-2.4-5.10ab.11.
Aclamen, justos, al Señor:
es propio de los buenos alabarlo.
Alaben al Señor con la cítara,
toquen en su honor el arpa de diez cuerdas.
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.
El Señor frustra el designio de las naciones
y deshace los planes de los pueblos,
El designio del Señor
permanece para siempre,
y sus planes, a lo largo de las generaciones.
Evangelio según San Mateo 25,1-13.
Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,
mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
Pero a medianoche se oyó un grito: ‘Ya viene el esposo, salgan a su encuentro’.
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
Las necias dijeron a las prudentes: ‘¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?’.
Pero estas les respondieron: ‘No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado’.
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’,
pero él respondió: ‘Les aseguro que no las conozco’.
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.
Comentario del Evangelio por  San Teodoro el Estudita (759-826), monje en Constantinopla. Pequeñas Catequesis, nº 130.
Cualquier momento es propicio.
Hermanos, hay un tiempo para la siembra y otro para la cosecha, un tiempo para la paz y otro para la guerra, un tiempo para estar ocupado y otro para el recreo (cf Coh 3). Pero para la salvación del alma, cualquier tiempo es propicio, cualquier día es favorable, si es que lo queremos. Así pues, estemos siempre en movimiento hacia el bien, prontos a movernos, llenos de frescor, poniendo por acto las palabras. “Porque, dice el apóstol Pablo, los justos delante de Dios no son los que escuchan la ley, sino los que la ponen en práctica , y éstos serán justificados” (Rm 2,13)… ¿Es este el tiempo de la guerra espiritual? Es necesario combatir con ardor y perseguir, con la ayuda de Dios, los pensamientos demoníacos que se levantan dentro de nosotros…; si, por el contrario, es llegado el tiempo de la cosecha espiritual, es preciso recoger con ardor y juntar en los graneros espirituales las provisiones de la vida eterna…
Siempre es tiempo de oración, tiempo de lágrimas, tiempo de reconciliación después de las faltas, tiempo de arrebatar el Reino de los cielos. Desde ahora ¿por qué tardar? ¿Por qué dejarlo para más tarde? ¿Por qué dejar para otro día la mejora de nuestras costumbres? “Este mundo tal como lo vemos ¿no está a punto de acabar?” (1C 7,31)… ¿Es que vamos a durar indefinidamente?…El ejemplo de las diez vírgenes ¿no os asusta? “He aquí que llega el esposo, dice el Evangelio, salid a su encuentro” Y las vírgenes sensatas fueron a su encuentro con las lámparas encendidas y entraron a las bodas; mientras que las vírgenes necias, en retraso por la ausencia de buenas obras, gritaban: “Señor, Señor, ábrenos. Pero él les respondió: En verdad no os conozco”.

Francisco celebra una misa por las víctimas del terremoto.

En la residencia de Santa Marta en el Vaticano después de recibir a una comunidad de religiosas de clausura.

El papa celebra la misa en Santa Marta (Foto archivo © Osservatore Romano)
(ZENIT – Roma).- El papa Francisco abraza a las víctimas del terremoto que ha devastado el miércoles el centro de Italia y a sus familias. Después de haber rezado ayer el Rosario en la plaza de San Pedro, esta mañana ha celebrado la santa misa junto a las clarisas de Santa Maria di Vallegloria. Lo indica el diario Vaticano L’Osservatore Romano en su cuenta Twitter @oss_romano.
Durante la celebración el Pontífice ha rezado por todos los muertos y heridos de la catástrofe y después ha entregado a las religiosas su reciente constitución apostólicaVultum Dei quaerere dedicada al tema de la vida religiosa contemplativa femenina.
En el contexto del Año de la Misericordia, el papa Francisco invitó al Vaticano a la comunidad de religiosas de clausura de clarisas de la diócesis de Foligno, cuyo monasterio según la tradición fue fundado hacia el años 560 por discípulos de San Benedicto y reformado en el 1230 por dos discípulas de Clara de Asís, Balbina y Pacífica.
Ayer el Santo padre también envió un Tweet diciendo:  “Expreso mi dolor y mi cercanía a todas las personas presentes en los lugares golpeados por el terremoto”.

Comentario al evangelio de hoy jueves 25 de agosto de 2016

¡Estad en vela no sabes el día ni la hora!
Tiempo Ordinario

Vivir fielmente cada día, con alegría, esperando la venida de Cristo. 
Por: P. Clemente González
Fuente: Catholic.net 
http://es.catholic.net/op/articulos/5487/estad-en-vela.html

Del santo Evangelio según san Mateo 24, 42-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Oración introductoria
Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédeme que, guiado por el mismo Espíritu, sienta la urgencia de estar siempre preparado, viviendo de cara a la eternidad y que esta oración me capacite para conocerte, encontrarte y amarte.
Petición
Señor, ¡aumenta mi fe!
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
 Velen y estén preparados.
La palabra clave de la lectura del evangelio de hoy es VELAD. Hoy estamos sumergidos en un mundo de inseguridad que alarma a buena parte de los ciudadanos. Las guerras, el terrorismo, el azote de la inseguridad ciudadana, el peligro de la delincuencia, el desbordamiento de los fenómenos naturales, la amenaza de la enfermedad, la crisis económica, entre muchas otras, son algunas de las situaciones que amenazan nuestra paz. Por ello, tomamos medidas cada vez más radicales: puertas de seguridad, candados, llaves, alarmas, policías, armas…
Ciertamente, los peligros de todo tipo amenazan nuestra seguridad y la de los nuestros, pero es mucho más importante la certeza de que nuestra vida está resguardada del grave peligro de una infelicidad eterna. Lo repetimos una y otra vez: En este mundo estamos de paso, por ello, la seguridad de poder descansar eternamente en los brazos de Dios, es la tarea que con más interés debemos cuidar.
Hay que estar atentos para cuando llegue el Señor a pedirnos cuenta de nuestraadministración. Es preciso tenerlo todo en orden para acertar en el destino definitivo de la vida. En este sentido es como se nos avisa que estemos bien dispuestos:
Estemos alerta para que la muerte nos sorprenda preparados y así evitar el fracaso definitivo de la vida.
Estemos alerta para acumular méritos para entrar en el Reino de la vida.
Estemos alerta y bien despiertos para recibir la llamada definitiva.
Estemos alerta y procuremos tener las cuentas claras de nuestra vida interior y presentarnos con la conciencia limpia ante nuestro Dios.
Estemos alerta recordando que estamos a tiempo de cambiar sabiendo que nunca es demasiado tarde mientras tengas vida.
Estemos alerta a la llamada de Dios para seguirla sin condiciones estando bien atentos para responder: Estamos aquí, Señor.
El llanto y crujir de dientes no es para nosotros, los que intentamos seguir a Cristo incondicionalmente. Si procuramos estar bien despiertos, con el corazón limpio y la mente dispuesta para seguir al Señor, no vamos a temer ni el sufrimiento ni la muerte, pues estamos destinados a la VIDA eterna.
La vigilancia permanente se consigue con la práctica constante de la oración y con el examen de conciencia. La fuerza nos la dan el Espirita Santo, la Eucaristía, la lectura y meditación de la Palabra. El premio consiste en tener paz en el alma, serenidad en nuestra mente y felicidad en el corazón.
«Es esa virtud tan difícil de vivir: la esperanza, la más pequeña de las virtudes, pero la más fuerte. Y nuestra esperanza tiene un rostro: el rostro del Señor resucitado, que viene “con gran poder y gloria”, que manifiesta su amor crucificado, transfigurado en la resurrección. El triunfo de Jesús al final de los tiempos, será el triunfo de la Cruz; la demostración de que el sacrificio de uno mismo por amor al prójimo y a imitación de Cristo, es el único poder victorioso y el único punto fijo en medio de la confusión y tragedias del mundo.»
(S.S. Francisco, Angelus15 de noviembre de 2015).
Reflexión
El último día de la historia, el final de los tiempos, se ha descrito en muchas ocasiones como un día trágico y ha dado lugar a una literatura que llamamos «apocalíptica».
Jesucristo anunció que vendría de nuevo a la tierra, y que esa venida sería definitiva. Pero, ¿cómo debe preparase un cristiano? Vamos a considerar dos tipos de «esperas».
La primera es parecida a la de un soldado, agazapado en su trinchera, esperando con verdadero miedo el ataque del enemigo. Su única ilusión es que ese momento nunca llegue, porque sabe que puede acabar mal. Es la actitud del que ve el final pensando que va a condenarse por sus pecados. Tiembla, pero tampoco pone remedio.
La segunda espera es la de la esposa que aguarda a su marido, ausente durante mucho tiempo del hogar. Por ejemplo, la esposa de un marinero, que sueña el día en que volverá a estrechar entre sus brazos al amor de su vida. Y cuando se acerca el día, se prepara, se viste, se perfuma y se dispone a recibirle con toda la ilusión del mundo.
El cristiano debe vivir sin temor, preocupado por vivir fielmente el día a día, pero también siendo consciente de la responsabilidad de cada uno de sus actos. Por tanto, no hay que descuidarse y sí estar preparados, con alegría, para el encuentro definitivo con Dios.
Propósito
Ofrecer hoy un pequeño sacrificio a Dios y pedirle la gracia de adquirir la virtud que más necesite para crecer en el amor a los demás.
Diálogo con Cristo
Jesús, qué diferente es mi vida cuando me esfuerzo por ver todo desde el plano de la fe. Las cosas, las actividades, las mismas relaciones sociales, todo se transforma y se vuelve relativo de cara a la eternidad. ¡Qué pocas cosas son importantes! Ayúdame a vivir pensando en el cielo que me has prometido y que lo busque como esa perla fina, ese gran tesoro que dará plenitud a mi vida.

EDD. jueves 25 de agosto de 2016 .

Jueves de la vigésima primera semana del tiempo ordinario

http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160824
 
Carta I de San Pablo a los Corintios 1,1-9.
Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes,
saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro.
Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús.
En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento,
en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes.
Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia.
El los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo.
Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Salmo 145(144),2-3.4-5.6-7.
Señor, día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar.
¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza:
su grandeza es insondable!
Cada generación celebra tus acciones
y le anuncia a las otras tus portentos:
ellas hablan del esplendor de tu gloria,
y yo también cantaré tus maravillas.
Ellas publican tus tremendos prodigios
y narran tus grandes proezas;
divulgan el recuerdo de tu inmensa bondad
y cantan alegres por tu victoria.
Evangelio según San Mateo 24,42-51.
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno?
Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo.
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si es un mal servidor, que piensa: ‘Mi señor tardará’,
y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos,
su señor llegará el día y la hora menos pensada,
y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Comentario del Evangelio por  San Pascasio Radbert (¿- c. 849), monje benedictino. Comentario sobre el evangelio de Mateo 11,24; PL 120, 799-800.
“Estad preparados…” (Mt 24,44).
“Velad, porque no sabéis ni el día ni la hora…” Aunque el Señor habla para todos, se dirige a sus contemporáneos, como en muchos de sus discursos que se leen en las Escrituras. Sin embargo, estas palabras conciernen a todos los hombres, porque para cada uno el último día llegará, al igual que el fin del mundo, el día cuando tendrá que abandonar esta vida. Que cada uno, pues, salga de esta vida como si tuviera que ser juzgado en aquel mismo día. Por esto, que cada uno vigile para no descarriarse, para que el día del Señor cuando vendrá, no lo encuentre desprevenido. Porque aquel que el Señor encuentre sin estar preparado en el día de su muerte, lo estará también al fin del mundo.