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Autor: Patricio Osiadacz

EDD. lunes 06 de enero de 2025.

PRIMERA LECTURA

Pongan a prueba su inspiración para ver si procede de Dios.

Lectura de la primera carta de san Juan   3, 22—4, 6​

Hijos míos:

Dios nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Su mandamiento es éste: que creamos en el Nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como Él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Queridos míos, no crean a cualquiera que se considere inspirado: pongan a prueba su inspiración, para ver si procede de Dios, porque han aparecido en el mundo muchos falsos profetas.

En esto reconocerán al que está inspirado por Dios: todo el que confiesa a Jesucristo manifestado en la carne, procede de Dios.

Y todo el que niega a Jesús, no procede de Dios, sino que está inspirado por el Anticristo, de quien ustedes oyeron decir que vendría y ya está en el mundo.

Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque Aquél que está en ustedes es más grande que el que está en el mundo. Ellos son del mundo, por eso hablan el lenguaje del mundo y el mundo los escucha.

Nosotros, en cambio, somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha, pero el que no es de Dios no nos escucha. Y en esto distinguiremos la verdadera de la falsa inspiración.

SALMO RESPONSORIAL  2, 7-8. 10-12a

R/. ¡Te daré las naciones como herencia!

Voy a proclamar el decreto del Señor: Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo, Yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré las naciones como herencia, y como propiedad, los confines de la tierra”.

Por eso, reyes, sean prudentes; aprendan, gobernantes de la tierra. Sirvan al Señor con temor; temblando, ríndanle homenaje.

EVANGELIO

El Reino de los Cielos está muy cerca.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo  4, 12-17. 23-25

Cuando Jesús se enteró de que Juan Bautista había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:

“¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!”

El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz”.

A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”.

Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias de la gente. Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y Él los sanaba. Lo seguían grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.

Palabra del Señor.

Fuente : https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2025-01-06

REFLEXIÓN :

Meditación del Papa Francisco
Con sus invitaciones a la conversión, este tiempo viene providencialmente a despertarnos, a sacudirnos de la apatía, del riesgo de seguir adelante por inercia. La exhortación que el Señor nos dirige por medio del profeta Joel es fuerte y clara: “Convertíos a mí de todo corazón”. ¿Por qué debemos volver a Dios? Porque algo no está bien en nosotros, no está bien en la sociedad, en la Iglesia, y necesitamos cambiar, dar un viraje. Y esto se llama tener necesidad de convertirnos. Una vez más este tiempo nos dirige su llamamiento profético, para recordarnos que es posible realizar algo nuevo en nosotros mismos y a nuestro alrededor, sencillamente porque Dios es fiel, es siempre fiel, porque no puede negarse a sí mismo, sigue siendo rico en bondad y misericordia, y está siempre dispuesto a perdonar y recomenzar de nuevo. Con esa confianza filial, pongámonos en camino.» (Cf. S.S. Francisco, 5 de marzo de 2014).

Fuente : https://es.catholic.net/op/articulos/11778/cat/504/jesus-proclama-la-buena-nueva-del-reino-.html

Comentario al Evangelio del domingo 05 de enero de 2025.

“Se llenaron de inmensa alegría”. – Los magos, al seguir por otro camino, nos enseñan que el verdadero encuentro con Cristo requiere cambio. Cuando encontramos al verdadero rey, cambiamos de rumbo, transformamos nuestro viaje y abrazamos una nueva forma de vida.

Queridos hermanos y hermanas, somos invitados a hoy celebrar la Epifanía del Señor, una de las festividades más significativas en nuestra fe cristiana. El Evangelio de San Mateo que acabamos de escuchar nos narra la maravillosa historia de los Reyes Magos, guiados por una estrella, que llegan desde Oriente para adorar al recién nacido Rey de los Judíos. La búsqueda de los Magos Los Magos representan a la humanidad en busca de la verdad y la salvación. Ellos dejan atrás sus hogares y comodidades, emprendiendo un largo y difícil viaje, guiados únicamente por la estrella. Su perseverancia y dedicación nos enseñan que buscar a Dios requiere esfuerzo y sacrificio, pero que la recompensa es infinita. La estrella que los guía es símbolo de la luz divina que nos guía en nuestro camino hacia Dios. Así como la estrella condujo a los Magos a Jesús, la luz de Cristo nos guía a través de las incertidumbres y oscuridades de la vida. Debemos estar siempre atentos a las señales que Dios nos envía, abiertas y dispuestas a seguir su voluntad. El encuentro con Herodes El encuentro de los Magos con el rey Herodes nos muestra dos actitudes opuestas ante el nacimiento de Jesús. Mientras Herodes ve en Él una amenaza a su poder y busca destruirlo, los Magos ven en Jesús al Salvador y se llenan de alegría. Esto nos invita a reflexionar sobre nuestras propias actitudes: ¿Buscamos a Jesús con un corazón abierto y dispuesto a adorarlo, o nos dejamos llevar por nuestros temores y egoísmos? Los dones ofrecidos Los dones de oro, incienso y mirra ofrecidos por los Magos tienen un profundo significado. El oro representa la realeza de Jesús, reconociéndolo como nuestro Rey. El incienso simboliza su divinidad, pues Jesús es Dios hecho hombre. La mirra, utilizada en los embalsamamientos, anticipa el sufrimiento y la muerte de Jesús, mostrando su misión redentora. La revelación a todas las naciones La Epifanía es la manifestación de Jesús al mundo entero. Los Magos, siendo extranjeros, nos recuerdan que la salvación traída por Jesús es para todos, sin distinción de raza, cultura o condición social. Dios se revela a aquellos que, con corazón sincero, lo buscan y están dispuestos a seguir su luz. Hermano y hermana, la liturgia de hoy nos lleva a reflexionar sobre dos actitudes que podemos ver a lo largo de todo el Evangelio: El pueblo de Israel rechaza a Jesús, mientras que los «magos» del oriente (que son paganos) le adoran. Herodes y Jerusalén «se inquietan» y planean su muerte, mientras que los paganos sienten una gran alegría y lo reconocen como su Señor. ¿Con quién nos identificamos? ¿Qué regalos hemos ofrecido a Jesús? Queridos hermanos y hermanas, que esta celebración de la Epifanía nos inspire a buscar siempre a Jesús con perseverancia y humildad. Que estemos atentos a las señales de su presencia en nuestras vidas y dispuestos a ofrecerle lo mejor de nosotros mismos. Y que, como los Magos, regresando a nuestros hogares, llevemos con nosotros la alegría y la luz de haber encontrado al Salvador. Que en esta eucaristía podamos permitir que la luz del Señor nos ilumine, para que iluminados por él podamos ser presencia de su luz en la vida de todas las personas y en los lugares donde vivimos. Gloria al Señor, alabanza por los siglos de los siglos. Amén! – Hermano Mauricio Silva dos Anjos – Hermano Menor Capuchino de Chile.

HOMILÍA PARA LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 05 DE ENERO DE 2025.

EPIFANÍA DEL SEÑOR.

Isaías 60,1-6: Jerusalén es polo de atracción para todos los pueblos. Con este lenguaje simbólico se describe de qué manera todos los pueblos van a este centro, que es Dios.

Efesios 3,2-6: Pablo da a conocer el Plan de Dios: que también los no judíos son hijos de Dios y, por ende, herederos.

Mateo 2,1-12: Encuentro de Cristo con los gentiles. Contrasta la docilidad de los gentiles con la indocilidad de los israelitas.

1.- Hoy culmina este precioso tiempo de Navidad, tiempo en el que hemos contemplado al Señor que se nos promete, al Señor que nace para nosotros, el Señor que se revela, se da a conocer a todos.
Porque hoy se nos presenta al Señor manifestado en la carne. Es el Dios presente entre nosotros. Él es el centro y polo de atracción manifestado en Jesucristo. Él es la Luz que brilla en las tinieblas del mundo. Porque Dios es luz y Cristo es el “resplandor de la gloria del Padre” (Hebreos 1,3), es decir, Jesús es la imagen de Dios y la expresión exacta de su naturaleza. De modo que conociendo a Jesús, contemplando a Jesús tenemos u cabal conocimiento de Dios, ya que Él dijo: “el que me ha visto a Mí ha visto al Padre”(Juan 14,10).
He aquí, entonces, la importancia de este Misterio de la Epifanía. El núcleo del Misterio es que todo ser humano tiene la vocación para conocer a Dios por medio de Cristo.

2.- Y es esto lo que el Apóstol quiere darnos a conocer. También a nosotros se nos ha dado la posibilidad de conocer y dar a conocer a Dios a través de Jesucristo.
La importancia de conocer a Jesucristo, es decir, de aceptarle, estar en comunión vital con Él. Porque Él es la Fuente de la vida, y no hay otra. A quien acepta a Jesucristo Dios le concede la gracia de llegar a ser hijo suyo (cfr. Juan 1,12) y heredero de la vida eterna. Dios a nadie excluye.
Dar a conocer a Jesucristo es extender por el mundo el Reinado de Dios.

3.- Dice Isaías en la primera lectura que “las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad a las naciones”. Y desgraciadamente esto es muy cierto.
Muchas veces, cuando se habla de oscurantismo se piensa en la Edad Media y siglos siguientes. Y es cierto, hay que admitir que la ignorancia llevó a la humanidad a cometer tremendos errores y atropellos, incluso en nombre de la religión. Pero actualmente no deja de ser una atapa de oscurantismo la que estamos viviendo. También hoy, sin invocar a la religión, sino a una determinada ideología para sustentar determinadas teorías y posturas, se atropella al ser humano igual o peor que antes. Hoy Cristo es el gran desconocido; cierto que se le conoce como un personaje histórico, pero no se le acepta como Maestro, no se vive lo que enseñó.

4.- Hace falta que brille la luz de Cristo, que el Resplandor de Dios llegue a todos para que se haga ver a todos los errores que se están cometiendo.
Somos nosotros los portadores de la luz, llevando el Mensaje de Cristo. Más mensaje y menos ritos religiosos que, mal entendidos, puede favorecer la oscuridad.
¡Que brille la Luz de Cristo en cada uno de nosotros! ¡Que cada uno de nosotros sepa transmitir y dar a conocer a Cristo, su mensaje, para que así “florezca la justicia y abunde la paz”!
Hoy se manifiesta el Señor hoy ha brillado una gran luz. No la eclipsemos, sino difundámosla. Hno.Pastor.

EDD. sábado 04 de enero de 2025.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,7-10):

Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo. Quien comete el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 97

R/. Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R/.

Al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,35-42):

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Venid y veréis

La curiosidad puede tener distintos matices. Puede ser malsana, buscando donde está el “chisme”, el accidente o mal de alguien. Puede también que sea una motivación a encontrar el bien. Para un oído de fiel judío, escuchar “Este es el Cordero de Dios” podía suscitar no sólo curiosidad, sino una esperanza viva de salvación. El cordero pascual, el cordero cuya sangre en el dintel salva, el símbolo y realidad de la esperanza de todos los pueblos se anuncia. Cuando Juan identifica a Jesús como el Cordero de Dios, los dos discípulos se ponen en marcha. Sienten la llamada irresistible a seguir a quien ha sido proclamado como la salvación.

Lo escuchamos repetidamente en todas las Eucaristías: “tú, que quitas el pecado del mundo”.. “Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo”… “Este es el Cordero de Dios, dichosos los llamados”. Quizá a veces se diga rutinariamente, si reconocer el impacto enorme de esas palabras.

Juan dice que no lo conocía. Naturalmente que lo conocía, porque era primo suyo. Lo que no había reconocido era al Cordero de Dios.  El reconocimiento de esa salvación cambia la vida, llama al discipulado, marca para siempre. Por eso quienes escucharon esa llamada sabían exactamente el momento (las 4 de la tarde) en que había ocurrido. Por eso se pusieron en camino. No era simplemente curiosidad por ver de qué personaje estrafalario estaba hablando el estrafalario Juan. Era una esperanza que moviliza. ¿Qué buscáis?, les pregunta Jesús. ¿Tienen una mera curiosidad por saber dónde vive Jesús o están expresando el deseo intenso de estar siempre con Él? ¿Dónde vives? Puede querer decir quién eres, qué haces, cómo es tu mundo, cómo es tu Reino. Inmediatamente desean permanecer en ese Reino, porque han encontrado al Mesías. Venid y veréis, no es solo una invitación a curiosear; es más bien un desafío a vivir así, en el reino de justicia y verdad de Cristo. Es una llamada a cambiar la vida. Entrar en la casa de Jesús obliga y marca. Eran las cuatro de la tarde… ¿qué hora es para nosotros? ¿Dónde y cómo hemos encontrado dónde vive Cristo?

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. viernes 03 de enero de 2025.

Lectura de la primera carta de Juan (2,29;3,1-6):

Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él. Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro. Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley. Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado. Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 97,1.3cd-4.5-6

R/. Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas;
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad. R/.

Tañed la cítara para el Señor
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas
aclamad al Rey y Señor. R/.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Juan (1,29-34):

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: «Trás de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo.» Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado el Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: «Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.» Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Le da el nombre sobre todo nombre

El nombre de la persona, sobre todo en las culturas semíticas, tiene una gran importancia. Concede identidad y es el medio por el que se puede ser reconocido. Cuando éramos pequeños, a veces nuestras madres nos corregían si decíamos “ese” o “esa”… ¡Tiene un nombre! nos decían. Decir el nombre es concederle el respeto debido por ser criatura de Dios, hijo de Dios. En la Escritura, a quienes Dios llama muchas veces reciben un nombre nuevo: Abrán-Abraham; Simón-Pedro; Saulo-Pablo…  Al Hijo de Dios, al Dios con nosotros, se le da el “nombre que está sobre todo nombre”. Es decir, el más alto, el más excelso, el más digno de respeto y honor.

Lo curioso es que, según la primera lectura, ese nombre se le da precisamente a la persona que se vacía, que no se aferra a su condición ni a su honor, que se hace carne humana, que acepta los gozos y los dolores de los hombres, que se hace obediente hasta la muerte. Y ante ese nombre todo, absolutamente todo, en el cielo y en la tierra, ha de doblar la rodilla. Jesucristo, el ungido, el de naturaleza divina, es el que se abaja y se vacía.

Hay personas que se blasonan de sus apellidos ilustres. Y probablemente harán bien en estar orgullosos de su identidad familiar. Pero el verdadero blasón, la verdadera causa de orgullo es el ser hijos… y. a ejemplo de quien lleva el nombre sobre todo nombre, lo mejor que se puede hacer es no aferrarse a nada; caminar con otros en sus dolores y sus alegrías; obedecer (es decir, escuchar a Dios, ponerse debajo de Dios) por muy alto que sea el precio a pagar. Entonces recibiremos el nombre de hijos amados. Hijos en el Hijo cuyo nombre está sobre todo nombre. Una gloriosa identidad.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

EDD. jueves 02 de enero de 2025

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,22-28):

¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna. Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas –y es verdadera y no mentirosa– según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su venida.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 97

R/. Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,19-28):

Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
Él dijo: «No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: «Allanad el camino del Señor», como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

No soy digno

Puede resultar curioso que, después de escuchar repetidamente que somos hijos, con la enorme dignidad que eso conlleva, ahora nos unamos de corazón a Juan para decir, como decimos antes de todas las comuniones: “No soy digno”. Pero ambas cosas son verdad: por ser hijos de Dios, tenemos una enorme dignidad. Pero como el mérito no es nuestro, sino que todo es concedido, no somos dignos, o más bien no somo merecedores de nada.

Juan reconoce este hecho bien. El mayor de los profetas, el Precursor del Mesías solo se confiesa como “voz que grita en el desierto”. La voz del desierto que acabamos de escuchar en muchas de las primeras lecturas de las Eucaristías de Adviento. Esa es una voz valiosa y digna: anuncia la venida; proclama los cambios que hay que hacer para que la venida se realice según el plan de Dios (preparad los caminos; enderezad lo torcido…), denuncia el mal; consuela y desafía. El que no es digno de desatar la sandalia, recibe el enorme encargo de ser voz. Es decir, todos nosotros, que hemos sido adoptados por Dios, no somos merecedores siquiera de estar cerca, ni siquiera a la altura de su sandalia. Y sin embargo estamos llamados, estamos obligados a ser voz.

“Clamar en el desierto”, por razones de puntuación, se ha entendido algunas veces como predicar en vacío. Algo que pareciera inútil.  Pero quizá mejor transcrito se trate de:” Voz que clama: ´en el desierto, preparad el camino´”. Así, pasa de ser una ocupación inútil y desesperanzada a ser una tarea desafiante, pero esperanzadora: en el desierto de sentido y de valores en que vivimos; en el desierto de la ausencia de Dios de nuestra secularizada sociedad, preparad el camino. Preparar el camino significará entonces vivir de una manera que puede ser un poco “a contrapelo”; dar un testimonio de otra manera de vivir; mantener una verdad y unos valores contra las corrientes absurdas e injustas de nuestro mundo. No somos dignos; pero esta es nuestra gran dignidad. Los hijos de Dios vivimos (o debemos vivir) de otro modo. Incluso en el desierto.

Cármen Aguinaco

Fuente: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-santos-basilio-magno-y-gregorio-de-nacianzo-obispos-y-doctores-de-la-iglesia-2_2025-01-02/?occurrence=2025-01-02

EDD. miércoles 01 de enero de 2025.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Números (6,22-27):

EL Señor habló a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre tu rostro
y te conceda la paz”.
Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 66

R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

V/. Que Dios tenga piedad nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

V/. Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R/.

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4,4-7):

Hermanos:
Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.
Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,16-21):

EN aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

María, Madre de Dios. Jornada Mundial de la Paz

Bendición

En el mundo hispano, como lo era antes en la mayoría del mundo católico español y europeo, existe la costumbre de que los padres den la bendición a sus hijos antes de salir de casa, antes de emprender algún trabajo, o al final del día. Algunos esposos también se la dan mutuamente al empezar el día. Bendición es hablar bien, dar una buena palabra, invocar la protección de Dios sobre el día. Es pedir que el rostro de Dios, es decir, la gloria de Dios, brille sobre nosotros en toda la vida. Esa bendición acarrea la paz.

Es la misma bendición que envía el Espíritu de Dios sobre nosotros, de manera que somos hijos de Dios. Y si hijos, herederos de la gloria, de toda esa bendición de la luz del rostro de Dios. Los pastores marcharon anunciando el mensaje de gloria que habían oído.

Una consecuencia lógica es que, si somos hijos de Dios, somos también hijos de María, la que guarda todas estas cosas en su corazón, la que es puerta de la salvación, de la paz, y de la adopción como hijos. En tiempos antiguos, la adopción significaba un vínculo legal importantísimo, que podía suponer incluso la primacía en derechos del hijo adoptado. El ser hijos adoptivos nos da, pues, no solo derechos sino una vocación ineludible a anunciar al Padre y a comportarnos como hijos en el Hijo. El ser hijos obliga a ser hermanos, lo cual equivale a un compromiso de paz. Los hermanos andan en paz y buscan la paz.

Hoy celebramos la Jornada Mundial de la Paz y, si miramos alrededor, quizá veamos mucha más guerra que paz. Vemos violencia armada, violencia familiar, violencias incluso dentro de nosotros mismos. A nivel cotidiano, quizá veamos los muchos momentos en que las pequeñas irritaciones equivalen a tentaciones de violencia de pensamiento y de palabras. Pueden llevar a breves o largos enojos. Podrían, eventualmente, conducir a la ruptura. Ser hijos de Dios, hijos de María, la Madre de Dios, significa pedir su suave protección, su palabra, para hacer la paz tanto en momentos pequeños como grandes. Significa ser bendición unos para otros: pasar la buena palabra, la buena dicción de la gloria de Dios, que reconoce y alaba. Significa implorar la protección de Dios sobre todos.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/

Mensaje de Año Nuevo del Delegado Provincial de la Delegación San Francisco de Asís, Chile

31 diciembre, 20242

Jubileo de la Esperanza, 2025 años de la encarnación de Jesucristo y
VIII Centenario del “Cántico de las Criaturas” de San Francisco de Asís

“Altísimo, omnipotente, buen Señor, Tuyos son la
alabanza, la gloria, el honor y toda la bendición. Solo
a Ti, Altísimo, se deben; Y ningún hombre es digno de
mencionarte a Ti. Alabado seas, mi Señor, con todas
Tus criaturas…”

Mis hermanos de la Delegación San Francisco de Asís de Chile, mis hermanas Clarisas Capuchinas del Monasterio de la Santísima Trinidad de Santiago y del Monasterio Santa Clara de Pucón, mis hermanos vocacionables, mis hermanos y hermanas, laicos y laicas, y juventud capuchina y de la OFS, al pueblo de Dios simpatizante con nuestro carisma francisclariano, ¡el Señor les dé la paz!

Al comenzar este nuevo año 2025, nos encontramos en un tiempo lleno de esperanza y renovación. No solo celebramos la llegada de un nuevo año, sino que también conmemoramos el Jubileo de la Esperanza y el centenario del «Cántico de las Criaturas» de San Francisco de Asís. Estos eventos nos invitan a reflexionar sobre nuestra fe, nuestra relación con la creación y nuestro compromiso con un futuro más esperanzador. El Jubileo de la Esperanza es un tiempo especial de gracia y reflexión, donde somos llamados a renovar nuestra fe y esperanza en Dios. En medio de los desafíos y dificultades del mundo actual, la esperanza es una luz que nos guía y nos fortalece. Recordemos que nuestra esperanza no está basada en las circunstancias externas, sino en la promesa eterna de Dios de estar con nosotros y guiarnos. Este Jubileo nos invita a redescubrir la alegría del Evangelio y a vivir con un espíritu de gratitud y confianza en Dios. Es una oportunidad para abrir nuestros corazones a la acción del Espíritu Santo y dejar que Él renueve nuestras vidas y comunidades.

Este año también celebramos el centenario del «Cántico de las Criaturas», una de las obras más hermosas y significativas de San Francisco de Asís. En su cántico, San Francisco expresa su profunda alabanza y gratitud a Dios por toda la creación, llamando a todas las criaturas a unirse en la alabanza al Creador. El «Cántico de las Criaturas» nos recuerda la belleza y la interconexión de toda la creación. Nos invita a vivir en armonía con la naturaleza y a cuidar de nuestro planeta con amor y responsabilidad. En este centenario, renovemos nuestro compromiso de ser buenos administradores de la creación, protegiendo y preservando la tierra para las generaciones futuras.

Queridos hermanos y hermanas, al iniciar este nuevo año 2025, les invito a abrazar el Jubileo de la Esperanza y a celebrar el centenario del «Cántico de las Criaturas» con corazones llenos de gratitud y compromiso. Que este sea un año de crecimiento espiritual, de renovación de nuestra fe y de acciones concretas para cuidar de nuestro planeta y de unos a otros. Renovemos nuestra esperanza y nuestro compromiso con la promoción de relaciones curativas, acogedoras, tiernas y fraternas. Seamos peregrinos de esperanza, co-creadores de un mundo cada vez mejor, construyendo relaciones sanas con todo ser creado.

Que la luz de Cristo, nuestra esperanza verdadera, ilumine sus vidas y los guíe en cada paso de este nuevo año. Que el amor y la paz de Dios llenen sus corazones y hogares, y que juntos podamos construir un mundo más justo, fraterno y en armonía con la creación.

¡Feliz y bendecido Año Nuevo 2025!

Fraternalmente,

Hermano Mauricio Silva dos Anjos, OFMCap.
Delegado Provincial

Fuente : https://capuchinos.cl/mensaje-de-ano-nuevo-del-delegado-provincial-de-la-delegacion-san-francisco-de-asis-chile/

EDD. 31 de diciembre de 2024.

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,18-21):

Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis. Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 95, 1-2. 11-12. 13-14

R/. Alégrese el cielo, goce la tierra

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria. R/.

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R/.

Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.

Evangelio

Comienzo del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: «El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.»» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha contado.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Gracia sobre gracia

El Evangelio de Juan, tan teológico y filosófico, puede parecer algo difícil de entender. Sin embargo, en este último día del año, hay varias cosas muy luminosas en este pasaje: una es la proclamación de la verdad. En un mundo, una sociedad y una política que nos parecen tan llenos de mentira y corrupción, el anuncio de la verdad que llega con el Hijo de Dios encarnado es enormemente consolador. Vivir a su luz, en el Verbo, significa, entonces, vivir en verdad. Hay algo mucho más grande que las pequeñeces y corruptelas del mundo, y es la verdad que no pasa.

La otra palabra consoladora es saber que hemos recibido “gracia sobre gracia”. Esto nos puede hacer pensar. En un año quizá lleno de problemas, de desgracias, de guerra, ¿cuál puede ser la gracia sobre gracia? A veces puede ser difícil descubrirla en medio de mucho dolor. Habrá que ir más adentro en la noticia: a quienes lo recibieron se les dio el ser hijos de Dios. Ahí está la gracia: la seguridad de una dignidad inmensa que supera toda situación en la que podamos encontrarnos, ya sea de intensa felicidad o de dolor. Una vez una persona muy pobre, con un nivel de educación bajo, y que vivía en medio de mil dificultades domésticas y económicas me dijo: “Yo siempre estoy alegre, porque sé que soy hija de un gran Rey”. Esa seguridad es la misma que nos hace caminar con confianza y esperanza en dolores y alegrías. Tenemos la certeza de quiénes somos.  Y eso, pase lo que pase, sean las mentiras lo grandes que sean, sea la situación lo angustiosa que sea, nos da un gran poder. De su plenitud hemos recibido gracia sobre gracia. Es decir, de la plenitud de la Encarnación del Verbo, de esa Palabra eterna que ilumina toda la vida y acompaña en toda peregrinación. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas nunca pueden vencerla, porque la oscuridad desaparece en cuanto hay un poco de luz, por pequeña que sea. Y esta luz es más fuerte que cualquier oscuridad, por grande que sea.

Cármen Aguinaco

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/evangelio-lecturas-hoy/