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La fiesta de la Ascensión “revela el por qué la Iglesia existe” (traducción completa)

 
Palabras del Papa antes del Regina Coeli, 28/05/2017
•28 mayo 2017•Raquel Anillo•Angelus y Regina Caeli, El papa Francisco.
Regina Caeli 28/05/2017, CTV
(ZENIT-Ciudad del Vaticano, 28 mayo 2016). – La fiesta de la Ascensión “revela el por qué la Iglesia existe”, explica el Papa Francisco: “La Iglesia existe para anunciar el Evangelio! Solamente por eso. Y también es la alegría de la Iglesia el anunciar el Evangelio. La Iglesia, somos nosotros, los bautizados!”
El Papa Francisco ha evocado la fiesta de la Ascensión antes de la oración mariana del Regina Coeli, a mediodía, en la plaza San Pedro, este 28 de mayo 2017.
He aquí la traducción de las palabras del Papa antes de la oración mariana.
AB
Palabras del Papa antes del Regina Coeli
Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
Celebramos hoy en Italia y en otros países la fiesta de la Ascensión, sucedida 40 días después de Pascua.
La página evangélica (cf. Mt 28, 16-20), que concluye el evangelio de San Mateo, nos presenta el momento de la despedida definitiva del Resucitado a sus discípulos. La escena se sitúa en Galilea, el lugar donde Jesús les había llamado a seguirle y a formar el primer núcleo de su nueva comunidad. Ahora, estos discípulos son pasados por el “fuego” de la pasión y de la resurrección. A la vista del Señor resucitado, se prosternan delante de él, pero algunos tenían todavía dudas. En esta comunidad asustada, Jesús deja la inmensa tarea de evangelizar el mundo y concretiza esta misión con la orden de enseñar y de bautizar en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (cf. v. 19).
La Ascensión de Jesús al Cielo constituye así el término de la misión que el Hijo ha recibido del Padre y la puesta en marcha de la continuación de esta misión por parte de la Iglesia. A partir de este momento, la presencia de Cristo en el mundo tiene como medidores a sus discípulos, aquellos que creen en él y que lo anuncian.
Esta misión durará hasta el final de la historia y disfrutará cada día de la asistencia del Señor resucitado, que declara: ”Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (v. 20).
Su presencia aporta fuerza en la persecución, reconforte en las tribulaciones, apoyo en las situaciones de dificultad que se conocen en la misión y en el anuncio del Evangelio.
La Ascensión nos recuerda esta asistencia de Jesús y de su espíritu que da confianza, da seguridad a nuestro testimonio en el mundo. Nos revela por qué la Iglesia existe: La Iglesia existe para anunciar el Evangelio! Solo por eso. Y también es la alegría de la Iglesia anunciar el Evangelio. La Iglesia, somos todos nosotros, los bautizados!
Estamos todos invitados hoy a comprender mejor que Dios nos ha dado la gran dignidad y la gran responsabilidad de anunciarle al mundo, de hacerle accesible a la humanidad. He aquí nuestra dignidad, he aquí el mayor honor de cada uno de nosotros, de todos los bautizados!
En esta fiesta de la ascensión, cuando nosotros volvemos la mirada hacia el Cielo, donde subió Cristo y está sentado a la derecha del Padre, fortalecemos nuestros pasos sobre la tierra, para continuar con decisión y entusiasmo nuestro camino, nuestra misión de testimoniar y de vivir el Evangelio en todos los medios.
Pero somos conscientes que esto no depende ante todo de nuestras fuerzas, de la capacidad de organización o de recursos humanos. Es solamente con la luz y con la fuerza del Espíritu Santo que podemos cumplir eficazmente nuestra misión de dar a conocer siempre cada vez más y de hacer que los otros tengan la experiencia del amor y de la ternura de Jesús.
Pidamos a la Virgen María que nos ayude a contemplar los bienes celestes que el Señor nos promete y a convertirnos en los testigos siempre creibles de su Resurrección, de la verdadera Vida.
Regina Coeli laetare, alleluia…
©  Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

EDD. sábado 27 de mayo de 2017.

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20150818
 
Sábado de la sexta semana de Pascua
Libro de los Hechos de los Apóstoles 18,23-28.
Después de haber permanecido un tiempo allí, partió de nuevo y recorrió sucesivamente la región de Galacia y la Frigia, animando a todos los discípulos.
Un judío llamado Apolo, originario de Alejandría, había llegado a Efeso. Era un hombre elocuente y versado en las Escrituras.
Había sido iniciado en el Camino del Señor y, lleno de fervor, exponía y enseñaba con precisión lo que se refiere a Jesús, aunque no conocía otro bautismo más que el de Juan.
Comenzó a hablar con decisión en la sinagoga. Después de oírlo, Priscila y Aquila lo llevaron con ellos y le explicaron más exactamente el Camino de Dios.
Como él pensaba ir a Acaya, los hermanos lo alentaron, y escribieron a los discípulos para que lo recibieran de la mejor manera posible. Desde que llegó a Corinto fue de gran ayuda, por la gracia de Dios, para aquellos que habían abrazado la fe,
porque refutaba vigorosamente a los judíos en público, demostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el Mesías.
Salmo 47(46),2-3.8-9.10.
Aplaudan, todos los pueblos,
aclamen al Señor con gritos de alegría;
porque el Señor, el Altísimo, es temible,
es el soberano de toda la tierra.
El Señor es el Rey de toda la tierra,
cántenle un hermoso himno.
El Señor reina sobre las naciones
el Señor se sienta en su trono sagrado.
Los nobles de los pueblos se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham:
del Señor son los poderosos de la tierra,
y él se ha elevado inmensamente.
Evangelio según San Juan 16,23b-28.
Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre.
Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.
Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre.
Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes,
ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios.
Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre».
Leer el comentario del Evangelio por
San Anselmo (1033-1109), benedictino, arzobispo de Canterbury, doctor de la Iglesia
Proslogion, 26
«Os llenaréis de gozo»
Señor Dios mío, mi esperanza y gozo de mi corazón, di a mi alma si su gozo es el mismo que nos has dicho por medio de tu Hijo: «Pedid y recibiréis y vuestro gozo será completo». En efecto, he encontrado un gozo completo y más que completo, porque el corazón, el espíritu, el alma, todo mi ser se ha llenado de este gozo y veo que todavía crecerá sin medida. No es que sea él el que va a entrar en los que se alegran, sino que más bien serán ellos los que entrarán en él con todo su ser.
¡Habla, Señor! Di a tu servidor, en el fondo de su corazón, si el gozo que experimento es el mismo gozo en el que entrarán los que gustarán el mismo gozo que su maestro (Mt 25,21). Mas, si este gozo que experimentarán tus siervos «ningún ojo vio, ningún oído escuchó, ni el corazón del hombre puede pensarlo» (1C 2,9), te pido, Dios mío, me concedas conocerte, amarte, para que mi gozo sea estar en ti.
Y si en esta vida no lo puedo obtener plenamente, hazme adelantar de manera que un día entre plenamente en este tu gozo. Que crezca aquí abajo mi conocimiento de ti para que pueda llegar a la plenitud donde tú estás. Que mi amor aquí, crezca a fin de ser total allá arriba. Que ahora mi gozo sea inmenso en esperanza, para ser entonces total en realidad. Señor, tú quieres que por tu Hijo te pidamos, y nos prometes recibir lo que pedimos a fin de que nuestro gozo sea completo… ¡Haz crecer en mí el hambre de este gozo, para que entre en él!
 
©Evangelizo.org 2001-2017
 
 
 

Homilía para la Eucaristía del Domingo 28 de mayo de 2017

Fuente : https://www.laicoscapuchinos.cl/laicos/index.php/2017/05/26/homilia-para-la-eucaristia-del-domingo-28-de-mayo-de-2017/
Un cordial saludo y feliz Fiesta de la Ascensión. Saludo a los catequistas.
FIESTA DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR.
Hechos 1,1-11: en el relato se pueden destacar dos cosas: una culminación y un inicio.
Culmina la ascensión de Jesús iniciada en Galilea; Jesús entra en la gloria.
Se inicia una misión, Jesús envía a los suyos a todo el mundo. Por eso promete el Espíritu Santo.
Efesios 1,17-23: acción de gracias e intercesión para que los cristianos acepten y conozcan el misterio de Dios, que es también el Misterio de Cristo. El fue glorificado y es Cabeza de la Iglesia, es decir, de El viene la fuerza y vitalidad de la Iglesia.
Mateo 28, 16-20: Jesús es presentado como un “Enviado con poder”, es decir, El tiene toda potestad y así envía a los suyos a todas partes para: hacer discípulos, bautizarlos y enseñarles un nuevo modo de vida.
1.- Hoy, al celebrar el Misterio de la Ascensión, la liturgia celebra y contempla a Jesús glorificado. No sin razón san Pablo dice que Cristo es Cabeza de la Iglesia, y no sólo de la Iglesia, sino de todo. Decir “cabeza” es dar a entender la fuente de la vitalidad. Como un cuerpo sin cabeza no puede tener vida, así, así la humanidad; ya que El es plenitud de todo.
Cristo resucitado es, así lo da a entender san Mateo, el “Emmanuel” = el “Dios con nosotros”, que al desaparecer físicamente de en medio, ahora está presente de otra manera: por su Espíritu. Si El está presente, entonces debemos tenerlo presente, hacerlo presente. De allí que la auténtica espiritualidad de un cristiano es “Cristo céntrica”.  El es quien da sentido a nuestra vida.
2.- Jesús glorificado es también el que envía. Porque El es el Enviado del Padre. Y así como El fue enviado para implantar el Reinado de Dios, lo que expresó con palabras y obras, del mismo modo la iglesia, nosotros, tenemos una misión que tiene tres aspectos: 1° hacer discípulos a todos, no a algunos, ya que la salvación es para todos. Hacer discípulos no significa proselitismo, sino dar a conocer la  Buena Noticia del Reino. 2° Bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es decir, el discípulo es sumergido, consagrado en la comunión de las Tres divinas Personas. 3° Enseñar a vivir todo lo que Jesús enseñó, es decir, mostrar una forma de vida diferente, nueva, la que El vivió y enseñó con su Palabra y ejemplo. Esta es la misión y tarea que nos deja.
3.- La misión es clara, la tarea es de todos los cristianos, no de algunos, ya que todo discípulo  es al mismo tiempo misionero, enviado.  Todavía hay cristianos que  no han tomado conciencia de esta misión. Se chupan frente al ambiente, se acobardan, disimulan su fe. Sabemos que los ambientes no son favorables, son más bien hostiles, y en algunos sectores de la sociedad abiertamente hostiles. Pero no debemos tener miedo. Mientras la Cabeza esté buena, sana ( y siempre lo está porque es El) el cuerpo tiene vida, aunque tenga heridas, tenga fragilidades. No temamos, ya que se nos promete lo mejor: el Espíritu Santo.
4.- “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Qué buena promesa. El está presente, pero no quiere decir que estaremos libres de dificultades y penurias. No, sino que El es nuestro apoyo, nuestra fuerza. Todo lo podemos en Aquel que nos conforta, nos sostiene y alimenta. Jesús nos envía, nos anima y fortalece.  Con gozo celebremos este triunfo del Señor. Y celebremos su mística presencia entre nosotros.
Hermano Pastor Salvo Beas.

Comentario al evangelio de hoy viernes 26 de mayo de 2017

La recomendación de Jesús
San Juan 16, 20-23. VI Viernes de Pascua.
Por: H. Hiram Galán LC
Fuente : http://imagenes.catholic.net/imagenes_db/fbb2a2_alegria.jpg
 
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey Nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Hoy, Señor Jesús, vengo ante Ti para sanarme. Sana las heridas de mi corazón, sana todo aquello que no me permite permanecer en tu amor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
 
Del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo. Así también ahora ustedes están tristes, pero yo los volveré a ver, alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día no me preguntarán nada».
Palabra de Dios.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El padre de un buen amigo solía repetirle: «En este vida lo único que necesitas para conseguir cosas es a Dios y tener amigos». Esto es un hecho constatado. El mundo gira a través de influencias y recomendaciones.
Por ejemplo, para conseguir un puesto de trabajo, solemos pedir la recomendación de alguien. Es más, al momento de elegir un candidato para una vacante laboral, no sólo se toma en cuenta lo cualificado del candidato, sino también por quién viene recomendado.
Si esto funciona con personas influyentes y poderosas, pero que no dejan de ser personas humanas limitadas, cuanto más si pedimos al Padre con la recomendación de Jesús, que es perfecto Dios y perfecto hombre.
Dios Padre no se resiste ante las recomendaciones de su Hijo y, además, en su nombre nos prepara y regala el mejor lugar en su Reino.
Ayúdame, Jesús, a comprender que toda tristeza se transforma en alegría si tengo fe y confianza en tus promesas. Nada ni nadie podrá quitarme del corazón esa alegría que sólo Tú me puedes dar.
«Un cristiano sin alegría no es cristiano. Un cristiano que continuamente vive triste, no es cristiano. Y un cristiano que, en el momento de las pruebas, de las enfermedades, de tantas dificultades, pierde la paz, le falta algo. La alegría cristiana no es una simple diversión, no es una alegría pasajera; la alegría cristiana es un don, es un don del Espíritu Santo. Y hay que tener el corazón siempre alegre porque el Señor ha vencido, el Señor reina, el Señor está a la derecha del Padre, el Señor me ha mirado y me ha enviado y me ha dado su gracia y me ha hecho hijo del Padre… Es esa la alegría cristiana. Un cristiano vive en la alegría».
(Homilía de S.S. Francisco, 15 de mayo del 2015, en santa Marta)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezaré la coronilla a la misericordia Divina por todas aquellas personas tristes, abandonadas, para que experimenten la misericordia de Dios y sientan el consuelo del Espíritu Santo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

EDD. viernes 26 de mayo de 2017

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20170525

Viernes de la sexta semana de Pascua
Libro de los Hechos de los Apóstoles 18,9-18. 
Una noche, el Señor dijo a Pablo en una visión: «No temas. Sigue predicando y no te calles.
Yo estoy contigo. Nadie pondrá la mano sobre ti para dañarte, porque en esta ciudad hay un pueblo numeroso que me está reservado».
Pablo se radicó allí un año y medio, enseñando la Palabra de Dios.
Durante el gobierno del procónsul Galión en Acaya, los judíos se confabularon contra Pablo y lo condujeron ante el tribunal,
diciendo: «Este hombre induce a la gente a que adore a Dios de una manera contraria a la Ley».
Pablo estaba por hablar, cuando Galión dijo a los judíos: «Si se tratara de algún crimen o de algún delito grave, sería razonable que los atendiera.
Pero tratándose de discusiones sobre palabras y nombres, y sobre la Ley judía, el asunto les concierne a ustedes; yo no quiero ser juez en estas cosas».
Y los hizo salir del tribunal.
Entonces todos se apoderaron de Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon ante el tribunal. Pero a Galión todo esto lo tuvo sin cuidado.
Pablo permaneció todavía un cierto tiempo en Corinto. Después se despidió de sus hermanos y se embarcó hacia Siria en compañía de Priscila y de Aquila. En Cencreas, a raíz de un voto que había hecho, se hizo cortar el cabello.
Salmo 47(46),2-3.4-5.6-7. 
Aplaudan, todos los pueblos,
aclamen al Señor con gritos de alegría;
porque el Señor, el Altísimo, es temible,
es el soberano de toda la tierra.
El puso a los pueblos bajo nuestro yugo,
y a las naciones bajo nuestros pies;
él eligió para nosotros una herencia,
que es el orgullo de Jacob, su predilecto.
El Señor asciende entre aclamaciones,
asciende al sonido de trompetas.
Canten, canten a nuestro Dios, canten,
canten a nuestro Rey.
Evangelio según San Juan 16,20-23a. 
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.»
La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.
También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar.
Aquél día no me harán más preguntas.»
 
Comentario del Evangelio por San Cesáreo de Arlés (470-543), monje y obispo. Sermón 166.
«El Reino de Dios… es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo»
¿Cuál es, hermanos, el verdadero gozo sino el Reino de los cielos? Y ¿qué es el Reino de los cielos, sino Cristo Nuestro Señor? Sé que todos los hombres quieren poseer un verdadero gozo. Pero, se engaña el que quiere ser feliz con sus cosechas sin cultivar su campo; se equivoca el que quiere recoger frutos sin plantar árboles. No se puede poseer el verdadero gozo sin la justicia y la paz… Mientras tanto, respetando la justicia y poseyendo la paz, nos fatigamos durante un corto espacio de tiempo como absorbidos sobre un buen trabajo. Pero después, tendremos un gozo sin fin al final de este trabajo.
Escucha qué es lo que el apóstol Pablo dice de Cristo: «Él es nuestra paz» (Ef 2,14)… Y el Señor, hablando con sus discípulos, les dice: «Volveré a veros y vuestro corazón se regocijará, y vuestro gozo nadie os lo podrá quitar» ¿Qué es este gozo que nadie os podrá arrebatar sino él mismo, vuestro Señor, que nadie os podrá quitar?
Examinad, hermanos, vuestra conciencia; si en ella reina la justicia, si queréis, deseáis y anheláis para todos la misma cosa que para vosotros, sabed que el Reino de los cielos, es decir, Cristo el Señor, permanece en vosotros.

Comentario al evangelio de hoy jueves 25 de mayo de 2017

De la Cruz a la Resurrección.

VI Jueves de Pascua
Por: H. Javier Castellanos LC
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/65382/de-la-cruz-a-la-resurreccion.html

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Santa María, ruega por nosotros. Tú eres la Madre de Dios, la mediadora de todas las gracias. Intercede por mí, y pide al Señor aquello que tú, como buena madre, sabes que necesito.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16,16-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver». Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: «¿Qué querrá decir con eso de que: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver’, y con eso de que: ‘Me voy al Padre’?» Y se decían: «¿Qué significa ese ‘un poco’? No entendemos lo que quiere decir».
Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: «Están confundidos porque les he dicho: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver’. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
La pasión, muerte y resurrección de Jesús están en el centro de nuestra fe. Es como el punto exacto donde fue sembrada la semilla del Evangelio. De ahí brotan las raíces más profundas de la Iglesia. Este acontecimiento se llama Misterio Pascual, precisamente porque mirando a Cristo, nuestra Pascua, se abre el horizonte a una realidad mucho más grande de lo que podemos imaginar.
La vida está entretejida de momentos tristes y alegres. Vamos subiendo y bajando, al parecer sin dirección concreta, sólo empujados por estados de ánimo o circunstancias externas. Cristo viene con un nuevo mensaje. Él da una meta, que es la vida eterna. Nos muestra el camino, tomar nuestra cruz y seguirle. Nos enseña la verdad detrás de la historia: su amor por cada uno de nosotros. Entonces, ya no se trata de un sube y baja sin sentido, pues la tristeza nos une a la cruz y la alegría es signo de su resurrección.
Tal vez nos encontramos o hemos pasado por momentos de tristeza profunda. En ellos compartimos el Misterio Pascual: Cristo está también ahí, sufriendo con nosotros, llevando su cruz junto a la nuestra. Y con esta mirada de fe, entonces el corazón se abre a la esperanza.Sabemos que después de la cruz y la sepultura viene la resurrección. Sólo hay que esperar un poco, y la tristeza se transformará en alegría.

«Pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar». Son palabras que se deben poner de relieve. La alegría humana puede ser borrada por cualquier cosa, por cualquier dificultad. Pero esta alegría que el Señor nos da, que nos hace exultar, nos hace gozar en la esperanza de encontrarlo, esta alegría nadie la puede quitar, es duradera. Incluso en los momentos más oscuros. Que el Señor nos dé la gracia de una alegría grande que sea expresión de la esperanza; y una esperanza fuerte que se convierta en alegría en nuestra vida.
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de mayo de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy rezaré ante un crucifijo al final del día para ofrecerle a Cristo mis tristezas y alegrías y mañana buscaré consolar a quien esté pasando por una dificultad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Fiesta de la Ascensión del Señor !!!

La Ascensión del Señor.

Jesús Ascendió al Cielo con su Padre, después de haber cumplido su misión en la tierra. 8 de mayo de 2016
Por: Tomas Hill
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/18172/la-ascension-de-nuestro-senor

¡Es el momento en el que Jesús regresó al Cielo con su Padre, después de haber cumplido su misión en la tierra¡
En el Evangelio de San Lucas 24, 50-53 se narra como, después de dar las últimas instrucciones a los Apóstoles, los llevó cerca de Betania y mientras los bendecía, alzando las manos, subió al Cielo. Los Apóstoles lo vieron alejarse hasta que desapareció en una nube.
Con su Ascensión al Cielo, Jesús nos abre las puertas para que podamos seguirle. La Ascensión es para todos los cristianos un símbolo de esperanza, pues sabemos que Cristo está sentado a la derecha del Padre, intercediendo por nosotros y que un día podremos llegar con Él a gozar de la felicidad eterna. Por esto, celebramos la fiesta con una Misa solemne. Durante la celebración de la Misa, puede haber una procesión solemne, con incienso. El crucifijo se adorna de blanco, se llevan luces y flores.
¿Qué nos enseña la Ascensión? 
Debemos luchar por ser perfectos y buenos para poder ir al Cielo con Jesús. Él vivió como todos nosotros su proyecto y lo fue perfeccionando día a día. Su proyecto no terminó con la Muerte, sino que siguió con su Resurrección y su Ascensión.
Con la Ascensión, Jesús alcanza la meta final y es exaltado; se hace Señor y primogénito de sus hermanos. La plenitud sólo se alcanza al final y es un don de Dios.
Jesús ha ascendido al Cielo y nos espera en la meta. Nosotros debemos trabajar para cumplir con nuestra misión en la tierra. Hay que vivir como Él, amar como Él, buscar el Reino de Dios.
Debemos anunciar el Evangelio con la palabra y con la vida.

 
El cielo es tuyo ¿Subes o te quedas?
Jesucristo

Al ascender al cielo Jesús no pensaba sólo en su triunfo; quería que todos los hombres subieran con Él a la patria eterna.
Por: P. Mariano de Blas LC
Fuente:  http://es.catholic.net/op/articulos/18172/la-ascension-de-nuestro-senor

¿Qué decir a los hombres sobre ella? ¿Qué te dirás a ti mismo? La Ascensión clava nuestra esperanza de forma inviolada en nuestra propia felicidad eterna. Así como Jesús, tu Hijo, el Hijo de José y María, ha subido con su cuerpo eternizado a la patria de los justos, así el mío y el de mis hermanos, el de todos los fieles que se esfuercen, subirá para nunca bajar, para quedarse para siempre allí.
La Ascensión, además, es un subir, es un superarse de continuo, un no resignarse al muladar. Subir, siempre subir; querer ser otro, distinto, mejor; mejor en lo humano, mejor en lo intelectual y en lo espiritual. Cuando uno se para, se enferma; cuando uno se para definitivamente, ha comenzado a morir. Se impone la lucha diaria, la tenaz conquista de una meta tras otra, hasta alcanzar la última, la añorada cima de ser santo. Esa es mi meta, esa es mi cima. ¿También la tuya?
Al ascender al cielo Jesús no pensaba sólo en su triunfo; quería que todos los hombres subieran con Él a la patria eterna. Había pagado el precio; había escrito el nombre de todos en el cielo, también el tuyo y el mío. El cielo es mío, el cielo es tuyo. ¿Subimos o nos quedamos? ¿Eterno muladar o eterna gloria? Voy a prepararos un lugar. ¡Con qué emoción se lo dijiste! Dios preparando un lugar, tu lugar, en el cielo.
Dios creó al hombre, a ti y a mí, para que, al final, viviéramos eternamente felices en la gloria. Si te salvas, Dios consigue su plan, y tú logras tu sueño. Entonces habrá valido la pena vivir…
¡Con cuanta ilusión Jesús hubiera llevado a la gloria consigo a sus dos compañeros de suplicio! Pero sólo pudo llevarse a uno. Porque el otro no quiso…
Si Cristo pudiese ser infeliz, lloraría eternamente por aquellos que, como a Gestas, no pudo salvar. Jesús lloró sobre Jerusalén, Jesús ha llorado por ti, cuando le has cerrado la puerta de tu alma. Ojalá que esas lágrimas, sumadas a su sangre, logren llevarte al cielo.
Si tú le pides con idéntica sinceridad que el buen ladrón: «Acuérdate de mí, Señor, cuando estés en tu Reino», de seguro escucharás también: «Estarás conmigo en el Paraíso». Y así, el que escribió tu nombre en el cielo podrá, por fin, decir: «Misión cumplida».
Dios es amor. El cielo lo grita.
Lo ha demostrado mil veces y de mil formas. Te lo ha demostrado a ti; se lo ha demostrado a todos los hombres. Se lo ha probado amándoles sin medida, perdonándoles todo y siempre; regalándoles el cielo, dándoles a su Madre. Si no hemos sabido hacerlo, ya es hora de corresponder al amor. No podemos vivir sin amor. La vida sin Él es un penar continuo, una madeja de infelicidad y amarguras. Amar es la respuesta, es el sentido, amar eternamente al que infinitamente nos ha amado.
La ascensión nuestra al cielo será el último peldaño de la escalera; será la etapa final y feliz, sin retorno ni vuelta atrás. Debemos pensar en ella, soñar con ella y poner todos los medios para obtenerla. Todo será muy poco para conquistarla. Después del cielo sólo sigue el cielo. Después del Paraíso ya no hay nada que anhelar o esperar. Todos nuestros anhelos más profundos y entrañables, estarán, por fin, definitivamente cumplidos. Entonces, ¿te interesa el cielo?
¿A quién debo una felicidad tan grande? ¿A qué precio me lo ha conseguido. ¿Qué he hecho hasta ahora por el cielo? ¿Qué hago actualmente para asegurarlo? Y, en adelante, ¿qué pienso hacer?
Al final de la vida lo único que cuenta es lo hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos. «Yo sé que toda la vida humana se gasta y se consume bien o mal, y no hay posible ahorro. Los años son ésos y no más, y la eternidad es lo que sigue a esta vida. Gastarnos por Dios y por nuestros hermanos en Dios es lo razonable y seguro».

EDD. jueves 25 de mayo de 2017

Fuente :   http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20170524
Jueves de la sexta semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 18,1-8.
Pablo dejó Atenas y fue a Corinto.
Allí encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer Priscila, a raíz de un edicto de Claudio que obligaba a todos los judíos a salir de Roma. Pablo fue a verlos,
y como ejercía el mismo oficio, se alojó en su casa y trabajaba con ellos haciendo tiendas de campaña.
Todos los sábados, Pablo discutía en la sinagoga y trataba de persuadir tanto a los judíos como a los paganos.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por entero a la predicación de la Palabra, dando testimonio a los judíos de que Jesús es el Mesías.
Pero como ellos lo contradecían y lo injuriaban, sacudió su manto en señal de protesta, diciendo: «Que la sangre de ustedes caiga sobre sus cabezas. Yo soy inocente de eso; en adelante me dedicaré a los paganos».
Entonces, alejándose de allí, fue a lo de un tal Ticio Justo, uno de los que adoraban a Dios y cuya casa lindaba con la sinagoga.
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. También muchos habitantes de Corinto, que habían escuchado a Pablo, abrazaron la fe y se hicieron bautizar.
Salmo 148(147),1-2.11-12.14.
¡Aleluya!
Alaben al Señor desde el cielo,
alábenlo en las alturas;
alábenlo, todos sus ángeles,
alábenlo, todos sus ejércitos.
Los reyes de la tierra y todas las naciones,
los príncipes y los gobernantes de la tierra;
los ancianos, los jóvenes y los niños.
y él exalta la fuerza de su pueblo.
¡A él, la alabanza de todos sus fieles,
y de Israel, el pueblo de sus amigos!
¡Aleluya!
Evangelio según San Juan 16,16-20.
Jesús dijo a sus discípulos:
«Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver».
Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: «¿Qué significa esto que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver’?. ¿Y que significa: ‘Yo me voy al Padre’?».
Decían: «¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir».
Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: «Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: ‘Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver’.
Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.»
Comentario del Evangelio por Catecismo de la Iglesia Católica.  § 728-729 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana) .
Cuando Jesús vuelva.
Jesús no revela plenamente el Espíritu Santo hasta que él mismo no ha sido glorificado por su Muerte y su Resurrección. Sin embargo, lo sugiere poco a poco… A sus discípulos les habla de él abiertamente a propósito de la oración (cf. Lc 11, 13) y del testimonio que tendrán que dar (cf. Mt 10, 19-20).
Solamente cuando ha llegado la hora en que va a ser glorificado Jesús promete la venida del Espíritu Santo, ya que su Muerte y su Resurrección serán el cumplimiento de la Promesa hecha a los Padres: El Espíritu de Verdad, el otro Paráclito, será dado por el Padre en virtud de la oración de Jesús; será enviado por el Padre en nombre de Jesús; Jesús lo enviará de junto al Padre porque él ha salido del Padre. El Espíritu Santo vendrá, nosotros lo conoceremos, estará con nosotros para siempre, permanecerá con nosotros; nos lo enseñará todo y nos recordará todo lo que Cristo nos ha dicho y dará testimonio de Él; nos conducirá a la verdad completa y glorificará a Cristo. En cuanto al mundo, lo acusará en materia de pecado, de justicia y de juicio.

Audiencia general: texto completo de la catequesis del Papa Francisco del 24 de mayo de 2017


Comentario al evangelio de hoy miércoles 24 de mayo de 2017

Tiempo del Espíritu.

VI Miércoles de Pascua.
Por: H. Iván Yoed González, L.C.
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/65373/tiempo-del-espiritu.html 

 
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, gracias por estar siempre abierto a recibirme. ¡Tanto me quieres, Señor! Enséñame a creer en tanto amor. Enséñame, mi Dios.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que diría lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. El me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Señor, aumenta mi fe. Quiero vivir siempre dispuesto a percibir tu voz. Tu espíritu habla, sopla, susurra. Mi corazón busca estar dispuesto, con un oído agudo, con la intención abierta a amar. Un tiempo, Cristo hecho carne habitó en este mundo; en estos días es el Espíritu que vuelve a «aletear» sobre la tierra «para guiarnos hasta la verdad plena».
El alma debe estar abierta para acogerlo. Dios revela, pero el hombre sigue siendo autónomo. El Espíritu se ofrece a entrar en mi interior, pero soy yo quien lo recibe. Gracia y libertad. Misterio oscuro, grande, sublime.
Te pido la gracia, Dios mío, de ser verdadera morada de tu Espíritu. Que mi cuerpo, mi corazón, todo mi ser se encuentre limpio. Digno, preparado cada instante para que en mí more mi Dios. Que tenga asiduo trato con la Eucaristía, con la confesión, con la Santa Misa, con cuanto Tú has dispuesto para ayudar al alma a vivir en tu presencia.
Sea así, Señor. En tus manos.
«Sobre todo el Espíritu nos conduce a entender muchas cosas que Jesús mismo tiene aún que decir. No se trata de doctrinas nuevas y especiales, sino de una plena comprensión de todo lo que el Hijo oyó del Padre y dio a conocer a los discípulos. El Espíritu nos guía por nuevas situaciones existenciales con una mirada dirigida a Jesús y, al mismo tiempo, abierto a los eventos y al futuro. Él nos ayuda a caminar en la historia firmemente radicados en el Evangelio y también con dinámica fidelidad a nuestras tradiciones y costumbres.»
(Ángelus de SS Francisco del 22 de mayo de 2016)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy por la noche pediré al Espíritu Santo que aumente mi fe y me conceda la gracia de acoger y vivir de acuerdo a la verdad de su Evangelio.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.