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Homilía para la Eucaristía del Domingo 28 de mayo de 2017

Fuente : https://www.laicoscapuchinos.cl/laicos/index.php/2017/05/26/homilia-para-la-eucaristia-del-domingo-28-de-mayo-de-2017/
Un cordial saludo y feliz Fiesta de la Ascensión. Saludo a los catequistas.
FIESTA DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR.
Hechos 1,1-11: en el relato se pueden destacar dos cosas: una culminación y un inicio.
Culmina la ascensión de Jesús iniciada en Galilea; Jesús entra en la gloria.
Se inicia una misión, Jesús envía a los suyos a todo el mundo. Por eso promete el Espíritu Santo.
Efesios 1,17-23: acción de gracias e intercesión para que los cristianos acepten y conozcan el misterio de Dios, que es también el Misterio de Cristo. El fue glorificado y es Cabeza de la Iglesia, es decir, de El viene la fuerza y vitalidad de la Iglesia.
Mateo 28, 16-20: Jesús es presentado como un “Enviado con poder”, es decir, El tiene toda potestad y así envía a los suyos a todas partes para: hacer discípulos, bautizarlos y enseñarles un nuevo modo de vida.
1.- Hoy, al celebrar el Misterio de la Ascensión, la liturgia celebra y contempla a Jesús glorificado. No sin razón san Pablo dice que Cristo es Cabeza de la Iglesia, y no sólo de la Iglesia, sino de todo. Decir “cabeza” es dar a entender la fuente de la vitalidad. Como un cuerpo sin cabeza no puede tener vida, así, así la humanidad; ya que El es plenitud de todo.
Cristo resucitado es, así lo da a entender san Mateo, el “Emmanuel” = el “Dios con nosotros”, que al desaparecer físicamente de en medio, ahora está presente de otra manera: por su Espíritu. Si El está presente, entonces debemos tenerlo presente, hacerlo presente. De allí que la auténtica espiritualidad de un cristiano es “Cristo céntrica”.  El es quien da sentido a nuestra vida.
2.- Jesús glorificado es también el que envía. Porque El es el Enviado del Padre. Y así como El fue enviado para implantar el Reinado de Dios, lo que expresó con palabras y obras, del mismo modo la iglesia, nosotros, tenemos una misión que tiene tres aspectos: 1° hacer discípulos a todos, no a algunos, ya que la salvación es para todos. Hacer discípulos no significa proselitismo, sino dar a conocer la  Buena Noticia del Reino. 2° Bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es decir, el discípulo es sumergido, consagrado en la comunión de las Tres divinas Personas. 3° Enseñar a vivir todo lo que Jesús enseñó, es decir, mostrar una forma de vida diferente, nueva, la que El vivió y enseñó con su Palabra y ejemplo. Esta es la misión y tarea que nos deja.
3.- La misión es clara, la tarea es de todos los cristianos, no de algunos, ya que todo discípulo  es al mismo tiempo misionero, enviado.  Todavía hay cristianos que  no han tomado conciencia de esta misión. Se chupan frente al ambiente, se acobardan, disimulan su fe. Sabemos que los ambientes no son favorables, son más bien hostiles, y en algunos sectores de la sociedad abiertamente hostiles. Pero no debemos tener miedo. Mientras la Cabeza esté buena, sana ( y siempre lo está porque es El) el cuerpo tiene vida, aunque tenga heridas, tenga fragilidades. No temamos, ya que se nos promete lo mejor: el Espíritu Santo.
4.- “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Qué buena promesa. El está presente, pero no quiere decir que estaremos libres de dificultades y penurias. No, sino que El es nuestro apoyo, nuestra fuerza. Todo lo podemos en Aquel que nos conforta, nos sostiene y alimenta. Jesús nos envía, nos anima y fortalece.  Con gozo celebremos este triunfo del Señor. Y celebremos su mística presencia entre nosotros.
Hermano Pastor Salvo Beas.