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1 . – Especial : Exhortación post sinodal Amoris laetitia.

https://es.zenit.org/articles/presentacion-de-la-exhortacion-post-sinodal-la-logica-de-la-misericordia-pastoral/
Presentación de la exhortación post-sinodal: ‘la lógica es la misericordia pastoral’
El discernimiento “no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia”. “Hoy más importante que una pastoral de fracasos, es consolidar a los matrimonios”.
Presentación exhortación post sinodal
Presentación de la exhortación post sinodal en la Sala de prensa del Vaticano
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La exhortación apostólica, ‘Amoris laetitia’ sobre el amor en la familia ha sido presentado este viernes en la sala de prensa de la Santa Sede por el secretario general del Sínodo de los obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri; el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, Mons. Fabio Bene, subsecretario del Sínodo; y los profesores y cónyuges de dos universidades italianas, Francesco de Miano, y Giuseppina De Simone Miano.
Los dos sínodos sobre la familia han sido un largo camino de reflexión sobre la familia que inició con el primer sínodo extraordinario, del 5 al 19 de octubre de 2014, preparado mediante un documento de sondeo con 38 preguntas sobre cómo los fieles viven su fe. El segundo sínodo de los obispos comenzó el 5 de octubre de 2015, y profundizó sobre el tema: ‘La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo’.
La adecuada clave del lectura del documento es ‘la lógica de la misericordia pastoral’, indicó el cardenal Baldisseri. El Santo Padre “afirma claramente la doctrina sobre el matrimonio y la familia, y la propone en el capítulo III como un ideal irrenunciable” precisa que “hoy más importante que una pastoral de fracasos, es el esfuerzo pastoral para consolidar a los matrimonios”. Y en los casos de fracasos, indica que “sin disminuir el valor del ideal evangélico, es necesario acompañar con misericordia y paciencia las posibles etapas de crecimiento de las personas que se van construyendo día a día”, dejando espacio a la “misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible”.
El documento explica: “Los divorciados en nueva unión, por ejemplo, pueden encontrarse en situaciones muy diferentes, que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado rígidas sin dejar lugar a un adecuado discernimiento personal y pastoral” (AL 298).
Y propone un itinerario de acompañamiento y de discernimiento que orienta a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios. Un discernimiento que “no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia”.
Cientos de periodistas en la Exhortación post-sinodalEl cardenal Schönborn señaló que leyó con gratitud la exhortación, porque “en estas 200 páginas el papa Francisco habla de amor en la familia y lo hace de una forma tan concreta y tan sencilla, con palabras que calientan el corazón”. Y añadió que “este texto del Papa es legible” e invitó a no dejarse asustar por su longitud, porque se encontrará alegría en la concreción y el realismo de este documento, ya que “Francisco habla de las familias con una claridad que pocas veces se encuentra en los documentos del magisterio de la Iglesia”.
Señaló también que existe una tendencia tal vez inconsciente a definir de un lado los matrimonios y las familias “normales”, de otro se ponen los “irregulares” que plantean un problema.
El purpurado recordando la situación difícil de su familia, indicó que sabe lo difícil que es esto para los que vienen de una familia ‘remendada’ porque la enseñanza de la Iglesia, puede dar la sensación de que están excluidas. “El papa Francisco ha conseguido –señaló el cardenal– hablar de todas las situaciones sin catalogar, sin categorizar, con esa mirada fundamental de benevolencia que tiene algo que ver con el corazón de Dios, con los ojos de Jesús, que no excluyen a nadie (AL 297), que acogen a todos y a todos conceden la alegría del Evangelio”.
El purpurado arzobispo de Viena invitó también a leer los capítulos 4 y 5 como “centrales de Amoris Laetitia” y a no saltarlos para ir inmediatamente a los puntos críticos.
En concreto las respuesta decisivas sobre las personas heridas se encuentran en Amoris Laetitia 300. “Si se tiene en cuenta la innumerable variedad de situaciones concretas (…) puede comprenderse que no debía esperarse del Sínodo o de esta exhortación una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos.
Quienes se esperaban en una norma concreta “quedarán desilusionados”. ¿Qué es posible? El Papa lo dice con toda claridad: “Sólo cabe un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos particulares”.
“Se trata de un itinerario de acompañamiento y de discernimiento que orienta a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios”. Pero el papa Francisco recuerda también que “este discernimiento no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia” (AL 300).
Fijarse en el tema de los sacramentos para los divorciados y vueltos a casar por lo civil puede convertirse en una trampa, no existen “simples recetas” y “el discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites”.
En el sentido de esta “via caritatis” (AL 306) el Papa afirma, de manera humilde y simple, en una nota (351), que se puede dar también la ayuda de los sacramentos “en ciertos casos”.
Pero a este propósito Francisco no ofrece una casuística de recetas concluyó el cardenal de Viena citando cuando el Papa dice: “Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna” (AL 308) y objeta, que si “ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio”.

El Papa en Sta. Marta: ‘La letra no es la ley’

El la misa cotidiana Francisco invita: ‘Pidamos al Señor que mire las insensateces de nuestro corazón y nos explique las cosas’
https://es.zenit.org/articles/el-papa-en-santa-marta-la-letra-no-es-la-ley/
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Los doctores de la ‘letra’ juzgan a los demás usando la Palabra de Dios, contra la Palabra de Dios, y cierran su corazón a la profecía, porque a ellos no les interesa la vida de las personas sino solamente los esquemas hechos de leyes y de palabras. Lo indicó este lunes el papa Francisco en la homilía de su misa cotidiana en la capilla de la Casa Santa Marta.
El Santo Padre parte de la Primera Lectura, de los Hechos de los Apóstoles, donde los doctores de la Ley calumnian a Esteban porque no logran “resistir a la sabiduría y al Espíritu” con la cual él habla. Así instigan a falsos testimonios para que denuncien haberle escuchado decir “palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios”.
Porque “el corazón cerrado a la verdad de Dios, permanece agarrado solamente a la verdad de la ley”, y precisa que “más que de la ley, de la letra”, y no encuentran otra salida que “la mentira, el falso testimonio y la muerte”.
Jesús ya les había reprendido por esta actitud, porque “sus padres habían asesinado a los profetas” y ellos ahora, construían monumentos a aquellos profetas”, con una respuesta más cínica que hipócrita.
Pero el corazón está cerrado a la Palabra de Dios, está cerrado a la verdad, al mensaje de Dios que lleva a la profecía, “para conducir hacia adelante al pueblo de Dios”.
El Pontífice confía, que le duele leer los versículos del Evangelio que narran cuando Judas arrepentido va delante de los sacerdotes y asevera: “He pecado”, y quiere devolver las monedas. Ellos responden que no les importa, y Judas va a colgarse. Y los doctores cuando hablan no se preocupan por el hombre sino por las monedas, porque como son a precio de sangre no pueden entrar en el Templo… “la regla tal, tal, tal… los doctores de la letra”.
No les importa ni la vida de una persona, ni el arrepentimiento de Judas: “solo le importan los esquemas de la Ley y las tantas palabras y cosas que han construido”.
“Esteban –afirma el Santo Padre– termina como todos los profetas, como Jesús. Y esto se repite en la historia de la Iglesia”.
“La historia nos habla de mucha gente que fue asesinada, juzgada, incluso siendo inocente: juzgada con la Palabra de Dios, contra la Palabra de Dios. Pensemos a la cacería de las brujas, o a santa Juana de Arco, y todos aquellos que fueron quemados, condenados porque no se ajustaron según los jueces, a la Palabra de Dios”.
Y Jesús es el modelo que por ser fiel y haber obedecido a la Palabra del Padre, termina en la cruz. Con mucha ternura Jesús dice a los discípulos de Emaús: “¡Oh insensatos y tardos de corazón!”.
El Papa concluye proponiendo que hoy pidamos al Señor que con la misma ternura mire las pequeñas y grandes insensateces de nuestro corazón, nos acaricie y nos diga: ‘oh insensato y tardo de corazón’ e “inicie a explicarnos las cosas”.
(Texto de Radio Vaticano, adaptado y traducido por ZENIT )

Comentario al evangelio de hoy lunes 11 de abril de 2016.

Maestro, ¿cuándo has llegado aquí?
Pascua
Ayúdame Señor a buscarte a Ti como único alimento que permanece para la vida eterna.
Por: Víctor Alejandro Ramírez
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/15683/el-alimento-que-permanece-para-la-vida-eterna.html
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Del santo Evangelio según san Juan 6,22-29
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello». Ellos le dijeron: « ¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?» Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado».
Oración introductoria
Ilumina Señor mis pasos con tu palabra para que camine siempre por tus sendas. No dejes que convierta los medios en fines ni que pierda la conciencia de que sólo Tú eres el alimento que necesita mi alma en este peregrinar hacia el cielo. Te ofrezco esta meditación por todos aquellos hombres que sumergidos en las necesidades materiales no pueden levantar la vista hacia Ti.
Petición
Ayúdame Señor a buscarte a Ti como único alimento que permanece para la vida eterna.
Meditación del Papa Francisco
El buscar y encontrar a Dios en todas las cosas deja siempre un margen de incertidumbre. Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien. Esto es una clave importante, que si uno tiene respuestas a todas las preguntas, estamos ante una prueba de que Dios no está con él. Recordemos a los grandes guías del pueblo de Dios, como Moisés, que siempre han dado espacio a la duda. Les invito a ser humildes, tenemos que hacer espacio al Señor, no a nuestras certezas.
Recomiendo buscar a Dios para hallarlo, y hallarlo para buscarle siempre. Es la experiencia de los grandes Padres de la fe. Les invito a releer el capítulo 11 de la Carta a los Hebreos. Abrahán, por la fe, partió sin saber a dónde iba. Todos nuestros antepasados en la fe murieron teniendo ante los ojos los bienes prometidos, pero muy a lo lejos… No se nos ha entregado la vida como un guion en el que ya todo está escrito, sino que consiste en andar, caminar, hacer, buscar, ver… Hay que embarcarse en la aventura de la búsqueda del encuentro y del dejarse buscar y dejarse encontrar por Dios.(Cf Comentario de S.S. Francisco, en entrevista de Antonio Spadaro, el 27 de septiembre de 2013).
Haciendo la Comunión con Él, recibimos su vida en nosotros y nos hacemos hijos del Padre celeste y hermanos entre nosotros. Haciendo la Comunión nos encontramos con Jesús realmente vivo y resucitado. Participar en la Eucaristía significa entrar en la lógica de Jesús, la lógica de la gratuidad, del compartir. Y aunque seamos pobres, todos podemos dar algo. “Hacer la Comunión” significa también obtener de Cristo la gracia que nos hace capaces de compartir con los otros lo que somos y lo que tenemos.(Homilía de S.S. Francisco, 26 de julio de 2015).
Reflexión
Nuestra vida transcurre entre momentos de paz y de angustia, de alegría y de lágrimas, de bonanza y de necesidad. Una tendencia común es acordarse de Dios sólo en los momentos difíciles cuando necesitamos algo. Sin embargo, Dios nos espera con los brazos abiertos en todo momento, en cualquier circunstancia.
Busquemos acercarnos a Él no sólo en el dolor sino también en la paz y la alegría de cada día para agradecerle lo que tenemos o simplemente para compartir con Él pequeños momentos de amistad y de cariño, como lo hacemos con un hermano o con un padre. No reduzcamos nuestro trato con Dios a simples peticiones. Dios quiere concedernos lo que le pedimos pues conoce nuestras necesidades, pero además de esto, quiere estar con nosotros, simplemente estar con nosotros dialogando de las pequeñas cosas que nos ocurren cada día.
Propósito
Antes de acostarme agradecer a Dios con una pequeña oración el día que nos ha regalado y pedirle fuerzas para vivir cristianamente el día siguiente.
Oración con Cristo
Señor Jesús, que cuando te busque no sea sólo para pedirte por mis necesidades inmediatas sino porque quiera estar contigo como un amigo. Enséñame a apreciar tu compañía y a buscarte en todos los momentos de mi vida. Que sepa prescindir de mis planes y cálculos humanos para abandonarme confiadamente en tus manos y dejarme guiar por tu providencia hasta el cielo, mi destino último.
Si tienes afecto desordenado a los bienes presentes, perderás los del cielo… No puedes llenarte con ningún bien temporal, porque no fuiste creado solamente para gozarlos.(Tomás de Kempis. La imitación de Cristo Libro III, Capítulo 16)

Hagamos llegar un rayo de luz de Cristo resucitado’.

El Papa pide la liberación de las personas secuestradas en zonas de conflicto.
TEXTO COMPLETO. El Santo Padre pide en la oración del Regina Coeli que ‘hagamos llegar un rayo de luz de Cristo resucitado’.
https://es.zenit.org/articles/el-papa-pide-la-liberacion-de-las-personas-secuestradas-en-zonas-de-conflicto/
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha rezado este domingo, desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico, el Regina Coeli, acompañados por miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
Estas son las palabras del Papa para introducir la oración mariana que en el tiempo pascual sustituye al ángelus.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy narra la tercera aparición de Jesús resucitado a los discípulos en la orilla del lago de Galilea, con la descripción de la pesca milagrosa (cfr Jn 21,1-19). La historia se enmarca en la vida cotidiana de los discípulos, cuando han regresado a su tierra y a su trabajo de pescadores, después de los días angustiantes de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Era difícil para ellos comprender lo que había pasado. Pero, mientras todo parecía haber acabado, es una vez más Jesús quien “busca” a sus discípulos. Es Él que va a buscarlos. Esta vez les encuentra en el lago, donde ellos han pasado la noche en las barcas sin pescar nada. Las redes aparecen vacías, en un cierto sentido, como el balance de su experiencia con Jesús: lo habían conocido, habían dejado todo para seguirlo, lleno de esperanza… ¿y ahora? Sí, lo habían visto resucitado y pensaron ‘se ha ido, nos ha dejado’. Ha sido como un sueño esto.
Pero Jesús al alba se presenta en la orilla del lago; pero ellos no lo reconocieron (cfr v. 4). A esos pescadores, cansados y decepcionados, el Señor les dice: “Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.” (v. 6). Los discípulos se fiaron de Jesús y el resultado fue una pesca increíblemente abundante. A este punto Juan se dirige a Pedro y dice: “¡Es el Señor!” (v. 7). Y en seguida Pedro se lanzó al agua y nadó hacia la orilla, hacia Jesús. En esa exclamación: “¡Es el Señor!”, está todo el entusiasmo de la fe pascual, “Es el Señor”, llena de alegría y estupor, que contrasta fuertemente con el desconcierto, la desesperación, el sentido de impotencia del que se había llenado el ánimo de los discípulos. La presencia de Jesús resucitado transforma cada cosa: la oscuridad es vencida por la luz, el trabajo inútil se convierte nuevamente en fructuoso y prometedor, el sentido de cansancio y de abandono deja lugar a un nuevo impulso y a la certeza de que Él está con nosotros.
Desde entonces estos sentimientos animan la Iglesia, la Comunidad del Resucitado. Todos nosotros somos la Comunidad del Resucitado. Si a una mirada superficial puede parecer a veces que las tinieblas del mal y el cansancio del vivir cotidiano dominan la situación, la Iglesia sabe con certeza que sobre los que siguen al Señor Jesucristo resplandece ya para siempre la luz de la Pascua.
El gran anuncio de la Resurrección infunde en los corazones de los creyentes una alegría íntima y una esperanza invencible. ¡Cristo verdaderamente ha resucitado! También hoy la Iglesia continúa a hacer resonar este anuncio festivo: la alegría y la esperanza continúan fluyendo en los corazones, en los rostros, en los gestos, en las palabras. Todos nosotros cristianos estamos llamados a comunicar este mensaje de resurrección a los que encontramos, especialmente al que sufre, al que está solo, al que se encuentra en condiciones precarias, a los enfermos, a los refugiados, a los marginados. A todos hagamos llegar un rayo de luz de Cristo resucitado, un signo de su poder misericordioso.
Él, el Señor, renueve también en nosotros la fe pascual. Nos haga cada vez más conscientes de nuestra misión al servicio del Evangelio y de los hermanos; nos llene de su Santo Espíritu para que, sostenidos por la intercesión de María, con toda la Iglesia, podamos proclamar la grandeza de su amor y la riqueza de su misericordia.
Después de la oración del Regina Coeli:
Queridos hermanos y hermanas,
En la esperanza que nos dona Cristo resucitado, renuevo mi llamamiento para la liberación de todas las personas secuestradas en zonas de conflicto armado; en particular deseo recordar al sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil, secuestrado en Aden en Yemen el pasado 4 de marzo.
Hoy en Italia se celebra la Jornada Nacional para la Universidad Católica del Sagrado Corazón, que tiene por tema “En la Italia de mañana estaré yo”. Deseo que esta gran Universidad, que continúa haciendo un importante servicio a la juventud italiana, pueda proseguir con renovada compromiso su misión formativa, actualizándose cada vez más a las exigencias actuales.
Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos procedente de Italia y de distinyas partes del mundo y un saludo a los que están haciendo el maratón; en particular, a los fieles de Gandosso, Golfo Aranci, Mede Lomellina, Cernobbio, Macerata Campania, Porto Azzurro, Maleo y Sasso Marconi, con un pensamiento especial a los confirmando de Campobasso, Marzocca y Montignano.
Os doy las gracias por su presencia en los coros parroquiales, algunos de ellos han prestado servicio en estos días en la basílica de San Pedro. ¡Muchas gracias!
A todos os deseo una feliz domingo y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

EDD. Lunes 11 de abril de 2016.

Lunes de la tercera semana de Pascua.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160409
Libro de los Hechos de los Apóstoles 6,8-15.
Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo.
Algunos miembros de la sinagoga llamada «de los Libertos», como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él.
Pero como no encontraban argumentos, frente a la sabiduría y al espíritu que se manifestaba en su palabra,
sobornaron a unos hombres para que dijeran que le habían oído blasfemar contra Moisés y contra Dios.
Así consiguieron excitar al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y llegando de improviso, lo arrestaron y lo llevaron ante el Sanedrín.
Entonces presentaron falsos testigos, que declararon: «Este hombre no hace otra cosa que hablar contra el Lugar santo y contra la Ley.
Nosotros le hemos oído decir que Jesús de Nazaret destruirá este Lugar y cambiará las costumbres que nos ha transmitido Moisés».
En ese momento, los que estaban sentados en el Sanedrín tenían los ojos clavados en él y vieron que el rostro de Esteban parecía el de un ángel.
Salmo 119(118),23-24.26-27.29-30.
Aunque los poderosos se confabulen contra mí,
yo meditaré tus preceptos.
Porque tus prescripciones son todo mi deleite,
y tus preceptos, mis consejeros.
Te expuse mi conducta y tú me escuchaste:
enséñame tus preceptos.
Instrúyeme en el camino de tus leyes,
y yo meditaré tus maravillas.
Apártame del camino de la mentira,
y dame la gracia de conocer tu ley.
Elegí el camino de la verdad,
puse tus decretos delante de mí.
Evangelio según San Juan 6,22-29.
Después de que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos.
Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?».
Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello».
Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?».
Jesús les respondió: «La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado».
Comentario del Evangelio por San Ignacio de Antioquia (¿- c. 110), obispo y mártir. Carta a los Filadelfos.
“Este es el trabajo que Dios quiere: que creáis en el que El ha enviado”.
Vosotros, hijos de la verdadera luz, huid de las disputas y malas doctrinas. Igual que las ovejas, seguid a todas partes a vuestro pastor. Porque a menudo unos lobos aparentemente dignos de fe hacen extraviar a los que corren en los caminos de Dios, pero si permanecéis unidos, no encontrarán lugar adecuado entre vosotros.
Tened cuidado de no participar más que a una sola eucaristía; en efecto, no hay más que una sola carne de nuestro Señor, una sola copa para unirnos en su sangre, un solo altar, igual que no hay más que un solo obispo rodeado de presbíteros y diáconos. Entonces, todo lo que hagáis, lo haréis según Dios… Mi refugio es el Evangelio, que es para mí el mismo Jesús en carne, y los apóstoles son los que encarnan el presbiterio de la Iglesia. Amemos también a los profetas, porque también ellos han anunciado el Evangelio; pusieron su esperanza en Cristo y lo esperaron; creyendo en él fueron salvados y, permaneciendo en la unidad de Jesucristo, santos dignos de amor y de admiración, merecieron recibir el testimonio de Jesucristo y tener parte en el Evangelio, nuestra común esperanza…
Dios no habita donde reina la división y la cólera. Sino que el Señor perdona a todos los que se arrepienten, si el arrepentimiento les conduce a la unidad de Dios y a la comunión con el obispo. Creo en la gracia de Jesucristo que nos librará de toda cadena. Os lo suplico, no actuéis jamás por espíritu de disputa, sino según la enseñanza de Cristo. He oído a algunos que dicen: “Lo que no encuentro en los archivos, no lo creo en el Evangelio”… Para mí, mi archivo, es Cristo; mis archivos inviolables, son su cruz, su muerte y su resurrección y la fe que se desprende de ellas. Es de ahí que espero, con la ayuda de vuestras plegarias, toda mi justificación.

0 . – Especial : Exhortación post sinodal Amoris laetitia.

https://es.zenit.org/articles/para-una-lectura-de-la-amoris-laetitia/
Para una lectura de la Amoris laetitia…’
Reflexión de P. Jesús Villagrasa, LC, rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, sobre la exhortación apostólica post-sinodal
(ZENIT – Roma).- Ya está. Papa Francisco ha puesto en nuestras manos la exhortación apostólica Amoris laetitia (AL), “La alegría del amor: Sobre el amor en la familia”, que recoge el fruto de los Sínodos celebrados en 2014 y 2015.
Una viñeta del humor de Chiri en el semanario Alfa y Omega se está verificando: “¿Lo veis? El Papa nos da la razón? – dice un señor; “¡De eso nada! Reafirma nuestra posición” – dice el interlocutor. “Pero si el Papa aún no ha empezado a hablar” – comenta sorprendido un prelado vaticano. “Da igual… Estamos entrenando”. Los debates y contrastes en la prensa parecen ajenos a que el Papa haya dicho algo o no. Por eso, en este momento, quizás lo más importante sea disponernos y orientarnos a una lectura atenta de esta exhortación… antes de empezar a comentar los contenidos. De hecho Papa Francisco nos ofrece alguna orientaciones en los siete primeros números de AL.
Intención del autor… Lo primero que busca el lector e intérprete de un texto es la intención del autor, para conocerla y respetarla, antes de juzgar el contenido. En nuestro caso esta intención es explícita: no quiere pronunciarse para resolver cuestiones debatidas por teólogos: “no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con intervenciones magisteriales” (AL 3). Sí quiere librar a los pastores y a los files de posiciones extremas inaceptables, como son “un deseo desenfrenado de cambiar todo sin suficiente reflexión o fundamentación” y la pretensión de “resolver todo aplicando normativas generales o derivando conclusiones excesivas de algunas reflexiones teológicas” (AL 2). Mal leerá el texto quien, atrincherado en alguna de estas posiciones, busque frases de la exhortación para lanzarlas como armas arrojadizas al contrincante. Ya dijo en su momento Hans Urs von Balthasar que para algunos teólogos el Evangelio se había convertido en una cantera de la cual extraer piedras para arrojar en los debates teológicos. Si eso pasa con el Evangelio… Papa Francisco ha querido recoger “los aportes de los dos recientes Sínodos sobre la familia, agregando otras consideraciones que puedan orientar la reflexión, el diálogo o la praxis pastoral y, a la vez, ofrezcan aliento, estímulo y ayuda a las familias en su entrega y en sus dificultades” (AL 4). La mirada del lector no debe dirigirse a las posiciones de teólogos y pastoralistas, sino a los matrimonios, a la vida de las familias que se esfuerzan por vivir su vocación en un difícil y complejo contexto social y eclesial.
… y división del texto: Los comentaristas medievales de textos antiguos solían anteponer a su comentario una división del texto en partes y secciones ordinariamente ausente en el texto comentado. Era la forma más segura para captar la intención del autor y suponía un conocimiento profundo de todo el texto. El Papa nos ahorra esta fatiga y, al mismo tiempo, nos previene de la “tentación universal” de ir directamente a las orientaciones pastorales que iluminen las decisiones que habría que tomar en situaciones problemáticas muy complejos que son tal vez las que más interesan a los medios de comunicación y a muchas personas, familias y pastores. Antes de llegar a esos temas (tratados en el capítulo 8) hay que realizar un camino con etapas (capítulos) que tienen finalidades muy precisas y que el Papa expone en el n. 6: “En el desarrollo del texto, comenzaré con una apertura inspirada en las Sagradas Escrituras, que otorgue un tono adecuado [cap. 1]. A partir de allí, consideraré la situación actual de las familias en orden a mantener los pies en la tierra [cap. 2]. Después recordaré algunas cuestiones elementales de la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia [cap. 3], para dar lugar así a los dos capítulos centrales, dedicados al amor [cap. 5-6]. A continuación destacaré algunos caminos pastorales que nos orienten a construir hogares sólidos y fecundos según el plan de Dios [cap. 6], y dedicaré un capítulo a la educación de los hijos [cap. 7]. Luego me detendré en una invitación a la misericordia y al discernimiento pastoral ante situaciones que no responden plenamente a lo que el Señor nos propone [cap. 8], y por último plantearé breves líneas de espiritualidad familiar [cap. 9]”.
¿Cómo leer la exhortación? “No recomiendo una lectura general apresurada” (7), que es la tentación de quien hojea el texto en busca de novedades. Los fieles tenemos a nuestra disposición el fruto maduro de una reflexión amplia y rica realizada por dos sínodos y presentada a la consideración del Santo Padre. Expresión de aprecio teórico y práctico por este texto pontificio, será seguir estos consejos: primero, profundizar “pacientemente parte por parte” (7), haciéndolo objeto de calmado estudio y honda reflexión. Segundo, hacer de este texto un vademecum para la vida, donde cada uno busque “lo que pueda necesitar en cada circunstancia concreta” (7).
Continuidad. Como ya pasó con los textos conciliares, quizás haya quien diga que el texto no recoge el espíritu de unos sínodos presuntamente más ‘progresistas’ o que no es fiel a la tradición… Con la perspectiva de la experiencia de años pasados podemos parafrasear lo que el cardenal Ratzinger decía del Concilio. La mejor herencia del Sínodo es este texto, rectamente interpretado en la continuidad con el magisterio precedente. Papa Francisco parece querer subrayarlo por la profusión de citas las relaciones sinodales y de sus dos predecesores: San Juan Pablo II y su Familiaris consortio y Benedicto XVI y su encíclica Deus Caritas est, entre otros documentos.
Una provocación: En la presentación a la prensa de la exhortación apostólica se ha subrayado que el lenguaje de Papa Francisco es claro, sencillo, concreto. No lo dudo. Pero me gustaría que el lector se dejara provocar por unas reflexiones de Etienne Gilson en su obra “El filósofo y la teología”, ante la constatación de que rara vez los filósofos se animaban a leer unas encíclicas pontificias que les resultaban difíciles. Estoy convencido de que las cautelas de Gilson siguen siendo válidas y que estos textos requieren una lectura reflexiva muy atenta, para captar el valor de cada frase en el contexto global de la exhortación, el valor de algunos silencios, y como diría Gilson, la precisión de algunas imprecisiones. Aunque los motivos de la dificultad de la lectura sean otros, este texto de Gilson resulta pertinente: “La dificultad no proviene de que estén escritas en un latín de cancillería florido de elegancias humanísticas, sino más bien de que no siempre se deja captar fácilmente el sentido de la doctrina. Entonces se aborda el problema de traducirlas, y, al intentarlo, se acaba por comprender al menos la razón de ser de su estilo. No se puede reemplazar las palabras de este latín pontificio por otras tomadas de una cualquiera de las grandes lenguas literarias modernas, y menos aún desarticular estas frases para articularlas de otra forma, sin darse cuenta inmediatamente de que, por cuidadosamente que se haga, el original pierde su fuerza a lo largo de la operación, y no sólo su fuerza, sino también precisión, que aún no es lo más grave, pues la verdadera dificultad, conocidísima por los que intentan la prueba, está en respetar exactamente lo que podría llamarse, sin caer en paradoja alguna, la precisión de sus imprecisiones. La precisión sabiamente calculada de sus imprecisiones voluntarias. Cuántas veces no se piensa, después de madura reflexión, que se sabe lo que, respecto a tal punto preciso, quiere decir la encíclica, pero no lo dice exactamente, y sin duda tiene sus razones para detener en determinados umbrales la determinación más precisa de un pensamiento preocupado por permanecer siempre abierto, presto a acoger las posibles novedades”. Gilson concluye pidiendo a los filósofos cristianos que, además de hacer cursos de teología, se animen a frecuentar alguna universidad pontificia en la que les enseñen a leer los documentos pontificios. Como rector de una universidad pontificia ciertamente renuevo esa invitación, aunque más modestamente me limito a invitar a los pastores y a los fieles – a ellos va dirigida Amoris laetitia – a leer con calma y profundidad este esperadísimo texto sobre una cuestión vital para las personas, las familias, la sociedad y la Iglesia: “el amor en la familia”

El Papa en la audiencia jubilar: ‘La limosna es un gesto sincero de amor’

El Santo Padre recuerda en la catequesis que la caridad requiere una actitud de gozo interior.
https://es.zenit.org/articles/el-papa-en-la-audiencia-jubilar-la-limosna-es-un-gesto-sincero-de-amor/
9 ABRIL 2016ROCÍO LANCHO GARCÍAEL PAPA FRANCISCO
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Francisco En El Papamóvil Antes De La Audiencia De Hoy
(ZENIT- Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, ha celebrado este sábado por la mañana, la audiencia general que durante este Año Jubilar, celebrará un sábado al mes. De este modo, miles de personas, visiblemente más numerosas que lo habitual en los miércoles, han recibido al Santo Padre con cantos y música de orquesta. Por su parte, Francisco ha correspondido al entusiasmo de los fieles, y paseando por la plaza con el papamóvil, ha saludado y bendecido a los presentes. En la catequesis de hoy, el Pontífice ha reflexionado sobre la limosna, “un aspecto esencial de la misericordia”.
Así, ha observado “cuánta gente se justifica a sí misma sobre la limosna diciendo: ’Pero, ¡cómo será este, este al que daré irá a comprarse vino para emborracharse! Pero si él se emborracha, ¡es porque no tiene otra salida! ¿Y tú qué haces escondido? Que nadie ve… ¿Y tú eres juez de ese pobre hombre que te pide una moneda para un vaso de vino?”
En el resumen hecho en español, el Santo Padre ha explicado que el término “limosna” significa “misericordia” y tiene muchos modos de manifestarse. En la Sagrada Escritura –ha observado– Dios nos muestra su atención especial por los pobres y nos pide que no sólo nos acordemos de ellos sino que les ayudemos con alegría. “Esto significa que la caridad requiere una actitud de gozo interior”, ha asegurado.
Por otro lado, el Papa ha subrayado que “un acto de misericordia no puede ser un peso del cual nos tenemos que liberar cuanto antes”. De este modo, ha explicado que el anciano Tobías, en el Antiguo Testamento, nos da una sabia lección sobre el valor de la limosna «No apartes tu rostro de ningún pobre, porque así no apartará de ti su rostro el Señor». Lo que cuenta –ha añadido– es la capacidad de mirar a la cara de la persona que nos pide auxilio.
Finalmente, ha reconocido que “la limosna es un gesto sincero de amor y de atención ante quien nos encontramos, y, como nos exige el mismo Jesús, tiene que hacerse para que sólo Dios lo vea”. El Pontífice ha pedido tener siempre presentes en nuestra vida las palabras del Señor: «Mayor felicidad hay en dar que en recibir».
A continuación, ha saludado a los peregrinos de lengua española. A ellos ha invitado “a practicar la limosna como signo de misericordia y a no olvidar mirar a los ojos de quien les pide ayuda; así, Dios no les ocultará su rostro”.
Para concluir la audiencia, y tras los saludos en las distintas lenguas, ha dirigido un saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. A los jóvenes ha invitado a que sean siempre fieles al Bautismo con el coherente testimonio de vida. Del mismo modo, a los enfermos les exhortó a que la luz de la Pascua les ilumine y consuele en el sufrimiento. Y finalmente pidió a los recién casados a que añadan el misterio pascual la valentía para ser protagonistas en la Iglesia y en la sociedad, contribuyendo a la construcción de la civilización del amor.

Comentario al evangelio de hoy sábado 09 de abril de 2016

Jesús caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca
Pascua
Cuántas veces, Señor, quiero hacer las cosas solo, a mi manera y no como tu quieres.
Por: Bryan Philpott
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/15695/jess-camina-sobre-el-agua.html
Del santo Evangelio según san Juan 6, 16-21
Al atardecer, bajaron sus discípulos a la orilla del mar, y subiendo a una barca, se dirigían al otro lado del mar, a Cafarnaúm. Había ya oscurecido, y Jesús todavía no había venido donde ellos; soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. Pero él les dijo: «Soy yo. No temáis». Quisieron recogerle en la barca, pero en seguida la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.
Oración introductoria
Gracias, Señor, por recordarme que no debo temerte. Y es que es tan sutil y persistente la tentación de buscarte en la oración, pero realmente escucharte… hasta donde «no duela o no incomode demasiado». Por eso suplico que envíes la luz de tu Espíritu Santo para que este momento de oración sea un auténtico encuentro contigo.
Petición
Jesucristo, dame la gracia de saberme abandonar en tu Providencia divina.
Meditación del Papa Francisco
Estén bien alerta cuando hay grupos que buscan la destrucción, que buscan la guerra, que no saben trabajar en equipo. Defiéndanse entre ustedes, como equipo, como grupo, y trabajen fuerte allí. Sé que están trabajando muy bien, y muy bien apoyados. Y el Ministerio de Educación, sé que los apoya. Sigan adelante por este camino de trabajar en equipo y defenderse de aquellos que quieren atomizarlos y quitarles esa fuerza del grupo. Que Dios los bendiga.
Pregunta del presentador: ¿Qué mensaje le quiere decir Francisco a estos cinco chicos que lo escucharon y a todos los miles de niños de todo el mundo que están siguiendo ahora esta comunicación? ¿Qué mensaje les quieres dar a todos?
R. Una cosa que no es mía –Jesús la decía muchas veces–: “No tengan miedo”. Nosotros en mi país tenemos una expresión que no sé cómo la traducirán en inglés: “No se arruguen”. No tengan miedo, vayan adelante, tiendan puentes de paz, jueguen en equipo y hagan el futuro mejor porque acuérdense que el futuro está en las manos de ustedes. Sueñen el futuro volando, pero no olviden la herencia cultural, sapiencial y religiosa que les dejaron sus mayores. Adelante y con valentía. Hagan el futuro. (S.S. Francisco, palabras con motivo del lanzamiento de la Plataforma de Scholas, 5 de septiembre de 2014)
Este amor misericordioso de Dios es lo que Simón Pedro reconoce en el rostro de Jesús. El mismo rostro que nosotros estamos llamados a reconocer en las formas en las que el Señor nos ha asegurado su presencia en medio de nosotros: en su Palabra, que ilumina las oscuridades de nuestra mente y de nuestro corazón; en sus Sacramentos, que, de cada una de nuestras muertes, nos vuelven a engendrar a una vida nueva; en la comunión fraterna, que el Espíritu Santo da vida entre sus discípulos; en el amor sin límites, que se hace servicio generoso y atento hacia todos; en el pobre, que nos recuerda cómo Jesús quiso que su suprema revelación de sí y del Padre tuviese la imagen del humillado y crucificado. (Homilía de S.S. Francisco, 10 de noviembre de 2015).
Reflexión
Los discípulos se marcharon por la noche sin «la Luz del mundo». Confiados en el poder y la fuerza propios, ellos pensaban que pudiesen controlar las circunstancias. Pronto su esfuerzo resultó insuficiente; y el mar que creían tan fácil de dominar, incontrolable. ¿Dónde está el Señor? ¿Acaso los ha abandonado? Cristo jamás abandona a los suyos, aunque ellos mismos le hayan dejado en la orilla, y solos se atrevan de afrontar las aguas turbulentas de la vida.
Cristo, desde el monte donde habla con su Padre, les ve luchando en vano contra las tempestades del mundo. Les ve sufrir bregando en su autosuficiencia. Les ama, tiene compasión de ellos y baja de la montaña en su auxilio. Jesucristo hace lo imposible para llegar al lado de sus elegidos. Tanto es así que ni siquiera los discípulos, sus íntimos conocidos, se lo creen; pues piensan que él es un fantasma y le tienen miedo. Cristo, sin ningún regaño, les dice simplemente: «Soy yo. No temáis.» y les lleva a un puerto seguro.
Propósito
Dejar a un lado las preocupaciones inútiles al confiar y reconocer la presencia de Dios en mi vida.
Diálogo con Cristo
Cuántas veces, Señor, quiero hacer las cosas solo, a mi manera y no como tu quieres. Soy el hombre fuerte e independiente – lo puedo todo. Luego, me caigo y reclamo al cielo: ¡Señor! ¿por qué me has abandonado? Pero, en realidad, fui yo quien te ha abandonado. Me he olvidado de ti. Fuiste tú el que me creaste, el que me ama y me salva. Sin ti nada puedo. Sé que jamás, ni en la miseria de mi soberbia, me abandonarás. ¡Lucha a mi lado, Señor, en la batalla de hoy!

EDD. sábado 09 de abril de 2016.

Sábado de la segunda semana de Pascua.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160408
Libro de los Hechos de los Apóstoles 6,1-7.
En aquellos días, como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendía a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos.
Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: «No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas.
Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea.
De esa manera, podremos dedicarnos a la oración y al ministerio de la Palabra».
La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía.
Los presentaron a los Apóstoles, y estos, después de orar, les impusieron las manos.
Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe.
Salmo 33(32),1-2.4-5.18-19.
Aclamen, justos, al Señor:
es propio de los buenos alabarlo.
Alaben al Señor con la cítara,
toquen en su honor el arpa de diez cuerdas.
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.
Evangelio según San Juan 6,16-21.
Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar
y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos.
El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.
Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo.
El les dijo: «Soy yo, no teman».
Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.
Comentario del Evangelio por San Clemente de Alejandría (150-c. 215), teólogo. El pedagogo, III, 12, 101.
«Inmediatamente, la barca se acercó a la orilla»
Dirijamos nuestra oración al Verbo: Sé propicio a tus pequeños, Pedagogo, Padre, Guía de Israel (2 R 2,12); Hijo y Padre, ambos un solo Señor. Concede a quienes seguimos tus preceptos llevar a su perfección la semejanza de la imagen (Gn 1,26) y sentir en lo posible la bondad de Dios, como juez, y su rigor; y concédenos tú mismo todo eso: que vivamos en tu paz sobre la tierra, que seamos trasladados a tu ciudad; que atravesemos sin naufragar las olas del pecado y que, en plena calma, seamos transportados junto al Espíritu Santo, la inefable sabiduría.
Que de noche y de día,- hasta el día final-, alabemos y demos gracias al único Padre e Hijo, Hijo y Padre, al Hijo Pedagogo y Maestro, junto con el Espíritu Santo. Todo está en el Uno, puesto que en Él son todas las cosas (Jn 1,3; 1 Co 8,6; Col 1,16-17), por quien todo es uno, por quien la eternidad es, de quien todos somos miembros (Rm 12,5; 1 Ci 12,12); de Él es la gloria y los siglos; todo sea para el Bueno; todo, para el Bello; todo, para el Sabio; todo, para el Justo. A Él la gloria, ahora y por los siglos de los siglos. Amén (Rm 11,36).

Homilía para la Eucaristía del Domingo 10 de abril de 2016.

Hermanos, no olviden que desde hoy las misas dominicales son: 9, 10’30, 12 y 19 hrs.
Sigue abierta la inscripción a la Catequesis de Primera comunión.
¿Le gustaría ir a Auco a visitar a santa Teresita? Inscríbase en la oficina.
DOMINGO III DE PASCUA.
Hechos 5,27-32.40-41: Los Apóstoles libre y valientemente dan testimonio de Cristo. Ellos se saben testigos del Resucitado.
Apocalipsis 5,11-14: Jesucristo resucitado es el Cordero degollado; es una alusión al cordero pascual, cuya sangre liberó a los israelitas. Jesús recibe todo honor y gloria.
Juan 21,1-14: Tercera manifestación del Resucitado. Destacar: -la pesca milagrosa: signo de salvación; hay abundancia, es decir, totalidad, ya que en la red todos los pueblos caben. – El Discípulo Amado reconoce al Resucitado: es el amor a El el que le permite descubrir la presencia del Señor. – Jesús indica por donde echar la red: es El quien dirige la misión apostólica.
1.- Seguimos celebrando al Resucitado. Jesús no sólo tiene plenitud, sino es Plenitud; plenitud de vida, plenitud de poder. Y de esto dan testimonio los Apóstoles, ya sea con su predicación, ya sea con los escritos, como es el caso del Apocalipsis, que nos muestra a Jesús victorioso.
Aun cuando el mundo se manifieste hostil El sigue siendo vencedor y salvador. Pero este Señor glorioso, victorioso no está ni ajeno, ni ausente a la comunidad de los discípulos. Al contrario, está siempre presente y actuante hasta el día de hoy.
2.- La escena que nos presenta el evangelio nos deja varias lecciones.
Primero: hay que saber descubrir la presencia del Señor. Y la única manera de descubrirlo es por medio del Amor. El amor es la otra cara de la fe. Una fe sin amor es vana, no sirve. Sólo el Discípulo Amado lo descubre. Hay que tener en cuenta que en san Juan los personajes son tipos, modelos representativos. En el caso del evangelio de hoy, el Discípulo Amado viene siendo el creyente perfecto, que cree y acepta al Señor. Ese personaje puede ser tú, yo, o cualquiera de los que estamos escuchando su Palabra.
Segundo: Jesús les indica por donde echar la red. En verdad, no es la primera vez que escuchamos esto. En Lucas 5,4 le ordena a Pedro: “rema mar a dentro”. Esto nos está indicando que es El quien dirige la acción apostólica; es cuestión de obedecerle, de hacerle caso.
Tercero: bien sabemos el sentido de la pesca: salvación. “Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1Timoteo 2,4). Y al decir “Todos” no se excluye a nadie. La abundancia de peces significa totalidad.
3.- Todo esto debe ser aplicado hoy, en el contexto pagano en el que nos toca actuar. Así, por ejemplo:
– Hoy son muchos los que quieren que la Iglesia no hable, que se recluya en los templos. “Los curas a la sacristía”. Pero, “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.
-No podemos como cristianos actuar a nuestra pinta; hay que obedecer al Señor. El es quien nos dice dónde tirar la red, dónde proclamar el evangelio. Me temo que todos hemos hecho poco caso al Señor y no hemos tirado adecuadamente las redes; nos hemos quedado callados, sin proclamar al Señor.
-Si en verdad nos consideramos “Discípulos Amados” del Señor sabremos descubrir su presencia salvadora en muchas situaciones de nuestra vida, aun aquellas que nos parezcan desagradables.
-En una sociedad excluyente debemos saber crear la cultura de la inclusión. Dios no excluye a nadie, en su Red todos caben. Lo mismo en la Iglesia, en nuestra mente y en nuestro corazón.
4.- Estamos celebrando al Señor Resucitado, al Cordero que fue inmolado por nosotros. El salmo responsorial se aplica en primer lugar a Jesucristo: “Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste”. Y cada uno de nosotros puede hacer suyo este salmo, porque en verdad, el Señor Dios no sólo liberó a su Hijo del poder de la muerte, sino también a nosotros. Por El hemos sido liberados y “nosotros somos testigos de todas estas cosas”. Somos testigos porque hemos experimentado salvación; somos testigos porque también nosotros hemos comido con El. Es El quien hoy dice a nosotros: “Vengan a comer”. Y nosotros sabemos que El es el Señor. Celebremos esta fe en El.
Hermano Pastor Salvo Beas.