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Comentario al evangelio de hoy jueves 06 de octubre de 2016

Al que llama, se le abrirá y al que pida se le dará.
Parábolas

Tiempo Ordinario. 
Pidamos las veces que haga falta, no quedaremos defraudados si lo hacemos con fe y confianza.
Por: Xavier Caballero
Fuente: Catholic.net 
http://es.catholic.net/op/articulos/8924/el-amigo-inoportuno.html

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: «Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle», y aquél, desde dentro, le responde: «No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos», os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite. Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan! 
Oración introductoria
Señor, vengo ante Ti con la confianza y la seguridad que Tú eres mi Padre, dispuesto a darme todo lo bueno que necesito, aunque muchas veces no sepa pedirlo ni agradecerlo. Me dices que pida, que toque, que busque… esas son las intenciones de mi oración.
Petición
Señor, dame las gracias que más necesito para mi santificación.
Meditación del Papa Francisco
Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama, se le abrirá’. Pero se necesita, buscar y tocar a la puerta. Nosotros, ¿nos involucramos en la oración? ¿Sabemos tocar el corazón de Dios? En el evangelio Jesús dice: ‘Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!’ Esto es algo grande.
Cuando oramos valientemente, el Señor nos da la gracia, e incluso se da a sí mismo en la gracia: el Espíritu Santo, es decir, ¡a sí mismo! Nunca el Señor da o envía una gracia por correo: ¡nunca!
¡La lleva Él mismo! ¡Él es la gracia! Lo que pedimos es un poco como el papel en que se envuelve la gracia. Pero la verdadera gracia es Él que viene a traérmela. Es Él. Nuestra oración, si es valiente, recibe lo que pedimos, pero también aquello que es lo más importante: al Señor. (Cf. S.S. Francisco, 10 de octubre 2013, homilía en Santa Marta).
Reflexión
Cuando recorremos alguna playa o las zonas costeras y percibimos la arena y los acantilados, no podemos menos que maravillarnos del poder del agua. No es que el agua sea fuerte en sí.. A base de la constancia y la perseverancia es capaz de perforar, limar o erosionar cualquier tipo de roca o de superficie.
El Evangelio de hoy nos habla de la perseverancia en la oración. “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá…”. Un ejemplo tan humano como el del amigo que nos viene a pedir tres panes a medianoche, es suficiente para hacernos pensar sobre la realidad de este hecho.
En el caso de la oración, no se trata de una relación entre hombres más o menos buenos o, más o menos justos. Se trata de un diálogo con Dios, con ese Padre y Amigo que me ama, que es infinitamente bueno y que me espera siempre con los brazos abiertos.
¡Cuánta fe y cuánta confianza necesitamos a la hora de rezar! ¡Qué fácil es desanimarse a la primera! ¡Cómo nos cuesta intentarlo de nuevo, una y mil veces! Y sin embargo, los grandes hombres de la historia, han sufrido cientos de rechazos antes de ser reconocidos como tales.
Ojalá que nuestra oración como cristianos esté marcada por la constancia, por la perseverancia con la cual pedimos las cosas. Dios quiere darnos, desea que hallemos, anhela abrirnos… pero ha querido necesitar de nosotros, ha querido respetar nuestra libertad. Pidamos, busquemos, llamemos, las veces que haga falta, no quedaremos defraudados si lo hacemos con fe y confianza. Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Colaboremos con Él. ¡Vale la pena!
Propósito
Hacer el esfuerzo de salir de mí mismo, para que mi oración no se limite a la petición.
Diálogo con Cristo
Señor, redescubrir mi fe por medio del encuentro contigo en tu Palabra y en la Eucaristía, es la ruta trazada. Esforzarme por conocer más el Catecismo, el Credo y los documentos del Concilio Vaticano II serán los medios. Y todo será posible con tu gracia, la cual suplico por la intercesión de tu Santa Madre María, para que también ella me guíe para vivir plenamente este año de gracia en lo personal, en lo familiar y en la Iglesia.

EDD. jueves 06 de octubre de 2016

Jueves de la vigesimoséptima semana del tiempo ordinario.
San Bruno, presbítero
Memoria libre 
Color: blanco
Después de haber enseñado en Reims durante mucho tiempo, Bruno (1035-1101) se retiró en el macizo de la Cartuja con algunos discípulos para dedicarse a la penitencia y a la contemplación. Con sus hermanos, adoptó un estilo de vida que unía la soledad de los eremitas y un mínimo de vida en común. Murió en una ermita de Calabria.
Antífona de entrada
El Señor bendecirá a los hermanos que, unidos, glorifican a Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llamaste a san Bruno para servirte en la soledad, concédenos, por su intercesión, que en medio de la inestabilidad de este mundo nuestra vida esté siempre orientada hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
¿Ustedes recibieron el Espíritu por las obras de la Ley o por haber creído en la predicación?
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia    3, 1-5
Gálatas insensatos, ¿quién los ha seducido a ustedes, ante cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado? Una sola cosa quiero saber: ¿ustedes recibieron el Espíritu por las obras de la Ley o por haber creído en la predicación? ¿Han sido tan insensatos que llegaron al extremo de comenzar por el Espíritu, para acabar ahora en la carne? ¿Habrá sido en vano que recibieron tantos favores?
¡Ojalá no haya sido en vano! Aquél que les prodiga el Espíritu y está obrando milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la Ley o porque han creído en la predicación?
Salmo responsorial   Lc 1, 69-75
R/. ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel!
Nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas.
Para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza.
Se acordó del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida.
Aclamación al Evangelio   Cf. Hech 16, 14b
Aleluya.
Señor, abre nuestro corazón, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. Aleluya.
Evangelio
Pidan y se les dará.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   11, 5-13
Jesús dijo a sus discípulos:
Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: “Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle”, y desde adentro él le responde: “No me fastidies, ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos”.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!
 
Comentario del Evangelio por Homilía atribuida a San Macario de Egipto (¿-390), monje.  Homilía nº 16, 3ª colección.
 
“¡Cuánto más vuestro Padre celestial os dará el Espíritu Santo!”
 
Para obtener el pan para el cuerpo, el mendigo no experimenta ninguna dificultad para  llamar a puerta y pedir; si no lo recibe, entra más adentro y sin enfado por el pan, pide vestidos o sandalias para aliviar su cuerpo. Mientras no recibe algo, no se va, aunque se le eche. Nosotros, que buscamos el pan celeste y verdadero para fortalecer nuestra alma, que deseamos revestir los hábitos celestiales de luz y aspiramos a calzar las sandalias inmateriales del Espíritu para consuelo del alma inmortal, cuánto más debemos, incansable y resolutamente, con fe y amor, siempre pacientes, llamar a la puerta espiritual de Dios y pedir, con una constancia perfecta, ser dignos de la vida eterna.
Es así que el Señor “propuso una parábola para explicar cómo tenían que orar siempre sin desanimarse” (Lc 18,1) y después añadió estas palabras: “Cuanto más vuestro Padre celestial hará justicia a los que le piden día y noche” (v. 6). Y además, refiriéndose al amigo: “Si no es por ser amigo que se lo da, se levantará a causa de su insistencia y le dará todo lo que tenga necesidad”. Y añade entonces: “Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Porque el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama se le abre”. Y prosigue: “Si vosotros que sois malos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre celestial os dará el Espíritu Santo a los que se lo piden!” Es por esto que el Señor nos exhorta a pedir siempre, incansablemente y con tenacidad, a buscar y llamar continuamente: porque él ha prometido dar a los que piden, buscan y llaman, no a los que no piden nunca. Él quiere darnos la vida eterna siendo orado, suplicado, amado.

Francisco pide proteger el deporte de la manipulación y la explotación comercial

El Santo Padre inaugura el Encuentro mundial sobre deporte y fe, “Deporte al servicio de la humanidad”, y que se celebra este semana en el Vaticano.
El Papa inauguración del congreso Deporte y fe - CTV

El Papa Inauguración Del Congreso Deporte Y Fe – CTV

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El deporte es una actividad humana de gran valor, capaz de enriquecer la vida de las personas, de la que pueden disfrutar hombres y mujeres de todas las naciones, etnias y pertenencia religiosa.
Lo ha indicado el papa Francisco, en su discurso a los participantes del primer Encuentro mundial sobre deporte y fe, cuyo tema es “Deporte al servicio de la humanidad”, y que se celebra este semana en el Vaticano. El encuentro ha sido promovido por el Pontificio Consejo de Cultura y las Naciones Unidas y el Comité Olímpico Internacional apoyan el evento. La ceremonia de apertura ha sido presidida por el papa Francisco, junto con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach. Antes de la llegada del Papa al Aula Pablo VI, se ha celebrado un tiempo de exhibiciones y testimonios. Entre ellos, una deportista paraolímpica que descubrió al perder las piernas que “la vida es un don tan grande que supera todo” y uno de los integrantes del equipo olímpico de refugiados. También han participado el futbolista Alessandro del Piero, 22 atletas de Taekwondo, y el equipo nacional italiano de gimnasia rítmica.
El Santo Padre, en su discurso, ha señalado a los presentes un desafío: “mantener lo genuino del deporte, de protegerlo de la manipulación y de la explotación comercial”. Sería triste –ha advertido– si le gente ya no confiara en la verdad de los resultados deportivos, o si el cinismo o el desencanto tomaran ventaja al entusiasmo y a la participación alegre y desinteresada. En el deporte, como en la vida, “es importante luchar por el resultado, pero jugar bien y con lealtad es aún más importante”.
En esta línea, el Pontífice ha dado las gracias a los presentes por sus esfuerzos de erradicar todo tipo de “corrupción y manipulación”. Por eso, el Santo Padre ha asegurado que la Iglesia católica “está comprometida en el mundo del deporte para llevar la alegría del Evangelio, el amor inclusivo e incondicional de Dios por todos los seres humanos”.
Asimismo, el Santo Padre ha recordado que en los últimos meses hemos visto cómo los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos han estado en el centro de la atención de todo el mundo. Por eso, ha precisado que el lema olímpico “altius, citius, fortius” es una “invitación a desarrollar los talentos que Dios nos ha dado”.
De este modo, el Pontífice ha indicado que cuando vemos a los atletas tener al máximo de las propias capacidades, “el deporte nos entusiasma, nos maravilla, nos hace sentir casi orgullosos”. Reconociendo la gran belleza que existe en la armonía de ciertos movimientos, como también en la fuerza o en el juego de equipo, ha asegurado que cuando es así, “el deporte trasciende el nivel de lo físico y nos lleva a la arena del espíritu e incluso del misterio”.  Y estos momentos son acompañados de “gran alegría y satisfacción” que todos podemos compartir “aún sin haber competido”.
Francisco también ha hablado del deporte entendido no como competición, sino como actividad de entretenimiento. Por eso es importante –ha asegurado– que todos puedan participar en las actividades deportivas. El Santo Padre se ha reconocido contento porque estos días pondrán en el centro de la atención “el compromiso para asegurar que el deporte sea cada vez más inclusivo” y que sus beneficios sean realmente accesibles a todos.
Por otro lado, ha reconocido que “nuestras tradiciones religiosas” comparten el compromiso por asegurar “el respeto de la dignidad de cada ser humano”. Así, ha valorado el hecho de que las instituciones deportivas mundial “han afrontado con valentía el valor de la inclusión”.
No ha querido olvidar el entusiasmo de los niños que juegan con un balón desinflado o hecho de trapos en los suburbios de grandes ciudades o en las calles de pequeños pueblos. Por ello, el Papa ha animado a todos -instituciones, sociedades deportivas, realidades educativas y sociales, comunidades religiosas- a trabajar juntos para que estos niños puedan acceder al deporte en condiciones dignas, especialmente los que están excluidos por la pobreza.
 

Comentario al evangelio de hoy miércoles 05 de octubre de 2016

La oración que Cristo nos enseñó.
Tiempo Ordinario

Que el Padre Nuestro sea la oración de nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas. 
Por: P. Clemente González
Fuente: Catholic.net 
http://es.catholic.net/op/articulos/8917/la-oracin-que-cristo-nos-ense.html

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4
Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación. 
Oración introductoria
Señor, creo y confío plenamente en tu misericordia ante mis debilidades. Permite que este momento de intimidad contigo sea el medio por el cual aprenda a orar, como Tú quieres que lo haga. Dame el don de tu Espíritu Santo, e inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir y cómo debo actuar para que Tú reines en mi corazón.
Petición
Padre nuestro, que estás en el cielo, te pido que vengas a mi corazón.
Meditación del Papa Francisco
Para rezar no hay necesidad de hacer ruido ni creer que es mejor derrochar muchas palabras. No podemos confiarnos al ruido, al alboroto de la mundanidad, que Jesús identifica con “tocar la tromba” o “hacerse ver el día de ayuno”. Para rezar no es necesario el ruido de la vanidad: Jesús dijo que esto es un comportamiento propio de los paganos. La oración no es algo mágico; no se hace magia con la oración; esto es pagano.
Entonces, ¿cómo se debe orar? Jesús nos lo enseñó: Dice que el Padre que está en el Cielo “sabe lo que necesitáis, antes incluso de que se lo pidáis”. Por lo tanto, la primera palabra debe ser “Padre”. Esta es la clave de la oración. ¿Es un padre solamente mío? No, es el Padre nuestro, porque yo no soy hijo único. Ninguno de nosotros lo es. Y si no puedo ser hermano, difícilmente puedo llegar a ser hijo de este Padre, porque es un Padre, con certeza, mío, pero también de los demás, de mis hermanos. (Cf. S.S. Francisco, de 2013, homilía en Santa Marta)
Reflexión
En el mundo del deporte, además de las habilidades personales, un excelente entrenador juega un papel decisivo. Es parte de nuestra naturaleza el tener que aprender y recibir de otros. Puede parecer una limitación pero es, al mismo tiempo, un signo de la grandeza y de la maravilla del hombre.
En el Evangelio del día, los discípulos le piden a Jesús: Señor, enséñanos a orar…. La oración es el gran deporte, la gran disciplina del cristiano. Y lo diría el mismo Jesús en el huerto de Getsemaní: Vigilad y orad para que no caigáis en tentación. Él es nuestro mejor entrenador. Hoy, nos ofrece la oración más perfecta, la más antigua y la mejor: el Padre Nuestro. En ella, encontramos los elementos que deben caracterizar toda oración de una auténtico cristiano. Se trata de una oración dirigida a una persona: Padre; en ella, alabamos a Dios y anhelamos la llegada de su Reino; pedimos por nuestras necesidades espirituales y temporales; pedimos perdón por nuestros pecados y ofrecemos el nuestro a quienes nos han ofendido; y, finalmente, pedimos las gracias necesarias para permanecer fieles a su voluntad. Todo ello, rezado con humildad y con un profundo espíritu de gratitud.
Ojalá que sea, el Padre Nuestro, la oración de todas nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas como cristianos y discípulos de Jesucristo.
Propósito
Ofrecer a Dios cumplir su voluntad con el rezo meditado del Padre nuestro.
Diálogo con Cristo
Señor, te pido que me ayudes a vivir siempre unido a Ti en mi oración, sabiendo que no es lo que diga sino cómo lo diga, lo que importa. Que mi relación contigo no se limite al tiempo que dedico a mi meditación o la celebración de la Eucaristía. Te necesito permanentemente cerca de mí, para no caer en la tentación, para poder vivir auténticamente el amor, para ser un incansable y eficaz discípulo y misionero.

EDD. miércoles 05 de octubre de 2016

Miércoles de la vigésima séptima semana del tiempo ordinario.

http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20161003
Carta de San Pablo a los Gálatas 2,1-2.7-14.
Hermanos:
Al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo a Tito.
Lo hice en virtud de una revelación divina, y les expuse el Evangelio que predico entre los paganos, en particular a los dirigentes para asegurarme que no corría o no había corrido en vano.
Al contrario, aceptaron que me había sido confiado el anuncio del Evangelio a los paganos, así como fue confiado a Pedro el anuncio a los judíos.
Porque el que constituyó a Pedro Apóstol de los judíos, me hizo también a mí Apóstol de los paganos.
Por eso, Santiago, Cefas y Juan -considerados como columnas de la Iglesia- reconociendo el don que me había sido acordado, nos estrecharon la mano a mí y a Bernabé, en señal de comunión, para que nosotros nos encargáramos de los paganos y ellos de los judíos.
Solamente nos recomendaron que nos acordáramos de los pobres, lo que siempre he tratado de hacer.
Pero cuando Cefas llegó a Antioquía, yo le hice frente porque su conducta era reprensible.
En efecto, antes que llegaran algunos enviados de Santiago, él comía con los paganos, pero cuando estos llegaron, se alejó de ellos y permanecía apartado, por temor a los partidarios de la circuncisión.
Los demás judíos lo imitaron, y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por su simulación.
Cuando yo vi que no procedían rectamente, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como los paganos y no como los judíos, ¿por qué obligas a los paganos a que vivan como los judíos?».
Salmo 117(116),1.2.
¡Alaben al Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo, todos los pueblos!
Porque es inquebrantable su amor por nosotros,
y su fidelidad permanece para siempre.
¡Aleluya!
Evangelio según San Lucas 11,1-4.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos».
El les dijo entonces: «Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino;
danos cada día nuestro pan cotidiano;
perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación».

Comentario del Evangelio por  San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia. Sermón 80.

«Enséñanos a orar».

     ¿Creéis, hermanos, que Dios no sabe lo que os es necesario? El que conoce nuestro desamparo, conoce anticipadamente nuestros deseos. Por eso, cuando el Señor enseñó el Padrenuestro, recomendó a sus discípulos a ser sobrios en palabras: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras como los paganos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis» (Mt 6,7-8). Si nuestro Padre sabe lo que nos hace falta ¿por qué decírselo, aunque sea en pocas palabras?… Señor, si tu lo sabes, ¿es necesario orar?
Ahora bien, el que aquí nos dice: «No uséis muchas palabras en vuestras oraciones» nos dice en otra parte: «Pedid y recibiréis», y para que nadie crea que lo dice como de paso, en otra parte añade: «Buscad y hallaréis», y para que nadie piense que es una simple manera de hablar, mirad cómo termina: «Llamad y se os abrirá» (Mt 7,7). Quiere, pues, el Señor que, para recibir, primero pidas, que para hallar primero te pongas a buscar, y en fin, para entrar no dejes de llamar… ¿Para qué pedir? ¿Para qué buscar? ¿Para qué llamar? ¿Para qué cansarnos orando, buscando, llamando como para hacer saber al que ya lo sabe todo? E incluso leemos en otra parte: «Es preciso orar sin parar, sin cansarse» (Lc 18,1)… Pues bien, para aclarar este misterio ¡pide, busca, llama! Si el Señor cubre de velos este misterio, es que quiere que te ejercites en buscar y encontrar tú mismo la explicación. Todos nosotros debemos alentarnos mutuamente a orar.

Solemnidad de San Francisco de Asís.

«Fundador de los franciscanos. Con el radicalismo evangélico que signó su vida, su pobreza y alegría, continúa interpelando al hombre de hoy. Es una de las figuras gigantescas de la Iglesia y de la historia»

San Francisco de Asís - óleo de Zurbarán

San Francisco De Asís – Óleo De Zurbarán

(ZENIT –  Madrid).- Hoy esta sección de ZENIT honra, junto a toda la Iglesia, a esta figura gigantesca, cuya trayectoria espiritual tiene un influjo de incuestionable riqueza en la historia, la ciencia, la música, la poesía, la naturaleza y el arte, entre otras disciplinas. Además de fundador, este dechado de virtudes fue peregrino en distintos países, apóstol en el Oriente, un hombre de paz. El patrimonio que ha legado a la Iglesia es inmenso. Su irrupción en la misma y en la sociedad fue un regalo del cielo en una época socio-política y eclesial compleja, la de la Edad Media en la que le tocó vivir. El prestigioso franciscanista P. Enrique Rivera ha explicado el alcance de la respuesta del Poverello al secularismo actual a través de tres grandes vertientes: sociología, historia y pensamiento. A la ausencia de Dios respondió con el testimonio de su íntimo diálogo con Jesús, cuya cumbre alcanza ante el Cristo de san Damián y en el monte Alverna.

Nació en Asís, Italia, en 1182. Era hijo del rico comerciante de tejidos Pietro di Bernardone y de la noble Pica. Le bautizaron con el nombre de Juan. Se formó con los canónigos de la parroquia y fue asiduo al hospital de San Jorge. Aunque procedía de una familia pudiente, a los 14 años ayudaba a su padre en la tienda. Después se fue desvinculando del compromiso laboral y de sus estudios, que no casaban con su proyecto de vida desenfadada a la que se entregó de lleno. Era un líder nato un tanto inconformista; un idealista en extremo, aunque todavía no sabía cómo encauzar sus sueños. Exhibía por la ciudad sus dotes poéticas y musicales, siguiendo la estela trovadoresca con la que emulaba a los caballeros. Por un lado, disipaba el dinero, y por otro, daba limosna a los pobres.

En 1198 se desató un grave conflicto entre la burguesía y los nobles de Asís, solventado con la instauración del régimen comunal. Se implicó en el litigio, luchó contra Perusa y fue apresado. Durante unos meses soportó el rigor de la prisión, y tras su liberación, en 1204 cayó enfermo. Fueron instantes de reflexión preparatorios para dar un vuelco decisivo a su vida. En 1205 se propuso combatir en Puglia según vio en un sueño, pero en Espoleto una fuerza interior le instó a regresar. Se dijo: «Señor, ¿qué quieres que haga?», aunque de momento siguió con sus costumbres. Pero Dios se hizo notar en su corazón ese mismo año invadiéndole con gran dulzura.

La prodigalidad con los pobres y su compasión hacia ellos comenzaron a adueñarse de él. Su oración vivificaba un amor que iba in crescendo. Rogó a Dios su ayuda, y Él le exigió la total donación de sí; debía elegir lo que más le costase. Una vez se vio frente a un leproso, y superó su repugnancia besándolo; lo tomó como un don del cielo. A continuación, experimentó un intenso aborrecimiento de su vida pasada y se dispuso a iniciar un camino sin retorno. Se puso al servicio de estos enfermos y compartió con ellos su vida.

Un fuego interior le consumía. La necesidad de oración y soledad eran cada vez más intensas, y se redoblaban las pruebas. Luchó contra sí mismo y obtuvo el don de la fidelidad. El Cristo del crucifijo de San Damián le pidió que reparara su Iglesia. Entendió que se refería a la ruinosa capilla, y en Foligno vendió su caballo y mercancía del establecimiento paterno obteniendo los recursos para restaurarla. Se afincó en San Damián sin contar con la venia de su progenitor, que montó en cólera. Puesto en la tesitura de elegir, se abrazó a la pobreza, desprendiéndose de sus vestiduras ante el prelado de Asís. Previamente, su frustrado padre lo había mantenido recluido y golpeado, sin vencer su voluntad.

En 1208 escuchó en misa el texto evangélico de (Mt 10, 5-15), y se lo aplicó. Vio que el desprendimiento absoluto y la penitencia eran su destino; en ello se encerraba la idea de restauración. Se vistió con una humilde túnica ceñida con un cordón y se hizo pobre con los pobres en medio del desprecio y mofas de sus conocidos, con la alegría de verse convertido en un mendigo. En la Porciúncula se congregaron numerosos jóvenes que querían seguir esa vida de penitencia. Con ellos fundó la Orden de Frailes Menores, aprobada por Inocencio III. Su saludo era: «La paz del Señor sea contigo». Amaba tanto a la Virgen que puso su obra bajo su protección, y como recuerda su biógrafo Celano:«cobijó bajo sus alas a los hijos que debía abandonar para que Ella los favoreciese y auxiliase».

Encarnaba fielmente el evangelio. Se acusaba de sus faltas y se castigaba públicamente. Inundado de gozo multiplicaba por todas las vías los dones que iba recibiendo. «¿Qué son los siervos de Dios –decía a sus frailes– sino juglares suyos que deben levantar los corazones de la gente y entusiasmarlos con su alegría espiritual?». En 1212 santa Clara se unió a su carisma dando lugar a la fundación de las clarisas. En 1224, hallándose en el monte Alverna, recibió los estigmas de la Pasión, y antes el don de milagros y de profecía. Devotísimo de la Eucaristía, fue agraciado con numerosas revelaciones. Lidió con graves problemas dentro de su Orden, y sufrió extremadamente con los estigmas y la grave lesión ocular padecida en los últimos años de su vida.

Casi ciego en 1224 compuso el bellísimo Cántico de las criaturas. Era una consecuencia inmediata del amor que sentía por Dios; las criaturas son reflejo de la perfección divina. Y ante este espectáculo de la creación entera elevó su cántico a Dios Padre. Así es como vivió la presencia de la paternidad de Dios en todas las criaturas, a las que trataba como hermanas. Sin embargo, esta peculiar ternura del Poverello hacia los seres irracionales en los que percibía alguna semejanza con Dios no ha sido bien comprendida. Pero ahí están magníficos estudios, rigurosos como los del mencionado Rivera de Ventosa, que permiten constatar cuán lejos estaba el santo de concepciones panteístas, hinduistas o románticas, como a veces se ha afirmado. Murió en el suelo el 3 de octubre de 1226. Gregorio IX lo canonizó el 16 de julio de 1228.

 

EDD. martes 04 de octubre de 2016

Martes de la vigesimoséptima semana del tiempo ordinario.
San Francisco de Asís.
Memoria obligatoria
Color: blanco
http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2016-10-04
Desde el día en que encontró a Cristo en San Damián hasta el día en que murió en la Porciúncula, a lo largo de su vida itinerante, junto con sus hermanos, los Menores, Francisco (1182-1226), el pobrecito de Asís, nunca tuvo otra preocupación sino la de seguir a Jesús. Lo hizo en la alegría, la pobreza, la humildad y la sencillez de corazón, en la fidelidad a la Iglesia y una gran ternura para con todos.
Antífona de entrada
Francisco, hombre de Dios, dejó su casa, renunció a sus bienes y se hizo pobre; por ello el Señor lo tomó consigo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que otorgaste a san Francisco la gracia de identificarse con Cristo por la humildad y la pobreza; concédenos que, imitando sus ejemplos, podamos seguir a tu Hijo y unirnos a ti con la alegría del amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
 
Primera lectura
Por Cristo el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia 6, 14-18.
Hermanos: Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.
Estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva creatura. Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios.
Que nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús.
Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con vosotros. Amén.
Salmo responsorial.  Sal 1-2a. 5. 7-8. 11
R/. ¡Tú eres mi herencia, Señor!
Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Señor, Tú eres mi bien”. El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi suerte!
Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré.
Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha.
EVANGELIO
Aclamación al Evangelio   Cf. Mt 11, 25
Aleluya. ¡Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños! Aleluya.
Evangelio
Habiendo ocultado estas cosas a los sabios, las has revelado a los pequeños.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 11, 25-30.
Jesús dijo:
Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontraran alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.
 
 
Reflexión :
 
En un estanque vivía una colonia de ranas. Y el sapo más viejo se creía también el más grande y el más fuerte de toda la especie. Cada mañana se posaba a la orilla del estanque y comenzaba a hincharse para atraer la atención de sus vecinas y para presumir su tamaño y su fuerza. Un buen día se acercó un buey a beber; y el sapo, viendo que éste era más grande que él, comenzó a hincharse e hincharse, más que en otras ocasiones, tratando de igualarse al buey. Y tanto se infló que reventó. Así sucede también a muchos hombres que, por su ambición, su soberbia y prepotencia tratan de igualarse a otro buey (y también se podría escribir con «g»). Ya muy bien lo decía san Agustín: «La soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano».
Feuerbach y Nietzsche -dos filósofos ateos del siglo pasado- lanzaron sus teorías del «super-hombre» y del dominio del más fuerte. Ideas tan tristes que desembocaron en la prepotencia nazi, en un racismo aberrante y en todas las formas de totalitarismo ateo que perseguía todo tipo de religión, especialmente la católica; esas ideas fueron las causantes de la Segunda guerra mundial y originaron un abismo de inhumanidad que ni siquiera excluyeron los terribles campos de concentración y de exterminio. Esa triste «ley del más fuerte» impone muchas veces el criterio de comportamiento entre los hombres, ¡tan penosa y de tan lamentables consecuencias para la convivencia humana! Y es que el poder, la ambición desenfrenada y la soberbia prepotente pudre el corazón de los hombres y crea verdaderos infiernos.
Y, sin embargo, Jesucristo nuestro Señor nos viene a hablar hoy de humildad, de mansedumbre y de servicio: «Tomen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas»… ¿No es un mensaje ya trasnochado y pasado de moda? ¿Acaso el que triunfa, hoy en día, no es el hombre «fuerte», el «grande», el poderoso?
El pequeño, el débil y el humilde ni siquiera es tomado en cuenta; más aún, muchas veces es ridiculizado y emarginado. El mismo Nietzsche se mofaba de la humildad, diciendo que era «un vicio servil y un comportamiento de esclavos».
En el Evangelio de la fiesta … de San Francisco de Asís, se nos presenta Jesús en oración bendiciendo a su Padre: «Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado los misterios del Reino a los sabios y a los poderosos, y se los has revelado a los pequeños». ¡Qué contraste tan abismal! Pensamos que las gentes felices del mundo son los ricos, los poderosos, los grandes, los fuertes y los sabios. Y, sin embargo, nuestro
Señor llamó «dichosos» precisamente a los de la parte opuesta: «Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los misericordiosos, los pacíficos, los que padecen persecución… porque de ellos es el Reino de los cielos» (Mt 5, 1-12). Y hoy, Jesús nos sale con otra de las «suyas», invitándonos a la humildad. ¿Es que Jesús está loco?
¡Con razón nadie le hace caso! Parece que Él va siempre «en sentido contrario», contra corriente. Pero, no nos viene mal preguntarnos quién es el verdadero loco. A Nietzsche, al final de su vida, «se le saltaron la tuercas» y acabó suicidándose.
Jesús siempre se presentó así: manso y humilde. Después de la multiplicación de los panes, cuando la muchedumbre quería arrebatarlo para hacerlo rey, Él se les esconde y se va solo, a la montaña, a orar. Y cuando curó al leproso de su enfermedad inmunda o devolvió la vista al ciego de nacimiento; cuando hizo caminar al paralítico, curó a la hemorroísa,resucitó a Lázaro o a la hija de Jairo, no se dedicó a tocar la trompeta para que todo el mundo se enterara… Y, finalmente, cuando se decide a entrar triunfalmente en Jerusalén, no lo hace sobre un alazán blanco o sobre un caballazo prieto azabache, rodeado de un ejército de vencedor, sino montado en un pobre burrito, que era señal de humildad y de paz.
¡Definitivamente, Jesús no hacía milagros para «ganar votos» para las elecciones, ni se aprovechó de su popularidad entre la gente para hacerse propaganda política y ocupar los mejores puestos, como muchos de nuestros gobernantes! Él no era un populista o un demagogo como los que abundan hoy en nuestras plazas y manifestaciones públicas. Él no conocía, sin duda, esa «picardía» y oportunismo interesado, ni sabía mucho de eso que nosotros llamamos «técnicas de publicidad y de imagen»…
«Aprendan de mí -nos dice- que soy manso y humilde de corazón». Sí. Él había dicho durante su vida pública que «no había venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos» (Mc 10,45) y lo cumple al pie de la letra. ¡Aquí está la verdadera grandeza: no la del poder, sino la grandeza de la humildad, de la mansedumbre y del servicio!
Si seguimos su ejemplo, Él nos asegura los frutos que obtendremos: «Encontrarán descanso para sus almas, porque mi yugo es suave y mi carga ligera». La persona humilde goza de una paz muy profunda porque su corazón está sosegado. Ese yugo y esa carga se refieren a la cruz que tenemos que llevar todos los seres humanos. Pero Cristo nos llena de paz y de felicidad en medio del dolor porque su presencia y su compañía nos bastan y nos sacian. Él es nuestra paz. Y no importa que nos lluevan las persecuciones, las calumnias, las injurias y todo tipo de mentiras.
Reflexión de la Pascua de San Francisco de Asís.
Hermanos, Paz y Bien !!!

Fue una tarde-noche como hoy, al principio del otoño de 1226. La Providencia quiso que fuese sábado, litúrgicamente ya Domingo (día de Resurrección).
Francisco de Asís, el hombre que más se asemejó a Cristo, al fin se reencontraba con su Creador.
Hay algunas cosas que me llaman la atención del relato de Tomas de Celano. Los cuídanos de Asís, dice, pusieron centinelas en las afueras de la Porciúncula para evitar que alguien se robara a “su” santo cuando este muriese. ¿Cuántas veces nosotros nos apropiamos también de la santidad de otros? ¿Cuántas veces nos apropiamos de los santos en lugar de intentar ser santos?
Francisco fue plenamente consiente de que había llegado su hora y “organizó” su muerte… Pidió ser llevado a Santa María de la Porciúncula, aquel lugar por él amado.
A pesar del enorme sufrimiento corporal, estaba feliz, la “hermana muerte” pondría el premio a una vida entregada a Dios y le “abriría la puerta” a la Vida que no tiene fin.
Hay que tener MUCHA fe para llamar “hermana” a la muerte… Yo no puedo… ¿y tú?
Francisco había pedido a su amiga, “fray” Jacoba, que le trajese aquellos dulces que tanto le gustaban… esos que también le gustaban a Bernardo… y le hizo venir para compartirlos con él… aprovechó entonces y lo bendijo, también al resto de los que allí estaban… Bendijo también a los que habían pasado por la orden y a los que vendrían a ella… a mí (aunque algún fraile me dirá que solo a “ellos”), a ti y a los que vendrán… A todos los que vivimos y viran este carisma, a todos los que optamos y optarán por seguir Cristo siguiendo las huellas del pobre de Asís…
Al sentir que su hora llegaba, pidió que le leyeran el Evangelio. No uno cualquiera, no, pidió el de Juan, el capítulo 13, el de la Ultima Cena y el lavatorio de los pies… Como si fuese un resumen, un testamento, el servicio a los hermanos, hasta el final… a los pies de los hermanos hasta el final…
¡Ojalá también nosotros podamos decir, como Francisco, “bienvenida hermana muerte!”. Ojalá podamos mirar atrás, conscientes de que nos ha llegado la hora, y sentirnos satisfechos de una vida de servicio a los hermanos. Ojalá tengamos un último momento para despedirnos de los nuestros y bendecirlos…
Ojalá nuestra muerte sea feliz, en paz y rodeado de aquellos que amamos…
No importa cuánto tiempo hayamos vivido, sino cuanto hayamos amado y cuanto nos hayan amado…
“Se han abierto las puertas de la gloria,
se apresuran celestes mensajeros:
¡Francisco, ven, hermano, con nosotros,
junto al Señor guardado esta tu puesto!”
Paz y Bien!
Gabriel López Santamaría ( pazybien.es )

Vigilia de la Pascua de San Francisco de Asís.

Oración :
 
 
Hermano Francisco de Asís;
El pobrecillo, hermano de la creación, esposo de dama pobreza, tu que fuiste flajelado por la divina pasión de nuestro Señor, Evangelio viviente, fiel siervo del crucificado, albañil prudente, piedra viva del nuevo templo, instrumento de paz, hijo obediente del Padre, unión entre Cristo y los hombres, camino al paraíso, fruto del Espíritu Santo, hijo obediente de Maria Santísima, mensajero del Espíritu Santo, hombre de Dios.
Hoy pido tu bendición, tú que estás al lado del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, envía con tu mano traspasada por la  gracia celestial a todos tus hijos espirituales y a quienes ven en ti al Santo de Dios…Amén …
Hermano, Héctor Campos – Capuchino.

Entrevista al Papa en su viaje de vuelta a Roma, procedente de Bakú.

El Papa: “A los homosexuales y transexuales hay que acompañarlos como lo haría Jesús”.

El Santo Padre responde a las preguntas de los periodistas en el vuelo de regreso a Roma procedente de Azerbaiyán.
https://es.zenit.org/articles/el-papa-a-los-homosexuales-y-transexuales-hay-que-acompanarles-como-lo-haria-jesus/

3 OCTUBRE 2016    EL PAPA FRANCISCO
El Papa Francisco sube al avión de Alitalia (Foto archivo Osservatore © Romano)

El Papa Francisco Sube Al Avión De Alitalia (Foto Archivo Osservatore © Romano)

(ZENIT – Roma).- El matrimonio y el divorcio, la acogida de homosexuales, la teoría de género, la agenda del Santo Padre para el 2017 y las elecciones estadounidenses, son algunos de los temas abordados por el papa Francisco, como es habitual, respondiendo a las preguntas de los periodistas en el vuelo de regreso a Roma, procedentes de Bakú, capital de Azerbaiyán.
De este modo, respecto al viaje a su encuentro con el patriarca de Georgia indicó que se conmovió con él, “es un hombre de Dios”. De las cosas que “nos unen y nos separan”, el Santo Padre pide “no ponerse a discutir las cosas de doctrina” y como pueblo “rezar los unos por los otros” y “hacer cosas juntos”. El ecumenismo –subrayó– se debe hacer caminando juntos.
Y sobre el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, el Santo Padre precisó que “el único camino es el diálogo, el diálogo sincero sin cosas sobre la mesa, sincero, cara a cara, el negociar sinceramente” Y si no se puede llegar a esto –observó- se debe tener el coraje de ir a un tribunal internacional, ir a La Haya por ejemplo, y someterse al juicio internacional.
En relación con lo que dijo el Santo Padre sobre la guerra mundial contra el matrimonio, le preguntaron sobre la acogida a los divorciados recordó que Amoris Laetitia habla de cómo tratar estos casos, cómo tratar a las familias heridas y “ahí entra la misericordia”. En el capítulo 8 –señaló el Santo Padre– cuando vienen los problemas y cómo se resuelven, se resuelven con cuatros criterios, acoger a las familias heridas, acompañarlas, discernir cada caso e integrarlos, rehacer.
En relación con esto, sobre el acompañamiento a los homosexuales, el Pontífice indicó que ha acompañado “en mi vida como sacerdote, obispo y también como Papa” a personas con tendencia homosexual y también con prácticas homosexuales”. Por eso, recordó que “las personas se deben acompañar como las acompaña Jesús”. Por otro lado, quiso remarcar que “una cosa es que una persona tenga esta tendencia”, “e incluso que cambie de sexo” y otra cosa es “la hacer la enseñanza en la escuela en esta línea para cambiar la mentalidad”. A esto el Papa lo llama “colonizaciones ideológicas”. Asimismo, recordó que “cada caso se debe acoger, acompañar, estudiar, discernir e integrar. Esto es lo que haría Jesús hoy”.
Otro tema abordado fue el próximo consistorio para la creación de cardenales, el criterio sigue siendo el mismo, “me gusta que se vea en el Colegio Cardenalicio la universalidad de la Iglesia, no solo el centro europeo”. Y sobre la fecha indicó que será pronto, o finales de este año y primeros del que viene.
Sobre la visita a la zona de Italia que sufrió un terremoto a finales de agosto, explicó que todavía no ha decidido la fecha, que está decidiendo entre varias opciones. Y esta visita la hará privadamente “como sacerdote, como obispo, como Papa, pero solo, así quiero hacerlo, quiero sentir estar cerca a la gente”,
La agenda del Papa para el año que viene quedó bastante precisada. En 2017 el Santo Padre irá a Portugal, pero solo a Fátima. A India y Bangladesh es “casi seguro”. Y en África aún no hay lugar seguro, “todo depende del tiempo climático”. A Colombia, indicó una vez más, “quiero ir cuando todo esté blindado, es decir, cuando el plebiscito termine, cuando todo esté seguro, seguro, seguro”.
¿Cuál es el candidato favorito del Santo Padre para recibir el Nobel de la Paz? Escoger entre tanta gente que hoy trabaja por la Paz es muy difícil, indicó. Asimismo precisó que quisiera que  a nivel internacional, hubiese un recuerdo, un reconocimiento, una declaración “sobre los niños, sobre los discapacitados, sobre los menores de edad, sobre los civiles muertos bajo las bombas”, porque esto es un pecado contra Jesucristo “porque la carne de esos niños, de esa gente enferma, los ancianos, lo indefensos es la carne de Cristo”.
A propósito de las elecciones estadounidenses, el Pontífice aconsejó “estudien bien la propuesta, oren y elijan en consciencia”.