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EDD. sábado 09 de julio de 2016

Sábado de la decimocuarta semana del tiempo ordinario.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160708


Libro de Isaías 6,1-8.
El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo.
Unos serafines estaban de pie por encima de él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.
Y uno gritaba hacia el otro: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria».
Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo.
Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!».
Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar.
El le hizo tocar mi boca, y dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado».
Yo oí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?». Yo respondí: «¡Aquí estoy: envíame!».
Salmo 93(92),1ab.1c-2.5.
¡Reina el Señor, revestido de majestad!
El Señor se ha revestido,
se ha ceñido de poder.
Tu trono está firme desde siempre,
tú existes desde la eternidad.
Tus testimonios, Señor, son dignos de fe,
la santidad embellece tu Casa
a lo largo de los tiempos.
Evangelio según San Mateo 10,24-33.
Jesús dijo a sus apóstoles:
«El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño.
Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa!
No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido.
Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena.
¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo.
Ustedes tienen contados todos sus cabellos.
No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo.
Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.»
Comentario del Evangelio por  San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia. Homilía “al salir al exilio”, 1-3; PG 52, 427-430.
«No temáis».
Crecen las corrientes de agua y las tempestades retumban, pero nosotros no tememos de ser engullidos por ellas. Estamos firmemente fundamentados en la roca. Que el mar se embravezca, no quebrará la roca; que las corrientes salgan de su lecho, no pueden tragar la barca de Jesús. ¿Qué temeremos, decidme? ¿La muerte? “Mi vida es Cristo y morir me sería una ganancia.” (Flp 1,21) ¿El exilio? “Del Señor es la tierra y cuanto la habita” (Sal 23,1). ¿La confiscación de los bienes? “Nada hemos traído al mundo y nada podremos llevarnos de él.” (cf 1Tim 6,7) Me río de todo lo que puede infundir miedo en esto mundo. Sus bienes me causan risa. No temo la pobreza, no deseo la riqueza. No tengo miedo a la muerte…
El Señor me ha dado unas prendas. Entonces, ¿es por mis propias fuerzas que me fío de él?” Tengo en mis manos su escrito: este es mi punto de apoyo, aquí radica mi seguridad, este es mi puerto de salvación. Aunque el universo entero se ponga a temblar, yo tengo este escrito, lo releo, es la muralla de mi amparo, es mi garantía. ¿Qué me indica? “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mt 28,20)  Si Cristo está conmigo ¿qué temeré? Que se acerquen las oleadas del mar y la cólera de los poderosos: todo esto no pesa más que una tela de araña.

Homilía para la Eucaristía del domingo 10 de julio de 2016

Un cordial saludo a todos ustedes. Paz y Bien en el Señor. Hermano Pastor.

DOMINGO XV.

Deuteronomio 30,9-14: último discurso de Moisés llamando al Pueblo a la fidelidad a la Alianza. El que escucha la voz del Señor es fiel; su Palabra está en el interior del creyente.

Lucas 10,25-37: Jesús aclara al maestro de la ley el significado del término Prójimo, ya que en el Antiguo Testamento tenía un sentido muy restrictivo. Prójimo era el israelita, el cercano-vecino. Jesús le da otra dimensión al término y cómo comportarse.

1.- La enseñanza aparece aparentemente simple y clara, pero no es así. A la luz de la Palabra podemos distinguir dos enseñanzas muy ligadas entre sí, ya que así lo sugiere la pregunta del maestro de la ley: “¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” La respuesta es clara: hay que cumplir con la Voluntad de Dios expresada en la Ley. En otras palabras, quien vive la Voluntad de Dios es perfecto. La perfección no hay que buscarla fuera, ya que la Voluntad de Dios, como dice la Primera lectura, “está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la practiques”. Dios ha puesto en nuestro interior su voluntad para que la vivamos. Así tendremos vida, seremos perfectos. Esta es la primera enseñanza que nos deja hoy la Palabra: la Perfección, la Vida eterna hay que buscarla en el interior y vivirla. Como le dice Jesús al Maestro de la ley: “practícalo y vivirás”.

2.- La segunda enseñanza, que se desprende de la primera, tiene que ver con el cómo practicar lo que Dios quiere. Porque El quiere que le amemos por sobre todo, y al prójimo como a nosotros mismos. Ya vimos cómo el israelita restringía el sentido de prójimo a los de su nación solamente. Jesús plantea otra cosa: prójimo es todo aquel que se encuentra en necesidad; no importa si es israelita o pagano, bueno o malo. Para Jesús el prójimo es cualquier persona de cualquier origen. Pero hay un detalle importante, hay que comportarse como prójimo. La pregunta con la que concluye la parábola es clave: “¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado?” Es todo lo contrario a lo que hacen  el sacerdote y el levita. Estos hicieron un rodeo, lo esquivaron, para no contaminarse y quedar impuros, y siguieron de largo.

La lección es clara y dura. El prójimo no es el que se acerca a mí a pedirme algún servicio, sino aquel al cual yo descubro necesitado, me aproximo para brindarle lo que necesita: dignidad y amor.

3.- Ambas enseñanzas de la Palabra son actuales. Hay muchos que son religiosos, pero de fachada, de formas, de ritos. Hoy se cultivan las formas, los signos. Corremos el riesgo de quedarnos en la superficie, ser superficiales, y creer que la perfección está en las formas. NO. Hemos de ser cultores de la hondura, que buscan en su interior la Voluntad de Dios. Personas capaces de discernir. Hoy hay muy poco discernimiento a la luz de la fe. Y de esta manera, saber acercarnos, aproximarnos al otro, sea quien sea; ser capaces de correr el riesgo por tomar en serio al otro.

Hoy hace falta la cortesía. La cortesía es una virtud divina, Dios es cortés. El Génesis 1,31 dice: “Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno”. Sólo el que sabe ver la bondad intrínseca del otro sabrá comportarse como prójimo. Cuando falta la cortesía falta el respeto al otro. Esta es la lección que nos deja la Palabra; hermosa, pero difícil.

4.- Hoy se cumple esta Escritura. Jesús es el Divino Samaritano, que al ver nuestra situación calamitosa se conmueve, usa de misericordia con nosotros. Se detiene, no pasa de largo; se acerca, nos cura y carga con nosotros. Esto lo hizo no sólo cuando se hizo hombre, sino siempre lo hace. Hoy se hace prójimo y carga con nosotros. Él es quien paga por nosotros. ¿Qué esperamos para acercarnos a Él? “Busquen al Señor y vivirán”, dice el salmo responsorial.

Hoy el Señor nos envía y nos da una consigna: “Ve, y procede tú de la misma manera”.

                                                      Hermano Pastor Salvo Beas.

                                                          Párroco de San Miguel.

Comentario al evangelio de hoy viernes 08 de julio de 2016

Nueva instrucción a los apóstoles.
Tiempo Ordinario

Basta con tener fe para evangelizar al mundo.
Por: P. Clemente González
Fuente: Catholic.net 
http://es.catholic.net/op/articulos/48981/nueva-instruccin-a-los-apstoles.html

Del santo Evangelio según san Mateo 10, 16-23 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis; en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Creedme, no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del Hombre.
Reflexión:
La evangelización del mundo y las sociedades no sólo está reservada a los sacerdotes y las monjas. Es un llamado de Cristo para todos los católicos bautizados, es decir para nosotros. Cristo pone en nuestras manos las armas más eficaces para la evangelización del mundo: el Evangelio, el testimonio de vida, la felicidad verdadera que da la amistad y el auténtico seguimiento de Cristo cumpliendo con la Santa Misa dominical, comulgando y aplicando lo que nos dice Jesús en su Evangelio. Sin embargo nos advierte que no será fácil. Que el mundo es hostil, que seremos perseguidos. Eso es verdad. Y como muestra tenemos todo lo que sufre el Santo Padre.
¿Y por qué dificultades? Porque la naturaleza del hombre es una naturaleza caída a causa del pecado original y gracias a esto el hombre tiende a preferir el mal, los vicios, el placer, etc., en vez de vivir la virtud. Sí. Será difícil, pero no hay por qué preocuparse. Dios lo sabe solucionar todo. En este pasaje Cristo dice que enviará al Espíritu Santo a hablar por nosotros y por tanto no tenemos nada que temer. Basta con tener fe. Fe en que Cristo cumplirá su palabra al cien por cien. Que nuestro consuelo sea este: queCristo es siempre fiel. En todos los aspectos. Por tanto, adelante con nuestro compromiso de evangelizar al mundo. Y si hay problemas, en vez de descorazonarnos hay que alegrarnos porque eso es el signo de que estamos obrando bien y por Cristo, que estamos predicando su Reino y no los criterios de mundo. Cristo es siempre fiel. Basta tener fe en Él.
Propósito
Hoy ofreceré mi comunión y una oración por los misioneros.
Dialogo con Jesús
Señor tu me conoces, no permitas que me estacione en mi vida cómoda, ayudame señor. Que mi pensamiento y mi actuar sean los mismos. Que el amor me guie en todo momento. Permíteme señor vivir tu mensaje de fe y esperanza.
¨Quien tiene esperanza vive de otra manera, se le ha dado una vida nueva´. Benedicto XVI

EDD. viernes 08 de julio de 2016.

Viernes de la decimocuarta semana del tiempo ordinario.

http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160707
Libro de Oseas 14,2-10.
Así habla el Señor:
Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tu falta te ha hecho caer.
Preparen lo que van decir y vuelvan al Señor. Díganle: «Borra todas las faltas, acepta lo que hay de bueno, y te ofreceremos el fruto de nuestros labios.
Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más «¡Dios nuestro!» a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión».
Yo los curaré de su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos.
Seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, hundirá sus raíces como el bosque del Líbano;
sus retoños se extenderán, su esplendor será como el del olivo y su fragancia como la del Líbano.
Volverán a sentarse a mi sombra, harán revivir el trigo, florecerán como la viña, y su renombre será como el del vino del Líbano.
Efraím, ¿qué tengo aún que ver con los ídolos? Yo le respondo y velo por él. Soy como un ciprés siempre verde, y de mí procede tu fruto.
¡Que el sabio comprenda estas cosas! ¡Que el hombre inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos.
Salmo 51(50),3-4.8-9.12-13.14.17.
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!
Tú amas la sinceridad del corazón
y me enseñas la sabiduría en mi interior.
Purifícame con el hisopo y quedaré limpio;
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
que tu espíritu generoso me sostenga:
Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Evangelio según San Mateo 10,16-23.
Jesús dijo a sus apóstoles:
«Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.
A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento,
porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.»
Comentario del Evangelio por   San Cipriano (c. 200-258), obispo de Cartago y mártir. De las ventajas de la paciencia, 13.16.
«Como ovejas entre lobos»
Saludable es el precepto de Nuestro Señor y Maestro: «El que persevere hasta el fin se salvará» Y dice además: «Si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,31). Queridos hermanos, es necesario perseverar y soportar. Así, seguros de la esperanza de la verdad y de la libertad, podremos llegar a esta verdad y a esta libertad, porque si somos cristianos es por obra de la fe y de la esperanza. Pero para que la esperanza y la fe puedan dar sus frutos, es necesaria la paciencia…
Que nadie se mantenga en la impaciencia, ni se deje abatir en el camino del Reino, distraído y vencido por las tentaciones. No jurar, no maldecir, no reclamar lo que nos han quitado a la fuerza, poner la otra mejilla, perdonar a los hermanos su yerros, amar a los enemigos y orar por os que nos persiguen: ¿cómo llegar a hacer todo esto si no se está firme en la paciencia y la tolerancia? Es lo que vemos que hizo Esteban… No pide la venganza, sino el perdón para sus asesinos: «¡Señor, no les tengas en cuenta su pecado!» (Hec. 7, 59). Así el primer mártir de Cristo… no fue solamente el predicador de la pasión del Señor sino que le imitó en su extrema paciencia. Cuando en nuestro corazón habita la paciencia, no hay cabida en él para la cólera, la discordia y la rivalidad. La paciencia de Cristo quita todo esto para construir en su corazón una morada pacífica en la que el Dios de la paz se complace en habitar.

Comentario al evangelio de hoy jueves 07 de julio de 2016.

Que haya paz en esta casa
Tiempo Ordinario.
La evangelización, en nuestro tiempo, sólo será posible por medio del contagio de la alegría.
Por: H. Gastón Vicuña
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/48749/instrucciones-a-los-doce.html
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca: curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que  deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra, que a aquel pueblo.
Oración introductoria
Jesús, creo que estás aquí conmigo, que me escuchas y me hablas al corazón. Creo que todo lo que soy es regalo tuyo y que me amas más que nadie en este mundo. Enséñame a tomarme de tu mano y a vivir más confiado en ti, porque contigo no existe mal alguno. Ayúdame a abrirte mi corazón en esta oración, para aceptar con gozo tu voluntad y amarte en el cumplimiento fiel de tu querer.
Petición
Jesús, que sea el apóstol que quieres de mí.
Meditación del Papa Francisco
El Señor quiere una Iglesia pobre que evangelice a los pobres. Cuando Jesús envió a los Doce, les dijo: “No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino; ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento”. La pobreza evangélica es una condición fundamental para que el Reino de Dios se difunda. Las alegrías más hermosas y espontáneas que he visto en el transcurso de mi vida son las de personas pobres, que tienen poco a que aferrarse. La evangelización, en nuestro tiempo, sólo será posible por medio del contagio de la alegría.
Como hemos visto, la Bienaventuranza de los pobres de espíritu orienta nuestra relación con Dios, con los bienes materiales y con los pobres. Ante el ejemplo y las palabras de Jesús, nos damos cuenta de cuánta necesidad tenemos de conversión, de hacer que la lógica del ser más prevalezca sobre la del tener más. Los santos son los que más nos pueden ayudar a entender el significado profundo de las Bienaventuranzas. (S.S. Francisco, Mensaje para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014).
Reflexión
Mateo ha grabado en su Evangelio estas instrucciones que Jesús dio a sus discípulos antes de enviarlos por los pueblos a predicar que el Reino de Dios estaba cerca. Los cristianos de todas las épocas han entendido que estas disposiciones no estaban dirigidas sólo a ellos, sino a todo cristiano que, en virtud de su bautismo, es también discípulo del Maestro y enviado a proclamar su mensaje a todos los hombres.
¿Y qué nos dice este pasaje a nosotros, dos mil años después? Las palabras de Jesús siguen siendo tan actuales como entonces, ya que vivimos igualmente en un mundo necesitado de testigos de Dios, que busca desesperadamente dónde está la verdad y el amor. Nosotros, apóstoles de nuestro tiempo, estamos también llamados a entregarnos gratuitamente a nuestros hermanos, en la ayuda desinteresada, el servicio franco y la donación personal sin medida. Jesucristo nos sigue insistiendo en la necesidad de no perdernos en las cosas y los métodos, para que así brille la luz que llevamos en el corazón. Nos previene contra el peligro de no alumbrar este mundo por estar muy distraídos con nosotros mismos. Él quiere que vivamos una vida de amor, de paz, de alegría y confianza en Él, una vida que sencilla y centrada en lo fundamental. Este es el testimonio que transforma, que convierte. Este es el estilo de vida de los primeros cristianos que cambió todo un mundo para Cristo.
«Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que de deseáis vendrá a ella.» Ser hombres de misión, de saludo y de paz. Hombres que llevan a Dios en los labios y en el corazón, pero sabiendo que mucho antes que las palabras, es el testimonio de la propia vida lo que convence y lo que arrastra a los demás hacia Dios.
¿Cuál es el testimonio que irradio a los demás? ¿Sé dejar el buen olor a Cristo con mi presencia, testimonio y conversaciones?, ¿o el respeto humano puede más en mí, y no soy capaz de dar ese testimonio que Cristo me pide?, ¿es mi comportamiento distinto frente a Dios y frente a los demás, o soy un hombre auténtico que actúa siempre de cara a Dios?
Propósito
Daré testimonio de mi fe en una entrega alegre a los demás, siendo siempre un sembrador de paz.
Dialogo con Cristo
Jesús, sé que me escuchas y me amas. Quiero oír tu voz en estas palabras del Evangelio. Sé que me llamas a ser tu testigo, a ser más tuyo y menos del mundo. Enséñame a darte siempre el primer lugar en mi vida, y servirte con alegría y desinterés en los demás. Te pido la gracia de nunca defraudar tu amor por mí, sino vivir esta vida que me regalas cumpliendo la misión que me tienes encomendada.
«La misión de todos los apóstoles de Cristo, en todos los tiempos, consiste en ser colaboradores de la verdadera alegría.» Benedicto XVI, Miércoles 10 de septiembre de 2008
 

EDD. Jueves 07 de julio de 2016

Jueves de la decimocuarta semana del tiempo ordinario.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160701


Libro de Oseas 11,1-4.8c-9.
Así habla el Señor:
Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Pero cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí; ofrecían sacrificios a los Baales y quemaban incienso a los ídolos.
¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba.
Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer.
Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura:
no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.
Salmo 80(79),2ac.3b.15-16.
Escucha, Pastor de Israel,
Tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que Tú hiciste vigoroso.
Evangelio según San Mateo 10,7-15.
Jesús dijo a sus apóstoles:
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.
Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.»
No lleven encima oro ni plata, ni monedas,
ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir.
Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella.
Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.
Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies.
Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.
Comentario del Evangelio por  San Juan Pablo II (1920-2005), papa. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2002.
“Paz a esta casa.” (Lc 10,5)
Después del 11 de setiembre de 2001, el mundo entero ha tomado conciencia con una intensidad hasta ahora desconocida, de la vulnerabilidad de cada ser humano y ha comenzado a contemplar el futuro con un sentimiento nuevo de profundo miedo. De cara a este sentimiento, la Iglesia quiere dar testimonio de su esperanza, fundada sobre la convicción de que el mal, “mysterium iniquitatis) (2Tess. 2,7) no tiene la última palabra en las vicisitudes humanas. La historia de la salvación, narrada en la Sagrada Escritura, proyecta una luz intensa sobre la historia del mundo, mostrando que ésta está siempre acompañada por la solicitud misericordiosa y providente de Dios que conoce los caminos para llegar a los corazones más endurecidos y sacar frutos buenos de terrenos áridos e infecundos.
Esta es la esperanza que sostiene la Iglesia…Con la gracia de Dios, el mundo, donde el poder del mal aparece una vez más como vencedor, será transformado en un mundo donde las aspiraciones más nobles del corazón humano serán cumplidas, un mundo donde prevalecerá la paz verdadera.
Los acontecimientos recientes, con sus sangrientos episodios que mencionado más arriba, me empujan a la reflexión que a menudo brota del fondo de mi corazón, recuerdos de acontecimientos históricos que han marcado mi vida, especialmente en el curso de mis años de juventud. Los sufrimientos indecibles de pueblos y personas, entre ellos muchos de mis amigos y personas conocidas, a causa de los totalitarismos nazi y comunista, siempre han suscitado en mí interrogantes y han estimulado mi oración. Muchas veces, me he detenido en la siguiente reflexión: ¿Cuál es el camino que conduce al restablecimiento completo del orden moral y social que están empañados de manera tan bárbara? He llegado a la convicción, a través de la reflexión referida a la Revelación bíblica, que no se puede restablecer  el orden quebrantado si no es llegando a una armonía entre justicia y perdón. Los pilares de la verdadera paz son la justicia y esta forma particular de amor que es el perdón.

Comentario al evangelio de hoy miércoles 06 de julio de 2016

Misión y poderes a los doce apóstoles.
Tiempo Ordinario.

Cada día, Jesús nos llama por nuestro nombre. Sigamos su voz.
Por: P. Clemente González
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/48690/misin-y-poderes-a-los-doce-apstoles.html

Del santo Evangelio según san Mateo 10, 1-7
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigios más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca.
Oración introductoria
Señor, tu busco en esta oración sabiendo que el celo por las almas te consume. Confío que así como enviaste a tus doce apóstoles a buscar a las ovejas perdidas, hoy me ilumines para conocer y cumplir mi misión.
Petición
Jesús, quiero colaborar contigo en la obra de la salvación. Hazme ver en dónde y cómo puedo hacerlo.
Meditación del Papa
Es su responsabilidad tener en cuenta el vínculo esencial entre la fe y la caridad, porque se iluminan uno al otro en su propia verdad. La caridad favorece la apertura y el encuentro con el hombre de hoy, en su realidad concreta, para llevar a Cristo y su amor a cada persona y a cada familia, especialmente para aquellos más pobres y solos. Caritas Christi urget nos: es el amor de Cristo que llena los corazones y nos mueve a evangelizar. El divino Maestro, ahora como entonces, envía a sus discípulos por los caminos del mundo para proclamar su mensaje de salvación a todos los pueblos de la tierra. Los desafíos actuales que tienen delante, queridos hermanos, son exigentes. Pienso, en primer lugar, en la indiferencia religiosa, que lleva a muchas personas a vivir como si Dios no existiese, o a conformarse con una religión vaga, incapaz de enfrentarse a la cuestión de la verdad y el deber de la coherencia. Benedicto XVI, 16 de febrero de 2012.
Reflexión
Toda llamada es una invitación. Implica una cierta iniciativa e interés por parte de quien la realiza. En el pasaje de los discípulos de Emaús, vemos cómo, Jesús, caminaba junto a ellos, aun si no eran capaces de reconocerlo. Cuántas veces, Jesús camina junto a nosotros y no somos capaces de descubrirlo. Es Él quien toma la iniciativa. Invita. Llama. Sale a nuestro encuentro. Cuando Jesús eligió a los doce, en cada uno de ellos, estábamos representados nosotros como cristianos. Dice el evangelio que los llamó por su nombre.
Cada día, Jesús nos llama por nuestro nombre. Lo hace a través de múltiples medios: algún sacramento, el testimonio de tantas personas, los eventos de la vida cotidiana… Esta llamada, trae consigo poderes y responsabilidades. El poder es el de la gracia que actúa en, y por medio de nosotros. La responsabilidad es la de curar toda enfermedad o dolencia. El mundo necesita la luz del cristianismo. ¡Cuánta paz, alegría y vida, se halla en quien conoce y ama a Dios! Cuando Jesús dijo a los doce: «Id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel, y en vuestro camino predicad diciendo: El Reino de Dios se acerca», nos invita a fijarnos en los más necesitados. En las almas atribuladas por el pecado. Nuestro mensaje es un mensaje de salvación. Es un mensaje de confianza y esperanza. Es un mensaje de alegría. Es un mensaje transformador. Un mensaje capaz de tocar lo más profundo de cada ser humano.
Ojalá que cada uno de nosotros, en medio de sus quehaceres de cada día, al escuchar su nombre, se sienta realmente interpelado. Cuando vemos a través de la televisión la euforia y la emoción de quienes se ganan el premio de la lotería, vemos que todos tienen una misma reacción: la de darlo a conocer. La de participar a los demás de esa alegría.
Los cristianos, nos hemos sacado la verdadera lotería, «el premio gordo». Lo curioso de este premio, es que, no sólo es para nosotros. Se trata de compartirlo, de transmitirlo y de hacer que, más «ovejas perdidas de la casa de Israel» encuentren a Dios y sean felices. ¡Cuánto amor y cuánta misericordia por parte de Dios! Sigamos su voz. Seamos apóstoles y, en ese hacer felices a los demás, acrecentaremos nuestra verdadera felicidad y nos estaremos ganando la vida eterna…
Propósito
Examinar mi responsabilidad como discípulo y misionero de Cristo y rezar hoy por un sacerdote en particular.
Diálogo con Cristo
Señor, me has elegido a pesar de mi debilidad. Quiero corresponder a tanto amor, imitar tu entrega a la misión. Te ofrezco mi trabajo de este día como respuesta a tu llamado a ser tu discípulo y misionero, sabiendo que el modo más eficaz de comunicarte se logra por la autenticidad de mi testimonio que, con tu gracia, puede iluminar la vida de los demás.

EDD. Miércoles 06 de Julio de 2016

Miércoles de la decimocuarta semana del tiempo ordinario.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160706
Libro de Oseas 10,1-3.7-8.12.
Israel era una viña exhuberante, que producía su fruto. Cuanto más se multiplicaban sus frutos, más multiplicaba él los altares; cuanto mejor le iba al país, mejores hacía él las piedras conmemorativas.
Su corazón está dividido, ahora tendrán que expiar: el mismo Señor destrozará sus altares, devastará sus piedras conmemorativas.
Seguramente dirán entonces: «No tenemos rey, porque no hemos temido al Señor. Pero el rey ¿que podría hacer por nosotros?».
¡Samaría está completamente perdida! Su rey es como una astilla sobre la superficie de las aguas.
Los lugares altos de Aven, el pecado de Israel, también serán destruidos; espinas y cardos invadirán sus altares. Ellos dirán entonces a las montañas: «Cúbrannos», y a las colinas: «¡Caigan sobres nosotros!».
Siembren semillas de justicia, cosechen el fruto de la fidelidad, roturen un campo nuevo: es tiempo de buscar al Señor, hasta que él venga y haga llover para ustedes la justicia.
Salmo 105(104),2-3.4-5.6-7.
Canten al Señor con instrumentos musicales,
pregonen todas sus maravillas!
¡Gloríense en su santo Nombre,
alégrense los que buscan al Señor!
¡Recurran al Señor y a su poder,
busquen constantemente su rostro!
recuerden las maravillas que él obró,
sus portentos y los juicios de su boca!
Descendientes de Abraham, su servidor,
hijos de Jacob, su elegido:
el Señor es nuestro Dios,
en toda la tierra rigen sus decretos.
 
Evangelio según San Mateo 10,1-7.
Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.
Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;
Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;
Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: «No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos.
«Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.
 
Comentario del Evangelio por
San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario al evangelio de Lucas, V, 44-45
«Y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó»
«Jesús llamó a sus discípulos y escogió a doce» para enviarlos, sembradores de la fe, a propagar la ayuda y la salvación de los hombre en el mundo entero. Fijaos en este plan divino: no son ni sabios, ni ricos, ni nobles, sino pecadores y publicanos los que escogió para enviarlos, de manera que nadie pudiera pensar que habían sido arrastrados con habilidad, rescatados por sus riquezas, atraídos a su gracia por el prestigio de poder o notoriedad. Lo hizo así para que la victoria fuera fruto de la legitimidad y no del prestigio de la palabra.
Escogió al mismo Judas, no por inadvertencia sino con conocimiento de causa. ¡Qué grandeza la de esta verdad que incluso un servidor enemigo no puede debilitar! ¡Qué rasgo de carácter el del Señor que prefiere que, a nuestros ojos quede mal su juicio antes que su amor! Cargó con la debilidad humana hasta el punto que ni tan sólo rechazó este aspecto de la debilidad humana. Quiso el abandono, quiso la traición, quiso ser entregado por uno de sus apóstoles para que tú, si un compañero te abandona, si un compañero te traiciona, tomes con calma este error de juicio y la dilapidación de tu bondad.
©Evangelizo.org 2001-2016

Comentario al evangelio de hoy martes 05 de julio de 2016.

La mies es mucha, pero los trabajadores pocos.
Milagros de Jesús
Tiempo Ordinario
Cristo no se olvida de nosotros. Trabajemos siguiendo su ejemplo.
Por: Misael Cisneros
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/49020/curacin-de-un-mudo.html
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 32-38
Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: Jamás se vio cosa igual en Israel. Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios. Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, reclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban cansados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
Oración introductoria
Jesús, me postro ante tu presencia con la seguridad de tu amor. Tu gracia puede moldear mi corazón, curarlo de esas debilidades que me alejan de tu amor. Compadecete de mí, soy tu oveja descarriada que te busca en esta oración.
Petición
Señor, sé que la mies es mucha y los trabajadores pocos. ¡Hazme un obrero de tu mies!
Meditación del Papa
Más allá de sus trabajos apostólicos, los religiosos, con las vidas que llevan, son una fuente fructífera de espiritualidad para toda la comunidad cristiana. De la misma manera que se abren a la gracia de Dios, los religiosos y las religiosas inspiran a otros a responder con verdad, humildad y alegría a la invitación del Señor a seguirle.
Respecto a esto, mis queridos hermanos obispos, sé que sois conscientes de los muchos factores que inhiben el crecimiento espiritual y vocacional, especialmente entre la gente joven. Sin embargo, sabemos que sólo Jesucristo responde a sus anhelos más profundos y da un verdadero sentido a sus vidas. Sólo en Él nuestros corazones pueden encontrar reposo. Continuad, por tanto, hablando a la gente joven y animadles a considerar seriamente la vida consagrada o sacerdotal; hablad con sus padres sobre su papel indispensable en el fomento y apoyo a vocaciones de este tipo; y pedid a vuestra gente que rece al dueño de la mies a que mande más obreros.  Benedicto XVI, 8 de septiembre de 2011.
Reflexión
Después de que expulsó al demonio, comenzó a hablar el mudo. Así sucede con nuestra alma: aspira dones espirituales muy elevados y nosotros la tenemos callada con un demonio que le impide hablar todas las cosas buenas de Dios. Este demonio seguramente es nuestro orgullo y soberbia que nos mantiene tan irreconciliables con Dios como lo pudiesen estar la noche y el día al mismo tiempo. Sin embargo, para superar estos obstáculos que nos impiden ser santos sólo nos queda la esperanza de ser curados por Cristo. Sólo con su presencia permitiremos dejar hablar a nuestra alma todas esas palabras bellas que quiere transmitir de Dios, del perdón, del consuelo, del amor, de la paz.
Hoy día Cristo no se olvida de nosotros. Él desea seguir curando enfermos y expulsando demonios, pero «le faltan» pies y manos, «le faltan» corazones y bocas, «le falta» la fuerza corporal de la juventud para que todos queden sanos. Podría permitir que el mundo se convirtiese en un instante pero no lo hace por respeto a nuestra libertad, el don más grande después de nuestra fe.
Qué hermosa lección sacaríamos de este evangelio si nos diésemos cuenta de esta compasión que siente Jesucristo por nosotros. Compasión de ver a tantas ovejas sin pastor y que sienten la necesidad de recibir la salud pero que no pueden por falta de esos pastores entregados y generosos. Pidamos a Cristo que nos envíe hombres y mujeres que no teman dar su vida para seguir a Cristo incondicionalmente.
Propósito
Organizar mi tiempo para participar, en una Hora Eucarística por las vocaciones.
Diálogo con Cristo
Acéptame, Jesús, como uno de los tuyos, como un fiel seguidor dispuesto a todo por tu Reino.
 

Martes de la decimocuarta semana del tiempo ordinario.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160705
Libro de Oseas 8,4-7.11-13.
Así habla el Señor:
Entronizaron reyes pero sin contar conmigo; designaron príncipes, pero sin mi aprobación. Se hicieron ídolos con su plata y su oro, para su propio exterminio.
Yo rechazo tu ternero, Samaría; mi ira se ha encendido contra ellos. ¿Hasta cuándo no podrán recobrar la inocencia?
Porque ese ternero proviene de Israel: lo hizo un artesano, y no es Dios. Sí, el ternero de Samaría quedará hecho pedazos.
Porque siembran vientos, recogerán tempestades. Tallo sin espiga no produce harina, y si la produce, se la tragarán los extranjeros.
Efraím multiplicó los altares para expiar el pecado, pero esos altares le han servido sólo para pecar.
Por más que escriba para él mil prescripciones de mi Ley se las tendría por una cosa extraña.
En cuanto a los sacrificios que me ofrecen, ¡que los inmolen, que se coman la carne! ¡El Señor no los aceptará! Ahora, él se acordará de sus culpas y pedirá cuenta de sus pecados: entonces ellos regresarán a Egipto.
 
Salmo 115(113B),3-4.5-6.7ab-8.9-10.
Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra
él hace todo lo que quiere.
Los ídolos, en cambio, son plata y oro,
obra de las manos de los hombres.
Tienen boca pero no hablan,
ojos, pero no ven ,
tienen orejas, pero no oyen,
tienen nariz, pero no huelen.
Tienen manos, pero no palpan,
tienen pies, pero no caminan;
Como ellos serán los que los fabrican,
los que ponen en ellos su confianza.
Pueblo de Israel, confía en el Señor:
él es tu ayuda y tu escudo;
familia de Aarón, confía en el Señor:
él es tu ayuda y tu escudo.
Evangelio según San Mateo 9,32-38.
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel».
Pero los fariseos decían: «El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios».
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.»
Comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo (c. 345-407), presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilías sobre el evangelio de san Mateo, nº 32
«Proclamando la buena noticia y curando enfermedades»
Jesús, en cambio, tras de infinitas injurias y querellas: recorría las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino de Dios y curando toda enfermedad y toda dolencia. Y no sólo no los castiga por ingratos, pero ni siquiera los reprende. Manifestaba así su mansedumbre (…) Recorría así las ciudades y aldeas y sinagogas, enseñándonos a rechazar las injurias, no con injurias, sino con beneficios mayores. Si tú haces los beneficios por Dios y no por los hombres, hagan lo que hagan tus consiervos, no dejarás de beneficiarlos, para que sea mayor tu recompensa. (…) Cristo, para enseñarnos que procedía por pura benignidad, no sólo no esperaba a que los enfermos fueran a él, sino que iba en busca de ellos y les hacía un doble beneficio: el del reino de los cielos y el de la curación de todo género de enfermedades.
Y no se contentaba con esto sino que tomó otra providencia además. Pues dice el evangelista: Viendo a la muchedumbre, se enterneció de compasión por ella, porque estaban fatigados y decaídos, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a los discípulos: «La mies es mucha, pero pocos los obreros. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies». Considera de nuevo cuan ajeno está a la vanagloria. Para no atraerlos todos personalmente hacia sí, manda a sus discípulos. Pero no únicamente por eso, sino además para adiestrarlos, a fin de que, ejercitándose en Judea, como en una palestra, se preparen de este modo para las luchas en todo el orbe. (…)
Por de pronto los gradúa como médicos de las enfermedades corporales y les reserva para más tarde la curación de las almas, que es la principal. Advierte en qué forma les hace ver ser esto cosa fácil y necesaria. ¿Qué les dice? La mies es mucha y los obreros pocos. Como si les dijera: «Mirad que no os envío a la siembra, sino a la cosecha». (…) Les decía esto para reprimirles sus altos sentires e instruyéndolos al mismo tiempo para que tuvieran gran confianza y demostrándoles que ya había precedido el mayor trabajo.
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