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EDD. miércoles 18 de octubre de 2017.

Fuente :  http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20171014
 
Fiesta de san Lucas, evangelista
 
Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 4,10-17b.
Querido hermano:
Demas me ha abandonado por amor a este mundo. Él se fue a Tesalónica, Crescente emprendió viaje a Galacia, y Tito, a Dalmacia.
Solamente Lucas se ha quedado conmigo. Trae contigo a Marcos, porque me prestará buenos servicios.
A Tíquico lo envié a Efeso.
Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en la casa de Carpo, y también los libros, sobre todo, los rollos de pergamino.
Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño: el Señor le pagará conforme a sus obras.
Ten cuidado de él, porque se opuesto encarnizadamente a nuestra enseñanza.
Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron. ¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta!
Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos.
 
Salmo 145(144),10-11.12-13ab.17-18.
Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.
El Señor es justo en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan,
de aquellos que lo invocan de verdad.
 
Evangelio según San Lucas 10,1-9.
El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’.»
 
Comentario del Evangelio por Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo. Homilías sobre san Lucas, nº 1, 1-2.
 
«Para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1, 1-4).
«Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros… Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, querido Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido» (Lc 1,1-4).
En otro tiempo, entre los judíos, muchos pretendían tener el don de profecía, pero algunos eran falsos profetas… Igualmente ha ocurrido en tiempos del Nuevo Testamento, en que muchos «han intentado» escribir unos evangelios, pero no todos han sido aceptados… Estas palabras «han intentado» contienen una escondida acusación contra los que, sin poseer la gracia del Espíritu Santo, se han lanzado a la redacción de evangelios. Mateo, Marcos, Lucas y Juan no han «intentado» escribir sino que son ellos los que, llenos del Espíritu Santo, han escrito los verdaderos evangelios…
La Iglesia posee, pues, cuatro evangelios; los herejes tienen gran cantidad de ellos… «Muchos han intentado escribir», pero solamente cuatro evangelios han sido aprobados; y es de éstos que debemos sacar, para ponerlo a la luz, lo que hay que creer de la persona de nuestro Señor y Salvador. Sé que existe un evangelio que llaman «según Tomás», otro «según Matías», y todavía leemos algunos otros para no dar la impresión, frente a los que se imaginan saber alguna cosa cuando conocen estos textos, de ser ignorantes. Pero en todo ello no aprobamos más que lo que aprueba la Iglesia: sólo se deben admitir cuatro evangelios. Esto es lo que se puede decir sobre el texto del prólogo de san Lucas: «Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros».
 

Santa Marta: “¿Yo escucho la Palabra de Dios? ¿Y la dejo entrar?”

Fuente : https://es.zenit.org/articles/santa-marta-yo-escucho-la-palabra-de-dios-y-la-dejo-entrar/

El Papa reflexiona sobre la “necedad” de algunos cristianos.

17 octubre 2017 Rosa Die Alcolea El papa Francisco

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Santa Marta © L´Osservatore Romano

(ZENIT – 17 Oct. 2017).- “El necio no escucha. Él cree que escucha, pero no escucha. Hace la suya, siempre. Y por esto la Palabra de Dios no puede entrar en el corazón, y no hay lugar para el amor”, ha afirmaba el Papa esta mañana.

El papa Francisco ha celebrado la misa esta mañana, 17 de octubre de 2017, en la capilla de la Casa de Santa Marta, y ha reflexionado sobre la “necedad”. En la Liturgia del día, hoy, tercer martes de octubre, aparece dos veces la palabra “necios”.

El Santo Padre ha recordado que en efecto, Jesús la dice a los fariseos (Lc 11, 37-41); mientras San Pablo cuando se refiere a los paganos (Rm 1, 16-25). Pero el Apóstol de los Gentiles también a los Gálatas les había dicho “necios” porque se habían dejado engañar por las “nuevas ideas”. Y esta palabra “más que una condena, es una recomendación” –aclaró el Papa– porque hace ver el camino de la necedad que conduce a la corrupción. “Estos tres grupos de necios son corruptos”, dijo también Francisco.

Así, el Papa ha dado a conocer que “la necedad es un no escuchar, la incapacidad de escuchar la Palabra: cuando la Palabra no entra, no la dejo entrar porque no la escucho. El necio no escucha. Él cree que escucha, pero no escucha. Hace la suya, siempre. Y por esto la Palabra de Dios no puede entrar en el corazón, y no hay lugar para el amor. Y si entra, entra destilada, transformada por mi concepción de la realidad. Los necios no saben escuchar. Y esta sordera los conduce a esta corrupción. No entra la Palabra de Dios, no hay lugar para el amor y, al final, no hay lugar para la libertad”.

El Papa añadió que “se vuelven esclavos” porque confunden “la verdad de Dios con la mentira” y adoran a las criaturas en lugar de al Creador.

“No son libres, y no escuchar, esta sordera no deja lugar al amor y ni siquiera a la libertad: nos conduce siempre a una esclavitud. ¿Yo escucho la Palabra de Dios? ¿Y la dejo entrar? Esta Palabra, que hemos oído cantando el Aleluya, es la Palabra de Dios viva, es eficaz, discierne los sentimientos y los pensamientos del corazón. Corta, va dentro. ¿Dejo entrar esta Palabra? ¿O a esta Palabra soy sordo? ¿Y la transformo en pertenencia, la transformo en idolatría, hábitos idolátricos, o la transformo en ideología? Y no entra… Ésta es la necedad de los cristianos”.

Al terminar su reflexión, el Papa ha invitado a todos a mirar los “iconos de los necios de hoy”: “Hay cristianos necios y también pastores necios”. “San Agustín –recordó el Papa– los aporrea bien, con fuerza” porque “la necedad de los pastores hace mal al rebaño”.

En esta línea, Francisco ha exhortado a que “junto a esta necedad miremos al Señor que siempre está a la puerta”, llama y espera. Y ha advertido: “Y si caemos en esta necedad, nos alejamos de Él y Él experimenta esta nostalgia. Nostalgia de nosotros. Y Jesús con esta nostalgia lloró, lloró por Jerusalén: era precisamente la nostalgia de un pueblo que había elegido, había amado pero que se había alejado por necedad, que había preferido las apariencias, los ídolos o las ideologías”.

 

Comentario al evangelio de hoy martes 17 de octubre de 2017

La limosna del interior enternece el corazón de Dios.

Martes XXVIII del tiempo ordinario.
Por: H. Balam Loza, L.C.
 
 
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/67061/la-limosna-del-interior-enternece-el-corazon-de-dios.html

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Quiero abrirte las puertas de mi corazón de par en par. ¿Qué puedo hacer si Tú no vienes a mi casa? Necesito que el perfume de tu amor llene toda mi vida. Tú eres el único que puede dar un sentido a mi vida y en Ti quiero vivir. ¡Cuántas veces como el hijo pródigo me he marchado! Y me doy cuenta que la vida contigo no es fácil, pues hay que cargar la cruz. La diferencia está en que Tú la cargas conmigo, contigo la carga es suave y la cruz ligera. Ven, hoy, a mi corazón y a mi vida.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como en fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo.»
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
«Dad limosna de lo de dentro». Muchas veces salen a nuestro encuentro una gran cantidad de pobres y necesitados. Muchos vendrán a pedir una moneda, pero otros vendrán a pedir de nuestro tiempo atención o cariño. Y con éstos últimos es necesario dar desde dentro. Con todo el corazón. Pensemos, por ejemplo, en ese familiar que ha tenido un accidente y que necesita que lo acompañemos en el hospital quitándole tiempo al sueño, al trabajo o mi diversión. O qué tal esa persona anciana que siempre habla de las mismas cosas y de la que ya estamos un poco aburridos.
Sí, no basta estar o mirar fríamente. Es necesario dar limosna, pero una moneda distinta. Hace falta el calor del corazón. Los fariseos invitaron a comer a Jesús, pero las puertas de su casa estaban abiertas con formalidad, es decir, era una invitación comprometida y no espontánea. Esto explica por qué están atentos a cada uno de los actos del Maestro. Lo ven todo y, al mismo tiempo, lo critican todo. ¿Cómo hubiese sido si esa invitación fuese del interior, de corazón? No importarían tanto los protocolos… ¿Cómo son nuestras reuniones familiares? ¿Y las comidas con los amigos y personas queridas?
Eso nos pide Jesús hoy. Cuando invitemos a alguien a nuestra casa, cuando demos una limosna hagámoslo desde dentro. No basta con dar una moneda en el momento de las ofrendas durante la misa. Hay que darlo con todo el corazón. Pensemos en esa viuda que puso sus dos moneditas… No dio grandes cantidades, ni fue anunciando con la trompeta. Sin embargo, es enternecedor ver a Jesús que reconoce en esas dos moneditas el gran amor de esa mujer. No importa cuánto demos sino cómo lo demos.

La verdadera fe es la que nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos y más humanos; es la que anima los corazones para llevarlos a amar a todos gratuitamente, sin distinción y sin preferencias, es la que nos hace ver al otro no como a un enemigo para derrotar, sino como a un hermano para amar, servir y ayudar; es la que nos lleva a difundir, a defender y a vivir la cultura del encuentro, del diálogo, del respeto y de la fraternidad; nos da la valentía de perdonar a quien nos ha ofendido, de ayudar a quien ha caído; a vestir al desnudo; a dar de comer al que tiene hambre, a visitar al encarcelado; a ayudar a los huérfanos; a dar de beber al sediento; a socorrer a los ancianos y a los necesitados.
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de abril de 2017).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Esta semana voy a dar una limosna a la Iglesia, con mucho espíritu de gratitud, pensando en cuánto he recibido.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

EDD. martes 17 de octubre de 2017

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20171017
 
Martes de la vigésima octava semana del tiempo ordinario
Carta de San Pablo a los Romanos 1,16-25. 
Yo no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos en primer lugar, y después de los que no lo son.
En el Evangelio se revela la justicia de Dios, por la fe y para la fe, conforme a lo que dice la Escritura: El justo vivirá por la fe.
En efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad y la injusticia de los hombres, que por su injusticia retienen prisionera la verdad.
Porque todo cuanto de se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos: Dios mismo se lo dio a conocer,
ya que sus atributos invisibles -su poder eterno y su divinidad- se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras. Por lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa:
en efecto, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde. Por el contrario, se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad.
Haciendo alarde de sabios se convirtieron en necios,
y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes que representan a hombres corruptibles, aves, cuadrúpedos y reptiles.
Por eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos,
ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente. Amén.
 
Salmo 19(18),2-3.4-5. 
El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje
y las noches se van dando la noticia.
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo.
Allí puso una carpa para el sol
 
Evangelio según San Lucas 11,37-41. 
Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa.
El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: «¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.
 
 
Comentario del Evangelio por Santa Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad. El gozo del don.
 
«Dad limosna de lo de dentro y así lo tendréis limpio todo»
No podemos quedar satisfechos dando sólo dinero; el dinero no es suficiente pues se puede encontrar en otra parte. Los pobres tienen necesidad de nuestras manos para ser servidos, y de nuestros corazones para ser amados. La religión de Cristo es el amor, el contagio del amor.
Los que pueden llevar una vida cómoda sin duda que tienen sus razones. Pueden habérsela ganado con sus trabajos; yo sólo monto en cólera frente al despilfarro, los que echan a la basura lo que podría sernos de utilidad. La dificultad está en que, muy a menudo, los ricos e incluso la gente que vive cómodamente, no saben verdaderamente qué son los pobres; por eso podemos perdonarlos, porque el conocimiento sólo puede conducir al amor, y el amor al servicio. Es porque no les conocen que no se conmueven por ellos.
Por amor procuro dar a los pobres lo que los ricos no podrían obtener con dinero. Ciertamente, no tocaré a un leproso ni por un millón, pero lo cuidaré gustosamente por el amor de Dios.
 

Comentario al evangelio de hoy lunes 16 de octubre de 2017.

Los auténticos milagros.

Lunes XXVIII del tiempo ordinario.
Por: H. Michael Vargas Arias, L.C.
 
 
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/67060/los-autenticos-milagros.html

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Ilumina mi mente, Señor, y dispón mi alma para poder contemplar los milagros que haces en cada momento de mi vida. Enséñame, Señor, a descubrirte e infunde en mi corazón tu espíritu para poder amarte cada día más.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: «La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará otra señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Qué sucede en mi interior, Señor? ¿Por qué dudo cuando sé cuál es la verdad? Nuevamente puedo sentir ese deseo de encontrar las respuestas de mi vida. Ese mismo deseo que sintieron los habitantes de Nínive al pedir un signo a Dios. Pero ¿realmente pido a Dios lo que es correcto? ¿No será que me falta fe?
Ante los hechos que suceden en mi vida, puedo reaccionar de diversas maneras; quiero respuestas, pido señales y muchas veces sufro la impaciencia, cuando realmente me falta detenerme, esperar y ver más allá. No basta sólo con utilizar mis ojos humanos, sino que falta utilizar los ojos de la fe, esos ojos que ven y mueven mi corazón a actuar; pues puedo pasar días enteros, noches en vela, pidiendo milagros extraordinarios, cuando los verdaderos milagros los estoy viviendo día a día sin darme cuenta.
Soy tan afortunado, Señor, tengo el don de la vida, la compañía de Dios, el don de tener otras personas a mi lado con las cuales puedo compartir y muchas veces no me doy cuenta de todo ello. Quizá sea que realmente lo esencial es invisible a los ojos humanos, mas no a los ojos de la fe.
Enséñame, Señor, a contemplar los verdaderos milagros que suceden en mi vida. Enséñame, por favor, a descubrirte en lo ordinario y a no querer buscar siempre lo extraordinario, pues quien busca la verdad, busca a Dios aunque no lo sepa, como nos enseña santa Edith Stein.

Hay otros como el terco Jonás, que son los justicieros. Él iba, profetizaba, pero en su corazón decía: «Pero se lo merecen. Se lo merecen. ¡Se la han buscado!’. Él profetizaba, ¡pero no oraba! No pedía perdón al Señor por ellos. Solo los golpeaba. Son los verdugos, ¡los que piensan que tienen razón! Y al final -continúa el libro de Jonás- se ve que era un hombre egoísta, porque cuando el Señor lo ha salvado, por la oración del pueblo, Nínive, él se ha enojado con el Señor: «¡Tú siempre eres así. Tú siempre perdonas!’. Por lo tanto, la oración que es solo fórmula sin corazón, así como lo es el pesimismo o la inclinación a una justicia sin perdón, son tentaciones que el cristiano siempre debe evitar para llegar a elegir «la mejor parte».
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de octubre 2013).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré una visita al Santísimo y le daré gracias por todos los dones que he recibido.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
 

EDD. lunes 16 de octubre de 2017.

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=commentary&localdate=20171016
 
Lunes de la vigésima octava semana del tiempo ordinario
Carta de San Pablo a los Romanos 1,1-7.
Carta de Pablo, servidor de Jesucristo, llamado para ser Apóstol, y elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios,
que él había prometido por medio de sus Profetas en las Sagradas Escrituras,
acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, nacido de la estirpe de David según la carne,
y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador. por su resurrección de entre los muertos.
Por él hemos recibido la gracia y la misión apostólica, a fin de conducir a la obediencia de la fe, para gloria de su Nombre, a todos los pueblos paganos,
entre los cuales se encuentran también ustedes, que han sido llamados por Jesucristo.
A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos, llegue la gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Salmo 98(97),1.2-3ab.3cd-4.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.
 
 
Evangelio según San Lucas 11,29-32.
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: «Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.
Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.
 
 
Leer el comentario del Evangelio por  Atribuido a San Romano el Melódico (¿-c. 560), compositor de himnos Himno « Nínive » ; SC 99
Jonás fué un signo para los habitantes de Nínive : lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación
Preveniste la desesperación de Nínive, desviaste la amenaza ya anunciada, y tu misericordia venció tu cólera, Señor. Ten piedad, todavía hoy, de tu pueblo y de tu ciudad; derriba a nuestros adversarios con tu mano poderosa, por la intercesión de la Madre de Dios, acogiendo nuestro arrepentimiento.
El hospital del arrepentimiento está abierto a todas las enfermedades morales: venid, apresurémosnos a ir allá, y a adquirir fuerza para nuestras almas. Es en el arrepentimiento donde la pecadora encontró la salud, donde Pedro fue liberado de su negación, David dió fin al sufrimiento de su corazón y los Ninivitas fueron curados (Lc 7,50; 22,62; 2S 12,13). No vacilemos, pues, y levantémosnos, mostrémosle nuestras heridas al Salvador y dejémonos vendar. Porque sobrepasa todo deseo, en la acogida que hace a nuestro arrepentimiento.
Jamás ha sido exigido honorario alguno a los que van, porque no podrían ofrecer un regalo del mismo valor que la cura. Recobraron la salud gratuitamente, pero dieron lo que podían dar: en lugar de regalos, lágrimas, porque éstas son allí para este Libertador, preciosos objetos de amor y de deseo. Lo demuestran la pecadora, Pedro, David y los Ninivitas, porque justamente aportando solo sus sollozos, llegaron los pies del Libertador, y este recibió su arrepentimiento.
Las lágrimas son a menudo más fuertes que Dios, si se puede decir, y verdaderamente le fuerzan: porque el Misericordioso se deja encadenar con alegría por las lágrimas, por las lágrimas del espíritu de los pequeños (cf 2Co 7,10)… Lloremos pues de corazón, a la manera de los Ninivitas, que gracias a su contricción, abrieron el cielo y fueron vistos por el Libertador, que recibió  su arrepentimiento.
 

Comentario al evangelio de hoy sábado 14 de octubre de 2017.

El silencio de Dios.

Sábado XXVII del tiempo ordinario.
Por: H. Adrián Olvera, L.C.
 
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/67030/el-silencio-de-dios.html

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Quiero callar para, en el silencio, poder escucharte.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: «¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!» Pero Jesús le respondió: «Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Ante la exaltación de una mujer de entre el gentío, Jesús, sin mucha introducción, aprovecha para dejarnos otra bienaventuranza: «Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Llama dichosos a los que escuchan y cumplen, es decir, llama dichosos a los que el amor no sólo es una teoría, sino un muy concreto estilo de vida.
Parecería una bienaventuranza muy sencilla, sin embargo, requiere mucha radicalidad pues el escuchar implica callar, requiere atención, exige silencio.
No se trata de un silencio meramente externo, se trata de un silencio ante las cosas superficiales de la vida, un silencio ante el ruido de los problemas sin importancia… un silencio que me permite conocerme y enfrentarme conmigo mismo… un silencio que me permite encontrarme con Dios.
Sólo en ese silencio es como puedo comenzar a distinguir la voz de Dios en mi vida; que me guía, que me consuela, que da seguridad a mis pasos ante los caminos de la vida.
Es en el silencio donde descubro lo que Dios quiere de mi vida y, por lo tanto, lo que más me hace feliz, lo que me hace más pleno… donde descubro la razón de mi existir.

«Dar la vida, tener espíritu de martirio es dar en el propio deber, en el silencio, en la oración, en el cumplimiento honesto del deber; en aquel silencio de la vida cotidiana; dar la vida poco a poco. Sí, como la da una madre que sin temor y con la simplicidad del martirio materno, concibe en su vientre a un hijo, lo da a la luz, lo amamanta, lo hace crecer y lo atiende con afecto. Es dar la vida. Y estas son las madres. Es martirio». Sí, ser madre no significa solamente traer un hijo al mundo, pero es también tomar una decisión de vida, la decisión de dar la vida.
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de enero de 2015).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ante el ruido de mi vida cotidiana, pediré al Señor la gracia del silencio interior para así poder escucharle.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

EDD. sábado 14 de octubre de 2017

Fuente :  http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20171013
 
Sábado de la vigésima séptima semana del tiempo ordinario
 
Libro de Joel 4,12-21.
¡Que despierten y suban las naciones al valle de Josafat! Porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor.
Pongan mano a la hoz: la mies está madura; vengan a pisar: el lagar está lleno; las cubas desbordan: ¡tan grande es su maldad!
¡Multitudes innumerables en el valle de la Decisión! Porque se acerca el Día del Señor en el valle de la Decisión.
El sol y la luna se oscurecen, las estrellas pierden su brillo.
El Señor ruge desde Sión y desde Jerusalén hace oír su voz: ¡tiemblan el cielo y la tierra! ¡Pero el Señor será un refugio para su pueblo, un resguardo para los israelitas!
Así ustedes sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi santa Montaña. Jerusalén será un lugar santo, y los extranjeros no pasarán más por ella.
Aquel día, las montañas destilarán vino nuevo y manará leche de las colinas; por todos los torrentes de Judá correrán las aguas, y brotará un manantial de la Casa del Señor, que regará el valle de las Acacias.
Egipto se convertirá en una desolación y Edóm en un desierto desolado, a causa de la violencia cometida contra las hijos de Judá, cuya sangre inocente derramaron en su país.
Pero Judá será habitada para siempre y Jerusalén por todas las generaciones.
Yo vengaré su sangre, no la dejaré impune, y el Señor tendrá su morada en Sión.
 
Salmo 97(96),1-2.5-6.11-12.
¡El Señor reina! Alégrese la tierra,
regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean,
la Justicia y el Derecho son
la base de su trono.
Las montañas se derriten como cera
delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra.
Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Nace la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, en el Señor
y alaben su santo Nombre.
 
Evangelio según San Lucas 11,27-28.
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: «¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!».
Jesús le respondió: «Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».
 
Comentario del Evangelio por San Sofronio de Jerusalén (¿-639), monje, obispo. Homilía para la Anunciación 2; PG 87, 3, 3241
 
«Dichoso el vientre que te llevó».
 
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1,28). Oh Virgen María, ¿puede haber algo superior a este gozo? ¿Puede haber gracia  más alta que ésta?… Verdaderamente «bendita eres entre todas las mujeres» (Lc 1,42), porque has transformado en bendición la maldición de Eva; porque Adán, que antiguamente había sido maldecido, por ti ha obtenido la bendición.
Verdaderamente «bendita eres entre todas las mujeres» porque, gracias a ti, la bendición del Padre ha sido derramada sobre los hombres y les ha librado de la antigua maldición.
Verdaderamente, «bendita eres entre todas las mujeres» porque gracias a ti, han sido salvados tus antepasados, porque eres tú quien va a engendrar al Salvador que les traerá la salvación.
Verdaderamente, «bendita eres entre todas las mujeres», porque sin haber recibido la semilla, has dado el fruto que procura a la tierra entera la bendición, y la rescata de la maldición de la que nacen las espinas.
Verdaderamente, «bendita eres entre todas las mujeres» porque siendo mujer por naturaleza, llegas a ser efectivamente Madre de Dios. Porque si aquel a quien darás a luz es verdaderamente Dios encarnado, a ti te llaman Madre de Dios con toda propiedad porque es verdaderamente Dios el que tú darás a luz.
 

Homilía para la Eucaristía del domingo 15 de octubre de 2017


Comentario al evangelio de hoy viernes 13 de octubre de 2017.

Vivir mis distracciones con Dios.

Viernes XXVII del tiempo ordinario.
Por: H. IvánYoed González Aréchiga, L.C.
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/67027/vivir-mis-distracciones-con-dios.html 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ayúdame a confiar en Ti. A confiar en que estas presente en mi vida. Abre mis ojos, mi corazón, para descubrirte una vez más en esta oración. Así como Tú sabías descubrir al Padre en tantos detalles de tu vida.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26
En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: «Este expulsa a los demonios con el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: «Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Belzebú. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios con el dedo de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo, y al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va por otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de aquel hombre resulta peor que la de antes».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Cómo ha estado mi corazón en estos días?, ¿cuáles son mis preocupaciones?, ¿sé poner mi confianza en manos de Dios?, ¿sé acoger a Dios en mi interior aunque viva en medio de muchas distracciones?, aún más: ¿sé vivir mis «distracciones» con Dios?, ¿qué tan limpio se encuentra mi corazón, para que en él habites Tú, Señor?
Debo cuidar conservar mi corazón siempre limpio. Cuando en él se quieren introducir preocupaciones o miedos, ¿dejo que disminuya mi confianza en Dios? Es normal que surjan preocupaciones o inquietudes. Ellas son parte de la vida. El punto es si les permito dominarme, habitar mi corazón, o si sé ponerlas en manos de Dios. Quizá siga sintiendo los nervios que las inquietudes me generan, pero puedo tener puesta mi confianza en Dios.
Una vez que adquiero el hábito de vivir en presencia de Dios, debo también desarrollar el hábito de la prudencia. Un corazón limpio y puro, en el que Dios habita, puede ser invadido fácilmente porque es más susceptible, es más noble. Cristo decía: sean astutos como las serpientes y sencillos como las palomas.
No debo exponer mi corazón a todos los peligros. No es necesario. El amor a una persona no se define tanto por la resistencia ante otros amores, cuanto por el cuidado que se dedica en amar a esa persona. Así también yo debo más bien preocuparme por vivir en amistad con Dios, sin la necesidad de exponerme a lo innecesario.
Así podré tener un corazón siempre limpio, en el que siempre habites Tú, Señor.

Y así buscaban siempre otros pretextos para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. El problema de fondo era su modo de estar siempre cerrados. Así, pues, era Jesús quien tenía que justificar lo que hacía. Esta es la historia, la historia de esta fidelidad fallida, la historia de los corazones cerrados, de los corazones que no dejan entrar la misericordia de Dios, que han olvidado la palabra «perdón» -«¡Perdóname Señor!»- simplemente porque no se sienten pecadores: se sienten jueces de los demás. Y es una larga historia de siglos. Precisamente esta fidelidad fallida Jesús la explica con dos palabras claras para acabar este discurso de estos hipócritas: «El que no está conmigo, está contra mí».
(Homilía de S.S. Francisco, 3 de marzo de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Si hace tiempo no acudo a la confesión, iré a ella con el especial propósito de dedicarme a estar más unido a Dios.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.