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Mensaje del Papa Francisco en la Audiencia General de los días Miércoles.

Audiencia del Papa: texto completo de la catequesis del 24 de febrero.
 
En la audiencia de esta semana, el Santo Padre recuerda que la misericordia divina es más fuerte que el pecado de los hombres.
 
 
24 febrero 2016RedaccionEl papa Francisco
Pope Francis greets the faithful at his weekly general audience
PHOTO.VA
 
Publicamos a continuación la catequesis del Santo Padre durante la audiencia general de este miércoles.
 
 
https://es.zenit.org/articles/audiencia-del-papa-texto-completo-de-la-catequesis-del-24-de-febrero/
 
Queridos hermanos y hermanas, buenos días :
Proseguimos las catequesis sobre la misericordia en la Sagrada Escritura. En distintos pasos se habla de los poderosos, de los reyes, de los hombres que están “en lo alto”, y también de su arrogancia y de sus abusos. La riqueza y el poder son realidades que pueden ser buenas y útiles para el bien común, si se ponen al servicio de los pobres y de todos, con justicia y caridad. Pero cuando, como demasiado a menudo sucede, son vividas como privilegio, con egoísmo y prepotencia, se transforman en instrumento de corrupción y muerte. Es lo que sucede en el episodio de la viña de Nabot, descrito en el primer libro de los Reyes, en el capítulo 21, sobre el que hoy nos detenemos.
En este texto se cuenta que el rey de Israel, Acab, quiere comprar la viña de un hombre de nombre Nabot, porque esta viña confina con el palacio real. La propuesta parece legítima, incluso generosa, pero en Israel las propiedades terrenales eran consideradas inalienables. De hecho, el libro del Levítico escribe: “La tierra no podrá venderse definitivamente, porque la tierra es mía, y ustedes son para mí como extranjeros y huéspedes” (Lv 25,23). La tierra es sagrada, porque es un don del Señor, que como tal es cuidada y conservada, en cuanto signo de la bendición divina que pasa de generación en generación y es garantía de dignidad para todos. Se comprende entonces la respuesta negativa de Nabot al rey: “¡El Señor me libre de cederte la herencia de mis padres!” (1 Re 21,3).
El rey Acab reacciona a este rechazo con amargura e indignación. Se siente ofendido, él es el rey, el poderoso, se siente disminuido en su autoridad de soberano, y frustrado en la posibilidad de satisfacer su deseo de posesión. Viéndolo tan abatido, su mujer Jezabel, una reina pagana que había incrementado los cultos de idolatría y hacía matar a los profetas del Señor, no era fea, era mala, decide intervenir.
Las palabras con las que se dirige al rey son muy significativas, escuchad la maldad que hay detrás de esta mujer. “¿Así ejerces tú la realeza sobre Israel? ¡Levántate, come y alégrate! ¡Yo te daré la viña de Nabot, el israelita!” (v. 7). Ella pone el acento sobre el prestigio y el poder del rey, que, según su modo de ver, está siendo cuestionado por el rechazo de Nabot. Un poder que ella sin embargo considera absoluto, y por el cual cualquier deseo del rey, el poderoso, se convierte en una orden.
El gran san Ambrosio ha escrito un pequeño libro sobre este episodio, se llama Nabot. Será bueno leerlo en este tiempo de Cuaresma. Muy bonito y muy concreto.
Jesús, recordando estas cosas, nos dice: “Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo” (Mt 20,25-27). Si se pierde la dimensión del servicio, el poder se transforma en arrogancia y se convierte en dominio y opresión. Es precisamente esto lo que sucede en el episodio de la viña de Nabot. Jezabel, la reina sin escrúpulos, decide eliminar a Nabot y lleva a cabo su plan. Usa las apariencias engañosas de una legalidad perversa: envía, en nombre del rey, cartas a los ancianos y a los notables de la ciudad ordenando que falsos testigos acusen públicamente a Nabot de haber maldecido a Dios y al rey, un crimen castigado con la muerte. Así termina la historia, muerto Nabot, el rey puede adueñarse de su viña.
Esta no es una historia de otros tiempos ¿eh? Es también una historia de hoy, de los poderosos que para tener más dinero explotan a los pobres, explotan a la gente. Es la historia de la trata de personas, del trabajo esclavo, de la pobre gente que trabaja en negro y con el mínimo para enriquecer a los poderosos. Es la historia de los políticos corruptos que quieren más y más y más. Por esto decía que nos hará bien leer ese libro de san Ambrosio sobre Nabot, porque es un libro de actualidad.
Es aquí donde lleva el ejercicio de la autoridad sin respeto por la vida, sin justicia, sin misericordia. Y esto es a lo que lleva la sed de poder: se convierte en avaricia que quiere poseer todo. Un texto del profeta Isaías es particularmente iluminante al respecto. En él, el Señor advierte sobre la avaricia de los ricos latifundistas que quieren poseer cada vez más casas y terrenos. Dice el profeta Isaías: “¡Ay de los que acumulan una casa tras otra y anexionan un campo a otro, hasta no dejar más espacio y habitar ustedes solos en medio del país!” (Is 5,8).
Y el profeta Isaías no era comunista ¿eh? Pero Dios es más grande que las maldades y los juegos sucios hechos por los seres humanos. En su misericordia envía al profeta Elías para ayudar a Acab a convertirse. Ahora pasamos página, y ¿cómo sigue la historia? Dios ve este crimen y también llama al corazón de Acab. Y el rey, puesto delante de su pecado, entiende, se humilla y pide perdón. Qué bonito sería que los poderosos, explotadores de hoy, hicieran lo mismo. El Señor acepta su arrepentimiento; es más, un inocente ha sido asesinado, y la culpa cometida tendrá consecuencias inevitables. De hecho, el mal cumplido deja sus huellas dolorosas, y la historia de los hombres lleva las heridas. La misericordia muestra también en este caso la vía maestra que debe ser perseguida. La misericordia puede sanar las heridas y puede cambiar la historia. Pero, abre tu corazón a la misericordia. La misericordia divina es más fuerte que el pecado de los hombres. Es más fuerte. Este es el ejemplo de Acab. Nosotros conocemos el poder, cuando recordamos la venida del Inocente Hijo de Dios que se ha hecho hombre para destrozar el mal con su perdón. Jesucristo es el verdadero rey, pero su poder es completamente diferente. Su trono es la cruz. Él no es un rey que mata, sino al contrario, da la vida. Su ir hacia todos, sobre todo los más débiles, derrota la soledad y el deseo de muerte al que conduce el pecado. Jesucristo con su cercanía y ternura lleva a los pecadores al espacio de la gracia y del perdón. Y esta es la misericordia de Dios.
 
Texto traducido y transcrito por ZENIT

Comentario al evangelio de hoy miércoles 24 de febrero de 2016

No he venido a ser servido sino a servir
Cuaresma.
Vivamos estos días de preparación para la Semana Santa esta virtud de la sencillez y la humildad.           
Por: José Fernández de Mesa
Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Mateo 20, 17-28
Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará. Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. El le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre. Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
Oración introductoria
Jesús, permite que esta meditación me lleve a crecer en el amor, especialmente en este tiempo en que la Iglesia me invita a contemplar el gran sacrificio que implicó mi redención. Guía mi oración, ilumíname para que no sólo comprenda, sino que viva, en todo y con todos, la caridad.
Petición
Te suplico, Jesús, que nunca permitas que sea indiferente a tus innumerables muestras de amor.
Meditación del Papa Francisco
Jesús es el Siervo del Señor: su vida y su muerte, bajo la forma total del servicio, son la fuente de nuestra salvación y de la reconciliación de la humanidad con Dios. El kerigma, corazón del Evangelio, anuncia que las profecías del Siervo del Señor se han cumplido con su muerte y resurrección. La narración de san Marcos describe la escena de Jesús con los discípulos Santiago y Juan, los cuales –sostenidos por su madre– querían sentarse a su derecha y a su izquierda en el reino de Dios, reclamando puestos de honor, según su visión jerárquica del reino. El planteamiento con el que se mueven estaba todavía contaminado por sueños de realización terrena. Jesús entonces produce una primera “convulsión” en esas convicciones de los discípulos haciendo referencia a su camino en esta tierra: “El cáliz que yo voy a beber lo beberéis… pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado”. Con la imagen del cáliz, les da la posibilidad de asociarse completamente a su destino de sufrimiento, pero sin garantizarles los puestos de honor que ambicionaban. Su respuesta es una invitación a seguirlo por la vía del amor y el servicio, rechazando la tentación mundana de querer sobresalir y mandar sobre los demás.
Frente a los que luchan por alcanzar el poder y el éxito, para hacerse ver, frente a los que quieren ser reconocidos por sus propios méritos y trabajos, los discípulos están llamados a hacer lo contrario. Por eso les advierte: “Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor”. Con estas palabras señala que en la comunidad cristiana el modelo de autoridad es el servicio. (Homilía de S.S. Francisco, 18 de octubre de 2015).
Reflexión
Se acerca el momento de la pasión. Jesús está en Jerusalén con sus discípulos y pronuncia clarísimamente el tercer anuncio de su muerte. ¿Qué pensaban los discípulos en ese instante? ¿Se les encogía el corazón sólo de pensar en Jesús torturado, escarnecido, insultado, como decían los antiguos profetas?
Contrariamente a todo esto los apóstoles se enredan en una discusión egoísta sobre quién será el primero en el Reino de los Cielos. Si bien la discusión es originada por las palabras de la madre de Santiago y Juan, el pensamiento de quién de ellos estaría más cerca de Jesús en su Reino se albergaba en el corazón de cada uno de ellos. También en ocasiones nosotros, en el momento en que Cristo quiere decirnos algo importante o darnos una gracia especial, nos enredamos en nuestros pensamientos egoístas, y no escuchamos todo aquello que Jesús quiere decirnos.
El que quiera ser el primero, que sea el último. Jesús ama a los humildes, a los sencillos, a los que son como niños. El que es sencillo nunca desea el primer puesto para sí, sino para los demás. Vivamos estos días de preparación para la Semana Santa esta virtud de la sencillez y la humildad para que Cristo vea en nuestros corazones la ternura de un niño. Preparémonos de esta manera para la Pasión del Señor, y no como lo hacían los apóstoles movidos por sus pensamientos egoístas.
Propósito
Dar a Cristo un «sí» generoso y dedicar un tiempo semanal para trabajar por la Iglesia.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, qué fácilmente puedo caer en pensar que dado que no mato, no robo, no hago conscientemente el mal, tengo derecho a privilegios. Qué insensato puedo ser al acercarme a la oración con una actitud de superioridad, de exigencia. Gracias por mostrarme que no es ése el camino cierto del amor. Eres mi Dios, mi hermano, mi amigo, mi mejor amigo, que me ofreces la plenitud. Ayúdame a estar siempre abierto a tu gracia y servir a mis hermanos en tu Iglesia.

EDD. miércoles 24 de febrero de 2016

Miércoles de la segunda semana de Cuaresma
Libro de Jeremías 18,18-20.
Ellos dijeron: «¡Vengan, tramemos un plan contra Jeremías, porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta! Vengan, inventemos algún cargo contra él, y no prestemos atención a sus palabras».
¡Préstame atención, Señor, y oye la voz de los que me acusan!
¿Acaso se devuelve mal por bien para que me hayan cavado una fosa? Recuerda que yo me presenté delante de ti para hablar en favor de ellos, para apartar de ellos tu furor.
Salmo 31(30),5-6.14.15-16.
Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi refugio.
Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
Oigo los rumores de la gente
y amenazas por todas partes,
mientras se confabulan contra mí
y traman quitarme la vida.
Pero yo confío en ti, Señor,
y te digo: «Tú eres mi Dios,
mi destino está en tus manos.»
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
Evangelio según San Mateo 20,17-28.
Cuando Jesús se dispuso a subir a Jerusalén, llevó consigo sólo a los Doce, y en el camino les dijo:
«Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte
y lo entregarán a los paganos para que sea maltratado, azotado y crucificado, pero al tercer día resucitará».
Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó Jesús. Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
«No saben lo que piden», respondió Jesús. «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?». «Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre».
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo:
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud».
Comentario del Evangelio por  San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia. Disertaciones sobre los salmos, Salmo 126.
«El que se enaltece será humillado; el que se humilla será enaltecido» (Lc 18,14). 
«Es en vano que madruguéis» (Salmo (126,2)… Así eran los hijos de Zebedeo quienes, antes de haber sufrido la humillación en  conformidad con la Pasión del Señor, ya habían escogido su sitio, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Querían «levantarse antes de la Aurora»… También Pedro se había levantado antes de la Aurora, cuando dio al Señor el consejo de que no sufriera por nosotros. Efectivamente, el Señor había hablado de su Pasión que debía salvarnos y de sus humillaciones, y Pedro, que poco antes había confesado que Jesús era el Hijo de Dios, se estremeció ante la idea de su muerte y le dijo: ¡No lo permita Dios, Señor! Sálvate a ti mismo. Eso no puede pasarte.» (cf Mt 16,22). Quería ser más que la Luz, dar un consejo al que es la Luz. Pero, ¿qué hace el Señor? Ha hecho que se ponga detrás de la Luz diciéndole: «¡Quítate de mi vista»… «Ponte detrás de mí para que yo camine delante de ti y tú me sigas. Pasa por el mismo camino que yo, en lugar de querer enseñarme el camino por el que tú quieres andar»…
¿Por qué, pues, hijos del Zebedeo, queréis pasar antes que el Día? Esta es la pregunta que es preciso ponerles; no se van a enfadar porque estas cosas están ya escritas para ellos con el fin de que nosotros sepamos preservarnos del orgullo al cual ellos han caído. ¿Por qué querer pasar antes que el Día? Es en vano. ¿Queréis veros enaltecidos antes de ser humillados? El mismo Señor vuestro, el que es vuestra luz, se humilló para ser enaltecido. Escuchad lo que dice Pablo: «Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo… Actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo (Flp 2,6s)

HOMILÍA DEL PAPA EN LA EUCARISTÍA DIARIA EN SANTA MARTA.

El en Sta. Marta: No al cristianismo del ‘decir’ y no ‘hacer’.
En la homilía de este martes, el Santo Padre recuerda que la vida cristiana es lo que hacemos con el hambriento, el sediento, el preso o el extranjero
•23 febrero 2016•Redaccion•El papa Francisco
OR – Osservatore Romano Misa en Santa Marta  .
https://es.zenit.org/articles/el-papa-en-sta-marta-no-al-cristianismo-del-decir-y-no-hacer/
La religión cristiana es concreta, actúa haciendo el bien. No es una “religión del decir”, hecha de hipocresía y vanidad. Así lo indicó el papa Francisco esta mañana en la homilía de la misa celebrada en Santa Marta.  Además, el Santo Padre pidió que durante la cuaresma, Dios “nos enseñe el camino del hacer”.
La vida cristiana es concreta, Dios es concreto, pero los cristianos que ‘fingen’ son muchos, los que hacen de la pertenencia a la Iglesia una ocasión de prestigio en vez de una experiencia de servicio hacia los más pobres.
El Santo Padre cruza el pasaje litúrgico del día del profeta Isaías con el pasaje del Evangelio de Mateo para explicar “la dialéctica evangélica entre el decir y el hacer”.
El énfasis del Pontífice estuvo en las palabras de Jesús, “que desenmascara la hipocresía de escribas y fariseos invitando a los discípulos y a la multitud a observar lo que ellos enseñan pero a no comportarse cómo ellos actúan”. Prosiguió recordando que “el Señor nos enseña el camino del hacer”. Y advirtió sobre cuánta gente encontramos –también nosotros ¡eh!– muchas veces en la Iglesia: “¡Oh, yo soy muy católico!” “Pero ¿qué haces?” Cuántos padres se dicen católicos, pero nunca tienen tiempo para hablar con los hijos, jugar con los hijos, escuchar a los hijos. Quizá tienen a sus papás en una residencia, pero están siempre ocupados y no puede ir a verlos y los dejan abandonados. Pero dicen que son católicos. “Esta es la religión del decir: yo digo que soy así, pero vivo la mundanidad”, explicó el Papa en la homilía.
Lo del “decir y no hacer”, afirmó, “es un engaño”. Asimismo añadió que las palabras de Isaías indican lo qué Dios prefiere: “Cesad de hacer el mal, aprended a hacer el bien”. “Socorred al oprimido, sed justos con el huérfano, defended la causa de la viuda”.
Y demuestran también la infinita misericordia de Dios, que da a la humanidad. “Entonces, venid y litigaremos. Aunque vuestros pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve”. Y prosiguió subrayando que “la misericordia del Señor va al encuentro de los que tienen la valentía de discutir con Él, pero discutir sobre la verdad, sobre las cosas que yo hago o las que no haga, para corregirme. Y esto es el gran amor del Señor, en esta dialéctica entre el decir y el hacer. Ser cristianos significa hacer: hacer la voluntad de Dios”. Y en el último día, recordó el Pontífice, el Señor no nos preguntará qué hemos dicho de él sino qué hemos hecho.
Para concluir la homilía, Francisco subrayó que la vida cristiana es lo que hacemos con el hambriento, el sediento, el preso o el extranjero; en vez de solo ‘el decir’ que nos lleva a la vanidad, a ese fingir ser cristiano.
Finalmente, el Obispo de Roma pidió “que el Señor nos dé esta sabiduría de entender bien dónde está la diferencia entre el decir y el hacer y nos enseñe el camino del hacer y nos ayude a ir por este camino, porque el camino del decir nos lleva al lugar donde estaban estos doctores de la ley, estos clérigos, a los que les gustaba vestirse y ser precisamente cómo si fueran una majestad ¿no? ¡Y esta no es la realidad del Evangelio! Que el Señor nos enseñe este camino”.

Comentario al evangelio de hoy martes 23 de febrero de 2016.

Hipocresía de los escribas y fariseos.
Cuaresma y Semana Santa
Servir de oculto, sin buscar un premio inmediato, da gloria a Dios.              
Por: P. Vicente Yanes
Fuente: Catholic.net
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad …
Del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame «Rabbí». Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar «Rabbí», porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie «Padre» vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar «Directores», porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.
Oración introductoria
Señor, te necesito. Aunque mi autosuficiencia me invite a otros menesteres, sé que sin Ti nada soy. Aunque no te vea, sé que estás presente, interesado en tener un diálogo de amor conmigo en esta oración. Permite que sepa alejar mis preocupaciones para guardar el silencio necesario y escuchar lo que hoy me quieres decir.
Petición
Jesús, dame tu gracia y la fuerza para vivir siempre de acuerdo a tu Evangelio.
Meditación del Papa Francisco
Jesucristo ha resucitado. El amor ha derrotado al odio, la vida ha vencido a la muerte, la luz ha disipado la oscuridad.
Jesucristo, por amor a nosotros, se despojó de su gloria divina; se vació de sí mismo, asumió la forma de siervo y se humilló hasta la muerte, y muerte de cruz. Por esto Dios lo ha exaltado y le ha hecho Señor del universo. Jesús es el Señor.
Con su muerte y resurrección, Jesús muestra a todos la vía de la vida y la felicidad: esta vía es la humildad, que comporta la humillación. Este es el camino que conduce a la gloria. Sólo quien se humilla pueden ir hacia los “bienes de allá arriba”, a Dios. El orgulloso mira “desde arriba hacia abajo”, el humilde, “desde abajo hacia arriba”. […]
El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer… Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos. Esto no es debilidad, sino autentica fuerza. Quién lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y del amor.  (Cf Homilía de S.S. Francisco, 5 de abril de 2015).
Reflexión
«Ser el más popular, salir en televisión, que todos me conozcan y saluden por la calle». Es una gran aspiración de hoy. A los fariseos también les gustaba verse importantes, aparentar una conducta intachable, causar la admiración de todos.
Es una actitud que se nos cuela secretamente en nuestro corazón: «Ya que me esfuerzo en esto, que se vea, que me lo reconozcan». Es muy sacrificado trabajar para los demás y percibir que ellos ni se dan cuenta, ni abren la boca para decir gracias. De esto saben mucho las amas de casa, que lo tienen todo a punto y nadie se acuerda de reconocérselo.
Pero el cristianismo no consiste en actuar de cara a los demás. No somos actores, sino hijos de Dios. Él ya lo ve, y sabrá valorarlo. Es más, el mérito se alcanza cuando hemos sido más ignorados por los hombres. Si hoy he puesto la vajilla en casa y nadie me ha dado las gracias, mejor. Dios tendrá toda la eternidad para hacerlo.
Servir de oculto, sin buscar un premio inmediato, da gloria a Dios. Y al mismo tiempo, nos abre los ojos ante la calidad de una obra hecha por puro amor a Dios y experimentamos un gozo interior, una paz que nos eleva y nos hace ver la grandeza del hombre.
Por eso Jesús repite que el primero no es el que recibe las alabanzas, sino el que sirve.
Propósito
Rectificar mis intenciones varias veces al día.
Diálogo con Cristo
Señor, ayúdame a vivir esta Cuaresma en la perspectiva del amor. Que sea fiel a mi vocación de discípulo y misionero. Que por amor a Ti sea auténtico, generoso y desinteresado en todas mis relaciones con los demás. Que el amor me lleve a cumplir mi misión para que otros puedan experimentar la alegría de tu presencia.
 

EDD. martes 23 de febrero de 2016.

Martes de la segunda semana de Cuaresma
Libro de Isaías 1,10.16-20.
¡Escuchen la palabra del Señor, jefes de Sodoma! ¡Presten atención a la instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra!
¡Lávense, purifíquense, aparten de mi vista la maldad de sus acciones! ¡Cesen de hacer el mal,
aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan a la viuda!
Vengan, y discutamos -dice el Señor-: Aunque sus pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la púrpura, serán como la lana.
Si están dispuestos a escuchar, comerán los bienes del país;
pero si rehúsan hacerlo y se rebelan, serán devorados por la espada, porque ha hablado la boca del Señor.
Salmo 50(49),8-9.16bc-17.21.23.
No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales.
«¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?
Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios.»
Evangelio según San Mateo 23,1-12.
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
«Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés;
ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.
Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos;
les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos.
A nadie en el mundo llamen ‘padre’, porque no tienen sino uno, el Padre celestial.
No se dejen llamar tampoco ‘doctores’, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros,
porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado».
Comentario del Evangelio por  Imitación de Cristo, tratado espiritual del siglo XV. II, 2 «Abandonarse en Dios en espíritu de humildad»
«Quien se humilla será ensalzado» 
Poco importa saber quien está contigo o contra ti; Ten más bien cuidado de que Dios esté contigo en todos tus pensamientos y acciones. Guarda la conciencia pura y Dios te defenderá…
Si sabes callarte y sufrir, recibirás la ayuda de Dios. El conoce el tiempo y la manera de librarte; abandónate pues en ÉL. Es Él quien te ayuda y te libera de toda confusión.
A menudo es útil, para mantenernos en una mayor humildad, que los otros conozcan nuestros defectos y que nos los reprochen.
Cuando un hombre reconoce humildemente sus defectos, desarma fácilmente a sus enemigos y gana sin pena a los que se la querían producir.
Dios protege al hombre de corazón humilde: le ama y le reconforta, se inclina hacia él, le colma de su gracia y le hace en fin participar de su gloria. Es a él que le revela sus secretos; le invita y le atrae con suavidad.
Las afrentas no turban la paz del hombre humilde, porque se apoya en Dios y no en seres mortales. No te imagines haber hecho algún progreso si te crees aún superior a tu prójimo.

Homilía del Papa en la Eucaristía del Jubileo de la Curia Romana.

El Papa pide a los trabajadores del Vaticano que ‘nadie se sienta descuidado o maltratado’ 
El Santo Padre, en la eucaristía en la Basílica de San Pedro con ocasión del Jubileo de la Curia Romana, recuerda que fidelidad y misericordia son un binomio inseparable.
•22 febrero 2016•Rocío Lancho García•El papa Francisco
Centro Televisivo Vaticano – CTV
https://es.zenit.org/articles/el-papa-fidelidad-y-misericordia-son-un-binomio-inseparable/
Los trabajadores del Vaticano y la Curia Romana han celebrado este lunes, día de la Cátedra de San Pedro, su jubileo.  La jornada ha comenzado en el aula Pablo VI con una meditación del padre Marko Rupnik. Desde allí, han ido en procesión hacia la Puerta Santa, religiosas, religiosos, laicos y finalmente los sacerdotes. El papa Francisco ha atravesado también la Puerta Santa.  Una vez en la Basílica, ha dado inicio la celebración eucarística presidida por el Santo Padre.
Durante la homilía, el Pontífice aseguró a los presentes que en este momento, el Señor Jesús repite a cada uno la pregunta “y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Esta es una pregunta –indicó– clara y directa, frente a la cuál no es posible huir o permanecer indiferentes, ni posponer la pregunta o delegarla a otro. Al respecto recordó que en esta pregunta no hay nada de “inquisitivo”, sino que está llena de amor. El amor de “nuestro único Maestro, que hoy nos llama a renovar la fe en Él, reconociendolo como Hijo de Dios y Señor de nuestra vida”.  El Santo Padre aseguró que Él es la “piedra” sobre la que debemos construir. La piedra es Cristo, sobre el fundamento del cual también Pedro ha sido edificado.
De esta profesión de fe –explicó Francisco– deriva para cada uno de nosotros la tarea de corresponder a la llamada de Dios. Y precisó que a los pastores, sobre todo, “se les pide tener como modelo a Dios mismo que cuida de su rebaño”. Buscar a la oveja perdida, es un comportamiento de Dios que “es signo del amor que no conoce confines”. Es –aseguró el Papa– una dedicación fiel, constante, incondicional, para que a todos los débiles pueda llegar su misericordia.
Asimismo, aseguró que “nos hará bien también a nosotros, llamados a ser Pastores en la Iglesia, dejar que el rostro de Dios Buen Pastor nos ilumine, nos purifique, nos transforme y nos restituya plenamente renovados a nuestra misión”. Que también en nuestros ambientes de trabajo –añadió– podamos sentir, cultivar y practicar un fuerte sentido pastoral, sobre todo hacia las personas que encontramos todos los días. Que ninguno “se sienta descuidado o maltratado, sino que cada uno pueda experimentar, antes que en ningún sitio, aquí, el cuidado amoroso del Buen Pastor”.
El Pontífice recordó a los presentes, trabajadores de la Santa Sede y la Curia Romana, que “estamos llamados a ser colaboradores de Dios en una tarea tan importante y única como la de testimoniar con nuestra existencia la fuerza de la gracia que transforma y el poder del Espíritu que renueva”. Por eso pidió que “el Señor nos libere de toda tentación que aleja de la esencia de nuestra misión, y redescubrir la belleza de profesar la fe en el Señor Jesús”.
Para concluir su homilía, el Santo Padre subrayó que la fidelidad al ministerio se combina con la misericordia que queremos experimentar. Y así, recordó que en la Sagrada Escritura, fidelidad y misericordia son un binomio inseparable. La fidelidad que se nos pide –añadió– es la de actuar según el corazón de Cristo. Concluyó recordando que como dice el apóstol Pedro, debemos apacentar el rebaño con “ánimo generoso” y convertirnos en un “modelo para todos”.

EDD. LUNES 22 DE FEBRERO DE 2016.

Epístola I de San Pedro 5,1-4.
Queridos hermanos:
Exhorto a los presbíteros que están entre ustedes, siendo yo presbítero como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo y copartícipe de la gloria que va a ser revelada.
Apacienten el Rebaño de Dios, que les ha sido confiado; velen por él, no forzada, sino espontáneamente, como lo quiere Dios; no por un interés mezquino, sino con abnegación;
no pretendiendo dominar a los que les han sido encomendados, sino siendo de corazón ejemplo para el Rebaño.
Y cuando llegue el Jefe de los pastores, recibirán la corona imperecedera de gloria.
Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6.
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.
Mateo 16,13-19.
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?».
Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas».
«Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?».
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».
Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo».
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Catecismo de la Iglesia Católica
El Colegio episcopal y su cabeza, el papa.
“Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.”
Cristo, al instituir a los doce, “formó una especie de colegio o grupo estable y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él.” (LG 19) Así como, por disposición del Señor, San Pedro y los demás apóstoles forman un único colegio apostólico, por análogas razones están unidos entre sí el romano pontífice, sucesor de Pedro, y los obispos, sucesores de los apóstoles”. (LG 22; cf CIC can. 330)
El Señor hizo de Simón, al que dio el nombre de Pedro, y solamente de él, la piedra de su Iglesia. Le entregó las llaves de ella (cf Mt 16,18-19); lo instituyó pastor de todo el rebaño. (cf Jn 21, 15-17) “Está claro que también el colegio de los apóstoles, unido a su cabeza, recibió la función de atar y desatar dada a Pedro.” (LG 22) Este oficio pastoral de Pedro y de los demás apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia. Se continúa por los obispos bajo el primado del papa.
El papa, obispo de Roma y sucesor de San Pedro, “es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles.” (LG 23) “El pontífice romano, en efecto, tiene en la Iglesia, en virtud de su función de vicario de Cristo y pastor de toda la Iglesia, la potestad plena, suprema y universal, que puede ejercer siempre con entera libertad.” (LG 22; CD 2; 9)
“El colegio o cuerpo episcopal no tiene ninguna autoridad si no se le considera junto con el romano pontífice, sucesor de Pedro, como cabeza del mismo.” Como tal, este colegio es “también sujeto de la potestad suprema y plena sobre toda la Iglesia” que “no se puede ejercer… a no ser con el consentimiento del romano pontífice.” (LG 22; cf CIC can. 336) La potestad del colegio de los obispos sobre toda la Iglesia se ejerce de modo solemne en el Concilio Ecuménico”. (CIC can. 337,1) “No existe concilio ecuménico si el sucesor de Pedro no lo ha aprobado o al menos aceptado como tal.” (LG 22) Este colegio, en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la unida del pueblo de Dios; en cuanto reunido bajo una única cabeza, expresa la unidad del rebaño de Dios.” (LG 22)

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO DURANTE EL REZO DEL ANGELUS DE HOY.

Texto completo del Papa en el ángelus del 21 de febrero de 2016.
El viaje a México, la abolición de la pena de muerte y el rosario de la ‘Misericordina’ fueron los temas tratados por el Papa.
21 febrero 2016RedaccionEl papa Francisco
Angelus en la plaza de San Pedro
Angelus en la plaza de San Pedro, antes de la distribución de la ‘Misericordina’
Ver : https://es.zenit.org/articles/texto-completo-del-papa-en-el-angelus-del-21-de-febrero-de-2016/
El papa Francisco con motivo de la oración del ángelus que presidió este domingo desde la ventana de su estudio que da a la Plaza de San Pedro, recordó su viaje a México y las bendiciones de la Virgen de Guadalupe, a los pies de los cuales contemplara y dejarse “mirar por Aquella que lleva impresos en sus ojos las miradas de todos sus hijos y recoge los dolores por las violencias, los secuestros, los asesinatos, las violencias contra tanta pobre gente, de tantas mujeres”.
Después de rezar la oración del ángelus, exhortó a que la pena de muerte sea definitivamente abolida y que en particular en este Año de la Misericordia no se ejecuten personas.
Concluyó señalando que los voluntarios acompañados por ‘sin techo’, prófugos y religiosos repartían el santo rosario en una confección tipo remedio, con el nombre de ‘Misericordina’.
 
A continuación el texto completo :
 
“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El viaje apostólico que he realizado los días pasados en México ha sido para todos nosotros una experiencia de transfiguración. ¿Cómo ha sido posible?
El Señor nos ha mostrado la luz de su gloria a través del cuerpo de su Iglesia, de su pueblo santo que vive en esa tierra. Un cuerpo tantas veces herido, un pueblo tantas veces oprimido, despreciado, violado en su dignidad. De hecho los diversos encuentros vividos en México fueron llenos de luz: la luz de la fe que transfigura los rostros e ilumina el camino.
 
El “baricentro” espiritual de mi peregrinación ha sido el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Quedarme en silencio delante a la imagen de la Madre era lo que me había propuesto antes de todo. Y agradezco a Dios que me lo ha concedido. He contemplado y me he dejado mirar por Aquella que lleva impresos en sus ojos las miradas de todos sus hijos y recoge los dolores por las violencias, los secuestros, los asesinatos, las violencias contra tanta pobre gente, de tantas mujeres.
Guadalupe es el santuario mariano más frecuentado del mundo. De toda América van allí a rezar donde la Virgen Morenita se mostró al indio san Juan Diego, dando inicio a la evangelización del continente y a su nueva civilización, fruto del encuentro entre diversas culturas.
Esta es justamente la herencia que el Señor nos ha entregado en México: custodiar la riqueza de la diversidad y, al mismo tiempo, manifestar la armonía de la fe común: una fe sincera y robusta, acompañada por una gran carga de vitalidad y de humanidad.
 
Como mis predecesores, también yo fui para confirmar la fe del pueblo mexicano, pero contemporáneamente a ser confirmado; he recogido a manos llenas este don para que vaya como beneficio de la Iglesia universal.
Un ejemplo luminoso de lo que estoy diciendo fue dado por las familias: las familias mexicanas me han recibido con alegría en cuanto mensajero de Cristo, pastor de toda la Iglesia; pero ellos a su vez me han dado testimonios límpidos y fuertes, testimonios de fe vivida, de fe que transfigura la vida, y esto para edificar a todas las familias cristianas del mundo. Y lo mismo se puede decir sobre los jóvenes, los consagrados, los sacerdotes, los trabajadores y los encarcelados.
Por lo tanto doy gracias al Señor y a la Virgen de Guadalupe por el don de esta peregrinación. Además agradezco al presidente de México y a las demás autoridades civiles por la calurosa recepción; y agradezco vivamente a mis hermanos en el episcopado y a todas las personas que de diversas maneras han colaborado.
Una alabanza, alabanza especial elevamos a la Santísima Trinidad por haber querido que en esta ocasión se realizara en Cuba el encuentro entre el Papa y el Patriarca de Moscú y de toda Rusia, el querido hermano Kirill; un encuentro muy deseado incluso por mis predecesores. También este evento es una luz profética de resurrección, de la cual hoy el mundo necesita más que nunca. La Santa Madre de Dios siga a guiarnos en el camino de amistad y de la unidad. Y recemos a la Virgen de Cazán. El patriarca Kirill me ha regalado un ícono de la Virgen de Kazán: recemos juntos un Ave María. Ave Maria llena eres…”
 
Después el Papa reza la oración del ángelus. Y a continuación dice:
 
“Queridos hermanos y hermanas, mañana lunes inicia en Roma un congreso internacional que se titula “Por un mundo sin pena de muerte”, promovido por la Comunidad San Egidio. Deseo que el congreso pueda dar un nuevo impulso al empeño para la abolición de la pena de muerte.
Una señal de esperanza está constituida por el desarrollo en la opinión pública, de una contrariedad cada vez mayor hacia la pena de muerte, incluso solo como instrumento de legítima defensa social. De hecho las sociedades modernas tienen la posibilidad de reprimir eficazmente el crimen sin quitar definitivamente a quien lo cometió la posibilidad de redimirse.
El problema va encuadrado en la óptica de una justicia penal que sea cada vez más conforme a la dignidad del hombre y al designio del Dios para el hombre y la sociedad. Y también a una justicia penal abierta a la esperanza del reintegrarse en la sociedad. El mandamiento ‘no matarás’, tiene valor absoluto y se refiere sea al culpable que al inocente.
El Jubileo Extraordinario de la Misericordia es una ocasión propicia para promover en el mundo formas cada vez más maduras de respeto de la vida y de la dignidad de cada persona. Porque incluso el criminal tiene el derecho inviolable a la vida, don de Dios.
Hago un llamamiento a la conciencia de los gobernantes, para que se llegue a un consenso internacional destinado a abolir la pena de muerte. Y a quienes entre ellos son católicos que cumplan un gesto de coraje y ejemplar: que ninguna condena sea aplicada en este Año Santo de la Misericordia.
Todos los cristianos y hombres de buena voluntad están llamados hoy a trabajar para abolir la pena de muerte, pero también para mejorar las condiciones de las cárceles, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de su libertad.
Dirijo un cordial saludo a las familias, a los grupos parroquiales y a las asociaciones y a todos los peregrinos de Roma, de Italia y de los diversos países. Saludo a los fieles de Sevilla, Cádiz, Ceuta; a los de Trieste, Corato y Turín. Un pensamiento particular dirijo a la comunidad Juan XXIII, fundada por el siervo de Dios, don Oreste Benzi, que el viernes próximo promoverá por las calles del centro de Roma una Vía Crucis de solidaridad y oración por las mujeres víctimas de la trata de personas.
La cuaresma es un tiempo propicio para realizar un camino de conversión que tiene como centro la misericordia. Por ello he pensado de regalarles a quienes están aquí en la plaza una medicina espiritual, llamada ‘Misericordina’. Una vez ya lo hemos hecho, pero esta es de mejor calidad, esta es la ‘Misericordina – Plus’, una cajita que contiene la corona del rosario y una imagencita de Jesús Misericordioso. Ahora la distribuirán los voluntarios entre los cuales hay pobres, ‘sin techo’, prófugos y también religiosos. Reciban este don como una ayuda espiritual para difundir especialmente en este año de la misericordia el perdón y la hermandad. Les deseo a todos un buen domingo. Y por favor no se olviden de rezar por mi. Que tengan un buen almuerzo, y hasta la próxima”.
(Texto completo traducido desde el audio por ZENIT.org)

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO EN LA AUDIENCIA JUBILAR DE HOY.

El Papa en la audiencia jubilar exhorta a “llevar siempre la caricia de Dios” 
El Papa invitó a transformar nuestra vida en un empeño de misericordia para todos.
•20 febrero 2016•Sergio Mora•El papa Francisco.
https://es.zenit.org/articles/el-papa-en-la-audiencia-jubilar-exhorta-a-llevar-siempre-la-caricia-de-dios/
Audiencia mensual por el jubileo de la misericordia
El Papa en la audiencia mensual por el jubileo de la misericordia
Llevar a los necesitados la caricia de Dios y transformar nuestra vida en un compromiso de misericordia para todos. Esta fue la invitación del papa Francisco en la audiencia mensual de sábado 20 de febrero, con motivo del Año de la Misericordia.
En esta mañana soleada y relativamente fría del invierno europeo, el Santo Padre llegó en el jeep abierto que recorrió los corredores de la Plaza de San Pedro, saludó a los files que allí le esperaban agitando pañuelos y banderas, y como es costumbre bendijo a su paso a varios niños.
El Pontífice ha recordado en su catequesis de la necesidad de empeñarse, y recordó que el Padre se ha empeñado donándonos a Jesús, y Jesús que es la expresión viviente de la misericordia del Padre se ha empeñado para donarnos la esperanza.
Así añadió que “el Jubileo de la Misericordia es una oportunidad para profundizar en el misterio de la bondad y el amor de Dios”. En particular “en este tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a conocer cada vez más al Señor, y a vivir de manera coherente la fe con un estilo de vida que exprese la misericordia del Padre. Es un compromiso que asumimos para ofrecer a los demás el signo concreto de la cercanía de Dios”.
“Comprometerse –prosiguió el Pontífice– es aceptar una responsabilidad con alguien, cumpliéndolo con una actitud de fidelidad, dedicación e interés; es tener buena voluntad y constancia para mejorar la vida”.
El Papa añadió que “Dios se ha comprometido con nosotros. Primero, al crear el mundo y conservarlo, no obstante nosotros nos esforzamos en destruirlo”. Pero que “su compromiso más grande ha sido darnos a Jesús y, en él, se ha comprometido plenamente restituyendo esperanza a los pobres, a cuantos estaban privados de dignidad, a los extranjeros, a los enfermos, a los prisioneros, y a los pecadores, que acogía con bondad”.
Así a partir “de este amor misericordioso, nosotros podemos y debemos corresponder a su amor llevando a los demás la misericordia de Dios, con un compromiso de vida que sea testimonio de nuestra fe en Cristo”.
Y al saludar a los peregrinos de lengua española, así como a los grupos venidos de España y Latinoamérica, les deseó “que este Jubileo pueda ayudarnos a experimentar el compromiso de Dios sobre cada uno de nosotros y, gracias a ello, transformar nuestra vida en un compromiso de misericordia para todos”.
 
Estuvieron presentes en esta audiencia que se realiza después del regreso del viaje apostólico del papa Francisco a México, integrantes de la Federación Italiana de Asociaciones de donantes de sangre. Se ha celebrado además el jubileo de los trabajadores del sector turístico.
La audiencia concluyó con el canto de Padre Nuestro en Latín,  e impartió su bendición apostólica a todos los presentes.