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COMENTARIO AL EVANGELIO DE HOY JUEVES 17 DE MARZO DE 2016.

Es mi Padre quien me glorifica
Cuaresma y Semana Santa
Buscar la paz y el arrepentimiento cerca de Cristo.
Por: Estanislao García
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/14451/es-mi-padre-quien-me-glorifica.html
Del santo Evangelio según san Juan 8, 51-59
En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: Os aseguro que guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás. Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: «Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás.» ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?» Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: «Él es nuestro Dios», y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra. Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio y se alegró». Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy». Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo.
Oración introductoria
Señor, quiero ser fiel a tu Palabra y tener un momento de intimidad contigo en la oración. Creo, espero y te amo. Dame tu luz para que sepa guardar el silencio necesario para escuchar lo que hoy me quieres decir.
Petición
Señor, ayúdame a incrementar mi vida de gracia y a vivir siempre de acuerdo a ella.
Meditación del Papa Francisco
La Trinidad, como mencionaba, es también el fin último hacia el cual está orientada nuestra peregrinación terrenal. El camino de la vida cristiana es, en efecto, un camino esencialmente ‘trinitario’: el Espíritu Santo nos guía al conocimiento pleno de las enseñanzas de Cristo. Y también nos recuerda lo que Jesús nos ha enseñado. Y Jesús, a su vez, ha venido al mundo para hacernos conocer al Padre, para guiarnos hacia Él, para reconciliarnos con Él. Todo, en la vida cristiana, gira alrededor del misterio trinitario y se cumple en orden a este misterio infinito. Intentemos, por tanto, mantener siempre elevado el ‘tono’ de nuestra vida, recordándonos para qué fin, para cuál gloria existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos. Y a cuál inmenso premio estamos llamados.
Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y ahora los invito a hacer todos juntos, y en voz alta, esta señal de la cruz ¡todos juntos! «En nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo». (Homilía de S.S. Francisco, 31 de mayo de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
Claro que nos escandalizamos de Jesús muchas veces, y es, sobre todo, porque él es más generoso que nosotros. Él está por delante de nosotros para enseñarnos el camino y a nosotros nos pasa algo muy curioso. Decimos que Jesús es Dios y que por eso no podemos hacer lo que Él hizo. Pero en el fondo es porque somos unos cobardes, que no nos atrevemos a dar el sentido que Cristo le dio a sus actos. Nosotros no podremos caminar sobre las aguas ni multiplicar panes. Pero lo que debemos aprender de Cristo no es tanto lo que hizo sino cómo lo hizo.
Y es que detrás de nuestra actitud de temor existen estos sofismas. «Todos los demás lo dicen, la televisión lo ha dicho, se lo he escuchado a mis amigos, así lo hace todo el mundo, si no lo hago así se ve raro».. Y mientras tanto, cojo una piedra del suelo y se la lanzo a Jesús, pues prefiero darle una pedrada a Jesús que quedar mal delante de los hombres.
Sin embargo, Jesús prefirió quedar mal delante de los demás por salvar la vida de una persona. Tomó el riesgo de ser apedreado por salvar a una pecadora. Aquí está la actitud que podemos aprender de Cristo. Exponer nuestra misma vida con tal de traer la paz a una persona, aunque creamos que es un pecador. Esto significa solapar los errores del otro, sino perdonarlo, a pesar de que muchos lo condenen, nosotros preferir, como Cristo, buscar su salvación. Buscar traerle la paz y el arrepentimiento por sus pecados para que en adelante no peque más.
Propósito
Revisar mis actividades para saber qué lugar ocupa Dios en mi vida.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, qué fácilmente puedo negarte el lugar que te corresponde en mi vida. No quiero dejarme envolver por lo transitorio y fugaz para saber dedicar el mayor y el mejor tiempo de mi vida al servicio de los demás, por amor a Ti. Por eso te doy gracias por este momento de oración que me hace reconocer, agradecer y evaluar el uso que estoy dando a todos los talentos con los que has enriquecido mi vida, especialmente el uso de mi tiempo.

EDD. JUEVES 17 DE MARZO DE 2016.

Jueves de la quinta semana de Cuaresma.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160317
Libro de Génesis 17,3-9.
Abrám cayó con el rostro en tierra, mientras Dios le seguía diciendo:
«Esta será mi alianza contigo: tú serás el padre de una multitud de naciones.
Y ya no te llamarás más Abrám: en adelante tu nombre será Abraham, para indicar que yo te he constituido padre de una multitud de naciones.
Te haré extraordinariamente fecundo: de ti suscitaré naciones, y de ti nacerán reyes.
Estableceré mi alianza contigo y con tu descendencia a través de las generaciones. Mi alianza será una alianza eterna, y así yo seré tu Dios y el de tus descendientes.
Yo te daré en posesión perpetua, a ti y a tus descendientes, toda la tierra de Canaán, esa tierra donde ahora resides como extranjero, y yo seré su Dios».
Después, Dios dijo a Abraham: «Tú, por tu parte, serás fiel a mi alianza; tú, y también tus descendientes, a lo largo de las generaciones.»
Salmo 105(104),4-5.6-7.8-9.
¡Recurran al Señor y a su poder,
busquen constantemente su rostro;
recuerden las maravillas que él obró,
sus portentos y los juicios de su boca!
Descendientes de Abraham, su servidor,
hijos de Jacob, su elegido:
el Señor es nuestro Dios,
en toda la tierra rigen sus decretos.
El se acuerda eternamente de su alianza,
de la palabra que dio por mil generaciones,
del pacto que selló con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac.
Evangelio según San Juan 8,51-59.
Jesús dijo a los judíos:
«Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás».
Los judíos le dijeron: «Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y tú dices: ‘El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás’.
¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?».
Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman ‘nuestro Dios’,
y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: ‘No lo conozco’, sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra.
Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron: «Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham?».
Jesús respondió: «Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy».
Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.
Comentario del Evangelio por San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia. Sobre Abrahán, I 67-78.
“Abrahán ha visto mi día…” (Jn 8,56) .
“Dios dice a Abrahán: Toma tu hijo, el que amas, Isaac. Vete a la montaña y sacrifícamelo ahí en holocausto.” (Gn 22,2) Isaac es figura de Cristo que sufrirá; llega sobre un pollino…y cuando el Señor ha venido a padecer la pasión por nosotros, desató el pollino y se sentó encima… Abrahán dice a sus criados: -Volveremos con vosotros-, sin saber él que esto era una profecía… Isaac se cargó la leña, Cristo llevó la cruz. Abrahán acompañaba a su hijo; el Padre acompañaba a Cristo. Dice en efecto: “Me dejaréis solo, pero yo no estoy nunca solo, porque el Padre está siempre conmigo.” (Jn 16,32) Isaac dice a su padre: -Aquí está la leña, pero, el cordero ¿dónde está?- Son palabras proféticas, pero él no lo sabe. El Señor preparó un Cordero para el sacrificio. Abrahán también profetizó cuando dijo: -Dios proveerá para el cordero del holocausto.-…
-El ángel dice: Abrahán, Abrahán!…No pongas la mano sobre el muchacho; sé que temes a Dios, tú que no has rehusado ofrecerme a tu hijo amado.” (Rm 8,32)… Abrahán levanta los ojos y mira: he aquí que ve entre las zarzas un carnero. ¿Porqué un carnero? Es el que tiene más valor en el rebaño. Porque enredado entre las zarzas? Para dar a entender que no era una víctima de la tierra.. Nuestro cuerno, nuestra fuerza, es Cristo. (Lc 1,69) que es superior a todo hombre, como lo leemos: -Eres el más bello de los hijos de los hombres…” (Sal 44) El sólo fue levantado de la tierra y exaltado como nos lo enseña por estas palabras: “No soy de este mundo; yo soy de arriba.” (Jn 8,23) Abrahán vio mi día y se alegró. Se apareció a Abrahán, revelándole que en su cuerpo sufriría la pasión para rescatar al mundo entero. Indica el género de la pasión mostrándole al carnero colgado entre las zarzas. Este arbusto es el árbol de la cruz. Y levantado en el árbol el guía incomparable del rebaño atrae todo hacia si, para revelarse a todos.

MENSAJE DEL PAPA EN LA AUDIENCIA GENERAL DE LOS DÍAS MIÉRCOLES.

Audiencia del Papa: texto completo de la catequesis de hoy.
En la catequesis de esta semana, el Santo Padre pide que las naciones abran las puertas a los inmigrantes
https://es.zenit.org/articles/audiencia-del-papa-texto-completo-de-la-catequesis-del-2-de-marzo-2/
Audiencia General En La Plaza De San Pedro
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Publicamos a continuación la catequesis del Santo Padre en la audiencia general que se realizó este miércoles en la plaza de San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas, buenos días.
En el libro del profeta Jeremías, los capítulos 30 y 31 son llamados “libros de la consolación”, porque en ellos la misericordia de Dios se presenta con toda su capacidad de confortar y abrir el corazón de los afligidos a la esperanza. Hoy queremos también nosotros escuchar este mensaje de consolación.
Jeremías se dirige a los israelitas que han sido deportados a tierra extranjera y les preanuncia el regreso a su patria. Este retorno es signo del amor infinito de Dios Padre que no abandona a sus hijos, sino que los cuida y los salva. El exilio fue una experiencia devastante para Israel. La fe había vacilado porque en tierra extranjera, sin el templo, sin el culto, después de haber visto el país destruido, era dificil continuar creyendo en la bondad del Señor.
Me viene al pensamiento la cercana Albania y cómo después de tantas persecuciones y destrucciones ha conseguido alzarse en la dignidad y en la fe. Así sufrieron los israelitas en el exilio.
También nosotros podemos vivir a veces una especie de exilio, cuando la soledad, el sufrimiento, la muerte nos hacen pensar que Dios nos ha abandonado. Y cuántas veces hemos escuchado esta palabra: ‘Dios se ha olvidado de mí’. Muchas veces personas que sufren se sienten abandonadas.
Y cuántos hermanos nuestros vemos que están viviendo en este tiempo una situación real y dramática de exilio, lejos de su patria, con los escombros de sus casas aún en los ojos, en el corazón el miedo y a menudo, lamentablemente, ¡el dolor por la pérdida de personas queridas! En estos casos uno se puede preguntar: ¿Dónde está Dios? ¿Cómo es posible que tanto sufrimiento pueda llegar a hombres, mujeres y niños inocentes?
Y cuando tratan de entrar en otra parte les cierran la puerta. Y están allí, en la frontera, porque muchas puertas y muchos corazones están cerrados. Los inmigrantes de hoy que sufren al abierto, sin comida y no pueden entrar, no se sienten acogidos. ¡A mí me gusta mucho cuando veo las naciones, los gobernantes, que abren el corazón y abren las puertas!
El profeta Jeremías nos da una primera respuesta. El pueblo exiliado podrá volver a ver su tierra y a experimentar la misericordia del Señor. Es el gran anuncio de consolación: Dios no está ausente, ni tampoco hoy en estas dramáticas situaciones, Dios está cerca, y cumple grandes obras de salvación para quien confía en Él. No se debe ceder en la desesperación, sino continuar y estar seguros de que el bien vence al mal y que el Señor secará toda lágrima y nos librará de todo miedo. Por eso Jeremías presta su voz a las palabras del amor de Dios para su pueblo:
“Yo te amé con un amor eterno, por eso te atraje con fidelidad. De nuevo te edificaré y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo te adornarás con tus tamboriles y saldrás danzando alegremente” (31,3-4).
El Señor es fiel, no abandona a la desolación. Dios ama con un amor sin fin, que ni siquiera el pecado puede frenar, y gracias a Él el corazón del hombre se llena de alegría y de consolación.
El sueño consolador de la vuelta en patria continúa en las palabras del profeta, que dirigiéndose a los que volverán a Jerusalén dice: “Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor, hacia el trigo, el vino nuevo y el aceite, hacia las crías de ovejas y de vacas. Sus almas serán como un jardín bien regado y no volverán a desfallecer” (31,12).
En la alegría y en el reconocimiento, los exiliados volverán a Sión, subiendo al monte santo hacia la casa de Dios, y así podrán de nuevo elevar himnos y oraciones al Señor que los ha librado. Este volver a Jerusalén y a sus bienes es descrito con un verbo que literalmente quiere decir “fluir, desplazar”. El pueblo es visto, en un movimiento paradójico, como un río pleno que se desliza hacia la altura de Sión, subiendo hacia la cima del monte. ¡Una imagen audaz para decir cuánto es grande la misericordia del Señor!
La tierra, que el pueblo había tenido que abandonar, se había convertido en presa de los enemigos y desolada. Ahora, sin embargo, retoma vida y florece. Y los mismos exiliados serán como un jardín, como una tierra fértil. Israel, llevado de nuevo a la patria por su Señor, asiste a la victoria de la vida sobre la muerte y de la bendición sobre la maldición. Es así que el pueblo es fortificado y esta palabra es importante, consolado, es consolado por Dios. Los repatriados reciben vida de una fuente que gratuitamente les riega donando su fecundidad.
A este punto, el profeta anuncia la plenitud de la alegría, y siempre en nombre de Dios proclama: “Yo cambiaré su duelo en alegría, los alegraré y los consolaré de su aflicción”(31,13).
El salmo nos dice que cuando volvieron a la patria la boca se les llenó de alegría. Era una alegría muy grande. Es el don que el Señor quiere hacer también a cada uno de nosotros, con su perdón que convierte y reconcilia. El profeta Jeremías nos ha dado el anuncio, presentado la vuelta de los exiliados como un gran símbolo de la consolación dada al corazón que se convierte. El Señor Jesús, por su parte ha cumplido este mensaje del profeta. El verdadero y radical regreso del exilio y la luz confortante después de la oscuridad de la crisis de fe, se realiza en la Pascua, en la experiencia plena y definitiva del amor de Dios, amor misericordiosos que dona alegría, paz y vida eterna.

COMENTARIO AL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 16 DE MARZO DE 2016.

Si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres.
Cuaresma y Semana Santa
El pecado nos hace esclavos, uno llama a otro, hasta que se hace imposible salir.
Por: Estanislao García
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/14447/la-verdad-os-har-libres.html
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Del santo Evangelio según san Juan 8, 31-42
En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres». Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres. Ya sé que sois descendencia de Abraham; pero tratáis de matarme, porque mi Palabra no prende en vosotros. Yo hablo lo que he visto donde mi Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído donde vuestro padre». Ellos le respondieron: «Nuestro padre es Abraham». Jesús les dice: «Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero tratáis de matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; no tenemos más padre que a Dios». Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que Él me ha enviado.
Oración introductoria
Señor, que este momento de oración sea el medio por el cual tu gracia aumente mi fe para que pueda llegar a ser una fe fuerte, luminosa, operante, contagiosa, profunda, de modo que me lleve a conocer la verdad. Tú sabes cuánto necesito este don, porque sin la fe no puedo amar auténticamente a Ti ni a los demás.
Petición
Señor, aumenta mi fe para conocer tu verdad.
Meditación del Papa Francisco
Los doctores de la ley no entendían la alegría de la promesa; no entendían la alegría de la esperanza; no entendían la alegría de la alianza. ¡No entendían! No sabían ser felices, porque habían perdido el sentido de la felicidad, que solamente viene de la fe.
Nuestro padre Abraham ha sido capaz de ser feliz porque tenía fe: se ha hecho justo en la fe. Estos habían perdido la fe. ¡Eran doctores de la ley, pero sin fe! Y aún más: ¡habían perdido la ley! Porque el centro de la ley es el amor, el amor por Dios y por el prójimo. […]
Esta es la vida sin fe en Dios, sin confianza en Dios, sin esperanza en Dios. Y su corazón estaba petrificado. De este modo es triste ser creyente, sin alegría, y no hay alegría cuando no hay fe, cuando no hay esperanza, cuando no hay ley, sino solamente las prescripciones, la doctrina fría.
La alegría de la fe, la alegría del Evangelio es el criterio de la fe de una persona. Sin alegría esta persona no es un verdadero creyente. Abraham, vuestro padre, exultó en la esperanza de ver mi día. Lo vio y se llenó de alegría. Les exhorto a pedir al Señor la gracia de ser exultantes en la esperanza, la gracia de poder ver el día de Jesús cuando nos encontremos con Él y la gracia de la alegría. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 26 de marzo de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
Es una cosa muy triste. Es lo único que le pude decir en ese momento a una amiga que me contó cómo su hermano se había metido en las drogas; antes era un chico muy divertido y alegre, un poco trasto en los estudios, cosa que se lo perdonábamos; pero jamás creí que podía llegar hasta tal extremo; yacía tirado junto a un árbol, su padre le había echado de casa y su hermana lloraba desconsolada apoyada sobre mi hombro. Al cabo de un año murió de sobredosis, fue incapaz de salir de la droga a pesar de todas las ayudas.
Y es que como dice el evangelio, el pecado nos hace esclavos; el pecado llama a otro pecado y así hasta que se hace imposible salir. Así sucede en la vida del cristiano que no está atento; de pequeño era fervoroso y hasta casi le daba gusto ir a la Iglesia, después con el tiempo se fue enfriando, a veces dejaba la misa dominical y poco a poco la dejó del todo; luego se confesaba una vez al año e iba a la Iglesia sólo para las bodas y los entierros, hasta que llegó a una edad en que se consideró maduro del todo y se dijo a sí mismo: ya no necesito de esto que llaman religión.
Jesús nos lo advierte en el evangelio de hoy para que no nos hagamos esclavos del pecado, sino que como la Virgen seamos fieles a Dios, que en cada momento nos pide nuestra libre y generosa disponibilidad para cumplir su Voluntad.
Propósito
Buscar la coherencia entre mi fe y lo que hago todos los días.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, desgraciadamente el «qué dirán» tiene demasiada influencia en mi toma de decisiones, cuando mi norma de vida debería ser únicamente seguir siempre tu verdad. Ayúdame a orar con humildad y sencillez para que pueda acoger y apreciar los innumerables dones con los que enriqueces mi vida, para que, con tu gracia, sea un testigo coherente de mi fe.

EDD. MIÉRCOLES 16 DE MARZO DE 2016.

Miércoles de la quinta semana de Cuaresma
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160316
Libro de Daniel 3,14-20.91-92.95.
Nabucodonosor tomó la palabra y les dijo: «¿Es verdad Sadrac, Mesac y Abed Negó, que ustedes no sirven a mis dioses y no adoran la estatua de oro que yo erigí?
¿Están dispuestos ahora, apenas oigan el sonido de la trompeta, el pífano, la cítara, la sambuca, el laúd, la cornamusa y de toda clase de instrumentos, a postrarse y adorar la estatua que yo hice? Porque si ustedes no la adoran, serán arrojados inmediatamente dentro de un horno de fuego ardiente. ¿Y qué Dios podrá salvarlos de mi mano?».
Sadrac, Mesac y Abed Negó respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: «No tenemos necesidad de darte una respuesta acerca de este asunto.
Nuestro Dios, a quien servimos, puede salvarnos del horno de fuego ardiente y nos librará de tus manos.
Y aunque no lo haga, ten por sabido, rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que tú has erigido».
Nabucodonosor se llenó de furor y la expresión de su rostro se alteró frente a Sadrac, Mesac y Abed Negó. El rey tomó la palabra y ordenó activar el horno siete veces más de lo habitual.
Luego ordenó a los hombres más fuertes de su ejército que ataran a Sadrac, Mesac y Abed Negó, para arrojarlos en el horno de fuego ardiente.
Entonces el rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó a toda prisa y preguntó a sus consejeros: «¿No hemos echado nosotros al fuego a estos tres hombres atados?» Respondieron ellos: «Indudablemente, oh rey.»
Dijo el rey: «Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremente por el fuego sin sufrir daño alguno, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses.»
Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios.
Libro de Daniel 3,52.53.54.55.56.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,
alabado y exaltado eternamente.
Bendito sea tu santo y glorioso Nombre,
alabado y exaltado eternamente.
Bendito seas en el Templo de tu santa gloria,
aclamado y glorificado eternamente por encima de todo.
Bendito seas en el trono de tu reino.
aclamado por encima de todo y exaltado eternamente.
Bendito seas Tú, que sondeas los abismos
y te sientas sobre los querubines,
alabado y exaltado eternamente por encima de todo.
Bendito seas en el firmamento del cielo,
aclamado y glorificado eternamente.
Evangelio según San Juan 8,31-42.
Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: «Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos:
conocerán la verdad y la verdad los hará libres».
Ellos le respondieron: «Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: ‘Ustedes serán libres’?».
Jesús les respondió: «Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado.
El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre.
Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres.
Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes.
Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre».
Ellos le replicaron: «Nuestro padre es Abraham». Y Jesús les dijo: «Si ustedes fueran hijos de Abraham obrarían como él.
Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso.
Pero ustedes obran como su padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios». Jesús prosiguió:
«Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió.
Comentario del Evangelio por San Paciano (¿-c. 390), obispo de Barcelona. Homilía sobre el bautismo 6-7; PL 12, 1093-1094.
“Si el Hijo os hace libres, seréis libres de verdad.”
Hermanos, por el bautismo accedemos a un nuevo nacimiento… “Si hemos puesto nuestra esperanza en este mundo, somos los más desgraciados de los hombres.” (cf 1Cor 15,19). La vida de este mundo, como lo veis, puede ser igual de larga para los animales, las fieras y los pájaros como para los hombres, e incluso más larga. Pero lo que le es propio al hombre es lo que Cristo nos dio por su Espíritu –la vida eterna—a condición de renunciar al pecado… “Porque la paga del pecado es la muerte, pero el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Rm 6,23)
Hijitos, acordaos sobre todo de esto: Antiguamente, las naciones estaban bajo el dominio de las tinieblas. Ahora, nosotros hemos sido liberados, gracias a la victoria de Jesucristo, Nuestro Señor. Él nos ha redimido…Ha liberado a los encadenados y ha roto nuestras cadenas, como dijo David: “El Señor levanta a los oprimidos, el Señor desata a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego” (Sal 145,7) Y en otro lugar: “Has roto nuestras cadenas, te ofreceré un sacrificio de alabanza..” (Sal 115,16) Sí, hemos sido liberados de nuestras ataduras, convocados por el Señor para el sacramento del bautismo…liberados por la sangre de Cristo y por la invocación de su nombre…
Pues, amados míos, somos bautizados una vez por todas, liberados una vez por todas, acogidas en el reino inmortal una vez por todas. Una vez por todas somos felices porque nuestros crímenes han sido perdonados, borrados nuestros pecados. (cf Sal 31,1) Guardad con firmeza lo que os ha sido dado, conservadlo con alegría, no pequéis más. En adelante, guardaos puros e irreprochables para el día del Señor.

‘Jesús se humilló por nuestra salvación’

El Papa en Sta. Marta: ‘Jesús se humilló por nuestra salvación’
En la homilía de este martes, el Santo Padre recuerda que para conocer nuestra historia de amor con Dios debemos mirar el Crucifijo.
https://es.zenit.org/articles/el-papa-en-sta-marta-jesus-se-humillo-por-nuestra-salvacion/
15 MARZO 2016REDACCIONEL PAPA FRANCISCO
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La Misa De Hoy En Santa Marta (Fto Copyrigth Osservatore Romano)
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Si queremos conocer “la historia de amor” que Dios tiene con nosotros es necesario mirar el Crucifijo, sobre el cuál está un Dios que se ha “vaciado de la divinidad”, se ha “ensuciado” de pecado para salvar a los hombres. Así lo ha indicado el papa Francisco en el homilía de la misa celebrada en Santa Marta.
La historia de salvación contada por la Biblia tiene que ver con un animal, el primero en ser nombrado en el Génesis y el último a serlo en el Apocalipsis: la serpiente. Un animal que, en la Escritura, es símbolo poderoso de condenación y misteriosamente de redención, explicó el Papa.
Para explicar esto, el Santo Padre hizo referencia a la Lectura de los Números y el pasaje del Evangelio de Juan. La primera contiene el célebre pasaje del pueblo de Israel que, cansado de vagar por el desierto con poca comida, jura contra Dios y contra Moisés. También aquí son protagonistas las serpientes, dos veces.
Las primeras enviadas del cielo contra el pueblo fiel, siembran miedo y muerte hasta que la gente no implora a Moisés pedir perdón. Y la segunda vez, recordó el Papa, cuando “Dios dijo a Moisés: ‘Haced una serpiente y ponedla encima de una vara (la serpiente de bronce). Cualquiera a quien muerda y la mire, permanecerá con vida’. Es misterioso: el Señor no mata a la serpiente, la deja. Pero si una de estas hace mal a una persona, ella mira a la serpiente de bronce y sanará. Elevar la serpiente”.
Asimismo, Francisco aseguró que el verbo “elevar” está sin embargo al centro del duro debate entre Cristo y los fariseos descrito en el Evangelio. A un cierto punto, Jesús afirma: “Cuando hayáis elevado al Hijo del hombre, entonces conoceréis quién yo soy”.
Sobre todo, observó el Santo Padre, “Yo Soy” es también el nombre que Dios había dado de sí mismo a Moisés para comunicarlo a los israelitas. Y después, añadió el Papa, está esa expresión que vuelve: “Elevad al Hijo del hombre…”
En esta misma línea, el Obispo de Roma subrayó que la serpiente es símbolo del pecado. “La serpiente que mata. Pero una serpiente que salva. Y este es el misterio del Cristo”. Así, recordó que Pablo, hablando del Misterio, dice que Jesús se vació de sí mismo, se humilló a sí mismo, se aniquiló para salvarnos. Y más fuerte incluso: se ha hecho pecado. Por eso explicó que el Hijo del hombre, que como una serpiente, hecho pecado, es elevado para salvarnos.
Esta, observó el Papa, “es la historia de nuestra redención, esta es la historia del amor de Dios. Si nosotros queremos conocer el amor de Dios, miramos el Crucifijo: un hombre torturado”, un Dios, “vaciado de divinidad”, “ensuciado” por el pecado. Pero un Dios que, concluyó, aniquilándose destruye para siempre el verdadero nombre del mal, lo que el Apocalipsis llama “la vieja serpiente”.
Y finalmente aseguró que “el pecado es la obra de satanás y Jesús vence a satanás ‘haciéndose pecado’ y desde allí nos eleva a todos nosotros. El crucifijo no es un ornamento, no es una obra de arte, con muchas piedras preciosas como se ven: el Crucifijo es el misterio del ‘aniquilamiento’ de Dios, por amor. Y esa serpiente que profetiza en el desierto la salvación: elevado y cualquiera que lo mira es sanado. Y eso no se ha hecho con la varita mágica de un Dios que hace las cosas: ¡no! Se ha hecho con el sufrimiento del Hijo del hombre, con el sufrimiento de Jesucristo”.

COMENTARIO AL EVANGELIO DE HOY MARTES 15 DE MARZO DE 2016

Lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.
Cuaresma y Semana Santa
http://es.catholic.net/
La vida del hombre solo tiene sentido cuando está orientada a cumplir la voluntad de Dios.
Por: Carlos Henrique Farias
Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Juan 8, 21-30
Jesús les dijo otra vez: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir». Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: «Adonde yo voy, vosotros no podéis ir?» El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados». Entonces le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les respondió: «Desde el principio, lo que os estoy diciendo. Mucho podría hablar de vosotros y juzgar pero el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a él es lo que hablo al mundo». No comprendieron que les hablaba del Padre. Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo. Y el que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él». Al hablar así, muchos creyeron en él.
Oración introductoria
Venid,Padre de los pobres,Donador de los dones, Luz del corazón.Aquí me prostro ante tu presencia, suplicándote, Dios mío, tus dones.Aumenta mi fe, dame el don de comprender mi vida bajo la mirada de tus dulces ojos. Dame hoy el don de la confianza, para que, anclado en tu luz, pueda dar esperanza a aquellos que viven en las tinieblas. En Ti,todo lo puedo, y en Ti, todo lo espero. No permitas, Jesús, que yo me aleje de ti.Sólo Tú eres mi esperanza.No me dejes morir en mis pecados.
Petición
Jesús, Tú eres capaz de todo por amor al hombre, incluso de clavarte en la cruz.Haz que sea capaz de comprender tus palabras que llegan a mis oídos por medio de las personas que me rodean.Hazme ver que en todas las personas Tú también estás presente. Señor,¡cuántas oportunidades me das de corresponderte!Quiero darte en estos días la oportunidad de que entres en mi vida.
Meditación del Papa
Creer en Jesús significa hacer de Él el centro, el sentido de nuestra vida. Cristo no es un elemento accesorio: es el “pan vivo”, el alimento indispensable. Unirse a Él, en una verdadera relación de fe y de amor, no significa estar encadenados, sino ser profundamente libres, siempre en camino.
Cada uno de nosotros puede preguntarse, ahora: ¿Quién es Jesús para mí? ¿Es un nombre, es una idea, es un personaje histórico solamente? O es verdaderamente aquella persona que me ama, que ha dado su vida por mí y camina conmigo. ¿Para ti quién es Jesús? ¿Estás con Jesús? ¿Intentas conocerlo en su palabra? ¿Lees el Evangelio todos los días, un pasaje del Evangelio, para conocer a Jesús? ¿Llevas el pequeño Evangelio en el bolsillo, en el bolso, para leerlo, en todas partes? Porque cuanto más estamos con Él, más crece el deseo de permanecer con él. Ahora les pediré amablemente, hagamos un momentito de silencio y cada uno de nosotros en silencio, en su corazón, se pregunte: ¿quién es Jesús para mí? En silencio, cada uno responda, en su corazón: ¿quién es Jesús para mí?
Que la Virgen María nos ayude a “ir” siempre a Jesús, para experimentar la libertad que Él nos ofrece, y que nos consiente limpiar nuestras opciones de las incrustaciones mundanas y también de los miedos. (S.S. Francisco, Ángelus 23 de agosto de 2015).
Reflexión
A Dios sólo se le conoce en la oración. Mientras nos encontremos fuera de nosotros mismos, no podremos encontrar lo que, sedientos, buscamos en las cosas externas. Como dice el Papa: dejémonos sorprender por Cristo. En nuestro corazón, está escrito el profundo deseo de amar y ser amados¿Por qué no darle una oportunidad a Aquél que,en el extremo deseo de amar, fue capaz de abrazar el leño de la cruz? Ahora, es tiempo de conversión.Abramos nuestras puertas para que entre la luz.Hagamos la experiencia de un amor que nunca falla. Démonos a la oportunidad de comprobar el amor de Cristo por nosotros mismos y fortalecernos en la fe.
Toda la vida de Cristo está orientada a cumplir la misión que el Padre le ha encomendado. En la mente, en el corazón de Jesús, está grabada la Voluntad Santísima de su Padre. Este pasaje evangélico nos muestra cuál es la actitud del Hijo del Hombre en este mundo: Yo hago siempre lo que le agrada al Padre. Dios pudo haber redimido a la humanidad con un solo pensamiento, con un deseo, pero ha manifestado su voluntad al querer enviar a su propio Hijo para redimir al mundo.
La vida del hombre únicamente tiene sentido cuando se ve orientada a cumplir la voluntad de Dios. Pero este cumplimiento de la voluntad de Dios no puede ser servil, sino que debe imitar el ejemplo de Cristo, de un hijo que busca agradar a su padre en todo. Un padre puede encontrar mayor felicidad cuando ve que su hijo hace lo que le pide, no como una obligación, sino porque quiere agradarle. Cuando un hijo lleva buenas calificaciones a su papá, no porque busca que lo dejen salir a jugar, sino porque lo ama, porque sabe que esto que lleva a casa es lo que agrada a su padre.
La voluntad de Dios en nuestra vida se va manifestando a través de la exigencia de nuestros compromisos como cristianos. En el cumplimiento de nuestro deber en el trabajo, en el hogar, en la escuela. En la defensa de la vida, en ayudar a los más necesitados. Incluso cuando vienen las dificultades en la vida diaria, si todo lo vemos desde la perspectiva sobrenatural como Cristo, veremos en cada momento la voluntad de Dios detrás de cada uno de los acontecimientos de nuestra vida.
Propósito
Esta semana voy dar una nueva oportunidad a Cristo en mi vida buscando auxilio en una sincera confesión.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, ¡cuántas veces te niego el acceso a mi vida!¡Cuántas veces pienso que yo tengo la fuerza de actuar por mí mismo hasta el punto en que Tú tienes que salir de mi vida!¡Cuántas veces te busco fuera de mí y no te encuentro! Quiero que entres donde todavía no tenías acceso en mi corazón.Y quiero agradecerte por saber esperarme con tus brazos abiertos hasta que yo libremente corra hacia ti.Gracias porque Tú me das otra oportunidad cada vez que yo la busco.
Se entra en oración como se entra en la liturgia: por la puerta estrecha de la fe. A través de los signos de su presencia, es el rostro del Señor lo que buscamos y deseamos, es su palabra lo que queremos escuchar y guardar.(Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2656).

EDD. MARTES 15 DE MARZO DE 2016

Martes de la quinta semana de Cuaresma
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160315
Libro de los Números 21,4-9.
Los israelitas partieron del monte Hor por el camino del Mar Rojo, para bordear el territorio de Edóm. Pero en el camino, el pueblo perdió la paciencia
y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!».
Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas.
El pueblo acudió a Moisés y le dijo: «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas serpientes». Moisés intercedió por el pueblo,
y el Señor le dijo: «Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará curado».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba curado.
Salmo 102(101),2-3.16-18.19-21.
Señor, escucha mi oración
y llegue a ti mi clamor;
no me ocultes tu rostro
en el momento del peligro;
inclina hacia mí tu oído,
respóndeme pronto, cuando te invoco.
Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria.
Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.
Evangelio según San Juan 8,21-30.
Jesús dijo a los fariseos:
«Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir».
Los judíos se preguntaban: «¿Pensará matarse para decir: ‘Adonde yo voy, ustedes no pueden ir’?».
Jesús continuó: «Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo.
Por eso les he dicho: ‘Ustedes morirán en sus pecados’. Porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados».
Los judíos le preguntaron: «¿Quién eres tú?». Jesús les respondió: «Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo.
De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo».
Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre.
Después les dijo: «Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó.
El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada».
Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.
Comentario del Evangelio por San León Magno (¿-c. 461), papa y doctor de la Iglesia. Sermón 15 sobre la pasión, 3-4; SC 75bis, pag. 189.
“Cuando el Hijo del Hombre sea levantado sobre la tierra, comprenderéis que yo soy.” (Jn 12,32).
El verdadero venerador de la pasión del Señor tiene que contemplar de tal manera, con la mirada del corazón, a Jesús crucificado, que reconozca en él su propia carne… A ninguno de los pecadores se le niega su parte en la cruz, ni existe nadie a quien no auxilie la oración de Cristo. Si ayudó incluso a sus verdugos, ¿cómo no va a beneficiar a los que se convierten a él?
Y, en primer lugar, el hecho de que Dios acogiera nuestra condición humana, cuando “la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”, ¿a quién excluyó de su misericordia, sino al infiel? ¿Y quién no tiene una naturaleza común con Cristo, con tal d que acoja al que a su vez lo ha asumido a él, puesto que fue regenerado por el mismo Espíritu por el que él fue concebido? Y además, ‘quién no reconocerá en él sus propias debilidades? ¿Quién dejará de advertir que el hecho de tomar alimento, buscar el descanso y el sueño, experimentar la solicitud de la tristeza y las lágrimas de la compasión es fruto de la condición humana del Señor?…
Nuestro es lo que, por tres días, yació exánime en el sepulcro y, al tercer día, resucitó; lo que ascendió sobre todas las alturas de los cielos hasta la diestra de la majestad paterna….Habrá que cumplirse lo que manifiestamente proclamó: “Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo” (Mt 10,32).

HOMILÍA DEL PAPA EN LA EUCARISTÍA DIARIA DE HOY EN SANTA MARTA.

El Papa en Sta. Marta: ‘Señor, no te entiendo. Pero sin entender, me encomiendo a tus manos’.
En la homilía de este lunes, el Santo Padre invita a fiarse de Dios incluso cuando estamos en el ‘valle oscuro’
https://es.zenit.org/articles/el-papa-en-sta-marta-senor-no-te-entiendo-pero-sin-entender-me-encomiendo-a-tus-manos/
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha reflexionado esta mañana en Santa Marta sobre algunos hechos dramáticos de los últimos tiempos. Frente a estos “valles oscuros” de nuestro tiempo la única respuesta es encomendarse a Dios, ha asegurado.
Haciendo referencia a la Primera Lectura del libro de Daniel, el Papa indicó que Susana, una mujer justa, es “ensuciada” por el “mal deseo” de dos jueces, pero prefiere fiarse de Dios y elegir morir inocente antes que hacer lo que querían estos hombres. Por eso, el Papa indicó que incluso cuando nos encontramos recorriendo un “valle oscuro” no debemos temer ningún mal.
El Señor siempre camina con nosotros, nos quiere y no nos abandona. Y desde aquí, Francisco mencionó varios “valles oscuros” de nuestro tiempo.
“Cuando nosotros, hoy, miramos tantos valles oscuros, tantas desgracias, tante gente que muere de hambre, de guerra, tantos niños con discapacidad, tantos… tantos que ahora, tú preguntas a los padres: ‘¿qué enfermedad tiene?’ – ‘Nadie lo sabe: se llama enfermedad rara’. Es lo que nosotros hacemos con nuestras cosas: pensemos en los tumores de laTierra de fuegos… Cuando ves todo esto, pero ¿dónde está el Señor? ¿dónde estás?”, se preguntó Francisco.
¿Tú caminas conmigo? Este era el sentimiento de Susana. También el nuestro. Y puso un ejemplo: “ves cuatro monjas asesinadas: pero, servían por amor, y acabaron asesinadas por odio”. También observó cuando “ves que se cierran las puertas a los refugiados y se les deja fuera, a la intemperie, con el frío… Pero tú Señor, ¿dónde estás?”
Y cómo encomendarse al Señor viendo todas estas cosas. Cuando nos sucede a nosotros estas cosas, cada uno puede decir: ¿pero cómo me encomiendo a Ti? El Santo Padre aseguró que para esta pregunta hay solo una respuesta posible: “no se puede explicar, no soy capaz”.
Ante la pregunta sobre el sufrimiento de un niño, el Pontífice propone el pasaje de Jesús en el Getsemaní. ‘Padre, si quieres aparta de mí ese cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya’. Al respecto, Francisco señaló que Jesús se fía de la voluntad del Padre. “Jesús sabe que no termina todo con la muerte o con la angustia, y la última palabra de la Cruz: ‘Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu’. Fiarse de Dios, que camina conmigo, que camina con mi pueblo, que camina con mi Iglesia: y esto es un acto de fe. Yo me fío. No lo sé: no sé por qué sucede esto, pero yo me fio. Tú sabrás por qué”.
El Papa, en su homilía matutina, señaló que esta es “la enseñanza de Jesús”. Quien se fía del Señor que es Pastor, no le falta nada. Aunque vayas por un valle oscuro “sabe que el mal es un mal del momento, pero el mal definitivo no estará porque el Señor, ‘porque Tú estás conmigo. Tu bastón y tu cayado me sostienen”.
El Santo Padre subrayó que “es una gracia” que debemos pedir. “Señor, enséñame a encomendarme a tus manos, a fiarme de tu guía, también en los momentos feos, en los momentos oscuros, en el momento de la muerte”.
Para finalizar, Francisco aseguró que nos hará bien pensar hoy en nuestra vida, en los problemas que tenemos y “pedir la gracia de encomendarnos a las manos de Dios”. Y pensar –añadió– en tanta gente que ni siquiera tiene una última caricia en el momento de morir. A propósito el Santo Padre recordó que hace tres días una persona sin hogar murió de frío en la calle, cerca de San Pedro. “En plena Roma, una ciudad con todas las posibilidades para ayudar. ¿Por qué Señor? Ni siquiera una caricia… Pero yo me fío porque Tú no decepcionas”.
Señor –concluyó– no te entiendo. Esta es una bonita oración. Pero sin entender, me encomiendo a tus manos.

COMENTARIO AL EVANGELIO DE HOY LUNES 14 DE MARZO DE 2016.

Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre
Cuaresma y Semana Santa
Cristo es nuestra luz, solo hace falta que nosotros seamos luz del mundo.
Por: Oscar Pérez
Fuente: Catholic.net
http://es.catholic.net/op/articulos/14368/jess-luz-del-mundo.html
Del santo Evangelio según san Juan 8, 12-20
En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida». Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale». Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí». Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre». Estas palabras las pronunció junto al arca de las ofrendas, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
Oración introductoria
Señor, gracias por esta oportunidad de estar contigo en esta oración; te suplico me liberes de lo que pueda obscurecer tu verdad radiante, estoy abierto de mente y corazón para abrazar tu voluntad.
Petición
¡Ven, Espíritu Santo! Dame la luz de la fe.
Meditación del Papa Francisco
La coherencia de vida nos aleja de la mundanidad espiritual. Tú finges ser así, pero vives de otra forma. Es la mundanidad que se introduce en el espíritu humano y poco a poco va tomando posesión de él: es difícil identificarla desde el comienzo porque es como la polilla que lentamente destruye, carcome la tela y luego esa tela es inutilizable. Así el hombre que se deja llevar por la mundanidad pierde la identidad cristiana, la arruina, llegando a ser incapaz de coherencia.
En efecto está quien dice: «Oh, yo soy muy católico, padre, voy a misa todos los domingos, soy muy católico»; luego, sin embargo, en la vida cotidiana o en el trabajo es incapaz de ser coherente. Así, por ejemplo, cede ante el discurso de quien le propone: «Si me compras esto, hacemos este acuerdo y tú te quedas con una suma de dinero».
Esto no es coherencia de vida, esto es mundanidad. Y es precisamente la mundanidad la que conduce a la doble vida, la que es apariencia y la que es verdadera, y te aleja de Dios y destruye tu identidad cristiana. Por esto Jesús es tan fuerte cuando pide al Padre: Padre, no te pido que los quites del mundo sino que los salves, que no tengan el espíritu mundano, es decir ese espíritu que destruye la identidad ¡cristiana! (Cf Homilía de S.S. Francisco, 20 de noviembre de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
Si echamos una mirada nos daremos cuenta que las nubes del materialismo han cubierto el horizonte cultural. La luz penetra cada vez menos. La esperanza parece menguar. En medio de la oscuridad brillan pequeñas lucecitas. Son luciérnagas. Fugaces momentos de felicidad que el mundo da. Así paga el mundo a los que le sirven. Les promete felicidad y diversión, y se los concede. Pero un instante, un suspiro; y después, la oscuridad.
Pero no estamos solos. Un rayo de esperanza rasga las nubes. Es Cristo que viene a recordarnos: “Yo soy la luz del mundo”.. Como nos dice el catecismo en el número 2466: el que cree en Él, no permanece en las tinieblas. El discípulo de Jesús, permanece en su palabra, para conocer «la verdad que hace libre» y que santifica.
Nosotros, como cristianos bautizados, estamos llamados a ser luz del mundo. ¿Cómo? Predicando el Evangelio del amor con el ejemplo de nuestra vida y el testimonio de nuestra palabra.
Reforzando la unidad familiar, por ejemplo rezando en familia; escuchando y compartiendo las penas de mi prójimo, ayudándolo cuando lo vea en apuros. En fin, la caridad es ingeniosa, hay mil maneras de vivirla. Sólo hace falta querer ser luz del mundo.
Propósito
Darme el tiempo y la paciencia para dar hoy un consejo, estímulo o ayuda a quien lo necesite.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, qué diverso sería mi comportamiento si nunca olvidara de dónde vengo y a dónde voy. Tú eres quien da significado, sentido, esperanza y propósito a mi vida. Las presiones de la sociedad afectan mis decisiones, el estira y afloja de la «moda» me apartan de la auténtica felicidad, por eso te suplico me des la luz de la fe para buscarte siempre y, unido a Ti, pueda ser la luz que ilumine a los que hoy encuentre en mi camino.