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Comentario al evangelio de hoy miércoles 07 de febrero de 2018.

Lo que sale de dentro .

Miércoles V de Tiempo Ordinario.
Por: H. Rubén Tornero, L.C.
 
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/68346/lo-que-sale-de-dentro.html

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, estoy de nuevo ante Ti. Tú me conoces y sabes cómo me encuentro, cuáles son mis tristezas, alegrías, ilusiones y miedos. Todo lo pongo en tus manos. No quiero separarme de Ti. Sólo en tus manos quiero encontrar mi verdadero hogar. Si muchas veces me voy de él, no te canses, te ruego, de esperarme con los brazos abiertos y haz que yo tampoco me canse nunca de regresar a Ti, amado Jesús.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 7, 14-23
En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro».
Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. Él les dijo: «¿También son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?» Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.
Luego agregó: «Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy, Jesús, me dices que no son los alimentos los que me manchan, sino lo que sale de mi corazón. Tú bien sabes las heridas que tengo y conoces hasta mis últimos escondrijos. Hay tantas cosas que están en mi corazón y que me lastiman; manchan tu imagen que hay en mí.
¡Ayúdame, Jesús! Sólo Tú eres capazde sanar mi corazón herido por el pecado. Nadie más que Tú puede purificar mi interior, mis intenciones y deseos más profundos.
Quiero aprender de tu Sagrado Corazón, del cual sólo surge amor, perdón y misericordia.
Te suplico que formes en mí uncorazón semejante al tuyo, del que no salga otra cosa que el amor que recibe de Ti.
En nuestro tiempo, algunas orientaciones culturales ya no reconocen la huella de la sabiduría divina en las realidades creadas y tampoco en el hombre. La naturaleza humana, de este modo, queda reducida en materia, modelable según un designio cualquiera. Nuestra humanidad, en cambio, es única y muy valiosa a los ojos de Dios. Por esto, la primera naturaleza que se debe custodiar, a fin de que dé fruto, es nuestra humanidad misma. Tenemos que darle el aire limpio de la libertad y el agua vivificante de la verdad, protegerla de los venenos del egoísmo y de la mentira. En el terreno de nuestra humanidad podrá brotar, entonces, una gran variedad de virtudes.
(Homilía de S.S. Francisco, 3 de marzo de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré pensar bien de las personas que me rodean.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
 

EDD. miércoles 07 de febrero de 2018

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20180206
 
Miércoles de la quinta semana del tiempo ordinario
Primer Libro de los Reyes 10,1-10.
La reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a prueba, proponiéndole unos enigmas.
Llegó a Jerusalén con un séquito imponente, con camellos cargados de perfumes, de muchísimo oro y de piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, le expuso todo lo que tenía pensado decirle.
Salomón respondió a todas sus preguntas: no hubo para el rey ninguna cuestión tan oscura que no se la pudiera explicar.
Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que había construido,
los manjares de su mesa, los aposentos de sus servidores, el porte y las libreas de sus camareros, sus coperos y los holocaustos que ofrecía en la Casa del Señor, se quedó sin aliento
y dijo al rey: «¡Realmente era verdad lo que había oído decir en mi país acerca de ti y de tu sabiduría!
Yo no lo quería creer, sin venir antes a verlo con mis propios ojos. Pero ahora compruebo que no me habían contado ni siquiera la mitad: tu sabiduría y tus riquezas superan la fama que llegó a mis oídos.
¡Felices tus mujeres, felices también estos servidores tuyos, que están constantemente delante de ti, escuchando tu sabiduría!
¡Y bendito sea el Señor, tu Dios, que te ha mostrado su favor poniéndote sobre el trono de Israel! Sí, por su amor eterno a Israel, el Señor te estableció como rey para que ejercieras el derecho y la justicia».
La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca más se recibieron tantos perfumes como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón.
 
Salmo 37(36),5-6.30-31.39-40.
Encomienda tu suerte al Señor,
confía en él, y él hará su obra;
hará brillar tu justicia como el sol
y tu derecho, como la luz del mediodía.
La boca del justo expresa sabiduría
y su lengua dice lo que es recto:
la ley de Dios está en su corazón
y sus pasos no vacilan.
La salvación de los justos viene del Señor,
él es su refugio en el momento del peligro;
el Señor los ayuda y los libera,
los salva porque confiaron en él.
 
Evangelio según San Marcos 7,14-23.
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanlo bien.
Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre.
¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!».
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola.
El les dijo: «¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo,
porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?». Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Luego agregó: «Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro.
Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios,
los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre».
 
Comentario del Evangelio por San Juan de la Cruz (1542-1591), carmelita descalzo, doctor de la Iglesia. Avisos y máximas.
«Oh Dios, crea en mí un corazón puro» (Sl 50,12).
La limpieza de corazón no es menos que el amor y gracia de Dios; porque los limpios de corazón son llamados por nuestro Salvador bienaventurados (Mt 5,8), lo cual es tanto como decir «enamorados», pues que la bienaventuranza no se da por menos que amor.
El que ama a Dios debe gozarse no en si hace buenas obras y sigue buenas costumbres, sino en si las hace por amor de Dios sólo, sin otro respecto alguno; porque cuanto son para mayor premio de gloria hechas sólo para servir a Dios, tanto para mayor confusión suya será delante de Dios cuanto más le hubieren movido otros respectos.
El que anda enamorado de Dios, no pretende ganancia ni premio, sino sólo perderlo todo y a sí mismo en su voluntad por Dios…
El que obra por Dios con puro amor, no sólo no pretende ser visto por los hombres, sino ni tan sólo ser visto de Dios…
Todo el deseo y fin del alma y de Dios en todas las obras de ella es la consumación y perfección de este estado, por lo cual nunca descansa el alma hasta llegar a él… pues el corazón del hombre no se satisface con menos de Dios, que es su centro.
El puro de corazón igual se aprovecha de la elevación que del abatimiento para llegar a ser cada vez más puro, mientras que el corazón impuro sólo produce frutos de impureza. El corazón puro saca de todas las cosas un conocimiento de Dios sabroso, casto, puro, espiritual, lleno de gozo y de amor.

Comentario al evangelio de hoy martes 06 de febrero de 2018.

Olvidamos que a quien estamos siguiendo es una Persona

Martes V de Tiempo Ordinario.
Por: H. Adrián Olvera, L.C.
 
Fuente:  http://es.catholic.net/op/articulos/68323/olvidamos-que-a-quien-estamos-siguiendo-es-una-persona.html

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Te pido, Señor, que a ejemplo de los santos Pablo Miki y compañeros mártires, me des la gracia de hacer la experiencia de tu amor para dirigir siempre mi vida hacia Ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 7, 1-13
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: «¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras. y no siguen la tradición de nuestros mayores?» (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: «Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió:Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos.Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres».
Después añadió: «De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre. y: El que maldiga a su padre o a su madre, morirá. Pero ustedes dicen: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre’. Así anulan la palabra de Dios con esa tradición que se han transmitido. Y hacen muchas cosas semejantes a ésta».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
A lo largo de nuestra vida es muy fácil convertir el seguimiento de Jesucristo en una especie de seguimiento «manualístico» …, un seguimiento normativo. Olvidamos que a quién estamos siguiendo es a una Persona…, una Persona real.
Es muy fácil convertirlo en una actividad social o de relajación de conciencia. Vamos a misa simplemente porque es domingo o por una invitación familiar. Seguimos una cierta moral y nos comportamos como debemos de comportarnos simplemente para no desentonar. Evidentemente ir a misa está bien, al igual que comportarnos correctamente; sin embargo, si sólo se hace porque «así lo dicen» o porque «lo tengo que hacer» llegará un día en que nos cansaremos…, nos aburriremos…tiremos el manual a la basura.
Jesús cuando dice «me honran con sus labios, pero su corazón está fuera de mí» lo dice con dolor, con tristeza, lo dice así pues realmente lo siente, ¡Él es una persona realmente! No es una metáfora o una moraleja que nos ayuda a comportarnos; no es el seguimiento de una norma lo que le interesa. Le interesa la razón por la cual vivimos. Jesús quiere que vivamos por una sola razón, pues sabe que esa razón no cansa, no aburre, no la podemos tirar a la basura; quiere que vivamos por Amor.

El hipócrita que tiene doble cara, es un simulador. Jesús mismo, hablando de estos doctores de la ley, afirma que ellos dicen y no hacen. Y esta es otra forma de hipocresía, es un nominalismo existencial: los que creen que, diciendo las cosas, lo arreglan todo. No, las cosas hay que hacerlas, no sólo decirlas. En cambio el hipócrita es un nominalista, cree que con decir las cosas ya se hace todo. Además el hipócrita es incapaz de acusarse a sí mismo: jamás encuentra una mancha en sí mismo; acusa a los demás. Pensemos en la paja y en la viga: precisamente así podemos describir esta levadura que es la hipocresía.
(Homilía de S.S. Francisco, 14 de octubre de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Renovar mi seguimiento a Jesucristo ofreciéndole todo mi día y esforzándome por hacer, conscientemente, las actividades de mi día por amor a Él.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
 
 

EDD. martes 06 de febrero de 2018

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20180205
Martes de la quinta semana del tiempo ordinario
Primer Libro de los Reyes 8,22-23.27-30.
Salomón se puso ante el altar del Señor, frente a toda la asamblea de Israel, extendió sus manos hacia el cielo
y dijo: «Señor, Dios de Israel, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay un Dios como tú, que mantienes la Alianza y eres fiel con tus servidores, cuando caminan delante de ti de todo corazón.
Pero ¿es posible que Dios habite realmente en la tierra? Si el cielo y lo más alto del cielo no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta Casa que yo he construido!
No obstante, Señor, Dios mío, vuelve tu rostro hacia la oración y la súplica de tu servidor, y escucha el clamor y la oración que te dirige hoy tu servidor.
Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre el lugar del que tú dijiste: ‘Allí residirá mi Nombre’. ¡Escucha la oración que tu servidor dirige hacia este lugar!
¡Escucha la súplica y la oración que tu servidor y tu pueblo Israel dirijan hacia este lugar! ¡Escucha desde tu morada en el cielo, escucha y perdona!
 
Salmo 84(83),3.4.5.10.11.
Mi alma se consume de deseos
por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne claman ansiosos
por el Dios viviente.
Hasta el gorrión encontró una casa,
y la golondrina tiene un nido
donde poner sus pichones,
junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios.
¡Felices los que habitan en tu Casa
y te alaban sin cesar!
protege, Dios, a nuestro Escudo
y mira el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tus atrios
que mil en otra parte;
yo prefiero el umbral de la Casa de mi Dios
antes que vivir entre malvados.
Evangelio según San Marcos 7,1-13.
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,
y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.
Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados;
y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.
Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?».
El les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres».
Y les decía: «Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios.
Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte.
En cambio, ustedes afirman: ‘Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán -es decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte…’
En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.
Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!».
 
Comentario del Evangelio por San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia. Discurso sobre los salmos, Salmo 99, §5.
«Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí»
¿Quién lo ha creado todo? ¿Quién te ha creado a ti mismo? ¿Qué son todas estas criaturas? ¿Quién eres tú? ¿Y cómo decir qué es el que ha creado todo esto? Para decirlo, hace falta que tu pensamiento lo conciba: qué tu pensamiento se vuelva hacia él, acercate a él. Para ver bien algo, te acercas a eso… Pero Dios es percibido sólo por el espíritu, se le coge sólo por el corazón. ¿Y dónde está este corazón por el cual se puede ver a Dios? «Dichosos los corazones puros, verán a Dios» (Mt 5,8)…
Leemos en un salmo: «Acercáos y seréis iluminados» (Sal. 33,6 tipos de Vulg). Para acercarse y ser iluminado, hace falta que detestes las tinieblas… Eres pecador, debes volverte justo; pero no podrás recibir la justicia si el mal todavía te gusta. Destrúyelo en tu corazón y purifícalo; caza el pecado de tu corazón donde quiere venir a vivir al que quieres ver. El alma humana, nuestro » hombre interior » (Ef 3,16), se acerca a Dios tanto como puede, nuestro hombre interior que ha sido recreado a imagen de Dios, él que ha sido creado a imagen de Dios (Gn 1,26) pero que se alejó de Dios en la desemejanza.
Cierto, no es en el tiempo donde nos acercamos o alejamos de Dios: si no te pareces más a él, te apartas de Dios; si te le pareces, tú te acercas a él. Mira pues cómo el Señor quiere que nos acerquemos: nos hace primero semejantes a él para que podamos estar cerca de él. Nos dice: «Sed como vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y deja caer la lluvia sobre justos e injustos». Aprende pues a amar a tu enemigo (Mt 5,44-45). A medida que esta caridad crece en ti, te devuelve y te reforma a semejanza de Dios; y cuanto más te acercas a esta semejanza avanzando en amor, más comienzas a sentir la presencia de Dios. ¿Pero a quién sientes? ¿Al que viene hacia ti o a aquel al cuál tú vuelves? Él jamás se alejó de ti; eres tú quien se ha alejado de él.

Para encontrar a Jesús, “hay que moverse, salir”

Fuente : es.zenit.org

Tweet del Papa Francisco.

4 febrero 2018Anne KurianAngelus y Regina Caeli

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Audiencia 25/10/2017 © L’Osservatore Romano

(ZENIT – 4 febrero 2018).- “Jesús se deja encontrar por el que le busca, pero para buscarlo hay que moverse, salir”. Es el tweet publicado por el Papa Francisco este 4 de febrero 2018, en @Pontifex.

Este tweet es una cita de la homilía que el Papa ha pronunciado en la Fiesta de la Epifanía el pasado 6 de enero, durante la Misa en la Basílica de San Pedro. Luego, advirtió contra la “tentación de quien es creyente desde hace tiempo: diserta sobre la fe, como de una cosa que ya sabe pero que no actúa personalmente para el Señor. Hablamos pero no oramos; nos lamentamos pero no hacemos el bien”. Los Reyes Magos, por otro lado, señaló, “hablan poco y caminan mucho. Aunque ignorantes de las verdades de la fe, tienen el deseo  y están en camino… siempre en movimiento”.

El Papa invita a “la fatiga cotidiana del camino, a liberarse de los pesos inútiles y molestias voluminosas que obstaculizan y aceptar los imprevistos que aparecen en el mapa de la vida tranquila. Jesús se deja encontrar por el que le busca, pero para encontrarlo es necesario moverse, salir. No esperar: arriesgar. No permanecer inmóvil; avanzar. Jesús es exigente: propone  al que le busca dejar la silla de la comodidad mundana y la calidez  aseguradora de nuestras chimeneas”.

“Seguir a Jesús no es un protocolo educado que hay que respetar sino un éxodo a vivir”, ha insistido el Papa. Para encontrar a Jesús debemos renunciar al miedo a ponerse en juego, la satisfacción  de sentir que he llegado, a la pereza de no pedir nada a la vida”.

 © Traducción para ZENIT, Raquel Anillo

Comentario al evangelio de hoy lunes 05 de febrero de 2018

Todos reconocen a Jesús.
Tiempo Ordinario

Jesús no se cansa, cada día atiende a nuestras necesidades. 
Por: Xavier Caballero
 
Fuente:  http://es.catholic.net/op/articulos/12869/cat/331/todos-reconocen-a-jesus.html

Del santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56
En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron enseguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.
Oración introductoria 
Señor, creo en tu capacidad de curar física y espiritualmente. Me acerco a Ti en esta oración enfermo y débil espiritualmente, confío en tu deseo de sanarme y fortalecerme. Te ofrezco humildemente mi vida, herida por el cáncer del amor propio, el orgullo y la autosuficiencia y me abandono en tu misericordia. Pido a la santísima Virgen de Lourdes que interceda por mí.
Petición
Señor, sana mi alma y mi corazón. Ayúdame a hacer lo que necesito hacer, para mantenerme siempre en gracia.
Meditación del Papa Francisco
La palabra que nos ayudará a entrar en el misterio de Cristo es cercanía. Un hombre pecó y un hombre nos salvó. ¡Es el Dios que está cerca! Cerca de nosotros, de nuestra historia. Desde el primer momento, cuando eligió a nuestro padre Abraham, caminó con su pueblo. Y esto también se ve con Jesús que hace un trabajo de artesano, de trabajador.
A mí, la imagen que me viene es aquella de la enfermera en un hospital: cura las heridas, una por una, pero con sus manos. Dios se involucra, se mete en nuestras miserias, se acerca a nuestras heridas y las cura con sus manos, y para tener manos se hizo hombre. Es un trabajo de Jesús, personal. Un hombre trajo el pecado, un hombre viene a sanarlo. Cercanía. Dios no nos salva solo por un decreto o una ley; nos salva con ternura, con caricias, nos salva con su vida, por nosotros. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 22 de octubre de 2013, en Santa Marta).
Reflexión
Los genios son genios no por lo que producen, sino por lo que proyectan, por lo que reparten. Un genio no es un hombre que tiene el alma muy grande, sino un hombre de cuya alma podemos alimentarnos. En los santos la cosa es aún más clara: son santos porque no se reservaron nada para sí, sino que se entregaron a todos cuantos les rodeaban.
Jesús, que acababa de multiplicar los panes compadeciéndose de la multitud, les da después, a los discípulos, un susto tremendo. Por así decirlo, se trata de una de esas «bromas del Altísimo». Una vez que se les pasó el miedo de haber visto a Jesús caminando sobre las aguas, tocan tierra de nuevo. ¡Qué personalidad la de Cristo! En cuanto bajó de la barca, le reconocieron y corrieron a Él. ¡Es la fuerza de los santos, la fuerza de Dios! Cada tarde, al volver del trabajo, anhelamos encontrar a nuestros seres queridos y disfrutar de la paz del hogar. El esfuerzo cotidiano exige un buen descanso. Jesús no se detuvo a contemplar su cansancio, su fatiga ni siquiera, si estaba o no dentro de su horario de trabajo o si se le pagaría una prima extra. Esta es la verdadera generosidad. Esto es no reservarse nada para sí, sino entregarse a los demás.
Le traían enfermos. Deseaban, al menos tocar la orla de sus vestidos para ser curados. A nosotros, Dios no nos pide directamente que curemos enfermos o hagamos todo tipo de milagros. Quizá no esté a nuestro alcance. Pero sí podemos dar una palabra de aliento al compañero de trabajo. Una sonrisa a quienes suben con nosotros en el ascensor. Una atención y un recuerdo en la oración para quien nos pide ayuda por la calle. La alegría y el detalle con nuestra esposa o esposo y nuestros hijos, a pesar de la tensión acumulada en el trabajo. Cosas sencillas pero que, a los ojos de Dios, tienen un valor inmenso. Los genios, los grandes santos, lo han sido a base de estos pequeños pero valiosos actos de amor y generosidad. Y tú, ¿qué esperas para ser feliz?
Propósito
Ofrecer a la Virgen de Lourdes un rosario por todas las personas enfermas, física o espiritualmente, para que encuentren consuelo en Cristo.
Diálogo con Cristo 
Jesús, qué ciego he sido al temer más a la enfermedad o a los problemas cotidianos de la vida que al pecado. He abusado de tu eterna misericordia al no esforzarme por dominar mi debilidad, por eso suplico a la Virgen de Lourdes que me guíe para saber resistir la tentación.

EDD. lunes 05 de febrero de 2018

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20180202
 
Lunes de la quinta semana del tiempo ordinario
Primer Libro de los Reyes 8,1-7.9-13.
Entonces Salomón reunió junto a él en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los príncipes de las casas paternas de los israelitas, para subir el Arca de la Alianza del Señor desde la Ciudad de David, o sea, desde Sión.
Todos los hombres de Israel se reunieron junto al rey Salomón en el mes de Etaním – el séptimo mes – durante la Fiesta.
Cuando llegaron todos los ancianos de Israel, los sacerdotes levantaron el Arca,
y subieron el Arca del Señor, con la Carpa del Encuentro y todos los objetos sagrados que había en la Carpa. Los que trasladaron todo eso fueron los sacerdotes y los levitas.
Mientras tanto, el rey Salomón y toda la comunidad de Israel reunida junto a él delante del Arca, sacrificaban carneros y toros, en tal cantidad que no se los podía contar ni calcular.
Los sacerdotes introdujeron el Arca de la Alianza en su sitio, en el lugar santísimo de la Casa – el Santo de los santos – bajo las alas de los querubines.
Porque los querubines desplegaban sus alas sobre el sitio destinado al Arca, y resguardaban por encima el Arca y sus andas.
En el Arca se encontraban únicamente las dos tablas de piedra que Moisés, en el Horeb, había depositado allí: las tablas de la Alianza que el Señor había hecho con los israelitas a su salida de Egipto.
Mientras los sacerdotes salían del Santo, la nube llenó la Casa del Señor,
de manera que los sacerdotes no pudieron continuar sus servicios a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba la Casa.
Entonces Salomón dijo: «El Señor ha decidido habitar en la nube oscura.
Sí, yo te he construido la Casa de tu señorío, un lugar donde habitarás para siempre».
 
Salmo 132(131),6-7.8-10.
Sí, oímos hablar del Arca en Efratá,
y la encontramos en los campos de Jaar.
¡Entremos en su Morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies!
¡Levántate, Señor,
entra en el lugar de tu Reposo,
tú y tu Arca poderosa!
Que tus sacerdotes se revistan de justicia
y tus fieles griten de alegría.
Por amor a David, tu servidor,
no rechaces a tu Ungido.
 
Evangelio según San Marcos 6,53-56.
Después de atravesar el lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí.
Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús,
y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él estaba.
En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados.
Comentario del Evangelio por Santa Teresa de Ávila (1515-1582), carmelita descalza y doctora de la Iglesia. Camino de Perfección, cap. 34.
“Todos los que le tocaban quedaron curados”
Cuando Jesús estuvo en este mundo, el simple contacto con sus vestiduras curaba a los enfermos. ¿Por qué dudar, si tenemos fe, que todavía haga milagros en nuestro favor cuando está tan íntimamente unido a nosotros en la comunión eucarística? ¿Por qué no nos dará lo que le pedimos puesto que está en su propia casa? Su Majestad no suele pagar mal la hospitalidad que le damos en nuestra alma, si le es grata la acogida. ¿Sentís la tristeza de no contemplar a nuestro Señor con los ojos del cuerpo? Dígase que no es lo que le conviene actualmente…
Pero tan pronto como nuestro Señor ve que un alma va a sacar provecho de su presencia, se le descubre. No lo verá, cierto, con los ojos del cuerpo, sino que se le manifestará con grandes sentimientos interiores o por muchos otros medios. Quedáos pues con él de buena gana. No perdáis una ocasión tan favorable para tratar vuestros intereses en la hora que sigue la comunión.

EDD. viernes 02 de febrero de 2018

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20180201
Fiesta de la Presentación del Señor
Libro de Malaquías 3,1-4.
Así habla el Señor Dios.
Yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Y en seguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Angel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos.
¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos.
El se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la justicia.
La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los tiempos pasados, como en los primeros años.
 
Salmo 24(23),7.8.9.10.
¡Puertas, levanten sus dinteles,
levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria!
¿Y quién es ese Rey de la gloria?
Es el Señor, el fuerte, el poderoso,
el Señor poderoso en los combates.
¡Puertas, levanten sus dinteles,
levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria!
¿Y quién es ese Rey de la gloria?
El Rey de la gloria es
el Señor de los ejércitos.
 
Evangelio según San Lucas 2,22-40.
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor,
como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él
y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley,
Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido,
porque mis ojos han visto la salvación
que preparaste delante de todos los pueblos:
luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción,
y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
Estaba también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.
 
Comentario del Evangelio por San Sofronio de Jerusalén (¿-639), monje, obispo. Homilía para la fiesta de las luces; PG 87c, 3291
“Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que todo el que cree en mí no permanezca en las tinieblas” (Jn 12,46)
Todos nosotros que honramos y veneramos el misterio de Cristo con fervor, salgamos a su encuentro, avancemos hacia él con todo nuestro corazón. Que todos sin excepción, participen en este encuentro, que todos lleven sus candelas encendidas. Si nuestros cirios dan tal esplendor es, primeramente, para mostrarnos el resplandor divino de aquel que viene, de aquel que hace brillar el universo y lo inunda con una luz eterna que ahuyenta las tinieblas del mal. Es así sobre todo para manifestar que es también con el esplendor de nuestra alma que debemos salir al encuentro de Cristo. En efecto, de la misma manera que la Madre de Dios, la purísima Virgen, es llevando en sus brazos a la luz verdadera que va al encuentro de “los que yacen en las tinieblas” (Is 9,1; Lc 1,79), así también nosotros, iluminados por sus rayos y teniendo en nuestras manos una luz visible a todos, apresurémonos a salir al encuentro de Cristo.
Es evidente: puesto que “la luz verdadera ha venido al mundo” (Jn 1,9) y lo ha iluminado cuando estaba en tinieblas, porque que “nos ha visitado el Sol que nace de lo alto” (Lc 1, 78), este misterio es nuestro… Corramos, pues, todos juntos, salgamos todos al encuentro de Dios… Seamos todos iluminados por él, hermanos, que él nos haga resplandecientes a todos. Que ninguno de entre nosotros no quede fuera de esta luz, como si fuera un extranjero; que nadie se obstine en permanecer en la noche. Avancemos hacia la claridad; caminemos, iluminados, hacia su encuentro y junto con el viejo Simeón, recibamos esta luz gloriosa y eterna. Junto con él exultemos con todo nuestro corazón y cantemos un himno de acción de gracias a Dios, Padre de las luces (Jm 1,17), que nos ha enviado la visible claridad para sacarnos de las tinieblas y con ella, hacernos resplandecientes.
La salvación de Dios, que se “ha presentado ante todos los pueblos” y que para nuestra gloria manifestó al nuevo Israel, fijaos bien que nosotros “la hemos visto” ahora, gracias a Cristo. E inmediatamente hemos sido liberados de la noche de nuestro pecado, igual que Simeón, al ver a Cristo, fue liberado de las ataduras de la vida presente.

Comentario al evangelio de hoy jueves 01 de febrero de 2018

Conciencia de ser enviado.

Jueves IV de Tiempo Ordinario.
Por: H. Cristian Gutiérrez, L.C.
 
Fuente:  http://es.catholic.net/op/articulos/68292/conciencia-de-ser-enviado.html

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, la oración es el mejor medio que me has podido dar para entrar en contacto contigo. Tú me conoces mejor que nadie. Sabes bien qué es lo que más necesito, por ello te pido me lo concedas. Aumenta mi fe, mi esperanza y mi amor por Ti. Señor, enséñame a orar como enseñaste a los discípulos. Pongo mi oración junto a la tuya, para que sea ofrenda por la salvación de las almas.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 6,7-13
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.
Y les dijo: «Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos».
Los discípulos se fueron a predicar la conversión. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Sólo bastón y sandalias. Nada de pan, ni dinero, ni alforja ni otra túnica. ¡Curiosas indicaciones! A lo mejor me podría detener a meditar en estos consejos que das a los discípulos que envías a la predicación del Reino. Yo también pertenezco a tu Reino y por ello estos consejos son también para mí.
El bastón no es sólo para apoyarse en los largos trayectos que les esperan a tus discípulos. El bastón es también señal de autoridad y mandato. Lo recomiendas porque el bastón puede ser la señal externa para que reconozcan a los tuyos como embajadores enviados de parte tuya. Esto me recuerda una actitud importante del anunciador del Reino: conciencia de ser enviado.
Las sandalias parecen un elemento importante para todo caminante. No se puede ir descalzo. Recomiendas las sandalias porque ellas permiten caminar con facilidad, sin lastimarse y con más rapidez. Detrás del consejo de las sandalias puede ser que me estés recomendando la virtud del celo apostólico, esa pasión que me lleve a ir siempre por nuevos caminos, a caminar sin descanso, a no dejar de anunciar tu Reino. Sandalias para la perseverancia en la evangelización.
Los otros elementos son aquellos que me pides no llevar: ni pan, ni dinero, ni alforja, ni túnica de cambio. Detrás de ello se esconden mis más profundas necesidades personales, y por ello, son mis seguridades más inmediatas. La enseñanza que me quieres dar con ello es que confíe, que me abandone en tus manos y me deje guiar, proteger, alimentar, cubrir por tu providencia que no abandona a lo que se prestan como colaboradores tuyos.
Que estos consejos que me das hoy me ayuden a ser un mejor discípulo de tu Reino y me capaciten para llevar tu amor allí donde más se necesite.

Eso es lo que significa ser enviado: seguir a Cristo, y no lanzarnos por delante con nuestras propias fuerzas. El Señor invitará a algunos de vosotros a seguirlo como sacerdotes, y de esta forma convertirse en “pescadores de hombres”. A otros los llamará a la vida religiosa, a otros a la vida matrimonial, a ser padres y madres amorosos. Cualquiera que sea vuestra vocación, os exhorto: ¡sed valientes, sed generosos y, sobre todo, sed alegres!
(Homilía de S.S. Francisco, 30 de noviembre de 2017).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy procuraré hablar de Jesús o del Evangelio a alguien conocido.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
 

EDD. jueves 01 de febrero de 2018

Fuente : http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20180131
Jueves de la cuarta semana del tiempo ordinario
Primer Libro de los Reyes 2,1-4.10-12.
Estando ya próximo a su muerte, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón:
«Yo me voy por el camino de todo el mundo. Sé fuerte y compórtate como un hombre.
Observa las prescripciones del Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, sus mandamientos, sus leyes y sus instrucciones, según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas,
y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel.
David se fue a descansar con sus padres, y lo enterraron en la Ciudad de David.
Cuarenta años duró su reinado sobre Israel: reinó siete años en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén.
Salomón se sentó en el trono
de su padre David, y su realeza quedó firmemente afianzada.
Primer Libro de Crónicas 29,10.11ab.11d-12a.12bcd.
Después David bendijo al Señor en presencia de toda la asamblea, diciendo:
“¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad;
porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra.
tú te elevas por encima de todo.
De ti proceden la riqueza y la gloria;
tú lo gobiernas todo,
en tu mano están el poder y la fuerza,
y es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas.
 
Evangelio según San Marcos 6,7-13.
Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.
Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero;
que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas.
Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir.
Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos».
Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión;
expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
 
Comentario del Evangelio por Venerable Francisco Libermann (1802-1852), fundador de la Congregación del Espíritu Santo. Cartas Espirituales, tomo IV.
«Exhortación a los misioneros: No llevéis nada para el camino».
Para vivir la vida delos hombres apostólicos, necesitáis una muy grande abnegación de vosotros mismos… Lo que es necesario, es conservar su alma en la paz, en la alegría, en medio de las continuas privaciones, experimentadas con fuerza, no solamente por las privaciones corporales que son bastantes fáciles de soportar, sino en las privaciones espirituales o morales. Estas son mucho más dolorosas, entristecen, turban, desaniman a un alma débil y apegada a ella misma; ellas proporcionan una fuerza, una serenidad y un vigor todo nuevo a un alma fuerte, por una sólida abnegación a uno mismo y por un agarrarse a Dios solo…
Si vosotros supierais el valor que tiene la paciencia en medio de las virtudes apostólicas, emplearíais todas la fuerzas de vuestro ser por conseguirla. Si supierais tener calma, tendríais éxito y un éxito seguro…Las hierbas que crecen deprisa están raquíticas y desaparecen muy pronto. Los árboles sin embargo crecen lentamente, y llegan a ser grandes y fuertes y duros por los siglos. Si os llegara ocurrir tener en una misión un éxito rápido y fácil, temblar por esta misión, cuando por el contrario, os pide tiempo y ofrece dificultades, celebrarlo mucho. Si experimentáis en vosotros mismos la fuerza y la perseverancia de una santa paciencia… Si tenéis la paciencia, estad seguros de adquirir ésta prudencia, ésta sabiduría de Dios en vuestra conducta y en vuestras empresas.