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EDD. jueves 01 de septiembre de 2016

Jueves de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160831


Carta I de San Pablo a los Corintios 3,18-23.
Hermanos:
¡Que nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la Escritura: El sorprende a los sabios en su propia astucia,
y además: El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos.
En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a ustedes:
Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es de ustedes,
pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.
Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6.
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todos sus habitantes,
porque El la fundó sobre los mares,
Él la afirmó sobre las corrientes del océano.
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado?
El que tiene las manos limpias
y puro el corazón;
él recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su Salvador.
Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.
Evangelio según San Lucas 5,1-11.
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes.
Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes».
Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes».
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador».
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido;
y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres».
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.

Comentario del Evangelio por San Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), presbítero, fundador. Homilía en Amigos de Dios.
«Desde ahora pescarás hombres»
«He aquí que envío a muchos pescadores – oráculo del Señor – y los pescarán» (Jr 16,16). Es así como el Señor nos precisa nuestra gran misión: la pesca. A veces se dice o se escribe que el mundo es como un mar. Es buena esta comparación. En la vida humana, como en el mar, hay períodos de calma y otros de tempestad, de tranquilidad y de vientos violentos. Frecuentemente los hombres se encuentran en amargas aguas, en medio de grandes olas; avanzan entre tormentas, tristes navegantes, aunque aparenten estar gozosos, e incluso exuberantes: sus carcajadas sólo buscan disimular su abatimiento, su decepción, su vida sin caridad ni comprensión. Hacen como los peces: se devoran unos a otros.
Procurar que todos los hombres entren a gusto en las redes divinas y se amen unos a otros, es tarea de los hijos de Dios. Si somos cristianos debemos transformarnos en estos pescadores que, en forma de metáfora, describe el profeta Jeremías y que, más tarde, también Jesucristo emplea en diversos momentos: «Seguidme y os haré pescadores de hombres» dice a Pedro y a Andrés.
Acompañemos a Cristo en esta pesca divina. Jesús se encuentra en la orilla del lago de Genesaret y la gente se amontona a su alrededor deseosa de escuchar la palabra de Dios. (Lc 5,1) ¡Igual que hoy! ¿No lo veis?

Catequesis del papa Francisco en la audiencia del 31 de agosto de 2016

Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia del 31 de agosto de 2016.
https://es.zenit.org/articles/texto-completo-de-la-catequesis-del-papa-francisco-en-la-audiencia-del-31-de-agosto-de-2016/
Jesús considera a los pecadores como descartados y los invita a ser hijos suyos
Francisco saluda a un niño en la audiencia del 31 de agosto de 2016 (© Osservatore Romano)

Francisco Saluda A Un Niño En La Audiencia Del 31 De Agosto De 2016 (© Osservatore Romano)

El papa Francisco en la catequesis de este miércoles en la plaza de San Pedro recordó la fe de la mujer que sufría pérdidas de sangre. Era una mujer descartada por la sociedad. Pero no duda en pedir su curación y Jesús la escucha. Y restablece la verdad y la grandeza sobre la dignidad de la mujer y de toda persona. En Señor a pesar de nuestros pecados nos dice, tu no eres un descartado, tú eres un hijo, una hija.
A continuación el texto completo:
«Queridos hermanos y hermanas, ¡buen día!
El Evangelio que hemos escuchado nos presenta una figura que se destaca por su fe y su coraje. Se trata de la mujer a la que Jesús curó de sus pérdidas de sangre. Pasando en medio de la muchedumbre, se acerca por detrás de Jesús para tocar el borde de su manto. “Ella se decía a sí misma: con sólo tocar su manto, quedaré curada” .
¡Cuánta fe, verdad! ¡Cuánta fe tenía esta mujer! Razonaba así porque estaba animada por tanta fe, tanta esperanza y, con un toque de astucia, realiza lo lleva en su corazón. El deseo de ser salvada por Jesús es tan grande que la hace ir más allá de las obligaciones establecidas por la ley de Moisés.
Esta pobre mujer de hecho, hacía muchos años que estaba no solamente enferma, sino que era considerada impura porque padecía de hemorragias. Y por lo tanto estaba excluida de las liturgias, de la vida conyugal, de las relaciones normales con el prójimo.
El evangelista Marcos añade que había consultado a muchos médicos, acabando sus medios para pagarlos y soportando tratamientos dolorosos, pero solo había empeorado. Era una mujer descartada por la sociedad. Es importante considerar esta condición de descartada, para entender su estado de ánimo:
ella siente que Jesús puede liberarla de la enfermedad y del estado de marginación y de indignidad en el que se desde hace años se encuentra. En una palabra: sabe, siente que Jesús puede salvarla.
Este caso nos hace reflexionar sobre cómo la mujer muchas veces es percibida y representada. Todos fuimos puestos en guardia, también las comunidades cristianas, delante de consideraciones reducidas de la feminidad por prejuicios y sospechas ultrajantes de su intangible dignidad. En este sentido son precisamente los Evangelios los que restablecen la verdad y reconducen a un punto de vista liberador.
Jesús ha admirado la fe de esta mujer evitada por todos y ha transformado su esperanza en salvación. No conocemos su nombre, pero las pocas líneas con las que los Evangelios describen su encuentro con Jesús trazan un itinerario de fe capaz de restablecer la verdad y la grandeza sobre la dignidad de toda persona.
En el encuentro con Cristo se abre para todos, hombres y mujeres de todos los lugares y de todos los tiempo, el camino de la liberación y de la salvación.
El Evangelio de Mateo dice que cuando la mujer tocó el manto de Jesús, Él “se dio vuelta” y “la vio”, y le dirigió la palabra. Como decíamos, a causa de su estado de exclusión, la mujer ha actuado oculta, detrás de Jesús, tenía un poco de temor, para no ser vista, porque era una descartada.
En cambio, Jesús la ve y su mirada no es de reproche, no dice: “¡Fuera de aquí, tú eres una descartada!”, como si dijera: “¡Tú eres una leprosa, fuera!”. No la reprocha, por el contrario la mirada de Jesús es de misericordia y ternura. Él sabe lo que ha sucedido y busca el encuentro personal con ella, lo que en el fondo, ella misma deseaba.
Esto significa que Jesús no sólo la recibe, sino que la considera digna de este encuentro hasta el punto que le dona su palabra y su atención. En la parte central del relato el término salvación se repite tres veces. “Si logro tan solo tocar su manto seré curada. Jesús se giró y al verla, le dijo: ‘Animo, hija, tu fe te ha salvado’”. Este “ten confianza, hija” expresa toda la misericordia de Dios por aquella persona, y por toda persona descartada.
Cuántas veces nos sentimos interiormente descartados por nuestros pecados, hemos combinado tantas, hemos hecho tantas… Y el Señor nos dice:
“¡Ánimo! ¡Ven! Para mí tú no eres un descartado, una descartada. Ánimo hija. Tú eres un hijo, una hija”. Y éste es el momento de la gracia, es el momento del perdón, es el momento de la inclusión en la vida de Jesús, en la vida de la Iglesia. Es el momento de la misericordia. Hoy, a todos nosotros, pecadores, que somos grandes pecadores o pequeños pecadores, pero todos lo somos. A todos nosotros el Señor nos dice: “¡Ánimo, ven! Ya no eres más un descartado, no eres una descartada: yo te perdono, yo de abrazo”.
Así es la misericordia de Dios. Debemos tener el coraje de ir hacia Él, pedir perdón por nuestros pecados e ir adelante. Con coraje, como hizo esta mujer. Así la “salvación” adquiere múltiples aspectos: ante todo a la mujer le devuelve la salud; después la libera de las discriminaciones sociales y religiosas; además, realiza la esperanza que ella llevaba en su corazón anulando sus temores y su desánimo; y para concluir la devuelve a la comunidad liberándola de la necesidad de actuar a escondidas.
Y esta última cosa es importante: una persona descartada actúa siempre escondido, alguna vez o toda la vida: pensemos en los leprosos de aquellos tiempos, en los sin hobar de hoy… pensemos en los pecadores, en nosotros pecadores: siempre que hacemos algo escondidos, que tenemos necesidad de hacer algo a escondidas, nos avergonzamos de lo lo que somos. Y Él nos libera de esto, Jesús nos libera y hace que nos pongamos de pie:
“Levántate, ven. De pie”. Como Dios nos ha creado: Dios nos ha creado de pie, no humillados. De pie. Jesús da una salvación total que reintegra la vida de la mujer en la esfera del amor de Dios y, al mismo tiempo, la restablece en su plena dignidad.
Vale a decir, no es el manto que la mujer ha tocado el que le dio la salvación, sino la palabra de Jesús, acogida en la fe, capaz de consolarla, curarla y restablecerla en la relación con Dios y con su pueblo. Jesús es la única fuente de bendición de la cual brota la salvación para todos los hombres, y la fe es la disposición fundamental para acogerla.
Jesús, una vez más, con su comportamiento lleno de misericordia, indica a la Iglesia el itinerario que es necesario realizar para salir al encuentro de cada persona, para que cada uno pueda ser curado en el cuerpo y en el espíritu, y recuperar la dignidad de hijos de Dios. Gracias».

 

Comentario al evangelio de hoy miércoles 31 de agosto de 2016

Curación de la suegra de Pedro.
Milagros de Jesús

Tiempo Ordinario. 
Cristo te cura de las enfermedades del alma, siempre está atento…solo tienes que pedirlo.
Por: P. Clemente González
Fuente: Catholic.net 
http://es.catholic.net/op/articulos/6206/curacin-de-la-suegra-de-pedro.html

Del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero Él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que Él era el Cristo. Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde Él, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero Él les dijo: También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado. E iba predicando por las sinagogas de Judea.
Oración introductoria
Señor, yo también estoy buscándote en mi interior. Ayúdame a ver qué es lo que necesito cambiar para que aprecie y valore más tu presencia en mi vida. Yo también estoy enfermo, te pido que en esta oración te dignes hacer algo por mí. Creo en Ti, confío en Ti y te amo.
Petición
Jesús, dame la humildad para saber reconocer tu presencia en mi vida.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Una Misericordia en camino.
«También tengo que»… este «también tengo que» que pronunciaste con tus palabras me ilumina tanto. En verdad llevaste una vida de ininterrumpida entrega, de inmolación sin tregua, de continuo sacrificio. Contemplo y vuelvo a contemplar tu vida y no veo sino un corazón que nunca supo qué significaba no amar –a no ser que lo experimentase pasivamente, y cuánto dolor no te causó (y te causa).
Señor, no me cansaré de repetirlo y te doy gracias por sostenerme en esta ilusión: te pido un corazón semejante al tuyo, que sepa estimar las cosas con tu percepción, que sepa apreciar las situaciones con tu espíritu, mirar a las personas con tu perspectiva. Dame un corazón que antes se canse de vivir para sí mismo, que de entregarse a los demás. Hazme un corazón sencillo, que no entienda de egoísmos, de «mi tiempo», de los «yo quisiera que», «me gustaría más», «preferiría mejor»… hazme un corazón cuya única ilusión sea amar, sea dar, entregarse, dar testimonio verdadero del Amor. Dame un corazón valiente, que sepa superar los miedos o sobrellevarlos puesta la confianza en Ti. Un corazón que viva bajo la tensión del darse antes que la del buscarse. Dame un corazón que en entregarse totalmente encuentre su único descanso. Dame un corazón humilde, que sepa aprender de los demás, maravillarse, alegrarse, entristecerse, acompañar y elevar a todos hacia tu Amor.
Un corazón que camine cada instante hacia la cruz, tal como el tuyo, hasta consumirse por amor…
 «La Misericordia de nuestro Dios es infinita e inefable y expresamos el dinamismo de este misterio como una Misericordia “siempre más grande”, una Misericordia en camino, una Misericordia que cada día busca el modo de dar un paso adelante, un pasito más allá, avanzando sobre las tierras de nadie, en las que reinaba la indiferencia y la violencia.»
 (Homilía de S.S. Francisco, 24 de marzo de 2016).
Reflexión
Es admirable el trabajo de los médicos. Nunca tienen un rato de descanso, porque allí donde van, aunque sea a una fiesta, todo el mundo se acerca para hablarles de sus padecimientos y enfermedades.
Así me imagino también a Jesús. No había llegado todavía a casa de su amigo Pedro cuando ya le piden un milagro. Y por la tarde vinieron a suplicarle que sanara a otros enfermos. Y al salir el sol le seguían buscando incluso en el desierto.
¡Qué grande es el Corazón de Cristo! Qué paciente, las veinticuatro horas del día, sin pedir nada a cambio. La Palabra ablanda cualquier corazón, aunque sea más duro que las piedras.. Le apasionaba su misión. Sabía que tenía que aprovechar los tres años de vida pública y no se permitió ni un momento de reposo.
Esto nos enseña a tomarnos en serio nuestra vida. El tiempo que Dios nos ha concedido no puede tirarse a la basura con entretenimientos estériles. Hay mucho que hacer, y algún día nos pedirán cuentas de lo que hayamos hecho. Seguro que tienes varias tareas pendientes que están esperando su momento. ¿Y cuando llegará? Quién sabe.
Es cuestión de organizarse bien, de tener el día programado para rendir al máximo, aun sacrificando el tiempo dedicado a la televisión. Debemos ser exigentes con el uso de las horas. No pueden desperdiciarse, porque nunca más volverán.
Primero es necesario establecer una jerarquía. ¿Qué es lo más importante para mí? No hay que descuidar el trabajo, ni la familia, ni los momentos para Dios, ni las actividades que enriquezcan a los que viven en la misma ciudad o país. Sepamos sacarle el jugo a la vida que Dios nos ha regalado.
Propósito
Consolar a una persona enferma, más que con palabras, con mi cercanía serena y sincera.
Diálogo con Cristo
Señor, gracias por venir a mi casa en esta oración. Estoy agradecido por la atención personal que me das, especialmente cuando estoy enfermo y necesitado de tu gracia. Quiero corresponder rápidamente, como lo hizo la suegra de Pedro, sirviendo con alegría y prontitud a todos mis hermanos. El mundo está enfermo, muchos tienen una gran necesidad de Ti. Te ofrezco ser generoso y compartir la fuerza de tu presencia en mi vida.

EDD. miércoles 31 de agosto de 2016

Miércoles de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160830


Carta I de San Pablo a los Corintios 3,1-9.
Hermanos: Por mi parte, no pude hablarles como a hombres espirituales, sino como a hombres carnales, como a quienes todavía son niños en Cristo.
Los alimenté con leche y no con alimento sólido, porque aún no podían tolerarlo, como tampoco ahora,
ya que siguen siendo carnales. Los celos y discordias que hay entre ustedes, ¿no prueban acaso, que todavía son carnales y se comportan de una manera puramente humana?
Cuando uno dice: «Yo soy de Pablo», y el otro: «Yo de Apolo», ¿acaso no están procediendo como lo haría cualquier hombre?
Después de todo, ¿quién es Apolo, quién es Pablo? Simples servidores, por medio de los cuales ustedes han creído, y cada uno de ellos lo es según lo que ha recibido del Señor.
Yo planté y Apolo regó, pero el que ha hecho crecer es Dios.
Ni el que planta ni el que riega valen algo, sino Dios, que hace crecer.
No hay ninguna diferencia entre el que planta y el que riega; sin embargo, cada uno recibirá su salario de acuerdo con el trabajo que haya realizado.
Porque nosotros somos cooperadores de Dios, y ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios.
Salmo 33(32),12-13.14-15.20-21.
¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se eligió como herencia!
El Señor observa desde el cielo
y contempla a todos los hombres.
él mira desde su trono
a todos los habitantes de la tierra;
modela el corazón de cada uno
y conoce a fondo todas sus acciones.
Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Nuestro corazón se regocija en él:
nosotros confiamos en su santo Nombre.
Evangelio según San Lucas 4,38-44.
Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella.
Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.
De muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado».
Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
Comentario del Evangelio por  San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia. Soliloquios, L.1, c1, § 5-6
«Las multitudes le buscaban»
Desde ahora, Señor, es a ti sólo a quien amo, a ti sólo a quien me uno, a ti sólo a quien busco, a ti sólo a quien estoy dispuesto a servir, porque sólo tú mandas justamente. Deseo someterme a tus órdenes; manda, te lo ruego, manda lo que quieres, pero cúrame, abre mis oídos a fin de que pueda escuchar tus palabras…
Recíbeme como a un fugitivo, oh Padre amantísimo. He sufrido demasiado tiempo; demasiado tiempo he estado sometido a tus enemigos y al juego de las mentiras. Recíbeme como a un siervo tuyo que quiere alejarse de todas estas cosas vanas… siento que me es necesario volver a ti; llamo, ábreme la puerta, enséñame como se llega hasta ti… Es hacia ti que quiero ir, dame, pues, los medios para llegar hasta ti. ¡Si tú te alejas, perecemos! Pero tú jamás abandonas a nadie, porque eres el soberano bien; todos los que te buscan con rectitud, te encuentran. Eres tú quien nos enseña como buscarte rectamente. Oh Padre mío, haz que te busque, líbrame del error, no permitas que, en mi búsqueda, encuentre a otra cosa que no seas tú. Si no deseo nada más que a ti, haz que sea a ti sólo a quien encuentre, oh Padre mío.

Comentario al evangelio de hoy martes 30 de agosto de 2016

El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido
Parábolas

Tiempo Ordinario. 
Quien encuentra en Dios su tesoro, hace todo por 
Por: P. Francisco Javier Arriola, LC
Fuente: Catholic.net 
http://es.catholic.net/op/articulos/49046/encontrar-el-reino-de-los-cielos-gran-alegra.html

Del Evangelio según san Mateo 13, 44-46
El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
Oración Introductoria
Dulce Huésped del alma, Espíritu Santo, ven a visitar mi corazón para que me ayudes a encontrar los verdaderos tesoros por los cuales vale la pena dejarlo todo. Hazme digno depositario de tus dones e ilumina mi mente y entendimiento para escuchar tus palabras en este momento de oración en el que vengo humildemente a pedirte tu ayuda. Santifica mi vida para ayudar a otros a encontrarte.
Petición
Corazón de Jesús lleno de bondad, llena mi corazón de amor por ti y por los demás. Concédeme conocerte para amarte y poseerte como mi único tesoro. Hazme instrumento de tu amor para que todos se beneficien de las riquezas de tu gracia.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
 La verdadera riqueza es Dios.
¿Qué tesoro es tan valioso para vender todo lo que se tiene? ¿Qué merece desprenderse de cuanto se posee para conseguir otro bien? ¿Qué hallazgo puede producir inmensa alegría?  No cabe la menor duda que lo que encontró el hombre tiene un valor inestimable, inmedible, y lo más grande en valor, es el Reino de Dios, y por él se puede renunciar a todo, y ésta sería la mejor decisión tomada.
Quien encuentra un tesoro como éste, el Reino de los Cielos, debe dejarlo todo por él, y renunciar con alegría a lo que tiene terrenalmente, pues es indudable que no podemos comparar los bienes terrestres con la posesión de Dios, «Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero» (Mt 6-24).
Jesús también nos agrega la parábola del comerciante de perlas. Ambas parábolas nos muestran que merece mucho la pena hacer un gran esfuerzo por conseguir algo muy valioso, como el Evangelio, como el amor de Cristo, como el Reino de Dios, con fe, veremos que la valoración de la posesión de Dios, que es el tesoro del que nos habla Jesús, no puede tener ninguna comparación.
Pero para poseer a Dios, debemos despojarnos de todo lo que aprisiona nuestro corazón. Es decir de nuestros afectos, o inclinaciones, pasiones e instintos, de todo cuanto nos impida la posesión de Dios. Si vaciamos el corazón de nosotros mismos, éste podrá ser ocupado por Dios.
Un muy buen negocio nos propone Jesús, el mejor de los trueques, un intercambio o entrega de cosas de poco precio, por otras valiosísimas, es así, como nos pone el ejemplo de un negociante, para indicarnos que es un hombre que conoce el valor de las cosas, y se desprende de todo por una perla fina.
Es así, como nos invita, pero también nos condiciona, que para la adquisición del Reino de los Cielos, tenemos que renunciar con alegría a todo, porque la renuncia a lo material tiene el mejor de los premios, como es la posesión de Dios. La verdadera riqueza es Dios.
«El tesoro y la perla valen más que los otros bienes, y por tanto, el campesino y el comerciante, cuando lo encuentran, renuncian a todo lo demás para poder conseguirlo. No necesitan hacer razonamientos, pensar, reflexionar: se dan cuenta en seguida del valor incomparable de lo que han encontrado, y están dispuestos a perder todo para tenerlo.
Así es el Reino de Dios: quien lo encuentra no tiene dudas, siente que es lo que buscaba, que esperaba y que responde a sus aspiraciones más auténticas. Y es realmente así: quien conoce a Jesús, quien lo encuentra personalmente, se queda fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza, y todo en una gran humildad y sencillez. Buscar a Jesús, encontrar a Jesús. Este es el gran tesoro.»
(Homilía de S.S. Francisco, 27 de julio de 2014).
Reflexión 
Es más fácil adiestrarnos en los negocios del mundo que en los «negocios» espirituales. Los primeros los medimos con ganancias materiales y tangibles, mientras que los segundos sólo los medimos con la fe y el amor. Esto no significa que sea difícil encontrar las riquezas de la vida espiritual, más bien quiere decir que si nosotros no podemos, hay que asesorarnos con quienes conocen este mundo de negocios de la eternidad. Dios nos ha dado muchos medios para poder encontrarlo a Él: la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras, la Santísima Virgen, los sacerdotes, los santos, los ángeles y tantas personas de buena voluntad que viven una vida ejemplar.
Las comparaciones que nos pone el Señor con su Reino, las entendemos con facilidad, porque conocemos lo que vale un cofre lleno de monedas de oro o una perla de valor incalculable, aunque nunca las hayamos tenido en las manos físicamente. Para nosotros debe haber sólo una perla, como le expresa el pasaje, pues no son varias porque disminuiría su valor. Nuestra única perla preciosa es Cristo, y quien lo posee conoce su valor. Quienes no lo conocen a Él, tampoco saben cuál es nuestro tesoro por el cual podemos llegar a dar la vida, como lo han hecho los mártires, los santos.
También hay quienes encuentran el campo donde está el tesoro, venden todo y luego lo compran. Ellos son los que eligen la vida religiosa, consagrada o sacerdotal; ellos dejan todo con tal de poseer las praderas donde está el Tesoro. Estas praderas son donde llegan a reposar y a descansar porque Cristo, el Buen Pastor y Único Tesoro, nos hace valorar las cosas en su justo precio. Cuando Jesús se convierte en nuestro único tesoro, también Él nos esmalta con las bellas joyas de la fe, de la esperanza, de la gracia, de las virtudes y del amor.
En un bello himno se lee que un apóstol no es apóstol si no es también un mensajero. Este tesoro que descubrimos lo será más en la medida en la que lo hagamos descubrir a los demás. Es curioso pensar que cuando encontramos a Dios, se transforma en la joya invaluable que nadie nos puede quitar si la cuidamos bien, y al mismo tiempo podemos hacer que otros lo encuentren, pero nunca podremos hacer que otros lo aprecien como lo único que vale si ellos mismos no lo valoran así. Esta es la experiencia de Dios en la vida espiritual, de la que más necesitamos conforme más la vamos conociendo y gustando.
Santa Teresita del Niño Jesús tiene una frase que encierra bien esta experiencia: «Jesús, dulzura inefable, convertidme en amargura todos los goces de este mundo». Quien encuentra este tesoro, sólo le pide a Dios no perderlo. Una sola es la Verdad, uno sólo el Camino, y una sola es la Vida, todo lo demás que hemos recibido de Dios en este mundo, no es malo, al contrario, pues si hubiera sido algo malo Él nunca nos lo habría dado. Pero las personas, las cosas, lo material está subordinado al único valor que está expresado en el primer mandamiento de la ley de Dios: amar a Dios sobre todas las cosas. En esta relación, lo demás será un don y una oportunidad para alabar y agradecer a Dios.
Propósito
Haré cinco minutos de oración para agradecer a Dios todas las personas, experiencias y cosas que me ha dado y permitido en mi vida y le pediré que lo descubra a Él como mi único Tesoro.
Diálogo con Cristo
Señor, Bondad infinita, yo te alabo y te doy gracias por haberme creado, por haberme permitido acercarme una vez más a ti y conocerte un poco más. Mira mi indigencia, mira mi pobreza y socórreme Tú. No permitas que mi corazón se llene de las cosas que tienen un valor efímero, de las caducas y pasajeras, y sobre todo de las que me vacían el alma y me apartan de ti. Vacíame de mí mismo y de mis egoísmos, para que sólo Tú me puedas llenar el alma y las ansias de felicidad y eternidad. Que tu Eucaristía sea mi prenda de eternidad para ganarme el cielo y los tesoros que nos has prometido. Amén.
Jesús es el verdadero y único tesoro que nosotros tenemos para dar a la humanidad. De él sienten profunda nostalgia los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, incluso cuando parecen ignorarlo o rechazarlo. De él tienen gran necesidad la sociedad en que vivimos, Europa y todo el mundo. Benedicto XVI, Gruta de Lourdes de los Jardines Vaticanos. 31 de mayo de 2010.

 

EDD. martes 30 de agosto de 2016 .

Fiesta de santa Rosa de Lima, virgen
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20160829


Carta II de San Pablo a los Corintios 10,17-18.11,1-2.
Hermanos:
El que se gloría, que se gloríe en el Señor.
Porque el que vale no es el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda.
¡Ojalá quisieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran.
Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a él como una virgen pura.
Salmo 148(147),1-2.11-13a.13c-14.
¡Aleluya!
Alaben al Señor desde el cielo,
alábenlo en las alturas;
alábenlo, todos sus ángeles,
alábenlo, todos sus ejércitos.
Los reyes de la tierra y todas las naciones,
los príncipes y los gobernantes de la tierra;
los ancianos, los jóvenes y los niños.
alaben el nombre del Señor.
Su majestad está sobre el cielo y la tierra,
y él exalta la fuerza de su pueblo.
¡A él, la alabanza de todos sus fieles,
y de Israel, el pueblo de sus amigos!
¡Aleluya!
Evangelio según San Mateo 13,44-46.
Jesús dijo a la multitud:
«El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas;
y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.»
Comentario del Evangelio por  San Buenaventura (1221-1274), franciscano, doctor de la Iglesia. Vida de San Francisco, Leyenda mayor, c. 7.
La perla de gran valor.
Entre los dones espirituales recibidos de la generosidad de Dios, Francisco obtuvo, particularmente, el de enriquecer siempre su tesoro de simplicidad gracias a su gran amor a la pobreza. Viendo que aquella que había sido la compañera habitual del Hijo de Dios había llegado a ser, a partir de entonces, objeto de una animadversión universal, la cogió como esposa y se consagró a ella con un amor eterno. No contentándose con «dejar por ella al padre y a la madre» (Gn 2,24), repartió entre los pobres todo lo que podía tener (Mt 19,21). Nadie ha guardado su dinero tan celosamente como Francisco conservó su pobreza; nunca nadie ha vigilado su tesoro más cuidadosamente como él ésta perla de la que habla el Evangelio.
Nada le producía una herida mayor que encontrar en sus hermanos alguna cosa que no fuera conforme a la pobreza de los religiosos. Desde el inicio de su vida religiosa hasta su muerte, no tuvo otra riqueza que su túnica, una cuerda como cinturón, unos pantalones; no le hacía falta nada más. A menudo, pensando en la pobreza de Jesucristo y de su Madre, lloraba: «He aquí, decía, el porque la pobreza es la reina de las virtudes; es ella la que ha brillado en el Rey de reyes (1Tm 6,15) y en la Reina, su madre».
Un día que los hermanos le preguntaron cuál es la virtud que nos hace más amigos de Cristo, abriendo, por así decir, el secreto de su corazón, les respondió: «Saben, hermanos, que la pobreza espiritual es el camino privilegiado para la salvación, porque es la savia de la humildad y la raíz de la perfección; sus frutos son innumerables aunque escondidos. Ella es ese «tesoro escondido en el campo» que, para comprarlo, dice el Evangelio, es preciso venderlo todo y cuyo valor nos debe empujar a despreciar toda otra cosa».

Las principales iglesias cristianas se unen en oración y acción contra la crisis ecológica.

El papa Francisco estableció el 1 de septiembre como el Día Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación
Por: La Machi
Fuente: www.lamachi.com 
http://es.catholic.net/op/articulos/63028/las-principales-iglesias-cristianas-se-unen-en-oracion-y-accion-contra-la-crisis-ecologica.html

(18 de agosto de 2016).- Las iglesias cristianas se unen para celebrar el Día Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación, y lanzar la llamada “Season of Creation”, entre el 1 de septiembre y el 4 de octubre. Las Iglesias Ortodoxa, Católica, Protestante y Anglicana alientan a los 2,2 mil millones de cristianos en todo el mundo a orar y actuar sobre los problemas ecológicos promocionando un nuevo sitio web ecuménico: www.SeasonOfCreation.org.
El papa Francisco estableció el 1 de septiembre como el Día Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación en 2015, uniéndose a los esfuerzos ecológicos de la Iglesia ortodoxa, ya que el patriarca ecuménico Dimitrios I había proclamado este día de oración por la creación en 1989. Este año, la Red Mundial de Oración del Papa, a través de su proyecto El Vídeo del Papa, ha preparado un video especial en el que Francisco promueve el día de la oración y la iniciativa ecuménica denominada “Season of Creation” (Temporada de la Creación, en español).
El Consejo Mundial de Iglesias y otras iglesias cristianas han comenzado a celebrar la «Temporada de la Creación» (también conocida como “La Hora de la Creación”) entre el 1 de septiembre y 4 de octubre, la fiesta de San Francisco de Asís, Patrono de la Ecología. Numerosas Conferencias Episcopales también se han unido a la celebración, por el caso los precedentes de los Obispos Católicos de Filipinas en 2003 y el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) en 2007.
«Necesitamos hacer cambios con urgencia», comentó el P. Frédéric Fornos, SJ, Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa y su rama juvenil, el MEJ. «La Red Mundial de Oración del Papa está plenamente involucrada en este Día Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación, desde la oración y la acción para preservar nuestra ‘casa común’ para las ‘generaciones futuras’. ‘Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, para proteger toda vida, para preparar un futuro mejor, para que venga tu Reino de justicia, de paz, de amor y de hermosura’. (Laudato Si N ° 246).
El esfuerzo de colaboración entre las diferentes tradiciones en 2016 fomenta la oración y la acción por la creación. Con este fin, se ha desarrollado el sitio web ecuménicowww.SeasonofCreation.org para ser utilizado como un centro de recursos e información sobre la campaña.
«A medida que el mundo sigue siendo testigo de los records de calentamiento, los católicos necesitamos responder la llamada a la acción del Santo Padre en Laudato Si'», dijo Tomás Insua, Coordinador Global del Movimiento Global Catholic Climate Movement. «El Día Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación es la oportunidad perfecta para que las parroquias y comunidades católicas profundicen su compromiso ecológico y se unan a otros cristianos a tomar acción durante la temporada de la Creación».
Los individuos y las comunidades están invitados a organizar servicios de oraciones a nivel local, que se expondrán en un mapa mundial para ilustrar la magnitud de la colaboración. También se invita a las personas a participar online a través de eventos en Facebook y campañas Thunderclap para promover el hashtag #SeasonOfCreation.
Los participantes están invitados a involucrarse también en algún tipo de iniciativa de involucración-activa como una manera de transformar su oración en acción. Las diferentes campañas se recopilan y publican en el sitio web www.SeasonofCreation.org. Además, se llevará a cabo una defensa popular para convocar a la firma y ratificación del Tratado de París, en coincidencia con la Asamblea General de la ONU.

Las organizaciones convocantes que están liderando los esfuerzos de difusión de Season of Creation son: World Council of ChurchesAnglican Communion Environmental NetworkPope’s Worldwide Prayer Network (Apostolado de la Oración),Global Catholic Climate MovementACT Alliance y GreenFaith.

 
Acerca de la Red Mundial de Oración del Papa
El Apostolado de la Oración es la Red Mundial de Oración del Papa al servicio de los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia. Su misión es orar y vivir los desafíos de la humanidad que preocupan al Santo Padre, expresados en sus intenciones mensuales. La visión de esta red es ser apóstoles en la vida diaria, a través de un camino espiritual llamado “camino del corazón”, que transforma nuestra manera de ser al servicio de la misión de Cristo. Fue fundado en 1844, está presente en más de 100 países y más de 35 millones de personas integran la Red, incluyendo a su rama de jóvenes, el Movimiento Eucarístico Juvenil. Más información en: http://www.apmej.org.
 
Acerca de Global Catholic Climate Movement
Fundada en enero de 2015, Global Catholic Climate Movement es una red de más de 350 organizaciones católicas que trabajan para responder al imperativo moral de la crisis del cambio climático. Más información enhttp://catholicclimatemovement.global/
 
Acerca de La Machi
La Machi Comunicación para Buenas Causas es una boutique creativa fundada en 2012, con oficinas en Barcelona y Buenos Aires. Su misión es ayudar a empresas, ONGs e instituciones religiosas a comunicar a través de las buenas causas. Sus áreas de servicio son Consultoría Estratégica en Comunicación, Creatividad Publicitaria, Desarrollos Digitales y Fundraising. Ha sido reconocida como “Proyecto Amigo de la Red” RIIAL y ha ganado el Premio Mercurio a la mejor PyME Internacional de Marketing de 2015 por la Asociación Argentina de Marketing. Más información en:www.lamachi.com.

El Papa y el fundador de Facebook focalizan la cultura del encuentro.

Mark Zuckember ha sido recibido en el Vaticano junto a su esposa Priscilla.

29 AGOSTO 2016  EL PAPA FRANCISCOPAPA Y SANTA SEDE.
Zuckerberg en su perfil Facebook

Zuckerberg En Su Perfil Facebook

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “El Santo Padre ha recibido hoy en el Vaticano a Mark Zuckerberg, fundador y CEO de “Facebook. Lo indicó el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, Greg Burke.

El Papa recibe a Mark Zuckerberg en el Vaticano junto a su esposa Priscilla. (Foto ©Osservatore Romano)

Facebook es una red social que inició permitiendo a los estudiantes universitarios de Harvard compartir mensajes y fotos. Desde el 2007 se amplió a cuatro idiomas y hoy cuenta con más de 1.350 millones de usuarios y traducciones en 70 idiomas.
El director de la Oficina de prensa del Vaticano añadió que Zuckerberg, quien fue recibido por el Santo Padre en la residencia Santa Marta, “estaba acompañado de su esposa Priscilla Chan”. Y añadió que entre los temas tratados figura “cómo usar las tecnologías de comunicación para aliviar la pobreza y para animar la cultura del encuentro”. También se habló de la necesidad de “hacer llegar un mensaje de esperanza, especialmente a las personas que se encuentran en mayor dificultad”.
“Priscilla y yo visitamos al papa Francisco en el Vaticano. Le dijimos cuánto admirábamos su mensaje de misericordia y sensibilidad”, publicó en su perfil personal.
El empresario contó que ambos dialogaron acerca de la “importancia de conectar a la gente, especialmente en partes del mundo sin acceso a internet”. “Le dimos un modelo de Aquila, nuestra nave de energía solar que dará conectividad a lugares que no la tendrían”, agregó.
Luego encuentro con el Papa, el fundador de Facebook se reunió con el primer ministro italiano Matteo Renzi. El empresario hizo una donación de 500 mil euros para las zonas afectadas por el terremoto de Italia central. Por la tarde respondió a preguntas de los alumnos de la Universidad Luiss de Roma.

Comentario al evangelio de hoy lunes 29 de agosto de 2016

La muerte de Juan Bautista.
Solemnidades y Fiestas

Martirio de Juan Bautista. A los ojos del mundo parece un derrotado: prisionero, a los de Dios, un triunfador.

Por: Juan Guillermo Delgado
Fuente: Catholic.net

http://es.catholic.net/op/articulos/5483/la-muerte-de-juan-bautista.html#

Del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29 
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Felipe, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. En muchos asuntos seguía su parecer y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: Pídeme lo que quieras, que te lo doy. Y le juró: Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino. Ella salió a preguntarle a su madre: ¿qué le pido? La madre le contestó: La cabeza de Juan el Bautista. Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Oración introductoria
Creo, Señor, en Ti. Eres mi Padre, me amas y me buscas en esta oración para que sepa moldear mi vida según tu Palabra. Que la luz y la fuerza de tu Espíritu Santo guíe mis actividades de este día para ser, como san Juan Bautista, un auténtico discípulo y misionero de tu amor.
Petición
Jesús, ayúdame a prestar hoy mucha atención para oír tu voz que me llama en mi conciencia.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Una misión requiere valor heroico.
Juan era tu precursor. Su misión marcó su vida desde antes de nacer. Además, murió proclamando la Verdad, preparando el camino para que llegara tu Reino, Jesús. Anunciar tu nombre no es fácil. A muchos les costó la fama; otros eran expulsados de la sinagoga; a Juan su valentía le costó la cárcel, y poco después la cabeza. Su audacia, sin embargo, no cayó en vano: Tú mismo, Señor, lo reconociste ante todos como el más grande de los profetas.
¡Qué contraste tan grande hacen Herodes y Juan! Uno, decidido y sin ningún miedo; el otro, víctima de la imagen, temeroso de perder la reputación, incapaz de abandonar el pecado. A veces, Señor, quisiera ser como Juan Bautista, siendo fiel a mi vocación cristiana y a mi misión en el mundo… y a pesar de todo, muchas veces sabes que me parezco más a Herodes: no me atrevo, o no tengo fuerzas para hacer lo que es correcto, lo que te agrada, lo que el mundo necesita ver. Aunque sean cosas pequeñas, Señor, Tú conoces mi corazón: no mires mi fragilidad, sino mis deseos de mejorar cada día.
Ser fiel a Ti, Dios mío, es ante todo un don. Sabes que ser profeta ante el mundo sobrepasa mi capacidad humana. Por eso hoy te pido la gracia de ser fiel. Cueste lo que cueste, quiero que puedas contar conmigo y que haya alguien que anuncie tu Nombre ante los demás. Por eso, Señor, hazme valiente, hazme perseverante. ¡Que tu fuerza sostenga mi misión en la extensión de tu Reino!
«Hay otra persecución de la que no se habla tanto. La primera forma de persecución se debe al confesar el nombre de Cristo y por lo tanto es una persecución explícita, clara. Pero la otra persecución se presenta disfrazada como cultura, disfrazada de cultura, disfrazada de modernidad, disfrazada de progreso: es una persecución —yo diría un poco irónicamente— educada. Se reconoce cuando el hombre es perseguido no por confesar el nombre de Cristo, sino por querer tener y manifestar los valores del hijo de Dios. Por lo tanto, es una persecución contra Dios Creador en la persona de sus hijos. Y así vemos todos los días que los potencias hacen leyes que obligan a ir por este camino y una nación que no sigue estas leyes modernas, cultas o al menos que no quiera tenerlas en su legislación, es acusada, es perseguida educadamente. Es la persecución que le quita al hombre la libertad, ¡también la de la objeción de conciencia! Dios nos ha hecho libres, pero ¡esta persecución te quita la libertad! Y si tú no lo haces, serás castigado: perderás el trabajo y muchas cosas o serás dejado de lado».
 (Homilía de S.S. Francisco, 12 de abril de 2016, en Santa Marta).
Reflexión
«Quien me reconocerá delante a los hombres, también yo lo reconoceré delante a mi Padre que está en los cielos».
La obra de la redención, el triunfo del Reino Amor sobre el de las tinieblas se realiza en medio de la pobreza y de la persecución. Así llevó a cabo su misión el mismo Cristo, así cumplió su misión también Juan el Bautista. A los ojos del mundo parece un derrotado: prisionero, aborrecido por los poderosos según el mundo, decapitado, sepultado.
Y sin embargo, es precisamente ahora, cuando la semilla que cae en tierra y muere, comienza a dar sus frutos. Esta derrota aparente es tan solo la antesala, el preludio de una victoria definitiva: la de la Resurrección. Entonces le veremos y ésa será nuestra gloria y nuestra corona.
Nuestra vida de cristianos, si es una auténtico seguimiento de Cristo, es una peregrinación “en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios”. Sí, llegan los ataques, las calumnias, las persecuciones… pero ellos son sólo una señal de que vivimos el amor, animados por el Espíritu Santo.
Pero, si somos de Dios, si Dios nos ama y somos su pueblo… ¿Qué otra cosa importa? Él nos ama y nos quiere ver semejantes a su Hijo, como una hostia blanca dorándose bajo el sol. Sólo nos toca abandonarnos confiadamente entre sus manos, para que así pueda transformarnos en Cristo.
Propósito
Pedirle a Dios la valentía de Juan Bautista para defender mi fe cristiana y fidelidad a su Iglesia.
Diálogo con Cristo
Jesús, la vida que ofreces a tus seguidores no es una vida fácil. Es un estilo de vida que necesita el valor y la renuncia. Es una conquista del mundo que empieza cuando me venzo a mí mismo, por amor a Ti; porque tengo que dejar todo lo que me lleva al pecado. Por intercesión de san Juan Bautista te imploro la gracia de la fidelidad.

EDD. lunes 29 de agosto de 2016 . –

Memoria del martirio de San Juan Bautista.

http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20150818


Libro de Jeremías 1,17-19.
En cuanto a ti, cíñete la cintura, levántate y diles todo lo que yo te ordene. No te dejes intimidar por ellos, no sea que te intimide yo delante de ellos.
Mira que hoy hago de ti una plaza fuerte, una columna de hierro, una muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes de Judá y a sus jefes, a sus sacerdotes y al pueblo del país.
Ellos combatirán contra ti, pero no te derrotarán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor-«.
Salmo 71(70),1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17.
Yo me refugio en Ti, Señor,
¡que nunca tenga que avergonzarme!
Por tu justicia, líbrame y rescátame,
inclina tu oído hacia mí, y sálvame.
Sé para mí una roca protectora,
tú que decidiste venir siempre en mi ayuda,
porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.
¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío!
Porque tú, Señor, eres mi esperanza
y mi seguridad desde mi juventud.
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre;
desde el seno materno fuiste mi protector.
Mi boca anunciará incesantemente
tus actos de justicia y salvación,
Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud,
y hasta hoy he narrado tus maravillas.
Evangelio según San Marcos 6,17-29.
Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado.
Porque Juan decía a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano».
Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía,
porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.
Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea.
La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras y te lo daré».
Y le aseguró bajo juramento: «Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».
Ella fue a preguntar a su madre: «¿Qué debo pedirle?». «La cabeza de Juan el Bautista», respondió esta.
La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: «Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».
El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla.
En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan.
El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
Comentario del Evangelio por  San Máximo de Turín (¿-c. 420), obispo. Sermón, 36.
“A ti niño, te llamarán profeta del Altísimo” (Lc 1,76).
Entre los títulos de gloria del santo y bienaventurado Juan Bautista, celebramos hoy su fiesta, no sé a cuál de ellas darle preferencia: ¿a su nacimiento milagroso o a su muerte más milagrosa todavía? Su nacimiento aportó una profecía (Lc 1,67s), su muerte la verdad; Su nacimiento anunció la llegada del Salvador, su muerte condenó el incesto de Herodes. Este hombre santo… mereció a los ojos de Dios, no desaparecer de la misma manera que otros hombres de este mundo: dejó este cuerpo recibido del Señor, confesándolo. Juan cumplió en todo la voluntad de Dios, ya que su vida y su muerte corresponden a sus designios…
Todavía está en el vientre de su madre cuando ya celebra la llegada del Señor, por sus movimientos de alegría, ya que no podía hacerlo con su voz. Isabel le dice a María: “En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre» (Lc 1,44). Juan exulta pues, antes de nacer, y antes de que sus ojos no reconozcan al que se presenta al mundo, su espíritu reconoce al que es el Maestro. Pienso que este es el sentido de la frase del profeta: «Antes de formarte en el vientre materno, te conocí; antes de que salieras del seno materno, te consagré» (Jr 1,5). No nos asombremos pues, si encerrado en la prisión por mandato de  Herodes, continuó predicando a Cristo a través de sus discípulos (Mt 11,2), ya que, encerrado en el seno de su madre, ya anunciaba, por sus estremecimientos la llegada del Señor.