EDD. miércoles 05 de junio de 2019.
Miércoles de la séptima semana de Pascua
San Bonifacio, obispo y mártir
Memoria obligatoria
Color: rojo
El monje inglés Winfrid (siglo VII), a quien Gregorio II dio el nombre de Bonifacio, es el apóstol de Germania y el reorganizador de la Iglesia de Baviera y Turingia. Ordenado obispo de Maguncia por el Papa, recorrió toda Germania, estableciendo diócesis y creando monasterios, entre los que sobresale el de Fulda, donde descansan sus restos. Murió asesinado junto con cincuenta y dos compañeros, en Dokkum (Holanda).
Antífona de comunión Sal 95, 3-4
Anuncien la gloria del Señor entre las naciones y sus maravillas entre los pueblos, porque el Señor es grande y digno de alabanza.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Padre, que el mártir san Bonifacio interceda por nosotros, para que conservemos con firmeza y manifestemos con nuestras obras la fe que enseñó con su palabra y selló con su sangre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los encomiendo al Señor, que tiene poder para construir el edificio y darles la parte de la herencia.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 20, 28-38
Pablo decía a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso:
“Velen por ustedes, y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha constituido guardianes para apacentar a la Iglesia de Dios, que Él adquirió al precio de su propia sangre. Yo sé que después de mi partida se introducirán entre ustedes lobos rapaces que no perdonarán al rebaño. Y aun de entre ustedes mismos, surgirán hombres que tratarán de arrastrar a los discípulos con doctrinas perniciosas.
Velen, entonces, y recuerden que durante tres años, de noche y de día, no he cesado de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.
Ahora los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y darles la parte de la herencia que les corresponde, con todos los que han sido santificados.
En cuanto a mí, no he deseado ni plata ni oro ni los bienes de nadie. Ustedes saben que con mis propias manos he atendido a mis necesidades y a las de mis compañeros. De todas las maneras posibles, les he mostrado que así, trabajando duramente, se debe ayudar a los débiles, y que es preciso recordar las palabras del Señor Jesús: «La felicidad está más en dar que en recibir».
Después de decirles esto, se arrodilló y oró junto a ellos. Todos se pusieron a llorar, abrazaron a Pablo y lo besaron afectuosamente, apenados sobre todo porque les había dicho que ya no volverían a verlo. Después lo acompañaron hasta el barco.
SALMO RESPONSORIAL 67, 29-30. 33-36c
R/. ¡Pueblos de la tierra, canten al Señor!
Tu Dios ha desplegado tu poder: ¡sé fuerte, Dios, Tú que has actuado por nosotros! A causa de tu Templo, que está en Jerusalén, los reyes te presentarán tributo.
¡Canten al Señor, reinos de la tierra, entonen un himno al Señor, al que cabalga por el cielo, por el cielo antiquísimo!
Él hace oír su voz poderosa, ¡reconozcan el poder del Señor! Su majestad brilla sobre Israel y su poder, sobre las nubes.EVANGELIO
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. Jn 17, 17ba
Aleluya.
Tu palabra, Señor, es la Verdad; conságranos en la verdad. Aleluya.
EVANGELIO
Que sean uno, como nosotros.
+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 17, 1b. 11b-19
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo:
Padre santo, cuídalos en tu Nombre que me diste para que sean uno, como nosotros.
Mientras estaba con ellos, Yo los cuidaba en tu Nombre que me diste; los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.
Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno.
Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad.
Así como Tú me enviaste al mundo, Yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad.
Fuente : http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2019-06-05
REFLEXIÓN :
En el texto que nos ocupa hoy, Jesús, encomienda a los suyos a su Padre, pues sabe que va a velar por ellos con el mismo amor. Comienza pidiendo al Padre para que los que han de ser sus discípulos se mantengan en unidad filial y fraterna. Esta petición tiene su razón de ser porque la fragilidad de la naciente comunidad debe ser fortalecida por la comunión solidaria en torno al Padre por medio de Jesús. Y sabiendo que la suerte de los discípulos, en muchos casos no es distinta a la del Maestro continúa su oración en forma absolutamente realista, pero no pide que Dios los ayude a escapar del mundo, que los aparte y los encierre en un “mundo perfecto” o en algún convento remoto… sino que pide para que los discípulos sean protegidos a la hora de enfrentar el mal. Porque El Señor nos ha enviado para ser luz de las naciones, para que por nuestras buenas obras la gente crea, para ser fermento de la masa. Jesús sabe lo difícil que puede llegar a ser esto y por eso hace esta oración al Padre. No tengamos temor de vivir como auténticos cristianos en medio del mundo, esta es nuestra misión; si nos persiguen, Dios estará para fortalecernos, defendernos y rescatarnos. Su Espíritu nos acompaña hasta el final de los tiempos.
Preguntémonos: ¿qué actitudes impiden que nuestras comunidades sean signos creíbles del anuncio que hacemos y de la fe que profesamos? ¿Vivimos realmente la unidad que el Maestro pidió para nosotros y nosotras? ¿Cómo vivimos nuestra consagración a la misión que Jesús nos ha encomendado?
Fuente : http://boosco.org/www/2018/05/15/juan-17-1b-11b-19-que-sean-uno-como-nosotros/