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EDD. viernes 28 de septiembre de 2018.

Viernes de la vigesimoquinta semana del tiempo ordinario.

San Wenceslao, mártir
Memoria libre 
Color: rojo

Wenceslao, duque de Bohemia y ferviente cristiano (907-925) fue asesinado por su hermano a causa de la fe, cuando aún no tenía treinta años.

Fue un hombre de gran austeridad de vida en medio de una corte de costumbres brutales, y de una gran caridad para con los pobres. Por eso se ha convertido en el Patrono de Bohemia, y su tumba, desde muy temprano, se convirtió en un centro de peregrinación.

Antífona de entrada

Este mártir derramó su sangre por amor a Cristo; no temió las amenazas en el juicio y alcanzó el reino de los cielos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que concediste al mártir san Wenceslao anteponer el Reino de los Cielos al reino de este mundo, danos la gracia, por su intercesión, de renunciar a nosotros mismos y unirnos a ti de todo corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Hay un tiempo para cada cosa bajo el sol.

Lectura del libro del Eclesiastés   3, 1-11

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; un tiempo para matar y un tiempo para sanar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.

¿Qué provecho obtiene el trabajador con su esfuerzo? Yo vi la tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella. Él hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin.

SALMO RESPONSORIAL   143, la. 2-4

R/. ¡Bendito sea el Señor, mi Roca!

Bendito sea el Señor, mi Roca, Él es mi bienhechor y mi fortaleza, mi baluarte y mi libertador; Él es el escudo con que me resguardo.

Señor, ¿qué es el hombre para que Tú lo cuides, y el ser humano, para que pienses en él? El hombre es semejante a un soplo, y sus días son como una sombra fugaz.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Mc 10, 45

Aleluya.

El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Aleluya.

EVANGELIO

Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre debe sufrir mucho.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   9, 18-22

Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con Él, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy Yo?”

Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado”.

“Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy Yo?”

Pedro, tomando la palabra, respondió: “Tú eres el Mesías de Dios”.

Y Él les ordenó terminantemente que no lo anunciaran a nadie, diciéndoles:

“El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”.

 

Fuente  :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2018-09-28

REFLEXIÓN  : 

CR

Hay tiempo para todo. Y es de sabios saber hacer cada cosa a su tiempo. Ya conté hace unos días la historia de san Francisco de Asís que, cuando envió a sus frailes a evangelizar a los musulmanes les dijo: “Evangelizad siempre. Hablad sólo cuando sea necesario.”

No hay que dudar que Jesús es el modelo del evangelizador. Los creyentes tenemos que mirar a él para saber cómo comportarnos. Pues bien, dedicó muy poco tiempo en su relación con los discípulos a meditaciones del tipo de la del evangelio de hoy. Jesús no se centra en conseguir que sus discípulos confiesen expresamente su fe. Tampoco suele pedir muchas precisiones teológicas a las personas con las que se encuentra. Él multiplica los panes, cura a los enfermos, libera a los endemoniados, ataca sin piedad a los fariseos y escribas que cargan a los demás con pesos insufribles, pero no exige a sus seguidores que se aprendan un catecismo entero, con sus preguntas y respuestas. Lo único que hace es estar con ellos, dejar que le acompañen, que vayan viendo y que vayan descubriendo su mensaje.

Hay veces que ni siquiera los apóstoles entienden a Jesús. El ejemplo de Pedro es palmario. En un momento determinado le tiene que decir con fuerza que se parte de él porque no ha entendido nada. Si tan cortos de entendederas eran los apóstoles, cuánto más los otros que se encontraban accidentalmente con él. Y sin embargo, a nadie echa de su compañía. A todos los acoge, les regala buenas palabras y les llena de esperanza.

Hoy podemos intentar responder a la pregunta que Jesús hace a sus discípulos. Quizá no nos salga una respuesta tan clara y contundente como la de Pedro. Quizá en el fondo no entendamos bien a este galileo ni su forma de comportarse. Quizá a veces nos parezca poco prudente o demasiado radical. Pero lo que tenemos que seguir escuchando es su invitación a seguirle, a estar con él, a escucharle. Aunque no respondamos perfectamente, aunque nuestra vida tampoco sea la traducción práctica de la respuesta perfecta, Jesús no nos expulsa de su lado. Tiene mucha paciencia. La que tuvo con todos los que se encontró. La que tuvo con los apóstoles. Nos da tiempo. Porque sabe que el amor de Dios terminará haciendo su trabajo y haciéndonos descubrir que el amor es lo único que vale verdaderamente la pena en nuestra vida.

Fuente  :  https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/hoy