Ir al contenido principal

Homilía para la Eucaristía del domingo 05 de octubre de 2025.

DOMINGO XXVII CICLO C.


Habacuc 1,2-3;2,2-4: Interrogante del Profeta frente al dolor y la calamidad. ¿Por qué? ¿Hasta cuándo? Y Dios responde.
2Timoteo 1,6-8.13-14: ante una situación de crisis el cristiano debe reaccionar reavivando el don recibido de Dios.
Lucas 17,3-10: Dos aspectos:

  • El poder extraordinario de la fe en situaciones difíciles
  • Somos servidores de Dios, nada podemos exigir.

1.- Muchas veces en la Sagrada Escritura nos topamos con textos que expresan dolor, consternación, indignación frente a calamidades ya sean públicas o privadas. Hoy el texto del Profeta comienza con un interrogante: ¿hasta cuándo? Lo mismo en el Libro de Job y en otros. Es que muchas veces tenemos que vivir situaciones límites que provocan rebeldía. Yo me pregunto ¿cómo estará esa gente en Gaza, o la que ha sido desalojada de sus campamentos, o a la que de repente sufre un asalto en su casa? Y así podemos hacer una larga lista de situaciones desagradables. Y surge el grito: ¿Por qué? ¿Por qué Dios lo permite?
Todo esto produce crisis. Hay crisis económicas, crisis política, social, personal. En una palabra, es un momento difícil, que requiere una decisión importante, una acción inmediata. De ahí vienen también las crisis de fe. Es decir, todo tambalea, se viene abajo. Y el profeta, y el hombre reta a Dios, se rebela. Y Dios responde.
2.- Pablo se dirige a su discípulo Timoteo quien, al parecer, está viviendo una crisis; al parecer su entusiasmo apostólico se está apagando, disminuyendo. Por eso el Apóstol le recuerda lo que Dios hizo con él y lo que se espera de él. Fortalecido con el Espíritu debe apoyar a los demás. Porque sólo la fe y la caridad permiten al creyente ser fiel y permanecer en el camino del servicio del Señor.
Quien está firmemente asido es capaz de resistir y perseverar. Y lo único que realmente da una seguridad plena es la fe, que produce confianza.
3.- Nadie está exento de tener una crisis. Chile está sufriendo una crisis política, social, económica y valórica. Por eso el descontento y la sensación de inseguridad.. Hay matrimonios en crisis, sacerdotes en crisis, religiosos en crisis, jóvenes en crisis. Y esta realidad lleva a que aumente el número de suicidios, incluso ene jóvenes y sacerdotes. (¡Qué pesimista me estoy mostrando ante ustedes! Pensará más de alguno). No. No soy pesimista, soy un hombre de fe.
4.- Ahí está el evangelio. Los Apóstoles piden al Señor: ¡Auméntanos la fe!. Sí, ante situaciones difíciles, confusas y, tal vez absurdas, cuando al parecer ya no hay nada que hacer…¡Auméntanos la fe!
Y basta una fe simple, pequeña, aunque sea como una semilla. Esta fe basta para ser justos. No debemos olvidar que los cristianos somos personas de fe. La razón de ser nuestra es la fe. Nosotros necesitamos alimentar, cultivar nuestra fe. Lo que san Pablo dice a su discípulo lo dice también a nosotros: “Reaviva el don que Dios te ha dado”. Sí, necesitamos Re-encantarnos. ¿Con qué?
Los casados…con su matrimonio Los sacerdotes…con su sacerdocio Los religiosos…con su vida religiosa lo profesionales cada uno con lo que está haciendo.
2 / 2
No dejemos que la polilla de la rutina entre en nuestra vida, sino reavivemos, celebremos al que es objeto de nuestra fe: Jesús resucitado. No seamos cristianos caras tristes, amargados.
Hno. Pastor.