HOMILÍA PARA LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 05 DE ENERO DE 2025.
EPIFANÍA DEL SEÑOR.
Isaías 60,1-6: Jerusalén es polo de atracción para todos los pueblos. Con este lenguaje simbólico se describe de qué manera todos los pueblos van a este centro, que es Dios.
Efesios 3,2-6: Pablo da a conocer el Plan de Dios: que también los no judíos son hijos de Dios y, por ende, herederos.
Mateo 2,1-12: Encuentro de Cristo con los gentiles. Contrasta la docilidad de los gentiles con la indocilidad de los israelitas.
1.- Hoy culmina este precioso tiempo de Navidad, tiempo en el que hemos contemplado al Señor que se nos promete, al Señor que nace para nosotros, el Señor que se revela, se da a conocer a todos.
Porque hoy se nos presenta al Señor manifestado en la carne. Es el Dios presente entre nosotros. Él es el centro y polo de atracción manifestado en Jesucristo. Él es la Luz que brilla en las tinieblas del mundo. Porque Dios es luz y Cristo es el “resplandor de la gloria del Padre” (Hebreos 1,3), es decir, Jesús es la imagen de Dios y la expresión exacta de su naturaleza. De modo que conociendo a Jesús, contemplando a Jesús tenemos u cabal conocimiento de Dios, ya que Él dijo: “el que me ha visto a Mí ha visto al Padre”(Juan 14,10).
He aquí, entonces, la importancia de este Misterio de la Epifanía. El núcleo del Misterio es que todo ser humano tiene la vocación para conocer a Dios por medio de Cristo.
2.- Y es esto lo que el Apóstol quiere darnos a conocer. También a nosotros se nos ha dado la posibilidad de conocer y dar a conocer a Dios a través de Jesucristo.
La importancia de conocer a Jesucristo, es decir, de aceptarle, estar en comunión vital con Él. Porque Él es la Fuente de la vida, y no hay otra. A quien acepta a Jesucristo Dios le concede la gracia de llegar a ser hijo suyo (cfr. Juan 1,12) y heredero de la vida eterna. Dios a nadie excluye.
Dar a conocer a Jesucristo es extender por el mundo el Reinado de Dios.
3.- Dice Isaías en la primera lectura que “las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad a las naciones”. Y desgraciadamente esto es muy cierto.
Muchas veces, cuando se habla de oscurantismo se piensa en la Edad Media y siglos siguientes. Y es cierto, hay que admitir que la ignorancia llevó a la humanidad a cometer tremendos errores y atropellos, incluso en nombre de la religión. Pero actualmente no deja de ser una atapa de oscurantismo la que estamos viviendo. También hoy, sin invocar a la religión, sino a una determinada ideología para sustentar determinadas teorías y posturas, se atropella al ser humano igual o peor que antes. Hoy Cristo es el gran desconocido; cierto que se le conoce como un personaje histórico, pero no se le acepta como Maestro, no se vive lo que enseñó.
4.- Hace falta que brille la luz de Cristo, que el Resplandor de Dios llegue a todos para que se haga ver a todos los errores que se están cometiendo.
Somos nosotros los portadores de la luz, llevando el Mensaje de Cristo. Más mensaje y menos ritos religiosos que, mal entendidos, puede favorecer la oscuridad.
¡Que brille la Luz de Cristo en cada uno de nosotros! ¡Que cada uno de nosotros sepa transmitir y dar a conocer a Cristo, su mensaje, para que así “florezca la justicia y abunde la paz”!
Hoy se manifiesta el Señor hoy ha brillado una gran luz. No la eclipsemos, sino difundámosla. Hno.Pastor.