HOMILIA PARA LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 29 DE DICIEMBRE DE 2024.
SAGRADA FAMILIA.
1Samuel 1, 20-22.24-28; Ana reconoce que el hijo que tuvo es puro don de Dios y a Él se lo consagra.
1Juan 3,1-2.20-24: Por amor de Dios nosotros tenemos una condición y vida nueva en desarrollo. Se describe la nueva relación que se estableció con Dios.
Lucas 2, 41-52: Jesús perdido en el templo. Todo es un símbolo. Jesús vivió sujeto a sus padres.
1.- A la luz de la Palabra nos damos cuenta qué es un hijo.
Ana, la estéril, reconoce que el hijo que tuvo fue un don de Dios; por eso va al Templo y allí consagra su hijo al Señor.
José y María también van al templo para cumplir con sus deberes religiosos y allí se percatan que el Hijo que tienen es más de Dios que de ellos mismo. Es que, en verdad, los hijos no son propiedad privada de nadie, sino u regalo de Dios que se debe cuidar.
Ya en la noche de navidad Isaías proclamaba: “Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado”. Sí, Jesús es el don más precioso que Dios regaló al mundo. Sí, bien podemos decir que Jesús es el Hijo por excelencia, don de Dios al mundo y por Él todos nosotros somos “Miembros de la familia de Dios” (1Pedro 2,9), ya que hemos llegado ser hijos y herederos de Dios por medio de Cristo (cfr. Gálatas 4,7).
2.- Y en la carta de Juan se nos dice claramente lo que nosotros, gracias al amor que Dios nos tiene, tenemos una condición y vida nueva, pero en desarrollo.
Con la Encarnación Dios, en Jesús, pasó a formar parte de la familia humana, pero al mismo tiempo nosotros pasamos a formar parte de la Familia de Dios, porque esa es la verdad: Dios es Familia Divina, es Padre, es Hijo y es Espíritu Santo. Y a esta divina familia pasamos a formar parte, aunque en desarrollo, es decir, todavía no se manifiesta en plenitud lo que somos.
3.- En el mundo en que vivimos tambalea la familia, que es casa y escuela de Comunión, como diría san Juan Pablo II. Hace rato que se echan hijos al mundo, pero a una sociedad tecnificada, sin Dios, ni familia. Es una sociedad deshumanizada. En un contexto terriblemente individualista y hostil es preciso crear un clima que favorezca el desarrollo integral de la persona, del ser humano.
Si la Familia es casa y escuela de comunión, almácigo de una humanidad madura y equilibrada, no aniquilemos a la familia, no reemplacemos al hijo por una mascota. Los hijos no son una carga, sino un don, un regalo del Señor. Y si es un don, es preciso valorarlo, cuidarlo, educarlo.
Y la sociedad debe favorecer y cuidar a la familia con una legislación adecuada.
4.- El relato del evangelio es todo un lenguaje profético. Lo que sucede con Jesús Niño en Jerusalén es un anticipo de la muerte de Cristo. Dice Lucas que fueron al Templo por Pascua; y fue por Pascua cuando Él fue apresado y ajusticiado. Jesús se pierde durante tres días en el Templo. Y después de tres días Él venció al pecado y a la muerte con su resurrección. Dice Lucas que luego que fue hallado vivió sometido a sus padres, del mismo modo que vivió toda su vida haciendo la Voluntad de su Padre.
El Misterio de la Sagrada Familia contiene un gran mensaje para el hombre de hoy: cómo formar, educar al hombre de hoy. La Familia de Nazaret nos enseña que toda familia es una comunidad de amor. En ella aprendemos a amar, a ser personas humanas.
Somos miembros de la Familia de Dios. Nos hemos desarrollado y crecido en el seno de nuestra familia humana y esperamos formar parte un día de la Familia de Dios.
Valoremos lo que tenemos. Hoy aquí, como Familia de Dios nos reunimos en torno al altar para alimentar nuestra comunión como hermanos.
Hno. Pastor.