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Comentario al Evangelio del 24 de diciembre de 2024.

Vamos a Belén, como los pastores. lo importante es no quedarnos quietos. Y si en lugar de un Dios glorioso, nos encontramos con la fragilidad de un niño, no nos venga la duda de haber equivocado el camino. El rostro asustado de los oprimidos, la soledad de los infelices, el sufrimiento de todos los pueblos de la tierra, son el lugar donde él sigue viviendo en la clandestinidad. Nos corresponde a nosotros la tarea de buscarlo. Pongámonos en camino sin miedo.

En vísperas de la Navidad, vamos a tomar la sonrisa y poner en el rostro de quien dejó de sonreír? Tomar el valor y poner en los hombros de quien ha renunciado a luchar? Tomar la bondad y poner en los corazones mezquinos? Hagamos que el amor reverberar por todo el mundo… ven, Señor Jesús. Dios te bendiga.