Homilias para la Eucaristía del domingo 23 de junio de 2024.
DOMINGO DOCE DEL AÑO B.
Job 38,1.8-11: Dios habla a Job y se muestra como Señor absoluto del mar. El mar es un tema abominable entre los semitas, pero Dios lo somete.
2Corintios 5, 14-17: Gracias a Cristo muerto y resucitado nosotros somos nuevas creaturas, con mentalidad, enfoque de vida nuevo.
Marcos 4,35-41: La tempestad calmada. Doble mensaje: quién es Jesús y qué espera de nosotros.
1.- Con un lenguaje cargado de simbolismos la Palabra nos trae un mensaje muy actual, muy para el hombre moderno. ¿De qué manera? En la Primera lectura Dios habla a Job y le hace ver que quien está por encima del mar es Dios y nadie más que Él. Hay que tener en cuenta que para los semitas y culturas de ese tiempo, el tema del mar era abominable, daba miedo, porque el mar ocultaba a los espíritus malignos. Por eso el hombre le temía al mar. Pero Dios al mostrarse como creador del mar se muestra también como el dominador del mar. El mar era presentado como un monstruo siniestro; sin embargo aquí aparece como una criatura que es objeto de los cuidados de Dios. Dios somete al mar pone de relieve su omnipotencia.
2.- Gracias a Cristo el creyente llega a ser una creatura nueva. Y ser nueva creatura significa tener una postura y una visión nueva sobre todo lo que existe. Precisamente lo que diferencia a un cristiano de un pagano es su condición nueva en todo. Una vida nueva, con una mentalidad nueva una visión nueva de la realidad, con nuevas actitudes en todo. En una palabra, es un modo de ser nuevo que le conduce a un actuar nuevo.
3.- El pagano, en cambio, el que no conoce a Cristo, vive en la ceguera, no ve la realidad, vive sometido a los fenómenos de la naturaleza, lo que produce en él mucho miedo. ¡Y hay tanta gente que vive con miedo! Y buscan la seguridad en fetiches, cosas, en ciertas prácticas religiosas. Incluso hoy esto se reviste de “formas cristianas”, pero que expresan superstición. Y la superstición infunde más miedo.
Felizmente vivimos en una sociedad secularizada, que se ha liberado de muchos mitos y miedos. Hoy la ciencia nos explica muchos fenómenos que, sin ella, los atribuiríamos al mal. Y aquí está el desafío para nosotros los cristianos, los creyentes hoy. ¿Es compatible la ciencia con la fe? La ciencia y la fe siguen dos caminos distintos y paralelos, entre los que no hay conflicto porque tanto la ciencia como la fe, para un creyente, tienen la misma matriz en la Verdad absoluta de Dios.
4.- He aquí lo que nos muestra el evangelio de hoy. ¿Qué leemos? Jesús quiere cruzar el mar, es decir, quiere ir a tierra de paganos. Pero se oponen las fuerzas del mar (Entonces se desató un fuerte vendaval…el agua los invade). ¿Resultado? Miedo, pánico. Pero Jesús domina al mar. Nuevamente se manifiesta la omnipotencia del Señor.
Pero hay más todavía. Jesús iba durmiendo con ellos. Los discípulos, en cambio, no estaban con Él; sólo se acuerdan de Él en el caso extremo.
El Señor hace una pregunta a ellos y a nosotros: ¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe? He ahí el problema. Fe es estar con el Señor, contar con Él en las buenas y en las malas. ¿Por qué dejarse dominar por el miedo, el pánico? ¿Por qué poner la seguridad en cosas que no la dan, cuando es el Señor el que nos da la absoluta seguridad?
Animo, hermano, no te dejes dominar ni por el miedo, ni el qué dirán. Tómate firme del Señor y sigue viviendo. No olvide que debemos caminar en fe.
Vale la pena preguntarse y reflexionar. ¡Cuántas veces nos hemos dejado dominar por el pánico, la angustia! Nos echamos al Señor al bolsillo, no nos damos cuenta que Él siempre está con nosotros.
Abramos los ojos, reavivemos nuestra fe y cultivémosla para poder dar razón de nuestra esperanza a los que nos la pidan. (Cfr. 1Pedro 3,15). Y sigamos trabajando.
Hermano Pastor.