Homilía para la Eucaristía del domingo 02 de julio de 2023.
DOMINGO TRECE DEL AÑO.
2Reyes 4,8-11.14-16: Eliseo anuncia a la sunamita un hijo. Su sentido es: un premio a la hospitalidad de la mujer. También indica que no es Baal, sino el Señor el que da la fertilidad y la vida.
Romanos 6,3-4.8-11: En el bautismo el creyente es sumergido en la muerte y resurrección de Cristo, lo que lo purifica y da una nueva vida.
Mateo 10,37-40: Dos sentencias. Una, la radicalidad del seguimiento a Cristo. La otra, el premio a los que acojan a un enviado del Señor.
1.- Hace un par de domingo que la Palabra nos viene diciendo que Dios, el Señor, es un Dios que llama, escoge y envía. Hoy nuevamente aparece este tema. Así, en la primera lectura aparece Eliseo, el hombre de Dios, enviado por el Señor. Eliseo, que junto con Elías, es el profeta que quiere afirmar que solamente el Señor es el Dios de la fertilidad y de la vida, no los Baales o ídolos que entonces había en el pueblo. De modo que Eliseo es enviado al pueblo a anunciar la soberanía del Señor y que a Él sólo hay que servir.
La Sunamita acoge a Eliseo como a un hombre de Dios; por eso es el Señor quien le otorga lo que sólo Él puede dar: la fecundidad y la vida.
2.- Y esto que afirma el texto del Antiguo Testamento también lo afirma el Apóstol san Pablo en su carta. Sólo Dios da la vida. Y así como se la dio a su Hijo muerto en la cruz al resucitarlo, del mismo modo lo hace con cada uno de nosotros en el bautismo. Por eso dice que somos sumergidos en la muerte de Cristo y con Él morimos y con Él somos resucitados a una vida mejor.
Dios siempre está dando vida. Y acoger al Señor es acoger la vida que Él nos ofrece, la vida en plenitud.
La sunamita al acoger a Eliseo acogió al Dios de la vida y por eso, la que era estéril, recibió la fecundidad y la vida.
3.- El mundo es el reino de la muerte, porque rechaza a Dios. Por eso la vida mundana, según los criterios puramente humanos, se torna estéril, nada produce. Lo vemos en la sociedad que al darle la espalda a Dios, se vuelve estéril, infecunda. Incluso es estéril maternalmente; es preferible un mascota antes que un bebe.
Nuestra sociedad se parece a la sociedad de Eliseo que adoraba a sus baales, dioses inertes y sin vida, que producen solamente infecundidad y muerte.
4.- Nosotros somos elegidos, llamados y enviados por el Señor a proclamar en esta sociedad al Dios de la vida. Pero no se puede ser un discípulo-misionero si no hay una opción radical por el Señor. Jesús lo dice sin rodeos: “El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí”. Esta preferencia radical por el Señor es fundamental para un discípulo. Sólo quien opta así por el Señor se identifica con Él al punto que quien acepta a un enviado está aceptando a Cristo y recibirá un premio correspondiente. Por eso dice el Señor: “El que los recibe a ustedes me recibe a Mí; y el que me recibe, recibe a Aquel que me envió”.
Tenemos una tremenda responsabilidad, ser los portadores de la vida que el Señor quiere comunicar por medio de su Iglesia, sus discípulos, a través de los sacramentos y de la Palabra de vida.
Somos instrumentos de vida para el hombre de hoy. Por eso no nos encerremos en los recintos intimistas, ni en nuestras jaulas doradas. No debemos olvidar que somos una Iglesia en salida y debemos estar allí donde hace falta la vida.
Hoy nos conectamos a Cristo, Pan de vida, para poder de esta manera ser portadores de una vida nueva y plena.
Hermano Pastor Salvo Beas.