Homilía para la Eucaristía del domingo 06 de julio de 2025.
DOMINGO XIV DEL CICLO C.
Isaías 60,10-14: Una promesa mesiánica: con Dios llega la paz plena, integral.
Gálatas 6,14-18: El apóstol Pablo se siente crucificado para el mundo, por eso es libre. Está viviendo una nueva realidad.
Lucas 10,1-12: Los discípulos son portadores del Reino de Dios; por eso, han de presentarse con un estilo de vida nuevo, pobre, con una toma de postura totalmente nueva.
1.- Una vez más se nos propone el tema principal, central: el Reinado de Dios. Porque cuando se acepta el Reinado de Dios hay paz. No cualquier paz, sino la que trae la plenitud. Por eso el Profeta presenta a Jerusalén como una madre solícita rebosante de felicidad. Sentirá la máxima consolación y seguridad a todo nivel. Sus habitantes como niños felices en los brazos de su madre. Así pinta el Profeta la realidad cuando se acepta y obedece a Dios, cuando el Reino de Dios se haga presente, cuando el sueño de Dios ya no sea una utopía, sino una realidad.
2.- Cuando el hombre acepta en su vida a Dios todo cambia. Pablo en su hablar es muy gráfico. Él se considera crucificado para el mundo, es decir, no está ni ahí con lo del mundo, lo mundano, porque ahora está viviendo otra realidad, la del Reino de Dios. Por eso, él ve y considera todo de otra manera, porque es un hombre nuevo. Realidad que le hace sentirse libre de lo temporal, que para él ya no tiene un valor absoluto. Para Pablo, como para todo aquel que acepta el Reinado de Dios en su vida, lo único absoluto y permanente es el Reino de Dios, que Dios sea todo en todo.
3.- Pero la realidad del mudo es la del No-Reino de Dios. Y esta ausencia de Dios se nota claramente en todo momento y lugar. Así encontramos una realidad totalmente distinta a la que nos presenta Isaías. Precisamente en esas mismas latitudes no se está dando aquello que “corra a torrentes como un río la paz”. Al contrario, las noticias qu nos llegan hacen temblar: hombres, mujeres y niños vagan sin sentido por las calles de sus ciudades. No reina Dios, sino el hambre, la miseria, el dolor y la muerte. Muchas veces la muerte es deseada como juna liberación de tanto mal.
El vocabulario de la Biblia no es exagerado al pintarnos una situación de Reino de Dios, como tampoco es exagerado el contemplar la situación de ausencia de Dios. Triste realidad que se da no sólo en Medio Oriente, sino realidad que se está dando en otros puntos de la tierra. Porque cuando se relega a Dios las consecuencias las sufre el ser humano. Y nosotros no estamos exentos de esta realidad.
4.- Así como los 72 discípulos también el Señor envía a nosotros. ¿A dónde? A un ambiente en el que el hombre se ha convertido en un lobo para su hermano el hombre. Allí vamos como corderos en medio de lobos. Debemos estar en el mundo, pero con otra parada. El discípulo de Jesús enfrenta la realidad con una toma de postura, una postura crítica frente al mundo.
El Señor nos envía al mundo, pero con una forma nueva de vida. Nos envía a un mundo donde reina la ambición del poder, allí debemos servir. A un mundo con ambición de tener, allí debemos ser libres del apego a las cosas. En una palabra, el Señor nos quiere distintos…santos, porque Él es distinto…Santo.
Debemos mostrar con nuestra vida que no estamos ni ahí con el mundo, porque también nosotros estamos crucificados para el mundo.
Más que nunca se nos pide a los discípulos que demostremos co nuestras vidas la verdad del Reino de Dios. Que mostremos que Dios es un Dios de la Paz verdadera .
Hno. Pastor.