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Homilía para la Eucaristía del domingo 08 de junio de 2025.

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS.


Hechos 2,1-11: La venida del Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés, fiesta que conmemoraba la Alianza sellada por Dios en el Sinaí. Es el inicio de la vida de la Iglesia.
1Corintios 12,3-7.12-13: La comunidad está adornada por muchos dones que sirven para el crecimiento de la Comunidad. Dones que provienen del Espíritu Santo.
Juan 20, 19-23: Cristo infunde su Espíritu a los Apóstoles para que cumplan su mandato.

1.- La Venida del Espíritu Santo. ¿Cuándo? En la fiesta judía que se celebraba cincuenta días después de Pascua, por eso “Pentecostés”. Fiesta en la que se conmemora la permanencia del Pueblo junto al Sinaí, donde se realizó la Alianza. Fue entonces cuando Israel nació como Pueblo de Dios. Es en este contexto cuando la Iglesia comienza a ser Pueblo de Dios con la nueva Alianza sellada con el Espíritu Santo. De esta manera se cumple la promesa que con la venida del Mesías se derramaría el Espíritu del Señor a toda carne.
El Espíritu no se ve, no se palpa, no se siente. Por esose manifiesta con signos y señales: viento fuerte, lenguas de fuego Es el Espíritu de Dios que está presente en medio de su Pueblo.
2.- Este Espíritu de Dios sigue estando presente en medio de su Pueblo. Y signo evidente de su presencia es la manifestación de los carismas, que brotan en la comunidad para beneficio de todo el cuerpo de la Iglesia. Los carismas o regalos del Espíritu Santo son una manifestación tangible de la presencia de Dios en medio de su Pueblo., nacido por obra y gracia del Espíritu Santo. Porque toda manifestación de vida es obra del Espíritu de Dios. Donde está el Espíritu hay vida en plenitud. Sin ÉL no hay vida.
3.- Y esto es muy cierto. Existen grupos de personas cristianas que no llegan a ser comunidades porque no tienen el Espíritu y no son conducidas por Él.
Hay cristianos que no tienen vida espiritual, ya que no se dejan conducir por el El Espíritu de Dios.
Y en el mundo son muchos los que se dejan conducir por sus instintos y bajos deseos. Como diría san Pablo en Romanos 8,13-14: “Si ustedes viven según la carne, morirán. Al contrario, si hacen morir las obras de la carne por medio del Espíritu, entonces vivir Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios”. Es decir, que el Espíritu Santo está trabajando en nosotros y ayudándonos a tomar decisiones, a actuar y vivir de acuerdo con la Voluntad de Dios. Si no hay docilidad al Espíritu Santo no hay vida.
Hay comunidades que son simple cadáveres, muy maquillados, pero cadáveres, si vida, porque no se dejan conducir por el Espíritu Santo.
4.- Jesús resucitado regala su Espíritu, ese Espíritu que Él entregó en la Cruz: . “E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.”(Juan 19,30). Con este Espíritu Jesús quiere dar vida y poder a sus discípulos para que puedan continuar su obra salvífica.
Hoy nacemos como hijos y Pueblo de Dios. Si esto es cierto dejemos que este Espíritu de Dios sople fuerte en nosotros.
Espíritu que se amolda a todas las culturas y pueblos: “todos oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.
El Espíritu se manifiesta creando la unidad dentro de la pluriformidad. Y es lo que la Eucaristía, obra del Espíritu Santo, realiza y manifiesta en nosotros.
Hno. Pastor.