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Saludos del Hno. Mauricio Silva dos Anjos, OFMCap.Delegado Provincial, a los hnos. que participan en Encuentro de Guardianes, Hualpén, mayo 2025.

Mis queridos hermanos y hermanas,
¡Deseo que el Señor les conceda siempre su paz!


En este día en que ustedes inician este encuentro de guardianes, quiero unirme a cada
uno y cada una de ustedes, incluso a la distancia, en la oración y en el corazón.
¡Qué hermoso que vivan este encuentro en un tiempo tan significativo para nuestra Iglesia
como lo es la Pascua! Pensando en ustedes y en este espacio de comunión, en medio de la
sociedad que habitamos con todos sus desafíos, y en la misión que se nos ha confiado, ser
guardianes de nuestros hermanos y hermanas en las fraternidades de laicos y laicas capuchinos,
en las diversas realidades y lugares de nuestro país, quiero compartir con ustedes una breve,
pero profunda palabra del Evangelio de Lucas:
“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?” (Lc 24,5)
Queridos hermanos y hermanas, como guardianes del carisma capuchino en la vida laical,
ustedes están llamados a ser testigos del Cristo Resucitado, vivo y presente en medio de su
pueblo. Esta cita del Evangelio no es solo un recuerdo pascual: es una llamada urgente a no
quedarnos en lo viejo, en lo apagado, en lo que ya no da vida.
El Señor está vivo. Lo encontramos en los rostros de quienes sufren, en la comunidad que
camina, en la sencillez franciscana de lo cotidiano. No miremos hacia tumbas vacías, sino hacia
el horizonte de la esperanza, donde el Espíritu sigue haciendo nuevas todas las
cosas.
Este encuentro no es solo un evento. Es un signo de que seguimos creyendo, soñando
y construyendo, como San Francisco, una Iglesia viva, pobre y fraterna. Que el
Resucitado nos despierte del letargo, nos sacuda del miedo y nos envíe nuevamente como laicos
y laicas capuchinos comprometidos, con alegría, humildad y ardor misionero.
Hoy, como en aquella mañana de Pascua, resuena entre nosotros la voz del ángel: no hay
vida en la oscuridad, no hay futuro en las tumbas del miedo, la rutina o la indiferencia. ¡Cristo
vive! Y nos envía a anunciarlo con nuestra vida.
Como laicos y laicas capuchinos, somos llamados a ser profetas de la esperanza,
sembradores de fraternidad, mensajeros de paz. En medio de un mundo herido, nuestra
vocación es mostrar que el Evangelio sigue siendo buena noticia.
Hermanos y hermanas, deseo que este encuentro renueve en nosotros el fuego del
Espíritu, nos impulse a salir con alegría, y nos ayude a custodiar con ternura el carisma
franciscano en la vida laical.
Mis hermanos y hermanas, ¡adelante, no temamos! ¡El Resucitado camina con nosotros!
Mi abrazo fraterno y el deseo de un bendito encuentro.


De la Curia de la Delegación
Santiago, 16 de mayo de 2025, Pascua del Señor.
Fraternalmente,
Hno. Mauricio Silva dos Anjos, OFMCap.
Delegado Provincial