Ir al contenido principal

Homilía para la Eucaristía del domingo 18 de mayo de 2025.

QUINTO DOMINGO DE PASCUA.C.


Hechos 14,21-27: El Señor actúa por medio de los Apóstoles se va consolidando la iglesia entre los paganos.
Apocalipsis 21,1-5: Se muestra la victoria del Resucitado: un cielo nuevo y una tierra nueva, donde no existe la maldad.
Juan 13,3133.34-35: En la hora solemne de la cena Jesús deja su Testamento: el Amor fraterno. Es a través del amor que Jesús sigue presente entre nosotros.

1.- Después de su Pasión ya no está la presencia física de Jesús. Él prometió estar siempre con nosotros y cumple con esta promesa. Él sigue actuando, salvando a través de los Apóstoles, a través de la Iglesia.
De hecho, Pablo y Bernabé van haciendo realidad el misterio de la salvación, van consolidando las comunidades de los discípulos. La Iglesia es la que hace presente a Cristo en el mundo de hoy. Claro está que en este mundo la iglesia, la comunidad de los discípulos, no está exenta del dolor. Al contrario, ya Pablo y Bernabé dicen a los cristianos que deben perseverar en la fe, porque es necesario pasar por muchas tribulaciones y así, de esta manera, entrar en el Reino de Dios. No estamos exentos del mal.
2.- Pero en la plenitud del Reino será distinto. En toda la Escritura, y aquí en el Apocalipsis, se nos habla de un cielo nuevo y una tierra nueva, es decir, de una realidad en la que ya no cabe la presencia del mal y toda clase de maldad. El texto dice que no habrá mar, lo que en la geografía oriental significa una ausencia total de la maldad; el mar era considerado la sede de la Bestia causante de todos los males.
Es el sueño de la humanidad tener un mundo, una sociedad mejor, en la que no haya conflictos, guerras ni injusticias. Es una Utopía que esperamos que algún día se haga realidad. ¿Será esto posible? Lo soñó Tomás Moro, y tantos personajes célebres. Pero es más, es el sueño de Dios.
3.- No nos durmamos, no soñemos, ya que actualmente hay mucha maldad en el mundo. Hay una ausencia de Paz, Amor, Justicia, Respeto. Da la impresión que en todas partes impera la muerte. Y en este contexto no faltan aquellos que sueñan con una realidad nueva. ¿Acaso en Chile no se ha hablado de refundar al país? Y para esto, se dice, habría que eliminar a los que se oponen. Se pretende imponer la paz con la guerra, con la violencia, la represión. Lo que sería peor. Y lo estamos viendo en distintos puntos de la tierra.
4.- Por eso, ¿es posible tener una realidad nueva? Sí, es posible, aunque para muchos parezca imposible, un simple sueño irrealizable (Utopía). Pero, cuidado, que Utopía no significa irrealizable, sino un No lugar, es decir que se puede realizar en cualquier parte.
Jesús presente, el Resucitado, a través de sus discípulos va sembrando su presencia salvífica.
La vivencia del amor diferente que Cristo nos deja, es la que cada día va transformando nuestra realidad, nuestro entorno. No sin razón san Pablo VI hablaba de la “Civilización del amor”. Y todos los cristianos hemos de trabajar con tesón por esta causa, que es el Amor de Cristo, ser sembradores de Paz y Bien, como lo hiciera otro, a quien bien conocemos. Que esta utopía se haga realidad en nuestros hogares, barrios, ciudades, países. Entonces sí habrá un cielo nuevo, una tierra nueva, un barrio nuevo, una población nueva, un Chile nuevo, donde la maldad sea totalmente eliminada. ¿Será posible? Con la ayuda del Señor sí. Comencemos, hermanos.

Hno. Pastor.