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Homilía para la Eucaristía del domingo de Pascua de Resurrección.

DOMINGO DE PASCUA.


Hechos 10,34.37-43: en su discurso Pedro proclama el núcleo central de la predicación apostólica: Cristo ha sido resucitado. Esta es la base de la fe cristiana. Es el acontecimiento síntesis. Los Apóstoles son testigos de todo esto.
1Corintios 5,6-8: Pablo compara a la comunidad de los fieles a un pan; por eso se ha de echar fuera la levadura vieja (la malicia) para ser un pan ácimo, pascual con Cristo.
Juan 20,1-4: descubrir al resucitado aclara y resuelve todo el misterio de Cristo. Sólo desde esta perspectiva se explica y comprende todo.

1.- Hermanos, ¡Cristo ha resucitado!
Felices Pascuas para todos ustedes. Así como cuando uno va caminando en la oscuridad de la noche y de pronto todo se ilumina gracias a un relámpago, así es la resurrección para los Apóstoles y todos los discípulos. Cristo resucitado lo explica todo, no sólo el hecho mismo de la resurrección, sino todo el misterio de Cristo, su mensaje y la vida de Cristo. Por su resurrección comprendemos su estilo de vida pobre, su “absurdo” mensaje, su Pasión y su muerte. Todo se ilumina y entiende con la resurrección de Jesús.
Así lo proclama Pedro en su discurso: “Dios lo resucitó”. Sí, Cristo aparece resucitado por el poder del Padre y del Espíritu Santo. Es decir, el Padre hace justicia al rescatar al Hijo del poder de la muerte y del pecado. La Resurrección, muy unida a su Ascensión, es el triunfo definitivo de Dios sobre el mal. Y nosotros esto creemos: que Dios es capaz de dar vidas a Jesús muerto por nuestros pecados. Y así lo confiesan también los Apóstoles, que supieron dar testimonio co su vida y con su muerte.


2.- La resurrección de Cristo todo lo resume y lo purifica.
En la Pascua los judíos comen pan sin levadura, indicando así que comienza algo nuevo. Pues bien, con Cristo resucitado comienza algo nuevo; por eso hemos de dejar de lado todo asomo de maldad. Por eso, cada cristiano, cada comunidad cristiana tiene que ser como un pan sin levadura, hemos de vivir una vida nueva, distinta, una vida de resucitados con Cristo. Él es nuestra Pascua, viene a renovarlo todo. Porque creemos en el Resucitado, por eso, hemos de barrer con la vieja levadura del pecado.


3.- Hemos de barrer la levadura que hay en el mundo. La masa del mundo, de la sociedad está excesivamente cargada con la malicia del pecado, la maldad se encuentra presente en nuestra sociedad y ambiente. Nuestra sociedad está demasiado contaminada de la malicia del mundo.
Cristo resucitado hecha por tierra todo lo que es malo.


4.- Pedro y Juan corrieron al sepulcro. Juan, el más amado de los discípulos, tiene la primicia de la fe: vio y creyó. Pero, ¿qué vio? ¿Al Resucitado? No. Sólo las vendas que cubrieron su cuerpo. Pero creyó en el que en el que sólo lo puede captar el amor creyente, creyó en el Resucitado.
Nosotros nada vemos, pero creemos, porque lo esencial se ve con el corazón. Y sólo el que ama es capaz de creer en lo que no ve. Nosotros creemos porque el Resucitado nos ha abierto los ojos de la fe. Ojalá seamos capaces no solamente de verle y oírle, sino también de creer en Aquel que con su resurrección viene a renovarlo todo. De esto somos testigos y alegremente celebramos a nuestro Señor.
Hno. Pastor.