Además de la perspectiva teológica, la muerte de Jesús también ha sido un símbolo de resistencia y esperanza. A lo largo de la historia, muchos han encontrado en su sacrificio una inspiración para luchar contra la injusticia, defender a los oprimidos y vivir con compasión y entrega. Su crucifixión no solo se entiende como un hecho histórico, sino como un testimonio de un amor que desafía la violencia y el poder.
Tu hora ha llegado el día de tu entrega total y este gesto extremo es solo Tuyo porque nadie puede vivir o morir en lugar de otro Pero Tú con la ligereza de un Hijo amado tomas sobre Ti un peso que no es Tuyo Llevas en tus hombros la amargura de las utopías frustradas la incomprensión de los corazones duros la injusticia de los cómplices del mal la humillación de los poderes corrompidos el abandono de la amistad amedrentada Esta es la humillante cruz de nuestro linaje humano Y Tú quisiste transformar por exceso de amor todo este dolor en puro don Por eso Señor que ama hasta el fin que hoy mi corazón transborda de pasión y gratitud Hazme un hermano consolador de los crucificados y crucificados de este mundo sediento de salvación Y que al cruzarse con Tu iglesia de Verónica y Cirineus todos sepan que desde Tu último viernes los extremos del dolor y el amor se unieron para que en cada drama humano nadie más se siente sin una tierna y santa compañía.