Comentario al Evangelio del miércoles 26 de febrero de 2025.

REFLEXIÓN FRANCISCANA SOBRE EL EVANGELIO.
LA PALABRA DE DIOS NOS ENSEÑA – EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 9, 38-40.
Hermanos y hermanas, en este pasaje del evangelio que acabamos de escuchar, vemos a los discípulos de Jesús, especialmente Juan, expresar su preocupación por que han visto a alguien expulsando demonios en el nombre de Jesús, pero no forma parte del grupo de los doce. Ante esto, Jesús les responde con una enseñanza clave: «No se lo impidan, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está a favor nuestro.» Hermanaos y hermanas, este fragmento del Evangelio nos invita a abrir nuestra mente y nuestro corazón a la obra de Dios, que no se limita a un solo grupo o comunidad.
Sabemos que Dios obra más allá de nuestras estructuras. San Francisco descubrió que Dios se manifiesta en todas las criaturas y en todas las personas, sin importar su origen o pertenencia. Los discípulos querían restringir la obra de Dios a su círculo cercano, pero Jesús les enseña que el Espíritu Santo obra en todos aquellos que hacen el bien.
Jesús nos llama a atención que no podemos caer en la exclusión. El espíritu de minoridad y humildad Francisco de Asís siempre rechazó cualquier actitud de superioridad o exclusividad. Él se consideraba “el hermano de todos” y veía en cada persona un reflejo del amor de Dios. Este Evangelio nos invita a desprendernos del deseo de controlar quién puede o no hacer el bien y, en cambio, reconocer con humildad la obra de Dios en el mundo. Jesús nos llama a una fraternidad sin barreras. Para San Francisco, toda la creación era hermana: los pobres, los enfermos, los extranjeros y hasta la naturaleza misma. En este Evangelio, Jesús nos invita a abrirnos a quienes no forman parte de “nuestro grupo”, porque lo importante no es la etiqueta, sino el amor y el servicio. Tenemos que tener unidad en el bien común. Jesús nos deja un mensaje de inclusión y unidad. Si alguien actúa en el nombre de Cristo y hace el bien, es nuestro hermano. La misión del Reino es más grande que nuestras diferencias, y lo importante es que todos sumemos en la construcción de un mundo más justo y lleno de amor.
Hermanos y hermanas, como aplicar para nuestra vida lo que Jesús nos enseña en el evangelio de hoy.
- Evitemos juzgar o excluir a quienes hacen el bien desde otros caminos.
- Aprendamos a reconocer la presencia de Dios en diversas personas y realidades.
- Trabajemos por la unidad y la cooperación, en lugar de la división y la rivalidad.
Que este Evangelio nos ayude a vivir con un corazón abierto, dispuesto a reconocer el bien en todas partes y a colaborar con quienes buscan la verdad y la justicia. Pidamos al Señor que nos enseñe a ser humildes y abiertos, a reconocer tu acción en el mundo y a trabajar unidos por el bien común. Amén.
San Francisco y Santa Clara de Asís, ruega por nosotros. –
Hermano Mauricio Silva dos Anjos – Hermano Menor Capuchino de Chile.