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Homilía para la Eucaristía del domingo 24 de febrero de 2025.

DOMINGO VII. C

1Samuel 26,2.7-9.12-13.22-23: El texto nos muestra la nobleza y la magnanimidad de David. Éste respeta la vida del rey Saúl durmiendo, aunque éste lo persigue.

1Corintios 15, 45-49: se establece un paralelo: el hombre carnal-terrenal y el hombre espiritual. Todos somos ambos hombres. Todo depende de cómo actuemos.

Lucas 6, 27-38: Parte del Programa del Reino, cómo se debe vivir en el Reino de Dios. El núcleo del discurso es el verso que dice: “Sean misericordiosos como el Padre de ustedes es misericordioso”.

1.- Partiendo por el ejemplo de David, el hombre noble y magnánimo, hasta llegar a Jesús, el Hijo de Dios, el Hombre nuevo, la Palabra de Dios nos pone la vara muy alta al decirnos cuál ha de ser la conducta de un discípulo del Reino, de un cristiano.
David, perseguido a muerte por su rival político, es capaz de respetar y perdonar la vida del rey Saúl. ¿La razón? Es el ungido del Señor. Ve en el rey su cargo, su título, aunque es su perseguidor. ¡Qué ejemplo de nobleza y caballerosidad para los políticos de hoy y para los ciudadanos, que siempre estamos descalificando al adversario y faltando el respeto a la autoridad legítima.

2.- Nosotros los cristianos somos ciudadanos de esta nación, con obligaciones propias de todo ciudadano. Pero también somos ciudadanos del Reino de Dios. De modo que tenemos doble ciudadanía: la de este mundo, que es una ciudadanía carnal, y la del Reino; somos hombres espirituales, no sólo carnales. Por lo que se espera de nosotros un estilo de vida nuevo, espiritual, no carnal. Porque si aceptamos al Resucitado debemos vivir como resucitados.

3.- Esto da a entender que el cristianismo está en crisis. No vivimos los cristianos lo que somos, sino que vivimos lo que no debemos ser.
Por eso todos nos quejamos por la pobre calidad de vida que estamos viviendo. Nuestra sociedad se muestra una sociedad intolerante, polarizada, vengativa, con una creciente sed de venganza.
Por todas partes reina la descalificación y la falta de respeto. Como nunca la persona de un Jefe de Estado ha sido tan basureada. En verdad la sociedad cristiana está en una terrible crisis.

4.- El Evangelio viene a ser como un rayo en medio de la oscuridad de la noche. Brilla y nos muestra cuál debe ser nuestro estilo de vida. La consigna es clara: “Sean misericordiosos”.
En Mateo 5,48, el texto paralelo dice: Sean perfecto como el Padre de ustedes que está en el cielo”. Lo demás no es más que una ejemplificación de cómo debemos vivir.
Imaginemos por un rato si esta pasara en la práctica. De hecho en el mundo de hoy hay personas que tratan de vivir como espirituales, como personas nuevas.
¿Es utópico? Sí, es u sueño, un desafío, es lo que Dios quiere.
Y es lo que de una forma sacramental se realiza aquí en la Eucaristía, donde muchos, siendo distintos, llegamos a formar un solo cuerpo en Cristo.
Hno. Pastor.