Homilía para la Eucaristía del domingo 16 de febrero de 2025
DOMINGO VI C.
Jeremías 17,5-8: En un estilo sapiencial el autor nos presenta dos imágenes: la del hombre que se apoya en el hombre y la del hombre que se apoya e Dios. Lo esencial es la confianza e el Señor.
1Corintios 15,12,16-20: Para Pablo la resurrección de Cristo es la razón de ser de nuestra fe, de nuestra vida, de un nuevo estilo de vida.
Lucas 6,12-13.17.20-26: Lucas presenta las Bienaventuranzas de una manera literaria y teológicamente diferente a como lo hace Mateó. A las cuatro Bienaventuranzas corresponde las maldiciones. Esto genera un nuevo estilo de vida.
1.- ¡Maldito! ¡Bendito! ¿Quién? Ahí está el punto. La misma persona o pueblo puede ser maldito o bendito. Todo dependerá en quién pone su apoyo, su confianza.
Israel creyó encontrar su estabilidad en las reformas políticas y alianzas con los extranjeros. Pero el resultado fue un fracaso. Israel olvidó que su única fuerza le viene de Dios, no del hombre. Lo esencial de la fe bíblica es depositar toda la confianza sólo en el Señor, ya que sólo en Dios se encuentra la verdadera seguridad. Y esta será la constante a lo largo de toda la Escritura. Senos está mostrando lo esencial del contenido de la fe, que es creer que sólo Dios es capaz de dar vida.
2.- Es lo que san Pablo afirmó en sus cartas. Lo central de la fe cristiana radica en estar seguros en el poder de Dios dador de vida. Dios puede dar vida allí donde no la hay. Dios dio vida a Jesús, destruido en la cruz, haciendo de Él un Hombre nuevo perfecto. Por eso, feliz el hombre que confía en el Señor. Es la base de todo. El cristiano cree que Dios es capaz de resucitarlo de su situación de pecado y regenerarlo con una nueva vida. Esa es nuestra fe.
3.- En cambio el que no confía en el Señor es un iluso. Jesús se enfrentó con aquellos que habían caído en la autosuficiencia. El mejor retrato lo encontramos en la Parábola de los dos hombres que subieron al templo a orar (Lucas 18,10-14).
En el mundo hay muchos autosuficientes, que piensan que por tener dinero o poder, pueden disponer de los demás. Desgraciadamente hoy están de moda estos autosuficientes que confían sólo en sí mismos, aliándose cn ideologías del tener y del poder.
Sobre todos estos cae la maldición, tanto de parte de Jeremías como de Jesucristo.
4.- Choca escuchar a Jesús.
Las Bienaventuranzas presentadas por Lucas sintetizan cuatro aspectos de los sufrimientos de la vida humana; estos son: la pobreza, el hambre, el llanto y la persecución. Evidentemente que la dicha o felicidad no radica en estos cuatro aspectos, no, sino que el Reino de Dios se realiza en aquellos que padecen estos males, ya que Dios actúa en su favor. La causa de la dicha es Dios, no el sufrimiento, el hambre, la persecución.
Por eso Lucas se atreve agregar las cuatro invectivas o ayes.
En el fondo, el autosuficiente está mal ubicado, ya que se siente seguro estar parado en terreno firme, pero está en un terreno movedizo.
¿Y usted en qué terreno construye su vida? En san Mateo se nos indica que hay que construir sobre la roca y no sobre la arena. Y la única Roca que salva es Dios y la fe en Él. No lo olvidemos.
Hno. Pastor.