Comentario al Evangelio de hoy martes 07 de enero de 2025.
Evangelio del día – San Mateo 4, 12-17. 23-25
Dios sigue a la espera, queriendo habitar nuestro mundo, nuestro corazón y quiere establecer su morada entre nosotros. Este mensaje nos invita a ser vehículos de amor y compasión en un mundo que muchas veces carece de ellos. Al final del día, nuestra capacidad para amar es un reflejo directo de nuestra relación con Dios. ¡Qué hermoso es saber que somos llamados a vivir en ese amor!
Hermanos y hermanas, el Evangelio según Mateo que acabamos de escuchar nos presenta el inicio del ministerio público de Jesús en Galilea, después del encarcelamiento de Juan el Bautista. Este pasaje puede ser especialmente significativo para cada uno de nosotros, ya que resalta el llamado al arrepentimiento y a ser portadores de luz y sanación en el mundo. Jesús se establece en Cafarnaúm, cumpliendo la profecía de Isaías sobre una gran luz que iluminaría a los que habitaban en tinieblas. Desde allí, Jesús comienza a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca». Hermanos y hermanas, este llamado al arrepentimiento es una invitación constante a revisar nuestras vidas y a abrirnos al amor y la gracia de Dios. Jesús recorre Galilea, enseñando, predicando el evangelio del reino y sanando todo tipo de enfermedades. Su fama se extiende y multitudes lo siguen, llevando a sus enfermos y afligidos para que los sane. Mi hermano y mi hermana, este pasaje destaca la compasión y el poder sanador de Jesús, mostrando que Él es una fuente de esperanza y restauración. Hermanos y hermanas, hoy somos llamados por Jesús a que seamos luz en nuestro entorno. Cada uno de nosotros, tenemos la misión de llevar esperanza, amor y justicia a nuestras comunidades, familias y lugares de trabajo. El mensaje de arrepentimiento de Jesús es una llamada a la renovación personal. Debemos examinar nuestras vidas, reconocer nuestras fallas y buscar la transformación que nos acerquemos más a los valores del Reino de Dios. Así como Jesús sanó a los enfermos, nosotros también estamos llamados a ser instrumentos de sanación y consuelo en nuestras relaciones diarias. Podemos ofrecer una palabra amable, un gesto de apoyo o una acción concreta que alivie el sufrimiento de los demás. Hermanos y hermanas, la misión de Jesús de predicar el arrepentimiento, enseñar y sanar es una misión compartida por todos los seguidores de Cristo. Cada uno de nosotros, estamos invitados a vivir de manera que refleje la luz de Cristo, promoviendo la conversión y siendo canales de su amor, de su compasión y de su misericordia sanadora. Este mensaje nos invita a ser vehículos de amor y compasión en un mundo que muchas veces carece de ellos. Al final del día, nuestra capacidad para amar es un reflejo directo de nuestra relación con Dios. ¡Qué hermoso es saber que somos llamados a vivir en ese amor! Señor, ayúdanos a ser instrumentos de tu amor y generosidad en el mundo, confiando en que tú multiplicarás nuestras pequeñas ofrendas para saciar las necesidades de aquellos que nos rodean. Amén – Hermano Mauricio Silva dos Anjos – Hermano Menor Capuchino de Chile.