Buenos días. 20/08 – martes /20a STC • Año B.
Vamos a rezar?
Ayúdame Señor del Vaciamiento a amar mucho más el Camino
que mis edificios Saliendo de mi pequeño mundo
para encantarme con la Inmensidad
a inaugurar ya en la tierra la entrega y la recepción incesantes
que abren los portales
de la vida luminosa del Cielo.
«Digo también: es más fácil que un camello entre por el agujero de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios» (Mt 19,24).
Para el mundo, rico es aquel que acumula, y pobre, aquel que no posee bienes ni conocimientos intelectuales. Sin embargo, para Dios, la riqueza reside en el compartir, y la pobreza, en la mera acumulación. El joven rico entendió el reino bajo la perspectiva de los valores del mundo, por eso tu afirmación sobre que es difícil para un rico entrar en el reino de los cielos. No pretendíais dar un consejo evangélico para que el joven fuera perfecto, sino enseñar que la perfección se encuentra en el desprendimiento, lo cual no significa privarse de los bienes, sino no dejarse dominar por ellos. «Desnudo salí del vientre de mi madre y allí, desnudo volveré…» (Job 1,21). Así, no se trata de abandonar todo, sino de tener un corazón que sepa compartir y que no se aferre a los bienes materiales. Que el Espíritu Santo nos ayude a querer y buscar la verdadera riqueza, y saber compartir los bienes terrenos, sin olvidar lo que es eterno. Bendice Señor a mí, mi familia y amigos! –
Hermano Mauricio Silva dos Anjos – Hermano Menor Capuchino de Chile.