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Homilia para la Eucaristía del domingo 21 de abril de 2024.

CUARTO DOMINGO DE PASCUA.

Hechos 4,8-12: El primer enfrentamiento entre los Apóstoles y el sistema religioso-político-económico de Israel. Pedro da testimonio de Jesús, el único en quien encontramos salvación.

1Juan 3,1-2: El creyente, por haber nacido de nuevo en el bautismo, tiene una naturaleza nueva: es hijo de Dios; poco a poco se irá manifestando esta realidad.

Juan 10,11-18: Jesús es el Buen Pastor, el que da su vida por todos, por su rebaño.

1.- Los Apóstoles tienen que enfrentarse con el sistema imperante en Israel. Deben dar cuenta ante el Consejo Supremo. ¿Quiénes? Unos sencillos pescadores, que no tienen miedo de confesar que Jesús es el único indispensable, al que se debe aceptar. ¿Por qué? Citando las Escrituras Pedro declara que Jesús es la Piedra Angular. Es decir, es la Persona esencial por medio de quien se realiza la salvación. Sin Él no hay salvación; sin embargo es rechazado. La idea de fondo que subyace en la Palabra que hemos escuchado es que Jesús es vida. Él trae la vida; sin Él no ha vida, ya que Él nos trae una vida nueva, plena, la vida de Dios.

Y los Apóstoles son capaces de enfrentar al poder establecido porque están convencidos de esta verdad.

2.- En la segunda lectura llama la atención lo que afirma el texto: somos hijos de Dios. ¿Por qué? Porque si estamos unidos a Él, que es el Justo por excelencia, llegamos a ser hijos de Dios, porque al dar su vida nos enriqueció con esta vida nueva, la vida de Dios. Sólo en Jesús tenemos la vida en plenitud. Pretender construir la vida marginando a Jesús es como si los que construyen la casa prescindieran del fundamento, de lo que le da consistencia a la construcción. UN cristianismo sin Cristo es un falso cristianismo. Una vida espiritual sin Cristo es pobre, no alcanza la plenitud.

3.- Desde que la Iglesia nació hasta el día de hoy, en todas partes, en unas más que en otras, choca con los sistemas y poderes de este mundo, porque los cristianos creemos, amamos y cultivamos la vida. Por eso la defendemos. Los sistemas imperantes, en cambio,  abierta o solapadamente menosprecian y atacan a la vida. Hay sistemas que desvergonzadamente legislan contra la vida y la atropellan. Están atropellando a la persona, no permiten que se desarrolle plenamente. Por eso atacan y persiguen a la Iglesia. Los falsos defensores del pueblo terminan siempre atacando y atropellando al Pueblo de Dios, a la persona humana, porque para ellos vale más el sistema que la persona. Y esto se da en sistemas de derecha como de izquierda.

4.- Pero ahí está, aparece la figura de Jesús, el Buen Pastor. Deber y oficio de un pastor es procurar que el rebaño tenga vida, alimento seguridad. Los Dirigentes que buscan beneficiarse a sí mismos son falsos pastores. ¡Y hay tantos falsos pastores!

Por eso Jesús, el Buen Pastor, da su vida por todos nosotros.  A eso vino Él. De ahí la importancia de aceptarlo, de estar centrado en Él.

Jesús siempre está dando su vida por todos. Es cierto que Jesús murió y resucitó una sola vez; pero la Escritura especifica que Cristo Resucitado entró de na vez por todas, es decir, para siempre, en el Santuario para darnos vida (cfr. Hebreos 9,12).

De modo que Él hoy nos da su vida cuando entramos en comunión con Él. Y como es el Pastor, siempre nos protegerá al tener que enfrentar la adversidad, el mal.  No tengamos miedo. Porque si Él está con nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros? (cfr. Romanos 8,31). Hno. Pastor.