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Homilia para la Eucaristía del domingo 14 de abril de 2024.

TERCER DOMINGO DE PASCUA.

Hechos 3,13-15.17-19: Discurso de Pedro al Pueblo.  El Dios de Israel ha glorificado a su Siervo. Se destaca la importancia de la fe que lleva a la conversión.

1Juan 2,1-5: Dos afirmaciones: primero, todos somos pecadores, pero Jesús es nuestro Abogado. Segundo, porque pertenecemos a Él cumplimos sus mandamientos.

Lucas 24,35-48: Jesús se manifiesta, aunque no lo captan; el Señor les ayuda a que entiendan el Misterio de la Resurrección. Ellos serán testigos de algo real, no de una ilusión.

1.- Seguimos celebrando a Jesús.  Pero, ¿a qué Jesús?. Bien nos lo dice la primera lectura por boca de Pedro. Celebramos al Servidor fiel de Dios, al que Dios glorificó. Mientras la humanidad rechaza al que Dios ha elegido; rechaza al Justo, al Santo por excelencia y lo juzga como a un criminal y lo condena. Al que trae y conduce a la vida se le rechaza optando por un homicida. Esa es la ironía de la Palabra de Dios. Por eso nos está invitando a aceptarlo; nos invita a que nos convirtamos, nos volvamos a Él, ya que esto trae el perdón de los pecados. Sólo Él, como nos lo dice el salmo responsorial, nos muestra la luz de Dios.

2.- La afirmación o constatación que nos podría desalentar es que somos pecadores.  Sí, nadie está exento de esta realidad. Aunque Dios nos creó buenos, porque nada malo sale de las manos de Dios. Ya lo dice el Génesis: Y vio Dios que todo era bueno. Sin embargo hemos sido contaminados por el peor de los virus: el pecado. Pero he aquí la Buena Noticia: tenemos un Abogado, su papel es defendernos. ¿Acaso a veces no nos sentimos acusados? Y esto produce un gran malestar. Pero no. Tenemos un Abogado, tenemos a Alguien que  pagó por nosotros. Mejor buena noticia no se nos puede dar.

3.- Pero,  desgraciadamente, muchos se quedan pegados en una parte de la verdad, que somos pecadores. De aquí el que haya gente que vive con el complejo de pecado y están siempre bajoneados, depresivos, Y esto no es bueno ni sano.

Saber que realmente Jesús nos puede sacar nuestra condición de pecadores es lo que salva. No debemos que darnos pegados en lo malo.

Ya hay bastante con los noticieros, que se encargan de darnos malas noticias: robos, asaltos, portonazos, crímenes, inseguridad social, corrupción en grande, guerras, etc. Etc.. Pero esta no es toda la realidad.

4.- Hoy Jesús come con nosotros, se hace presente entre nosotros. Y esto no es una ilusión, no es un cuento, e la verdad y en esto creemos.  Cristo está vivo y viene a salvarnos. ¿De qué nos viene a salvar? No seamos teóricos, sino prácticos. Él viene a liberarnos de nuestras esclavitudes. ¿Usted ha descubierto qué le tiene atado, esclavizado? Créame, Él puede liberarlo. Es cuestión que le acepte en su vida.

No seamos cristianos teóricos, sino de verdad.  Cristianos que después de haber experimentado la salvación podamos dar testimonio de que en su Nombre se nos da el perdón de los pecados. Más aún, no un perdón cualquiera. Jesús cuando perdona “quita el pecado”, nos deja limpios de verdad.

Esto es lo que celebramos. Celebramos al Resucitado que con su resurrección ha vencido al pecado y a la muerte. Y esto es lo que cada domingo agradecemos con la Eucaristía. Celebremos, hermanos.

Hno. Pastor.