Skip to main content

EDD. martes 19 de marzo de 2024

Hoy, martes, 19 de marzo de 2024

Primera lectura

Lectura del libro de los Números (21,4-9):

EN aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edón.
El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:
«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia».
El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».
Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:
«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 101,2-3.16-18.19-21

R/.
 Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti

V/. Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco,
escúchame enseguida. R/.

V/. Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

V/. Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,21-30):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Fernando Torres, cmf

Lo que dice Jesús a los fariseos es algo que, si lo pensamos, puede ser importante para nosotros y ayudarnos a vivir mejor nuestra vida en todos los sentidos. Dice Jesús que “yo me voy y me buscaréis”. Les está diciendo que entonces, en aquel momento, es cuando los fariseos tenían la oportunidad de encontrarse con Jesús en vivo y en director. Ese era el momento. Más tarde, ya sería tarde. Ya no encontrarían a Jesús porque se iba a ir y dónde se iba, ellos no podrían ir.

Aplicaría esas palabras también a nosotros. Vivimos aquí y ahora. Por mucho que nos empeñemos, esta es la única realidad que tenemos: el presente, el ahora, el ya. Este día que estamos viviendo. Este es nuestro tiempo. Mañana no sabemos lo que pasará. Por mucho que nos empeñemos en organizar nuestras agendas, en decir que dentro de un mes o dos o dentro de una semana vamos a hacer esto y lo otro, en realidad no tenemos ninguna seguridad. La incertidumbre, que tanto aborrecemos, domina nuestra vida. No conocemos el mañana. El futuro es una realidad siempre abierta. Para ser realista, lo único que sabemos con seguridad es que vamos a morir. Pero lo que puede haber por medio no tenemos ni idea. Es posible que la vida nos dé muchas sorpresas.

Por eso, tenemos que aprovechar el hoy y el ahora. Este momento que tenemos, esta persona con la que me encuentro, este tiempo de silencio. Dejar las cosas para más adelante, para mañana o pasado, es hacer un brindis al sol. Y puede ser que se nos haga tarde. Y que la oportunidad pasé de largo sin que la hayamos aprovechado.

Hoy y ahora es nuestra oportunidad para encontrarnos con Jesús, para escucharle y dejar que su mensaje llegue a nuestro corazón. Hay que estar atentos, despiertos. Hay que abrir los ojos y llevar la mirada a nuestros hermanos y hermanas. Y, por supuesto, dejar de mirarnos al ombligo, dejar de creernos el centro del mundo.

Los fariseos estaban tan convencidos de tener la verdad que supieron ni pudieron aceptar la realidad y el testimonio de Jesús. Dejaron pasar su oportunidad. Ahora ya es cuestión de cada uno de nosotros aprovechar el momento, estar atentos y hacer vida lo que hemos aprendido del mismo Jesús.

Fuente. : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/hoy