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EDD. Viernes 01 de marzo de 2024.

Hoy, viernes, 1 de marzo de 2024

Primera lectura

Lectura del libro del Génesis (37,3-4.12-13a.17b-28):

ISRAEL amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.
Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José:
«Tus hermanos deben de estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos».
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos y, antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros:
«Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños».
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:
«No le quitemos la vida».
Y añadió:
«No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él».
Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica, la túnica con mangas que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. El pozo estaba vacío, sin agua.

Luego se sentaron a comer y, al levantar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá propuso a sus hermanos:
«¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra».
Los hermanos aceptaron.
Al pasar unos mercaderes madianitas, tiraron de su hermano; y, sacando a José del pozo, lo vendieron a unos ismaelitas por veinte monedas de plata. Estos se llevaron a José a Egipto.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 104,16-17.18-19.20-21

R/.
 Recordad las maravillas que hizo el Señor

V/. Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo. R/.

V/. Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó. R/.

V/. El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,33-43.45-46):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola:
“Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cayó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”».
Le contestan:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».
Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:

“La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente”?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos.
Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Fernando Torres, cmf

Hay una historia de la mitología griega que quizá nos pueda servir para iluminar el significado actual de esta parábola. Es la historia de Procusto. Éste era un personaje que ofrecía posada a los viajeros, a los que obligaba a acostarse en una cama de hierro. Si eran más largos que la cama, les cortaba la parte sobrante de las piernas. Si eran más pequeños, los estiraba, descoyuntándolos, hasta que alcanzaran la medida de la cama. Esta historia es una formidable expresión de la mentalidad de los que se creen en la posesión de la verdad y todo lo que no encaja en su visión, muy miope a veces, se desecha. Sienten que tienen la medida de todas las cosas.

Fariseos y sumos sacerdotes judíos se sentían en posesión de la verdad. ¿Quién era aquel Jesús que venía con ideas nuevas? ¿Quién les iba a enseñar a ellos cosas sobre Dios? Al final terminaron por mandar a Jesús al patíbulo. Por la sencilla razón de que no cabía en sus ideas, de que no se ajustaba a su cama.

Tengo la impresión de que hay cristianos en la Iglesia que también se sienten así propietarios de la verdad. Pretenden que todo lo que se haga en la iglesia se ajuste a su modo de pensar. Leen el Evangelio, ciertamente, pero desde sus ideas preconcebidas. Y juzgan y condenan a todo el que no se ajuste a esas ideas. Termina la historia en que sus ideas se convierten en mucho más importantes que las personas.

La parábola nos invita a abrir nuestra mente y nuestro corazón. La misericordia de Dios que se hace presente, se encarna, en Jesús nos enseña que las personas están en el centro. No es el hombre para el sábado sino el sábado para el hombre. La misericordia triunfa sobre el juicio. Los que se cierran en sus ideas terminan dando frutos de leyes y normas a las que las personas se tienen que ajustar. Igual que hacía Procusto con su cama. Se sienten propietarios de la verdad y las personas se tienen que ajustar a su verdad. No hay diálogo posible.

El Reino es otra cosa. La fraternidad, la atención a los pobres y marginados es lo primero. En la familia de los hijos e hijas de Dios todos tienen cabida. Y los más alejados y marginados son los primeros en ser acogidos. La misericordia y la acogida es lo más importante. En la familia no se juzga y condena sino que se salva y se ama.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy