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EDD. sábado 02 de diciembre de 2023.

Hoy, sábado, 2 de diciembre de 2023

Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel (7,15-27):

Yo, Daniel, me sentía agitado por dentro, y me turbaban las visiones de mi fantasía. Me acerqué a uno de los que estaban allí en pie y le pedí que me explicase todo aquello.
Él me contestó, explicándome el sentido de la visión: «Esas cuatro fieras gigantescas representan cuatro reinos que surgirán en el mundo. Pero los santos del Altísimo recibirán el Reino y lo poseerán por los siglos de los siglos.»
Yo quise saber lo que significaba la cuarta fiera, diversa de las demás; la fiera terrible, con dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y trituraba y pateaba las sobras con las pezuñas; lo que significaban los diez cuernos de su cabeza, y el otro cuerno que le salía y eliminaba a otros tres, que tenía ojos y una boca que profería insolencias, y era más grande que los otros. Mientras yo seguía mirando, aquel cuerno luchó contra los santos y los derrotó. Hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo, y empezó el imperio de los santos.

Después me dijo: «La cuarta bestia es un cuarto reino que habrá en la tierra, diverso de todos los demás; devorará toda la tierra, la trillará y triturará. Sus diez cuernos son diez reyes que habrá en aquel reino; después vendrá otro, diverso de los precedentes, que destronará a tres reyes; blasfemará contra el Altísimo e intentará aniquilar a los santos y cambiar el calendario y la ley. Dejarán en su poder a los santos durante un año y otro año y otro año y medio. Pero, cuando se siente el tribunal para juzgar, le quitará el poder, y será destruido y aniquilado totalmente. El poder real y el dominio sobre todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos los soberanos.

Palabra de Dios

Salmo

Dn 3,82.83.84.85.86.87

R/.
 Ensalzadlo con himnos por los siglos

Hijos de los hombres,
bendecid al Señor. R/.

Bendiga Israel al Señor. R/.

Sacerdotes del Señor,
bendecid al Señor. R/.

Siervos del Señor,
bendecid al Señor. R/.

Almas y espíritus justos,
bendecid al Señor. R/.

Santos y humildes de corazón,
bendecid al Señor. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,34-36):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Carmen Fernández Aguinaco

Corazones embotados                          

Siguiendo con la lectura del pasaje de Lucas, hoy se nos recomienda no “dormirnos”, no dejar que el corazón quede embotado. A mí la palabra embotado me sugiere una de esas figuras de las historias de Baco, enrojecida por el vino, muy sonriente, pero con una profunda tristeza. Pero, más que nada, un corazón embotado es aquel que no puede re-cordar, es decir, no puede traer nada así mismo porque está rebosante de tonterías, diversiones, preocupaciones, mentiras que se dice a sí mismo.

¡Pero todos necesitamos divertirnos, salir de las preocupaciones, relajarnos! O diremos, con razón, que las preocupaciones no se pueden quitar así de un plumazo, cuando se trata de dar de comer a los hijos, de buscar un futuro, de combatir una enfermedad, de enfrentarse a una pérdida o a una grave dificultad laboral o económica. Por supuesto que nos tenemos que preocupar. Parece que el Señor siempre está pidiendo cosas imposibles, irrealistas o quizá incluso absurdas. O parece, más bien, que lo que trata de enfatizar, una y otra vez es que el centro debe estar en el centro… Es decir, que a veces las diversiones o las preocupaciones de la vida, nos descentran. Nos apartan del centro verdadero de gravedad, y entonces acabamos yéndonos a pique. Cuando el corazón no puede re-cordar, traer lo más importante hacia así, cuando está embotado y desmemoriado por andar demasiado ocupado (incluso con cosas necesarias o buenas), pierde su propia identidad. Un corazón que no puede recordar el principio de su existencia ha dejado, en efecto, de latir apropiadamente.

Porque el problema es ir dejando, casi insensiblemente, que las preocupaciones o las diversiones se adueñen de todo el espacio (del disco duro) y se borre la memoria de la gracia que siempre ha ido acompañando a ese corazón incluso por momentos imposiblemente difíciles y amargos. Y, al borrarse esa memoria de la gracia, ese traer al corazón lo que es importante, lo que ha sido siempre importante en nuestras vidas, nos quedamos desamparados y derrumbados. Y hoy se nos dice de nuevo: “Manteneos de pie ante el Hijo del Hombre”. Mantenerse de pie exige un corazón ligero, no embotado; un corazón que no ha perdido su identidad de hijo y que sabe navegar a través de todas esas preocupaciones de la vida con una inquebrantable confianza en el apoyo de esa gracia imborrable y recordada en todo momento.  Un corazón no embotado es el corazón agradecido, ya que el agradecimiento es la memoria del corazón. Es el corazón que ha latido al ritmo de otro Corazón y que recuerda cómo es ese latido, y lo agradece. Porque ahí estará para vivir esas preocupaciones o esas diversiones sin descentrarse.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy