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EDD. lunes 14 de agosto de 2023

Hoy, lunes, 14 de agosto de 2023

Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (10,12-22):

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, ¿qué es lo que te exige el Señor, tu Dios? Que temas al Señor, tu Dios, que sigas sus caminos y lo ames, que sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma, que guardes los preceptos del Señor, tu Dios, y los mandatos que yo te mando hoy, para tu bien. Cierto: del Señor son los cielos, hasta el último cielo, la tierra y todo cuanto la habita; con todo, sólo de vuestros padres se enamoró el Señor, los amó, y de su descendencia os escogió a vosotros entre todos los pueblos, como sucede hoy. Circuncidad vuestro corazón, no endurezcáis vuestra cerviz; que el Señor, vuestro Dios, es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, fuerte y terrible; no es parcial ni acepta soborno, hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al forastero, dándole pan y vestido. Amaréis al forastero, porque forasteros fuisteis en Egipto. Temerás al Señor, tu Dios, le servirás, te pegarás a él, en su nombre jurarás. Él será tu alabanza, él será tu Dios, pues él hizo a tu favor las terribles hazañas que tus ojos han visto. Setenta eran tus padres cuando bajaron a Egipto, y ahora el Señor, tu Dios, te ha hecho numeroso como las estrellas del cielo.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 147,12-13.14-15.19-20

R/.
 Glorifica al Señor, Jerusalén

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R/.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,22-27):

En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo Jesús: «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día.» Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?»
Contestó: «Sí.»
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?»
Contestó: «A los extraños.»
Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Hoy hacemos memoria de San Maximiliano Kolbe. Es un mártir moderno, muerto/asesinado en un campo de concentración nazi durante la II Guerra Mundial. En aquellos campos fueron asesinadas millones de personas. Todos inocentes, sin duda. Pero hoy hacemos memoria especial del P. Kolbe por la sencilla razón de que su muerte fue diferente. Él ofreció su vida a cambio de la de otra persona. Dio su vida para que el otro pudiera vivir. Kolbe había entendido, y vivido, hasta el final lo que significa ser cristiano.

La historia es bien conocida. Cuando un prisionero se escapó, los oficiales nazis determinaron que otros diez prisioneros del campo debían ser condenados a morir de inanición, encerrados en un búnker. Cuando fue elegido uno de los prisioneros que era viudo con tres hijos, Kolbe se ofreció como voluntario para sustituirle diciendo “no tengo a nadie. Soy sacerdote católico.” Cuando pasados los días, ya solo quedaban tres prisioneros vivos, los nazis decidieron matarlos con una inyección de fenol. Fue entonces cuando el P. Kolbe reunió las fuerzas para decir al enfermero que le ponía la inyección “Usted no ha entendido nada de la vida. El odio es inútil, solo el amor crea.”

El P. Kolbe no hizo más que seguir los pasos de Jesús. También Jesús fue entregado y asesinado. Tampoco los que mataron a Jesús habían entendido nada de la vida. Tampoco habían entendido que “el odio es inútil, solo el amor crea.” En realidad, el odio solo genera más odio, más violencia, más muerte. Solo el amor es capaz de romper esa dinámica mortal y asesina. Solo el amor es capaz de crear vida y esperanza.

El Reino rompe las estructuras de este mundo. Desde la perspectiva del Reino el otro no es una amenaza sino un hermano. El puño cerrado y siempre preparado para el ataque (porque no hay mejor defensa que un buen ataque) se abre en confianza y fraternidad. Eso es el Reino. Ese es el camino que nos enseñó Jesús con su vida y sus palabras. Ese es el camino que siguió el P. Kolbe en aquel lugar de dolor muerte que fue el campo de concentración de Auschwitz. ¿Seguiremos nosotros con el puño cerrado?

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy