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EDD. miércoles 12 de julio de 2023.

Hoy, miércoles, 12 de julio de 2023

Primera lectura

Lectura del libro del Génesis (41,55-57;42,5-7.17-24a):

En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios: «Dirigíos a José y haced lo que él os diga.»
Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en Egipto. Y de todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra. Los hijos de Jacob fueron entre otros a comprar grano, pues había hambre en Canaán. José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo. Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro en tierra.
Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente: «¿De dónde venís?»
Contestaron: «De tierra de Canaán, a comprar provisiones.»
Y los hizo detener durante tres días.
Al tercer día, les dijo: «Yo temo a Dios, por eso haréis lo siguiente, y salvaréis la vida: si sois gente honrada, uno de vosotros quedará aquí encarcelado, y los demás irán a llevar víveres a vuestras familias hambrientas; después me traeréis a vuestro hermano menor; así probaréis que habéis dicho la verdad y no moriréis.»
Ellos aceptaron, y se decían: «Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos sucede esta desgracia.»
Intervino Rubén: «¿No os lo decía yo: «No pequéis contra el muchacho», y no me hicisteis caso? Ahora nos piden cuentas de su sangre.»
Ellos no sabían que José les entendía, pues había usado intérprete. Él se retiró y lloró; después volvió a ellos.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 32,2-3.10-11.18-19

R/.
 Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R/.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,1-7):

En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Los nombres de los doce, o de los once, según se mire, han quedado grabados en la historia de la iglesia. Fueron los primeros llamados a colaborar con Jesús, a estar a su lado. Ciertamente no fueron perfectos. No sabemos las razones que tuvo Jesús para elegir precisamente a estos doce y no a otros. Hasta podríamos decir que la elección no le salió muy bien a Jesús. A lo largo de los evangelios se habla con mucha claridad de sus debilidades y traiciones. No solo se trata de Judas, el traidor del último momento. Pedro mismo mereció ser llamado “satanás” por parte de Jesús. Tampoco entendieron mucho lo que era el Reino  como lo demuestra que anduvieran discutiendo entre ellos quién era el primero, el más importante.

Pero ahí están: Simón, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Santiago, Tadeo, Simón y Judas. Con sus debilidades y limitaciones. Con sus dudas. Elegidos por gracia para ser testigos del amor de Dios. Dice el evangelio que Jesús les dio autoridad pero no para mandar sobre el resto de los discípulos, no para gobernar, sino para “expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia”.

Así es, debe ser, la autoridad en la Iglesia. Porque el Hijo del Hombre no vino a ser servido sino a servir. Por eso los apóstoles, los doce, no fueron elegidos para ser servidos, para ocupar posiciones de poder sino para servir a sus hermanos y hermanas, expulsando los malos espíritus y curando las enfermedades. Dicho en otras palabras: curando, reconciliando, perdonando, liberando… ayudando a las personas a ser y reconocerse como hijos e hijas amadas de Dios.

Algunos papas en la iglesia han firmado sus documentos como “Servus servorum Dei”, que traducido dice que son “siervos de los siervos de Dios”. Ojalá todos en el pueblo de Dios, sin distinción de cargo, nos sintamos siervos de nuestros hermanos y hermanas y portadores de una autoridad que solo sirva para sanar y reconciliar y salvar.  

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy