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Homilía para la Eucaristía del domingo 07 de mayo de 2023.

DOMINGO QUINTO DE PASCUA
Hechos 6,1-7: Surge una división en la comunidad y cómo es superada con la institución de los siete servidores.
1Pedro 2,4-10: Cristo es la Piedra viva: principio y fundamento de fe de la comunidad cristiana. En Cristo se construye el nuevo Pueblo de Dios, que es el Templo de Dios. Por eso el cristiano tiene una dignidad.
Juan 14,1-12: el texto nos muestra la situación de la comunidad cristiana pos pascual, sin la presencia física de Cristo, que peregrina hacia el Padre. Cristo es la presencia del Padre, la comunidad es la presencia de Cristo en este mundo.

1.- Falta un par de semanas para celebrar la Ascensión y ya el evangelio de hoy suena a despedida. ¿Cuál va a ser la situación de la comunidad de los discípulos, de la Iglesia, sin la presencia física de Jesús? Podría decirse que, como Israel, está en situación de Éxodo, de peregrinaje. Así lo considera la 1Pedro 2,11: “Como peregrinos y extranjeros”. Pero también como Israel es una comunidad que tiene un principio y fundamento, que es la Fe en Jesucristo, la Piedra viva. Porque es en Cristo donde se apoya toda nuestra fe. Y sobre esta Piedra viva se construye el verdadero Templo, que es la Iglesia. Por eso dice la carta que nosotros, como piedras vivas, somos edificados como una casa espiritual. De ahí que somos nosotros los cristianos los herederos de la dignidad de Israel, ya que somos un pueblo sacerdotal y una raza elegida, una nación santa, un pueblo adquirido. Dejamos de ser lo que éramos para comenzar a ser lo que no éramos. Cada uno de estos títulos da para mucho y expresan la real dignidad que tenemos los cristianos al estar unidos a Cristo, la Piedra angular. Todos estos títulos los poseía Israel, como lo atestigua el Éxodo 19,5-6.
Nosotros somos entonces el nuevo Pueblo de Dios que va peregrinando, caminando juntos hacia el encuentro con el Padre Dios, donde se nos tiene reservada una habitación.
2.- Pero como en el Israel antiguo, también en la comunidad de los creyentes surgen disputas. Si bien es cierto que el mismo texto de los Hechos nos mostró antes el ideal de la comunidad primitiva, donde todos tenían un solo corazón y una sola alma y, por eso, lo tenían todo en común; sin embargo la realidad es otra ahora. Ha ingresado nuevos miembros, muchos de ellos de una cultura y costumbres diferentes. Todo esto provocó un quiebre, ya que los de lengua hebrea estaban aferrados a sus tradiciones, los de lengua griega, en cambio, eran más liberales. Resultado: la discriminación en las mesas, en los comedores fraternos. Pero es el Espíritu Santo el que suscita la solución: la institución de los 7 servidores, que eran todos de lengua griega. Esto recompone la unidad entre todos los creyentes.
3.- Por experiencia sabemos que también esto sucede hoy día. Por ejemplo, hoy, con la llegada de los inmigrantes se han introducido en varias comunidades otras costumbres. Y esto puede producir tensión y, en algunos casos, la división. Felizmente hoy se nos habla de Sinodalidad, vamos caminando juntos, guiados por Cristo mismo.
No podemos olvidar la nueva dignidad que tenemos por encima de las legítimas diferencias culturales y étnicas. Todos somos piedras vivas de este Templo que es la Iglesia, que es Cristo.
Fácilmente confundimos unidad con uniformidad. Y en la comunidad cristiana no se puede dar la uniformidad, pero sí la unidad.
4.- Sínodo = caminar juntos. Y el Señor nos presenta el único camino, que es Él mismo. Nos muestra la única verdad, que es Él mismo. Y nos ofrece una única vida, que es Él mismo. Y así, con Cristo y en Cristo nosotros somos el nuevo Pueblo de Dios en marcha.
Así como Cristo es la presencia del Padre (“quien me ve a Mí ve al Padre”, Juan 14,6ss), nosotros somos la presencia de Cristo en el mundo de Hoy (“El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió”. Mateo 10,40). Por eso, como comunidad de fe somos el sacramento de Cristo en nuestra sociedad, como Cristo lo es del Padre.
Desafío grande es este de hacer creíble a Cristo hoy, siempre que no seamos clasistas o estemos divididos. Que lo que ahora vamos a realizar nos transformen en fermento de unidad para nuestra sociedad.

Hermano Pastor Salvo Beas.