EPIFANÍA DEL SEÑOR. 

Isaías 60,1-6: Descripción de la Jerusalén celestial con imágenes propias de una Teofanía (manifestación de Dios). Dios en medio es el centro de atracción de todos los pueblos. 

Efesios 3,2-6: Pablo tiene la misión de dar a conocer el Misterio de Cristo: también los no judíos son herederos del Reino y miembros del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. 

Mateo 2,1-12: En base a una leyenda e historia el evangelista reflexiona sobre el papel de Jesús para con los paganos, que también ellos descubren en Cristo al Salvador del mundo. 

1.- Estamos celebrando un Misterio grande: Dios que se da a conocer a todos, porque Él quiere que todos se salven. No nos detengamos en leyendas. Porque no faltan los que indagan sobre la verdad de la estrella, del número de los “reyes” o “sabios” de oriente. Todo esto es secundario. No nos desviemos con lo folklórico o lo anecdótico. Miren que el evangelio no dice cuántos eran, ni que eran reyes, ni cómo se llamaban y de qué color eran. Todo esto es de los evangelios apócrifos, no son textos revelados por Dios. Lo esencial ya lo sabemos: Dios se manifiesta a todos por medio de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre.  El evangelio, por medio de este relato, profundiza en lo esencial: Cristo es causa de salvación para todos. Y es lo que Pablo dice en la carta que acabamos de escuchar: que el Mesías esperado por los judíos vino también para los paganos. Y esto es un Misterio, es decir, el gran secreto de Dios, que Dios es para todos. 

La liturgia no duda en aplicar a esta celebración lo que dice el texto de Isaías respecto a la nueva Jerusalén. Ciudad que no calza con las fronteras de la antigua Jerusalén. Ésta está situada en un lugar geográfico, la celestial en cambio no. Esta nueva Jerusalén, que según el Apocalipsis es la Iglesia, en ella todo es nuevo, en ella mora Dios. 

2,. No sin razón en la Iglesia oriental en este día se celebra la Navidad, ya que Dios se ha instalado en medio y es punto de atracción para todos; ya que la luz de Dios, que es Cristo, brilla para todos, especialmente allí donde reinan situaciones de tinieblas. 

Dios, según Isaías, a todos atrae. Primero a los israelitas que se encuentran en el destierro; en seguida a los que viven más allá del mar (el Mediterráneo), dando a entender que a todos invita Dios a vivir en esta nueva Jerusalén, radiante de luz, porque en ella está Dios. 

3.- Esto que es motivo de alegría es también un fuerte reproche para el hombre de hoy. 

Hoy vivimos la cultura del descarte, de lo desechable. No sólo se descarta y desecha lo material, lo sobrante, lo que ya no sirve, sino que también se descarta a personas por miles de razones, pero ninguna es válida. 

Después de haber vivido la vergonzosa experiencia de la segunda guerra mundial, en la que el racismo causó tantos estragos, hoy seguimos descartando ya sea por raza, por política, por religión, por sexo, etc. En verdad lo que dice Isaías sigue siendo real: “Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad a las naciones”. Y san Juan dice que “la Luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la percibieron”, (no la comprendieron, ni la vencieron) traducen otros. 

4.- Hoy es un día grande, porque Dios se manifiesta, se da a conocer a todos. Una Luz grande brilla para todos nosotros. Y para nosotros el desafío es grande. Tenemos que cumplir con un servicio y misión: así como la luna refleja la luz del sol, del mismo modo nosotros debemos iluminar nuestro entorno con la suave luz de Cristi, del evangelio. “Que donde haya tinieblas ponga yo tu Luz a todos, sin descartar a nadie. 

El Señor se manifiesta a los que están lejos. Pero no se trata de una lejanía geográfica, los lejos de nosotros, no, sino los que están lejos de Cristo y alejados de la Comunidad.  Esa es nuestra misión como discípulos y tarea nuestra es dar a conocer el Misterio de Cristo, salvador de todos. Hoy el Señor nos envía a ser luz en medio de las tinieblas. 

¡Levántate y resplandece! Porque el Señor brilla en ti con su resplandor. Hoy viene a iluminarnos. 

Hermano Pastor Salvo Beas.