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Mensaje de Navidad.

MENSAJE DE NAVIDAD. 

Mis queridos amigos y hermanos. 

A todos ustedes deseo una muy feliz y santa Navidad y un nuevo año lleno de bendiciones de parte del Señor. 

Les extrañará el que esta vez no envíe una homilía, sino un mensaje con motivo de la Navidad. 

Es que muchos se preguntan: ¿qué es la Navidad? Y desgraciadamente muchísima gente hoy no saben lo que estamos celebrando. Pero yo sé que ustedes lo saben. Pero, ¿qué significa para nosotros la Navidad? De seguro muchas cosas. Pero quisiera destacar lo siguiente. 

1.-  Navidad  es contemplar la humildad del Hijo de Dios que viene en nuestra condición humana y es para nosotros escuela de adhesión a la realidad, un llamado a volver a la esencialidad de la vida: 

Así como Él elige la pobreza, que no es simplemente ausencia de bienes, sino esencialidad, del mismo modo cada uno de nosotros está llamado a volver a la esencialidad de la propia vida, para deshacerse de lo que es superfluo y que puede volverse un impedimento en el camino de santidad. A pesar de todo, hay una fiebre por comprar, por adquirir y nos llenamos de tanta cosa superflua, nos olvidamos de lo que en realidad somos y queremos. Y el Señor nos quiere auténticos. 

2.- Navidad significa el mayor regalo. Y esto exige de nosotros el ser agradecido. Al examinar la propia existencia, siempre es necesario tener como punto de partida la ‘memoria del bien’ que el Señor ha hecho por nosotros y en este sentido, la actitud interior a la que habríamos de dar más importancia es la gratitud. 

Sin un ejercicio de gratitud constante sólo acabaremos por hacer la lista de nuestras caídas y opacaremos lo más importante, es decir, las gracias que el Señor nos concede cada día.   

Considerando las muchas cosas que sucedieron en este último año, en primer lugar, “queremos decir gracias al Señor por todos los beneficios que nos ha concedido”  señalando que “entre todos estos beneficios esperamos que esté también nuestra conversión, que nunca es un discurso acabado. Lo peor que nos podría pasar es pensar que ya no necesitamos conversión, sea a nivel personal o comunitario”. 

Convertirse es aprender a tomar cada vez más en serio el mensaje del Evangelio e intentar ponerlo en práctica en nuestra vida. No se trata sencillamente de tomar distancia del mal, sino de poner en práctica todo el bien posible. 

Muchas empresas hacen sus balances en esta fecha de fin de año. También nosotros podemos hacer nuestro propio balance, pero partiendo de lo positivo, de lo que Dios ha hecho con cada uno de nosotros. Miren que Dios se hizo hombre y valoró nuestras vidas. 

3.- Navidad es celebrar al Príncipe de la Paz. Pero no esa paz que es ausencia de guerra, sino esa Paz rica, llena de amor, bondad. Debemos saber descubrir la bondad de Dios, la cortesía de Dios, que en todo supo ver lo bueno. No nos tuvo asco, al contrario, se vino a quedar con nosotros. 

¡Qué falta hace hoy ser corteses! Saber descubrir en el otro lo bueno que tiene. Sólo así seremos realmente constructores, artesanos, instrumento de Paz y Bien. 

Animémonos, amigos, hermanos, y celebremos con gozo esta Navidad. Que el Señor de la Paz y el Amor llegue a cada uno de ustedes y permanezca con ustedes todo el año 2023. 

Un cordial abrazo de Paz y Bien para todos ustedes de su hermano

  Pastor Salvo Beas.