Skip to main content

Homilía para la Eucaristía del domingo 06 de noviembre de 2022.

DOMINGO XXXII. 

2Macabeos 6,1;7,1-2.9-14: Relato con fines pedagógicos y moralizantes de los 7 hermanos martirizados. De este relato se puede resaltar la esperanza de la resurrección. 

2Tesalonicenses 2,16-35: Pablo pide orar por dos razones. Orar para que la Palabra llegue a todos. Orar para verse libres de tanta violencia y maldad que hay en el mundo. O sea, a mayor violencia contra la fe, mayor entrega al Señor. 

Lucas 20,27-38: Controversia con lo saduceos, que niegan la resurrección. 

1.- La primera lectura tomada de los Macabeos es una “historia patética” que acentúa el aspecto religioso del pueblo fiel. En el relato se destaca la esperanza de la resurrección, que se expresa con vigor y precisión. “Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del Universo nos resucitará a una vida eterna”, le dice uno de los hijos martirizados. Ya se ve cómo la fe en la resurrección se estaba desarrollando en el seno del judaísmo. Pero será el Nuevo Testamento el que nos revelará abiertamente esta verdad. ¿Y cuál es la verdad? Que Dios es vida y que Él comunica vida. Pero al hablar de vida hemos de hacer un distingo. Porque todos los seres vivos compartimos la misma vida natural. Pero cuando se habla de la vida de Dios hablamos de una vida en plenitud. La vida que hay en este mundo es grande, maravillosa y admirable. Y como tal merece respeto, por el simple hecho de ser vida. Pero esta vida es limitada, no plena, se termina. 

2.- En cambio la vida de Dios es plena. Ya lo dijo Jesús: “Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia” (Juan 10,10). El que acepta a Jesús, el que cree tiene vida nueva, distinta. Ya lo dice san Pablo en la carta a los Romanos: “Abraham no dudó de la promesa de Dios, por falta de fe, sino al contrario, fortalecido por esa fe, glorificó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete.  Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación.  Pero cuando dice la Escritura: «Dios tuvo en cuenta su fe», no se refiere únicamente a Abraham, sino también a nosotros, que tenemos fe en aquel que resucitó a nuestro Señor Jesús. 

(Romanos 4,20-24). En una palabra, lo esencial de la fe cristiana es estar firmes, seguros en Dios que da la vida. Se la dio a su Hijo muerto por nosotros al resucitarlo. Creer en Jesús resucitado es creer que Dios es capaz de dar una vida nueva, mejor, la divina. 

3.- Hoy hay muchos que se declaran “agnósticos”. Agnóstico es aquel que declara que el entendimiento humano no es capaz de conocer lo divino y lo que está más allá de la experiencia, lo que es probado por la ciencia y la razón. Lo que es una ofensa a la razón humana, ya que el hombre puede conocer a Dios, lo inmortal por la vía de la razón. 

Los saduceos eran materialistas. Y todo materialista de todo tiempo esgrime argumentos materialistas para negar la resurrección. Así lo hicieron ellos invocando la ley del levirato. Pero Jesús está en otra. Él nos enseña que hay dos realidades: la temporal y la espiritual o eterna.. 

El matrimonio y muchas realidades de esta vida son para esta vida y punto. El materialista no trasciende, no ve más allá de su realidad. No ve más allá de sus narices. Por eso niega todo lo que no es capaz de explicar con la razón Y por eso, en un ambiente que se precia de racionalista, se cultiva la muerte y se atropella la vida, que es el parámetro fundamental de una ética general. 

4.- Como Iglesia nos toca navegar en un mar muy turbulento, en un ambiente que piensa que la religión es para gente ignorante. Por eso es que san Pablo nos exhorta  a que roguemos para que nos veamos libres de hombres malvados y perversos, que no tienen fe. 

Pero nosotros tenemos fe en el Dios de la vida. En realidad, nosotros estamos en otra, ya que, sin quitar el valor que tiene esta vida, creemos en la vida plena, en el Dios que nos quiere plenos. Así como un padre se siente satisfecho y se gloría cuando ve a su hijo que ha terminado una carrera, lo ve realizado, pleno, del mismo modo para Dios, cuya gloria es la realización y plenitud del hombre. 

Hoy participamos anticipadamente del Banquete del Reino. Comemos el Pan de la vida que Jesús nos comunica. Hoy queremos también nosotros alabar al Dios de la vida, al Dios para quien todos viven. 

Hermano Pastor Salvo Beas.