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Ficha N°2, de preparación Encuentro de Inicio. 22 y 23 de octubre de 2022.

Paz y Bien
FRATERNIDAD DE LAICOS CAPUCHINOS

XIX ENCUENTRO PROVINCIAL DE LAICOS CAPUCHINOS

FICHA 2

LOS ÁNGELES, 22-23 DE OCTUBRFE 2022

“NAVEGA MAR ADENTRO Y ECHA LAS REDES PARA PESCAR.” (Lc. 5, 4)

FRATERNIDAD DE LAICOS CAPUCHINOS
PROVINCIA DE CHILE

1.- Motivación:

Queridos hermanos y hermanas: en este segundo encuentro, como preparación a la Jornada que viviremos en septiembre próximo, queremos seguir ahondando en nuestra reflexión en torno a Jesús, al cual tenemos que escuchar porque es el Hijo predilecto del Padre y ante el cual tenemos que disponernos como Pedro, para dejarnos formar, en una actitud de discipulado y escucha verdadera.

Junto con San Francisco, queremos sensibilizarnos en el corazón para prepararnos de la mejor manera y poder vivir el próximo encuentro como una gracia de Dios y como una oportunidad que se nos presenta para dar un salto hacia adelante en la vivencia de nuestra vida cristiana.

Prosigamos en este empeño y dejémonos sorprende por el Señor y por el hermano Francisco.

2.- CANTO INICIAL:

SIGUEME, SOY CAMINO

Mira, Jesús, yo te traigo una gran inquietud:
qué debo hacer, nuestro mundo sufre esclavitud,
le falta paz y en muchos no hay esperanza,
dime, Señor, cómo puedo sembrar más amor.

Sígueme, soy camino:
única ruta a seguir.
Sígueme, soy la vida
que con amor debes compartir.

Oigo tu voz en la calma de mi oración,
Oigo tu voz, en el pobre que me pide pan,
desde tu Cruz Tú me pides mayor compromiso,
dime Señor como puedo sembrar más amor.

Yo como tú buscaré más dar que recibir,
no hay amor sin sufrir, sin luchar, sin servir;
más que tu amor, olvidando te pierdo de vista;
grita, Señor, aún más fuerte que te pueda oír.
Siempre el corazón del ser humano está en una permanente búsqueda. Buscamos la felicidad, el tener un horizonte más o menos claro en la vida, el ser exitosos, el tener una familia bien constituida, crecer profesionalmente, ganar dinero, tener buena salud, en fin, el corazón del ser humano siempre está en una constante búsqueda. Buscamos por todas partes respuestas a nuestra inquietudes y demandas. Pero a veces nos equivocamos en el camino y buscamos donde nunca encontraremos una respuesta adecuada, o, sencillamente, situamos nuestras búsquedas en aquello que es efímero y pasajero (como por ejemplo, el éxito, el dinero, la fama, la juventud eterna, el ser influyentes, etc.). Desde este punto de vista, podemos decir que no todas nuestras búsquedas son legítimas, especialmente en cuanto nos lleven a una verdadera felicidad.

Para nosotros, en definitiva, el sentido último de nuestras búsquedas las vamos a encontrar en el Señor. Sentándonos a sus pies, escuchándole, abriéndole nuestro corazón, más allá del desenfreno de la vida actual, este camino se verá totalizado al encontrarnos con el mismo sentido último de la vida, como es Cristo. A esto les hemos invitado. Este Encuentro de septiembre pretende ser una oportunidad para escuchar al Señor y para profundizar nuestras búsquedas de ALGUIEN que satisfaga plenamente nuestros horizontes de una vida mejor.

De ahí que también HOY Jesús nos interpela y nos dice: ¿Qué buscan? Y ante nuestras interrogantes, el Señor nos dirá: “Ven y verás”.

ANEXO: MATERIALES PARA ESTE ENCUENTRO:

1.- Grabadora con CD o cassette que contenga música suave para suscitar la oración espontánea.
2.- El altar de la misión con el Cristo de San Damián. Si no se tiene el altar, conseguirse el Crucifijo como tal.
3.- Tener escrita la oración que Francisco rezaba ante el Crucifijo en un papelógrafo grande y expresivo.
4.- Otros elementos que se crea necesarios: cirios, Biblia, etc.

Hay sed de una vida mejor, pero ¿dónde encontrarla?, ¿dónde beber de esa AGUA VIVA que venga a darle un horizonte distinto a nuestra existencia personal y comunitaria? Por eso, a la luz de nuestra realidad y de lo señalado aquí, nos podemos preguntar:

 En esta hora de mi vida: ¿Cuáles son las búsquedas más habituales que me complican o me preocupan?

 ¿Estas búsquedas en qué o en quién las he orientado o sustentado? ¿He sentido el apoyo de alguien o más bien me he sentido solo en este camino?

4.- TEXTO BIBLICO: Jn. 1, 35-40 ¿Qué buscan? Vengan y verán.

5.- TEXTO FRANCISCANO:

“Salió un día Francisco al campo a meditar, y al pasear junto a la iglesia de San Damián, cuya vetusta fábrica amenazaba ruina, entro en ella –movido por el Espíritu- a hacer oración; y mientras oraba postrado ante la imagen del Crucificado, de pronto se sintió inundado de una gran consolación espiritual. Fijó sus ojos, arrasados en lágrimas, en la cruz del Señor, y he aquí que oyó con sus oídos corporales una voz procedente de la misma cruz que le dijo tres veces: “¡Francisco, vete y repara mi casa, que, como ves, está a punto de arruinarse toda ella!” Quedó estremecido Francisco, pues estaba solo en la iglesia, al percibir voz tan maravillosa, y, sintiendo en su corazón el poder de la palabra divina, fue arrebatado en éxtasis. Vuelto en sí, se dispone a obedecer, y concentra todo su esfuerzo en la decisión de reparar materialmente la iglesia, aunque la voz divina se refería principalmente a la reparación de la Iglesia que Cristo adquirió con su sangre, según el Espíritu Santo se lo dio a entender y el mismo Francisco lo reveló más tarde a sus hermanos”
(Leyenda Mayor 2,1).

6.- APORTE PARA LA REFLEXION:

El evangelio que acabamos de proclamar, nos muestra a dos discípulos que van al encuentro de Jesús. Uno de ellos era Andrés y el otro, presumiblemente, el mismo Juan. A la pregunta de Jesús: ¿Qué buscan?, los discípulos preguntan por el lugar donde vive el Señor. Como respuesta a esta pregunta, Jesús los invita a venirse con El y ahí descubrirán dónde vive. Y este momento fue tan importante para Andrés y el otro discípulo que incluso consignaron la hora en que se produjo este encuentro: Eran las cuatro de la tarde.

En este episodio bíblico, nos damos cuenta que los discípulos estaban atentos a la predicación de Juan Bautista que anunciaba al Cordero de Dios e implícitamente había en ellos un sentimiento de búsqueda grande que los  hizo encontrarse con Jesús. Las búsquedas en las que ellos estaban inmersos surtieron efecto inmediato, tanto es así, que ellos partieron a compartir la vida con el Señor. Sabemos que quien busca a Dios, siempre lo va a encontrar. Este texto bíblico así nos lo demuestra.

El mismo Francisco, cuando estaba en una búsqueda profunda de las razones más profundas de su existencia, porque de ella cada vez se sentía más insatisfecho, se encontró con el Cristo de San Damián que le invitó a asumir un camino concreto como fue: Reparar la Iglesia que se estaba cayendo. “Francisco, ¿no ves que esta mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala”, le habría dicho el Crucifijo de San Damián. Su búsqueda, de esta manera, adquiriría en este episodio una claridad mayor y una dimensión distinta se abría a su vida de discípulo de Jesús.

7.- PARA DIALOGAR:

 En los años que tengo, ¿ha sido una preocupación principal en mi vida buscar a Cristo? ¿Lo he encontrado? ¿He estado con El en una mayor intimidad o es el Señor un huésped más bien lejano que no ha entrado mucho en mi casa?

 ¿Qué podría hacer en concreto para que mi búsqueda sea más permanente y comprometida del Señor? ¿Podría tener un sentido más amplio esta búsqueda de Jesús estando inserto más activamente en la Comunidad Eclesial?.

8.- ORACION ESPONTANEA:

9.- PADRENUESTRO, ABRAZO DE LA PAZ Y ORACION FINAL:
¡Oh alto y glorioso Dios! Ilumina, te ruego, las tinieblas de mi corazón. Dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta; acierto y conocimiento, oh Señor, para cumplir tu santa y verdadera voluntad. AMEN.

10.- CANTO FINAL: HOY SEÑOR ME LLAMAS TU

Tantos hombres hay que sufren sin consuelo, tantos hombres hay que viven sin sentido, tanta gente apartada del camino y que busca la mirada de un amigo.

Hoy Señor, me llamas Tú, con mis manos y mi voz, a ser luz entre los hombres, ser un canto de esperanza.

Mucho tiempo tu palabra fue olvidada, y tu paz entre rencores fue dejada, por los hombres que no esperan tu venida, hazme un signo de tu amor y de tu vida.

Tú me sabes tan pequeño entre tus manos, y tan débil para levantar al mundo, necesito de tu fuerza y tu alegría, de tu vida que me mira cada día.

3.- ENCUENTRO CON LA REALIDAD: Navegar mar a dentro.

Se lee esta reflexión y después se invita a un pequeño trabajo grupal para analizar las preguntas que salen más abajo.
Navegar mar adentro, después de un fracaso, es cargar nuevamente el deseo de ir a fondo. Pues en la orilla no están las respuestas. Las respuestas se encuentran sólo cuando se va a fondo, mar adentro.
Es mar adentro a fondo, donde aparecen los “impedimentos”, que sin saber, estábamos poniendo y trababan la gracia. Es mar adentro a fondo donde caemos en la cuenta, de que el horizonte de lo posible no lo traza nuestro propio límite, sino ese Dios “siempre mayor” que todo lo abraza.
Es “encarando” a fondo lo que ocurrió mar adentro, como se disipan los fantasmas del «esto no se resuelve más» o «esto ya queda así», y se descubre el rostro de una realidad que es dura, difícil, adversa, pero “abordable” como desafío propuesto a nuestro crecimiento personal.
Mas, sólo puede navegar mar adentro después de un fracaso, quien carga al menos, una mínima esperanza. Aunque más no sea, aquella que deja abierta todo margen de error, de posibilidad, de milagro. De no ser así, el ir a fondo, podría convertirse en un entrar mar adentro, pero sin barca, como queriendo “terminar mal” aquellas cosas que duelen.
Por eso, la “única voz” a escuchar después de una experiencia que quedó trabada, es la de ir mar adentro, sin prestar oídos a las otras “voces” que se apuran a “gritar” un sinnúmero de ‘peros’: «Pero es de día»; «pero estás cansado»; «pero es volver otra vez a pasar por todo», etc, etc, etc.
No se trata de ir mar adentro “a la deriva”, sino “navegando”, es decir, marcando a toda la experiencia “una meta”, “un fin”, “un sentido”. Y este rumbo habrá que mantenerlo bien firme.